Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de la República de Chile/1824/Sesión del Congreso Nacional, en 11 de diciembre de 1824

Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de la República de Chile (1824)
Sesión del Congreso Nacional, en 11 de diciembre de 1824




Congreso Nacional
Sesion 21, en 11 de Diciembre de 1824
Presidencia de Don José Gregorio Argomedo


SUMARIO.— Cuenta.— Aprobacion del acta precedente.— Suspension de las enajenaciones de bienes nacionales i citación del Ministro de Hacienda.—Asistencia a la barra del secretario de la Legacion Norte-Americana.— Ratificación del reglamento interior.—Supresion del tratamiento de Soberano dado al Congreso.— Aprobacion del reglamento de Secretaria.— Segregación en el reglamento interior del capitulo relativo a los secretarios.— Discusion sobre monto de los sueldos de Secretaría.— Impresion del reglamento interior. — Id. sobre fijar dieta a los diputados. —Aumento de las plazas del ejército a 8,000 propuesta por el Gobierno.— Fijacion de la tabla.— Acta.— Anexos.

CUENTA editar

Se da cuenta:

  1. De un oficio con que el Supremo Director acompaña una comunicacion del delegado de Melipilla, sobre el reclamo que han hecho algunos vecinos por no estar representados en el Congreso. (Anexos números 110 i 111. V. sesion del 9.)
  2. De otro oficio con que el mismo Majistrado acompaña en resolucion una presentacion del apoderado del vecindario de Melipilla, en demanda de que el Congreso, con preferencia a todo otro asunto, falle [1] el recurso de nulidad de las elecciones efectuadas en aquel partido. (Anexos núms. 112 i 113. V. sesion del 9.)
  3. De otro oficio en que el mismo Majistrado comunica que el Ministro Plenipotenciario de los Estados Unidos, acepta el asiento que se le ha fijado en el Congreso i pide que miéntras esté enfermo se permita a su secretario asistir en su lugar. (Anexo núm. 114. V. sesion del 29 de Noviembre último.)
  4. De otro oficio en que el mismo Majistrado informa sobre el número de fuerzas i elementos con que el Rei de España cuenta para recolonizar los Estados de SudAmérica i del estado de indefensión en que Chile se encuentra; i propone que se eleven las plazas del ejército de línea por lo ménos al número de 8,000. (Anexo núm. 115. V. sesiones del 3 de Julio i del 9 de Diciembre de 1824.)
  5. De otro oficio con que el señor Ministro de Hacienda acompaña un libramiento por cien pesos a cargo de la Tesorería i a favor del secretario del Congreso. (Anexo núm. 116. V. sesion del 7.)
  6. De otro oficio con que el mismo funcionario acompaña una memoria, seguida de varias piezas justificativas, sobre el estado del departamento de Hacienda para sincerar al Gobierno de algunos cargos que el Senado Conservador le hace en su Mensaje al Congreso. (Anexo núm. 117. V. sesiones del 4 de Febrero, del 24 de Noviembre i del 13 de Diciembre de 1824.)
  7. De una mocion de los señores Infante i Albano para que, en conformidad a un decreto anexo a la convocatoria, se asignen dietas a todos los diputados. (V. documento 4.° de los antecedentes.)

ACUERDOS editar

Se acuerda:

  1. Sobre la mocion del señor Íñiguez, para mandar suspender las enajenaciones de bienes nacionales, oir previamente al señor Ministro de Hacienda i al efecto citarlo para la sesion del 13. (V. sesiones del 10 i del 13.)
  2. Acceder gustosamente a que el secretario de la Legacion Norte-Americana ocupe el asiento fijado al señor Ministro Plenipotenciario miéntras éste siga enfermo. (V. sesion del 29.)
  3. Ratificar el reglamento interior aprobado por partes en las sesiones precedentes. (V. sesiones del 10 de Diciembre de 1824 i del 16 de Setiembre de 1825.)
  4. Suprimir el tratamiento de Soberano dado al Congreso i disponer que en las comunicaciones no se le dé ningún otro i se le hable en tercera persona. (V. sesion del 29 de Noviembre de 1824.)
  5. Aprobar el reglamento de la Secretaría e incluir en él, segregándolo del reglamento interior, el capítulo relativo a los secretarios. (V. sesiones del 10 de Diciembre de 1824 i del 20 de Setiembre de 1825.)
  6. Que los miembros no implicados de la Comision de Policía presenten una minuta de los sueldos que se deben asignar a los empleados de la Secretaría. (V. sesiones del 7 i del 13 de Diciembre de 1824 i del 17 de Febrero de 1825.)
  7. Pasar a don Pedro José Caveros, administrador de la imprenta, un ejemplar del reglamento interior para que lo imprima lo mas pronto posible. (Anexo núm. 118. V. sesion del 29.)
  8. Dejar para otra sesion una mocion de los señores Albano e Infante, sobre que se asignen dietas a todos los diputados. (V. sesion del 14 de Enero de 1825.)
  9. Dejar para la sesion próxima la discusion del aumento de fuerzas del ejército propuesto por el Gobierno (V. sesion del 13.)
  10. Dejar en tabla igualmente la mocion del señor Íñiguez, sobre suspensión de las enajenaciones de bienes nacionales. (V. sesiones del 10 i del 13.)

ACTA editar

Se abrió con asistencia de los señores Argomedo, Ovalle don José Antonio, Ovalle don Vicente, Gandarillas, Luco, Mendiburu, Fuenzalida, Amagada, Calderon, Borgoño, Olmedo, Fernández, Pineda, Pérez, Vicuña, Henríquez, Merino, Meneses, Iñiguez, Echeverría, Muñoz, Ruiz, Elizalde, Torres, Montt, Baquedano, Albano, Prieto, Larraín, Infante, Palazuelos, Huici, Hurtado, Caldera, González, Cordovez, Lazo i Ocampo.

Leida el acta de la anterior, fué aprobada i rubricada por el señor Presidente.

Se llamó a tercera discusion la mocion del señor Iñiguez, para que el Gobierno suspenda toda medida sobre enajenacion de bienes nacionales; i despues de varias observaciones en que algunos diputados manifestaron la necesidad de que se oyera en este negocio al Gobierno, por conducto del señor Ministro de Hacienda, se acordó se citase a éste para la sesión del 13, indicándole el objeto con que se le llamaba.

El señor Íñiguez, en el curso de la discusion, dijo: que hacia mocion para que se pidiesen al Gobierno los estados de entradas i sus inversiones.

Leyóse un oficio del Gobierno en que avisa que el Enviado de Norte-América ha aceptado el asiento que se le ha designado en la Sala para que pueda asistir a las sesiones congresales, esponiendo que dicho señor pide se permita que, ínterin dura su enfermedad, pueda asistir su se cretario por él, para que le imponga de las resoluciones del Congreso. Se tomó en consideracion i se acordó se contestase al Supremo Direc tor que el Congreso accedia gustoso a la indicacion del señor Ministro de Norte América.

Se leyó el reglamento interior del Congreso, i fué ratificado en todas sus partes.

"En este estado, el señor Infante pidió se tomase en consideracion la mocion que tenia hecha, para que al Congreso no se le diese el tratamiento de Soberano. Discutida bastantemente, se llamó a votacion, i el señor Presidente preguntó a la Sala cuál debería ser el tratamiento del Congreso; verificada ésta, resultaron cinco sufrajios porque fuese el de Soberano, i treinta i cinco el de tercera persona, quedando sancionado se le diga simplemente Congreso, sin añadirle el epíteto de Soberano.

Se llamó a discusion el reglamento de la Secretaría; i habiéndose leído todo él, fué aprobado.

El secretario hizo presente a la Sala que seria conveniente quitar del reglamento interior de la Sala el capítulo que habla de los secretarios i ponerlo solamente en el de la Secretaría, a que parecía corresponder esclusivamente. Se tomó en consideracion i se acordó aprobar la indicacion, mandando se imprimiese el reglamento de que se trata, a continuacion del interior del Congreso.

El señor Argomedo hizo observacion que, en el reglamento aprobado, no se designaba el sueldo que debian disfrutar los secretarios i demas oficiales, i que seria conveniente se procediese a señalarlo. Discutida bastantemente esta indicacion, se acordó que el Presidente, con los dos individuos de la Comision de Policía no implicados, se encargase de formar la minuta correspondiente sobre este particular, presentándola al Congreso para su discusion.

Con este motivo, en curso de la discusion, el señor Albano i el señor Infante hicieron sucesivamente mocion de palabra para que se declarasen dietas a todos los diputados, añadiendo el segundo que en este caso la duda sobre la asignacion de los secretarios quedaba resuelta. Se reservó para otra sesion.

En esta situacion, se recibió un oficio del Gobierno en que, bosquejando el cuadro de peligros que amagan al Estado, cualquiera que sea el resultado de la acción que va a darse en el Perú entre las fuerzas del Libertador i el ejército del jeneral Laserna, detalla los recursos con que cuenta el Reí Católico para recolonizar las Américas, haciendo igualmente mérito de la reconciliacion acordada entre los jenerales españoles Laserna i Olañeta. Acompaña a esta nota un estado que manifiesta el total de las fuerzas del Estado; demuestra la insuficiencia de ésta para defender nuestro vasto territorio de cualquier invasion esterior, i concluye manifestando la necesidad de elevarla al ménos hasta el número de 8,000 plazas. Se tomó en consideracion, i conceptuándose uno de los negocios mas importantes que pueden presentarse al Congreso, se acordó reservar su discusion para la sesion próxima.

En este estado, se levantó la sesion, anunciándose para la próxima la discusion de la mocion del señor Íñiguez i la del oficio indicado.— J. G. Argomedo.— Dr. Gabriel Ocampo.


Se leyó el acta de la anterior.

El señor Cordovez hizo la advertencia de que su voto no habia sido que las leyes se sancionasen por los dos tercios de los diputados sino por los dos tercios de la Nacion, i con esta adicion quedó aprobada.

El señor Campino.— Señor, ahora que hai dos oficiales que pueden llevar los libros de la Secretaría, quisiera que el Soberano Congreso declarase si las actas que se han hecho hasta ahora se fijan en estos libros.

El señor secretario Ocampo respondió que así se iba a hacer.

Se leyó por última vez el proyecto de decreto del señor Íñiguez, para discutirlo; tambien se leyeron los fundamentos del proyecto, a propuesta del señor Presidente.

El señor Borgoño.— En un asunto, como éste, en que tiene tanto influjo el Gobierno, creo que seria mui conveniente que el Ministro de Hacienda viniese a dar algunas noticias para que, con mas fundamentos, pudiésemos deliberar sobre el asunto.

El señor Íñiguez.— Yo apoyo el dictámen del señor preopinante i hago mocion a la Sala para que se pidan al Ministro de Hacienda estados de los gastos i entradas, de valor i de consumo que tiene el Erario. Que este Ministro venga, es mui justo, para que nos aclare algunas dificultades o equivocaciones que nos puedan ocurrir.

Es mui justo, señor, contribuir a las necesidades de nuestro Erario; pero tambien es preciso señalar de dónde deben salir estos fondos, i sin tener datos suficientes por donde dirijirnos no podremos hacer nada sobre el particular. Yo insisto sobre mi mocion de que se pidan estados de valor i consumo.

El señor Calderon.— Me parece que vamos a engolfarnos en una mocion sin datos. Por lo que hace al remate que se va a hacer de las haciendas de Espejo i el Bajo, no sabemos las razones que tenga el Gobierno para esto; me parece conveniente que para tener algunos datos i conocimientos viniese a la Sala el Ministro de Estado en el departamento de Hacienda.

El señor Íñiguez.— Cuando fundé sumariamente mi mocion, demostré que bajo la voz jenérica de bienes nacionales era mui fácil equivocar los públicos, relijiosos i hasta de los mismos particulares, pues que todos se hallan al abrigo de la Nacion; prescindo por ahora de esta distinción, reservando mi dictámen para esponerlo a su tiempo; solo aduciré algunas razones que creo conveniente para satisfacer a algunos de los señores preopinantes.

Creo mui justo llenar las necesidades de nues tro Erario; mas, es preciso probarlas i llenarlas legalmente, esto es, que las señale el Poder Lejislativo, a quien es privativo imponer contribuciones por la lei i por su naturaleza, si hai tal necesidad; es absolutamente necesario acreditarlo por los estados de valor i consumo, sin lo que es aventurada toda resolucion. Yo hago mocion a la Sala para que se pidan éstos, a la mayor breve dad, al Ministro de Hacienda, pues ni se han remitido a la presente Lejislatura ni se consiguieron por el anterior Congreso.

Nada debe, señores representantes, hacer suspender vuestra marcha, la amenaza con que un señor diputado parece se espresó en sesion de ayer, hace mui poco honor a la Sala, por lo que pido esplique el sentido ds su proposicion, i así mismo se declare si tiene voto decisivo o informativo solamente, por hallarse de oficial mayor en el Ministerio de Relaciones Esteriores.

Repito, nada tengo que temer, ni como miembro del Congreso ni como simple particular, nuestra primera investidura en esta augusta representación debe ser el espíritu nacional; aquí es donde el ciudadano debe armarse de fuerza i de constancia i decir cada dia de su vida en el fondo de su corazon lo que un virtuoso Palatino en la Dieta de Polonia: malo peviese losam libertatem quam quietum serviesum.

El señor Albano.— Me es mui sensible notar acaloramientos cuando se trata de los intereses de la Nacion; estos es preciso considerarlos con calma, porque de otra manera no se puede investigar la verdad. Vuelvo al órden de espedir un decreto sobre que el Ejecutivo sobresea en disponer sobre los bienes nacionales, por sí solo no saca a la Nacion de los apuros en que se halla.

Objetos de mayor importancia deben ocupar al Congreso. El crédito del Gobierno, el espíritu público es lo que por ahora debe ocupar a esta Sala, porque sobre él pesan todos los males: la guerra, la falta de numerario; es necesario, pues, que el Congreso, ántes de tomar providencia sobre un asunto particular, debia tomar medidas de conservar el poco crédito que queda al Gobierno sobre el particular, se espedirá el decreto que exije la mocion; pero creo que no puede verificarse sin tener datos antecedentes. Los señores preopinantes han dicho que se llame al Ministro de Hacienda para que ilustre la verdad. Yo creo que los que obran con imparcialidad, no se les podia presentar otro medio mas análogo para que evitemos tratar de cosas que no entendemos, sin datos suficientes; por tanto, sin dar mi opinion sobre el particular, me conformo con que venga el Ministro de Hacienda. No por esto se diga que el Congreso no tenga autoridad sobre los bienes nacionales, todo lo contrario; pero, como no tiene conocimiento sobre ellos, es preciso se ilustre sobre el particular ántes de deliberar. Es pues necesario que inmediatamente se llame al Ministro de Hacienda.

El señor Lazo.— Poco aprovecharían las medicinas despues de haber muerto el enfermo. Si el remate se ha hecho, como se ha anunciado se ejecute el dia 11, ya debe estar concluido, i de consiguiente ya no existirá ni el importe, porque se habrá dedicado a otra cosa. Hemos visto entrar cinco millones de pesos en cajas, los cuales en pocos dias se han reducido a la nada, porque se han gastado en espediciones i no sé en qué otras cosas. Así es que los bienes que existen deben conservarse para que se mantenga el Estado, i cuando no tenemos actualmente una guerra que nos amenace ni un enemigo en nuestro territorio, es duro que se hayan de sacar estos bienes para enajenarlos. Yo creo que no divisamos ningún peligro aunque se nos hayan anunciado estas velas que se vieron el 10 de Noviembre, yo creo que no merece creerse porque no hai fundamento que lo acredite. Pero volviendo al punto, me parece mui conveniente que se evite toda enajeNacion de bienes nacionales, i como dice el señor Borgoño, debe venir el Ministro de Hacienda.

El señor Montt.— Me contraeré primeramente a hablar sobre la mocion i luego despues sobre lo que han dicho varios señores. Es un principio en el derecho de jentes que la Nacion es el dueño de todos los bienes públicos i que a ella solo compete el derecho de enajenarlos, es mui cierto que puede trasmitir este derecho al Ejecutivo para que pueda disponer de ellos, pero sin este permiso no puede hacerlo; el superior por sí solo, cualquiera que sea, no tiene derecho a los bienes de la comunidad, así es que el superior, cualquiera que sea en la sociedad, no puede disponer de los bienes públicos. En cuanto a la subsistencia de los bienes nacionales, diré que Sully aconsejó a Enrique IV que tuviese i conservase cuanto fuese posible los bienes públicos i éste era un ministro sábio. Los bienes públicos no solamente son útiles sino necesarios a la conservación de los Estados, i no pueden enajenarse sino por una ventaja conocida o por una necesidad absoluta. Las entradas están agotadas, el contrabando se ha l echo escandaloso hasta llegar a ser tarifa de él. Pero, contrayéndome solamente a la mocion i como ella se ha limitado a que solo se evite la enajenacion de los bienes nacionales, por esta razón se entiende que no se ha conferido al Poder Ejecutivo la facultad de disponer sobre estos bienes, a ménos que el mando que se le ha conferido haya sido pleno i absoluto.

Ya uno de los señores preopinantes ha hablado sobre que en vano serán los remedios despues de causado el mal. Mui interesante creo la venida del Ministro; pero no en la actual mocion, por eso es necesario que se acuerde por la Sala la pronta deliberación i que se sancione una lei que trate del modo de la enajeNacion de esos bienes i será la primera materia en que deba entender la Sala.

Opino que por ahora no venga el Ministro porque no lo creo necesario. El señor Infante.— El presente asunto me parece que no exije nos detengamos en largas discusiones. Ya se ha propuesto por varios de los diputados que se "llame al Ministro para tratar de la presente mocion i soi de opinion que se llame i se le trascriba la mocion. Nadie duda que nosotros debemos remediar que el Poder Ejecutivo tenga autoridad para enajenar los bienes nacionales. Viniendo el Ministro él espondrá las razones que ha habido para esta enajenacion, si ha tenido el objeto tan urjente i de tanto interes público de poner en defensa el país o a qué se va a aplicar el valor de los bienes que se quieren enajenar. En esto ¿qué tiempo se pierde? solo lo que dista de una sesion a otra, si se quiere asegurar mas bien puede poner en el oficio que concurra a la Sala, que suspenda el remate ínterin no se resuelva en el Congreso sobre este particular.

El diputado que ha hecho la mocion ha agregado ahora que pide los estados de valor i de consumo, eso es poner una condicion para que no tenga efecto esa enajenacion de larguísima duracion, i todo ese tiempo estará en suspenso esa enajenacion cuando acaso podrán traer infinitos males esos obstáculos que se quieren poner.

Cuando el Congreso se dedique al importante ramo de Hacienda entónces serán útiles esos estados, pero por ahora solo se debe llamar al Ministro i resolveremos este punto con pleno conocimiento del negocio.

El señor Presidente.— La mocion del señor Íñiguez solo pide por ahora que se suspenda la enajenacion de bienes nacionales, creo que esto se salvará suspendiendo hoi el remate que se ha indicado; pero si para ésto cree la Sala tan necesaria la asistencia del Ministro, me parece que será suficiente que se le oficie que por hoi suspenda el remate i que asista a la sesion del lúnes.

El señor Albano.— Yo creo que el Ministro de Hacienda ha suspendido por sí mismo el remate de estos bienes, pues ya debe saber, aunque no se le ha oficiado, la mocion que pide la suspension. Veo, por otra parte, que nos demoramos demasiado en intereses particulares por un remate de cuatro pesos se quiere demorar la marcha del Congreso, que necesita el tiempo que en esto se pierde para otros asuntos gravísimos. Las anteriores discusiones sobre esta mocion han dado ideas suficientes sobre el particular al Ministerio i al mismo Gobierno; yo no lo creo capaz de haber dado curso a este remate con los antecedentes que tiene, por mas que se haya anunciado en papeles públicos; está de manifiesto que el Ministro debió suspender ese remate.

El señor Gandarillas.— Señor, no se hace el remate hoi, porque todavía no se han hecho las tasaciones de las haciendas del Rajo i Espejo.

El señor Pérez.— Yo noto en esto que se le coartan las facultades al Gobierno, principalmente en esa segunda proposicion del proyecto de decreto.

Se decidió por votacion que se llamase al Ministro de Hacienda para la próxima sesion por medio de un oficio.

Se leyó un oficio del Ministro del Interior anunciando haber recibido una nota del Ministro de Estados Unidos, aceptando el asiento que se le habia destinado en la Sala, i que por su enfermedad pedia al Congreso, por conducto del Ministerio, se le concediese a su secretario este asiento hasta que él pudiese asistir. Se acordó que el secretario de la Legacion de Estados Uni- dos pudiese ocupar su asiento.

Se leyó el reglamento interior para que la Sala lo ratificase.

El señor Infante.— Pidió que se discutiese la mocion que tenia hecha para que al Congreso se le dirijiese la palabra en tercera persona, quitándole el título de Soberano.

El señor Lazo'.— A mí me parece que, miéntras el Congreso no declare lo que es, no podemos proceder a esto, porque si el Congreso representa a la soberanía, es soberano; i solo dejará de serlo cuando declare que no representa la Nacion; luego, miéntras la representa, debe llamarse Soberano.

El señor Infante.— Ya las naciones mas avanzadas en la civilizacion que nosotros nos han dado el virtuoso ejemplo de desterrar esos títulos de los Cuerpos Lejislativos. España en sus últimas Cortes i la Asamblea de Buenos Aires ya se han quitado esa denominacion.

La soberanía reside en los pueblos: ésta es intrasmisible; jamas pueden desprenderse de ella. Nosotros puramente somos unos comisionados para hacer las leyes i que ellos las sancionen. No tenemos mas que este poder, que es una parte de la soberanía delegada. En fin, todo título que envanezca a los hombres debe quitarse. A mí me escandaliza oir todos los dias llamar soberano al Congreso, i aun decirse soberanos los diputados. Los pueblos absorben en sí todos los poderes. A nosotros ni aun se nos han delegado por ellos estos poderes; solo tenemos el Poder Lejislativo. ¿Podremos nosotros, sin entrometernos, absorber estos poderes, en el hecho de llamarnos soberanos? ¿Podremos usurpar las atribuciones que solo son peculiares a los pueblos? He dicho, protestando resolver, que me opondré a toda observación que se haga sobre el particular, si acaso hubiese quien las hiciese.

El señor Lazo.— Trataré de dar satisfaccion a algunas observaciones que se han hecho por el señor preopinante. No me sujetaré a responder sobre lo que han hecho en otros países sino a rechazar las razones que se han dado para apoyar la mocion. Cuando todos los reyes i emperadores se titulan soberanos, es porque creen que tienen de todos los pueblos la representación, así es que aunque culpables, porque tienen usurpados los derechos de los pueblos, con todo conocen que como representan a la Nacion reciben tambien sus atribuciones entre las que se debe enu merar la soberanía porque toda la Nacion es soberana. Cuando no fuera otra cosa que ésta el Congreso como representante lejítimo de la Nacion debe llamarse Soberano. No se crea que la soberanía es un título, porqne los pueblos no tienen títulos ni nombramientos, nadie se los puede dar i así es un engaño creer que el nombre de soberano es un título sino verdaderamente un derecho de los pueblos que no es adquirido por una porcion sino por todos los pueblos.

El señor Íñiguez.— Se está discutiendo esta proposicion o mocion aun sin haberse puesto por escrito ni se han hecho lastres lecturas. Despues de cumplir con ésto se ha establecido que se proceda a la discusion.

El señor Lazo.— A mas de eso, señor (este señor habia dejado pendiente la palabra), creo que hai equivocacion en presumir que el Congreso no reúne los tres poderes i que por esto no debe entrometerse en lo demas. A la Nacion le corresponden los tres poderes, luego, el Congreso que la representa debe reunir también estos tres poderes. Si no los reúne tampoco les corresponde a los pueblos de una Nacion.

El señor Albano.— Yo observo que estamos tristemente perdiendo el tiempo en una cuestion de nombre i solo por aprovecharlo convendría yo en que el Congreso se llamase rei o duque o marques o como quiera llamarse. Sabemos que un Congreso encierra en sí el poder de la Nacion, de donde venimos a concluir que la cuestión solo se reduce al nombre. ¿Qué quiere decir Congreso? El que reúne los poderes de la Nacion para hacer sus leves. ¿Qué quiere decir Soberano? Una facultad de entender en todos los ramos de la administracion. Se ve, pues, que conviene esto al Congreso; pero no me parece mal que se evítase un nombre tan retumbante i así estoi porque se llame Congreso.

El señor Lazo.- Yo estaré conforme en esto, pero quítense todos los títulos, sin embargo de que no es título la atribucion de Soberano que tiene el Congreso ¡pero querer ridiculizar solo al Congreso! Aun cuando no fuese diputado lo reclamaría como un particular.

Se votó la proposicion i fué aprobada por mayoría absoluta.

Se puso en discusion el reglamento de la secretaría, i concluido de leer,

El señor Campino dijo:— Yo solo dos observaciones tengo que hacer sobre el reglamento. La decadencia del Erario me obliga a ello. Primera que se disminuya, si es posible, el número de oficiales de la secretaría o que se traiga de los Ministerios, en donde hai una porcion de oficiales ociosos; i la otra, la hora que se destina para el despacho de los pretendientes.

El señor Henríquez.— Es necesario convencerse de que es imposible el que se impriman los diarios; no hai imprenta para esto; está en estado mui miserable, apénas se podria conseguir que se imprimiese un Redactor mui conciso, según consta por la esperiencia. Es necesario procurarse los medios para que los pueblos sepan las leyes que se dictan i en qué se fundan. Sino consta por él las razones que ha tenido el Congreso para establecer una lei, los papeles que salgan del Congreso serán papeles secos i que no tendrán ningún aprecio. Los pueblos, lo que necesitan es en qué se fundó el Congreso para mandar ésto o aquéllo i con la esposicion de los motivos que hai para dictar tal o cual lei. Esto también sirve para poner a la vista de los diputados lo que han opinado sus compañeros i que conozcan mas fácilmente los motivos en que se fundaron. Para esto es necesario el dictámen de la comision que se ha de nombrar para la redaccion; lo demas es cansar. Esto me parece que es necesario observen ahora: que se encargue a la secretaría la redaccion de los diarios i que los demas diputados no tengan que hacer nada en ellos, porque ya sabemos lo que costaba esto en el Congreso pasado.

El señor Vial estuvo encargado de esto, i luego renunció porque tuvo mil disgustos con muchos señores, porque a ninguno agradaba lo que se escribía. A mí me parece precisa la publicacion de las minutas de la leí con las razones que hubieron para hacerla, porque El Redactor, si no se funda en alguna cosa,queda seco i no sirve para nada.

El señor Campino.— No he advertido que se haya dado la fórmula con que se deben presentar los proyectos de decreto. Dos formas de decreto están en el día en uso; para citar países vecinos, espondré uno que está en uso en Buenos Aires, en que se espone en una especie de prólogo o epítome las razones en que se funda el proyecto o el decreto; el otro es de Colombia, que me parece mas sencillo: es el ir numerando los motivos de la lei por numeracion, como por uno, dos o tres.

Varios señores diputados dijeron que todo esto era del objeto de los taquígrafos.

El señor Infante.— Cuando se habla de los taquígrafos me parece que recuerdo la desgracia de los hijos del país. Yo admiro la aplicación de estos dos jóvenes que quizá se han dedicado a este trabajo por las recompensas que se han ofrecido. Efectivamente se acordó por el Senado Conservador, que existia ántes del Congreso anterior, que si se presentaba algún taquígrafo se le premiase con 1,000 pesos i la dotacion de 200 pesos mensuales. Este acuerdo se pasó al Poder Ejecutivo i el Poder Ejecutivo sancionó esta lei que corre en papeles públicos. Como esta lei se estableció por una autoridad lejítimai se sancionó por el Gobierno, debe estar en su fuerza; por lo que tienen un derecho estos jóvenes para exijir el premio i la dotacion, i así, cuando no fuere mas que por estas consideraciones, el Congreso debe recompensarles su trabajo; si hubiere sido un estranjero el que hubiese traido este arte, acaso hubieramos sido celosos en asignarle un buen sueldo, Tenemos entre nuestros jóvenes talentos mui buenos i dispuestos para todo; pero, como no se les proporciona protección, no encontramos quién desempeñe ni los empleos mas fáciles i tenemos que emplear hombres de fuera. De aquí resulta la censura pública que se hace en otros Estados de la ineptitud para todo de los chilenos.

La publicacion del diario es otro de los puntos que se ha tocado. Yo me hago cargo en todo lo que se ha pronunciado. Hasta esto se ignora en el país, ya sea por la falta de ejercicio que hemos tenido en esto, o ya por la falta de prensas; pero no consiste en el modo de decirlo sino en lo que se dice. Cuando nosotros presentemos una lei con los motivos que tuvieron los diputados para establecerla, no solo sirvirá para que corrijan sus opiniones, sino tambien tendrán los pueblos noticia si sus representantes cumplen con sus deberes. A todo esto se sale con el inconveniente de que no hai imprentas. Señor, yo sé que en Chile se ha vendido una imprenta mui buena para remitirla a un país estranjero por no haber quien la compre aquí, ¿por qué no se invita al Gobierno para que la compre aunque sea empeñando sus respetos con el dueño de ella? Sin imprenta no se pueden difundirlas luces.

La fragata Fama, remitida por el Gobierno del Brasil, la tomó el Gobierno de Chile en 813, porque en esas circunstancias la necesitaba el Estado para su defensa. Con mucha mas razon debe comprar la imprenta que necesita tanto el país para que dictemos el decreto de que salgan los diarios con los dictámenes de los diputados i con el número de sufrajios que tuvo en favor i en contra una lei. Si no hacemos esto, creo que no saldremos del miserable estado en que estamos.

Habiéndose tratado sobre las dietas de los diputados, el señor Infante dijo:— Se ha tocado el punto de las dietas, que creo que es que, decidiéndose acerca de esto algún acuerdo, evitaremos muchos males. Las dietas de los diputados en todos los pueblos se pagan. Yo creo de que el pueblo mas pierde con no pagarla que si se diesen a los diputados. Este Congreso tiene que durar mas tiempo que el que se cree, i si no se dan dietas vendrá a dar el Congreso en una especie de laxitud, que quizá no se pueda hacer nada. Es un engaño querer tener funcionarios sin que se les recompense su trabajo. Yo bien veo que esto traerá un gravámen al Erario, pero no será mucho porque algunos diputados son rentados. No tendrán que percibir mas que una sola cosa. Si pagando el Gobierno estas dietas, aunque sean cuarenta o cincuenta mil pesos, se pueden remediar todos los inconvenientes que puedan ocurrir i compensar a los diputados que prestan sus servicios en el Congreso, ¿por qué no se hace? Me parece que los pueblos podrian recargarse mucho pagando dietas para los diputados, i por esto he creído mas conveniente que las pague el Erario.

El señor Presidente.— Los secretarios es preciso que trabajen como secretarios i como diputados, i por consiguiente es necesario que tengan una asignacion como diputados i secretarios; pero cuando el Congreso creia que estaban compensados con esas dietas, sin embargo de que son mayores sus trabajos, hemos visto de que no hai con qué pagarlas; pero siempre será preciso tratar de la dotacion de los oficiales, porque éstos necesitan mas que otros de su salario, i que seria inconexo el no tratar sobre esto.

El señor González.— Me parece, señor, que la asignacion de sueldos i la utilidad que deben reportar los taquígrafos merecen una discusion particular.

El señor Albano.— Diré mi opinion sobre los tres puntos que ha dicho el señor preopinante. Por lo que hace a los sueldos de secretarios i oficiales, parece esclusivo del señor Presidente para que la Sala no pierda el tiempo en esto i se ocupe en otras determinaciones; pero yo exijo que para la primera sesion se presente la minuta de los sueldos i de los sujetos que han de venir de ia secretaría.

Se leyó un oficio del Gobierno anunciando los peligros que amenazaban a Chile, cualquiera que sea la suerte de los enemigos en el Perú, i enterada la Sala se levantó la sesion.


ANEXOS editar

Núm. 110 editar

Soberano Señor:

El Director Supremo de la República tiene la honra de acompañar al Soberano Congreso la adjunta comunicación que ha recibido del delegado de Melipilla, para que, impuesto de su contenido, tenga a bien resolver lo mas conveniente.

Con este motivo, el Director Supremo asegura nuevamente a la Representacion Nacional sus sentimientos de adhesion i respeto. —Santiago, Diciembre 10 de 1824.— Ramón Freire.— F. A. Pinto.— Al Soberano Congreso.


Núm. 111 editar

Excmo. Señor:

Hoi a las siete de la noche se agolpó a las puertas de mi casa una porcion considerable de hombres, pidiendo que, por mi conducto, reclamase e hiciese presente la falta de representante en el Congreso Nacional, respecto deque la mayor parte de ellos no sufragaron, i los demás no tuvieron una voluntad libre para votar; de cuyo suceso he puesto oficio al Soberano Congreso suscribiéndolo todos los sujetos que se reunieron. Lo pongo en el conocimiento de V. E. para sus intelijencias.

Dios guarde a V. E. muchos años.— Melipilla i Diciembre 5 de 1824.— Pablo Silva.— Señor Supremo Director del Estado de Chile.


Santiago, Diciembre 9 de 1824.— Pase esta nota al Soberano Congreso para que determine lo conveniente.— (Hai una rúbrica).— Pinto.


Núm. 112 editar

Soberano Señor:

El Director Supremo de la República tiene la honra de acompañar al Soberano Congreso la adjunta representacion que ha hecho don Nicolás Hurtado, como apoderado de los vecinos de Melipilla, para que, en vista de lo que en ella espone, se sirva espedir, con su acostumbrada prudencia, la resolucion conveniente.

El Director Supremo aprovecha esta ocasion para saludar al Soberano Congreso, renovándole las protestas de su distinguida consideracion.— Santiago, Diciembre 10 de 1824.— Ramón Freire.— F. A. Pinto.— Al Soberano Congreso.


Núm. 113 editar

Excmo. Señor:

El apoderado de Melipilla ante V. E. respetuosamente espongo: que se me comunica aviso de mi pueblo cómo el domingo próximo pasado hubo una reunión estraordinaria de jentes que clamaban en la plaza pública para que se procediese a la eleccion de nuevos diputados. A este suceso es referente el oficio que, por mi conducto, se ha pasado a V. E. por el gobernador interino de la villa. El Soberano Congreso tiene otro, cuya lectura no ha tenido lugar hasta hoi, porque se ocupaba, cuando le entregué, de la discusion del reglamento interior que ya está concluido. Yo debo representar a V. E. que los derechos de mi pueblo están sin protección, miéntras no tenga un diputado que le represente. A V. E. pertenece inmediatamente, en virtud de su poder i de la posteridad que ejerce sobre los pueblos, para poner en ejecucion las leyes que los defienden, tomar sobre si esta ocurrencia i resolver con la posible brevedad a mi comitente en su conflicto actual. El Soberano Congreso continúa sus sesiones; sean cuales fueren los artículos de discusion que ha habido, ellos son las bases de la conducta de la Asamblea, i es mui posible que por no haber tenido un representante Melipilla, se vea precisado a suscribir decretos perjudiciales a su bienestar o cuando ménos a su seguridad. Por tanto,

A V. E. pido i suplico se sirva mandar se oficie por el Ministerio al Soberano Congreso para que, con preferencia a cualquier otro asunto, se resuelva decisivamente el actual, manifestándole los paternales deseos de V. E. en favor de la voluntad de mi comitente.— Es gracia, etc.— Nicolás Hurtado.


Santiago, Diciembre 10 de 1824.— Pásese al Soberano Congreso esta representacion con el oficio correspondiente.— Freire.— F. A. Pinto.


Núm. 114 editar

El Ministro Plenipotenciario de los Estados Unidos ha dirijido una nota al Ejecutivo, en que le significa que acepta con el mayor placer el asiento que le designa el Soberano Congreso i que asistirá a las sesiones públicas luego que su salud se lo permita, i que entretanto desearia, i tal vez le fuera conveniente que (si lo permiten las leyes particulares de este Cuerpo) ocupase su lugar en dichas sesiones públicas el secretario de la Legacion de Estados Unidos.

Para contestar debidamente a la mencionada nota, el Director espera la respuesta del Soberano Congreso, a quien saluda con su mas distinguida consideracion.— Palacio Directorial, Santiago, Diciembre 11 de 1824.— Ramón Freire.— F. A. Pinto.— Al Soberano Congreso.


Núm. 115 editar

Señores Representantes:

Encargado de la seguridad i defensa de la República, no puedo diferir un momento de someter a las meditaciones del Soberano Congreso el cuadro alarmante de nuestra posicion, i los peligros que próximamente amagan la independencia nacional. El Director Supremo no ve distante la invasión de un ejército español sobre nuestro territorio, i el Soberano Congreso calculará si los fundamentos con que el Ejecutivo apoya sus temores merecen toda su atencion.

La guerra ha tenido fluctuante por muchos años la independencia del Perú, i solamente ahora parece que se acerca a una crisis eminentemente favorable a la causa americana. Es verdad que la discordia entre los jenerales Laserna i Olañeta ha terminado amistosamente por una transacción nada común entre partidos que apelan a las armas. El jeneral Olañeta debe mandar en jefe las cuatro provincias del Alto Perú, con absoluta independencia del jeneral Laserna, i solamente subordinado a la Corte de Madrid en los mismos términos que los virreyes de Buenos Aires. Ambos deben cooperar con todas sus fuerzas a mantener la guerra contra los Independientes, i ámbos se han obligado de enviar a Madrid sus ajentes para dar cuenta a su Rei de los motivos que les indujeron a adoptar una conducta recíprocamente hostil. Así es que las fuerzas del jeneral Olañeta que diariamente se aumentan, léjos de haberse sustraído de la masa de las que combaten en favor de la España, están ahora ligadas por nuevos i solemnes compromisos a cooperar con las de aquel jeneral contra la independencia.

Desembarazado el jeneral Laserna de esta guerra interior, ha traído a su cuartel jeneral el ejército que mandaba el jeneral Valdés, i ha concentrado a las inmediaciones del Cuzco todas las fuerzas españolas que componían los ejércitos del Norte i Sur. La totalidad de estas fuerzas es de ocho mil hombres, sin contar el batallón que conducía del Callao a Quilca la escuadrilla española; i todos los preparativos anunciaban mui próxima una batalla jeneral.

El ejército combinado a las órdenes del Libertador de Colombia, despues de la brillante jornada de Junin, habia perseguido hasta al Apurimac al del jeneral Canterac, que se replegaba al Cuzco sobre el centro de sus operaciones. La formidable barrera del Apurimac interpuesta entre ámbos ejércitos solo va a presentar al Libertador otra ocasion mas de desplegar la sublimidad de su jénio militar. No es posible estacionar un ejército de once mil hombres en la infecunda provincia de Guamanga, i tan luego como le sea posible franquearse el paso de esterio buscará al enemigo para combatirlo.

La pericia, el valor, el entusiasmo i número de tropas aguerridas, i cuantos accidentes en la guerra son capaces de inspirar confianza en el resultado glorioso de una batalla, todos incontestablemente están colocados al lado del ejército del Libertador de Colombia, de modo que casi se puede asegurar, que ya no es problemática la independencia del Perú.

Pero esta victoria tan deseada, i por la que no debemos cesar de elevar nuestros votos al cielo, va a traer infaliblemente la guerra sobre Chile. Por completa que sea la derrota del ejército español en el Perú, hallándose a corta distancia de la costa, i teniendo en el puerto mas inmediato, que es Quilca, su escuadra que en fuerzas es bastante superior a la nuestra, proporcionará a los restos derrotados una retirada segura, i un asilo invulnerable, en la isla de Chiloé. Suponiendo que el enemigo perdiese tres cuartas partes de su ejército i que salvase otra cuarta, ésta nunca bajaría del número de dos mil hombres, al que se incorporaría también la guarnicion del Callao, i formarían una fuerza de tres mil.

La de Chiloé, fuerte de otras dos mil plazas, los recursos que presenta su pobre i numerosa milicia a jefes aguerridos i desesperados, la imposibilidad de dar por mucho tiempo subsistencia i entretenimiento a tanta tropa; la movilidad que les franquea la posesion del Pacífico, la inmediacion a nuestro territorio i el carácter emprendedor de aquellos jefes, me dan por resultado una espedicion fuerte sobre nuestras costas en una época no mui distante, especialmente habiendo dejado en dicha isla el navio Ana siete mil fusiles i un acopio considerable de toda clase de pertrechos militares.

El Ejecutivo no deduce esta invasion como un corolario de los antecedentes que espone, sin embargo que los considera demasiadamente suficientes para producirle. Avisos seguros de personas mui respetables, cuyo carácter no puede comprometer, le han indicado que este es el plan de los españoles i que mui probablemente a su retirada del Perú tentarian de dar un saco a Valparaíso. Por este motivo, el Ejecutivo se apresuró a montar aquella guarnicion en un pié de respetabilidad que la ponga a cubierto de esta empresa, i continúa trabajando en su seguridad.

El Soberano Congreso habrá conocido que hasta aquí solamente he bosquejado el cuadro de nuestra posicion por el lado que nos es altamente favorable, es decir, en la suposición de que el ejército de los españoles en el Perú sufra una derrota tan completa que pierda tres cuartas partes de su fuerza i que todo aquel vasto territorio libre e independiente se reúna a la causa americana. Mas, ¿cuál seria nuestra situacion si por un inesplicable capricho de la suerte (lo que Dios no permita) diese la victoria al ejército español i sufriese algún gran contraste el jeneral Bolívar? Deshecho el ejército combinado, posesionado el enemigo de todo el Perú i en aptitud de desplegar tranquilamente los inmensos recursos que le suministra el país, incorporadas ya a su escuadra las dos fragatas de guerra Perla i Aretuza, que recientemente habian salido de Cádiz para el Pacífico, i con un ejército fuerte i victorioso sin tener en que emplearle en el Perú; nuestros peligros i nuestra existencia comenzaban a tomar un carácter tan alarmante que en ninguna época de la revolucion se habria visto mas sériamente amenazada la independencia de Chile.

Con la ocupacion de este país no solamente se lisonjean los enemigos de conservar el Perú, sino también conquistar las otras secciones independientes, i la pluma se me cae de la mano al considerar la actitud en que estamos para resistir la tormenta que amaga sepultarnos en las mismas desgracias que lloró Chile en los años 14, 15 i 16.

Al Soberano Congreso es demasiadamente conocida nuestra situacion interior. Nunca Chile ha estado tan repleto de españoles como se ve en el dia; no solamente el crecido número de prisioneros de mar i tierra vive entre nosotros, sino que mas de setecientos fueron enviados del Perú en diversas ocasiones, sin incluir otros que voluntariamente se lian domiciliado en el país. Todos se hallan diseminados en nuestro territorio. En el mismo caso están los americanos que por su conocida adhesión a los españoles habian sido trasladados al otro lado de los Andes, i los efectos funestos de su influencia en la opinion jeneral, quizá cuesten a Chile lágrimas de sangre.

No es mas consoladora nuestra actitud militar para hacer frente a una invasión. Nuestro ejército, desde Valdivia a Copiapó, consta de cuatro mil novecientos veintiuno, cuyo número decrece diariamente por la desercion. Se halla distribuido del modo siguiente: 754 en Valdivia, 1,685 en la frontera de Concepcion, 2,187 en la provincia de Santiago i 295 en la de Coquimbo. Aunque toda esta fuerza se halla mandada por excelentes jefes, en quienes el Gobierno coloca la mayor confianza, es mui corta en número para resistir con éxito cualquiera agresion, hallándose especialmente colocada en puntos tan distantes que no seria posible su concentracion por la estructura topográfica del país. Cualquier desembarco del enemigo en la provincia de Santiago costaba una gran parte de nuestro ejército i presentaba al enemigo la ventajosa oportunidad de batirnos en detall.

Si, pues, cualquiera que sea la alternativa de nuestras armas en el Perú es inevitable una espedicion española sobre nuestras costas; i si los medios de defensa son tan insuficientes como lo cree el Ejecutivo, parece llegado el caso de que la Representacion Nacional ponga a la República a cubierto de las calamidades que la esperan, pues está fuera de la esfera del poder del Ejecutivo la adopcion de las medidas que imperiosamente reclama la seguridad del país.

Constando toda nuestra fuerza veterana de cuatro mil novecientos veintiuno, como lo acredita el adjunto estado, es de necesidad elevarla hasta el número de ocho mil plazas cuando ménos para distribuirla oportunamente en los lugares que convenga, i quede un sobrante de cinco a seis mil hombres que permanezca unido i en campamento. Con esta fuerza puede garantir el Ejecutivo la inviolabilidadad de nuestro territorio.

Mas, cuando propone al Soberano Congreso el aumento de esta fuerza veterana, no cuenta con ella sola para salvar la República. Las milicias, que en todas ocasiones han dado a Chile dias de gloria i en cuyo patriotismo los enemigos han encontrado una barrera formidable, se disciplinan por todas partes, i a este fin han marchado oficiales comisionados.

Pero seria ilusoria la autorizacion que se hiciese al Ejecutivo para el aumento del ejército si no se facilitasen igualmente los medios de pagarle i sostenerle mensualmente. En el dia carece éste no solamente de sus pagos sino de una porcion de artículos esenciales para hacer la guerra, como caballos i vestuarios. No alcanzando los recursos con que cuenta el Ejecutivo ni aun para entretener regularmente las tropis existentes, las veces que ha intentado incorporar reclutas, han desertado, perdiendo el Estado vestuario i costo de conducción. Por heróicos que sean (como son) los sentimientos de la oficialidad i tropa veterana, no es posible mantener pura i activa la disciplina militar de un ejército que no se paga.

Con el mas profundo dolor de mi corazon, he tenido que tomar la providencia de retirar un crecido número de oficiales agobiados de servicios i de mérito, sin compensativo alguno, i aunque gozan de medio sueldo, ni una sola vez han podido percibirle por la deficiencia del Erario. Permítaseme este corto paréntesis a mi esposicion, porque la justicia i la gratitud nacional se hallan comprometidas por el estado de abandono a que se vé relegada esta clase tan eminentemente meritoria i digna de mejor consideracion.

El Soberano Congreso habrá ya quizá notado que, pasando una revista a los peligros que cercan nuestra independencia, nada aun se haya dicho de los esfuerzos de la España i sus aliados, cuando jeneralmente se enuncian planes atrevidos de aquellas naciones para recolonizar la América. El Ejecutivo cree los anteriormente espuestos de primera atencion i aunque considera remotos los efectos de la liga europea, no quiere prescindir de informar al Soberano Congreso el valor que puedan tener las amenazas del Rei de España. Las últimas noticias de la Península nos informan de un ejército espedicionario de seis mil hombres en Sevilla i del empréstito de doce millones de pesos que habia conseguido el Rei Fernando del comercio de Holanda. Tambien el embajador ruso en la Corte de Madrid habia ofrecido, a nombre de su amo, cien mil soldados i los buques necesarios para el sometimiento de las Américas; i aunque otras promesas de igual naturaleza puedan haber halagado al Rei de España, el Ejecutivo por ahora las considera de un carácter insignificante. Solamente pide encarecidamente al Soberano Congreso fije su conderacion en las trascendencias de la batalla que va a decidir de la suerte del Perú, porque sus resultados, sean cuales fuesen, mui prontamente van a comprometer la seguridad de Chile.

El Ejecutivo saluda respetuosamente al Soberano Congreso.— Santiago de Chile, Diciembre 11 de 1824.— Ramón Freire.— F. A. Pinto.


Núm. 116 editar

Incluyo al señor secretario el libramiento contra la Tesorería Jeneral de los cien pesos que, en su atenta nota de ayer, me avisa haber acordado el Soberano Congreso se pidiesen para los gastos que indica.

Saludo al señor secretario, pidiéndole acepte mis consideraciones de aprecio.— Santiago, Diciembre 10 de 1824.— D. J. Benavente.— Señor Secretario del Soberano Congreso.


Núm. 117 editar


Memoria que el ministro secretario de Hacienda presenta al Congreso de la República de Chile
[2]


Señores:

El Ministerio de Hacienda nada satisfactorio puede todavía presentaros. Corriendo siempre entre dificultades, que ha multiplicado la misma naturaleza de las cosas, o las circunstancias del país, o causas secretas que no seria decoroso a la Nacion publicar, el último año ha trascurrido sin aplicar remedio al mal tan lamentado, cual es el déficit de la Hacienda, asunto enéticamente recomendado por el Congreso de Plenipotenciarios i el Jeneral Constituyente [3]. Concédase que el Senado Lejislador i Conservador de la moral pública haya hecho cuanto dice por desempeñar cumplidamente tan árduo encargo; respétense como axiomas las máximas seguras que establece; sean las virtudes i coraje los únicos recursos bastantes a constituirnos independientes; destrúyase el ejército permanente i la escuadra para echarnos en los brazos de una milicia todavía no organizada ni disciplinada, aun no tan sobria como la de Esparta ni tan modesta como la de Suiza, i entonces mire el Soberano Congreso por encima de tantos delirios la suerte que se preparaba a la República.

El primer principio orgánico i económico que meditó el Senado fué "reducir los gastos a las entradas naturales del Erario i no mas." Las entradas naturales (i eventuales) consisten en los derechos de aduana, alcabalas i diezmos, las que, segun los estados del año pasado i presente, montarán a millón i medio. La mitad de esta suma se debia invertir en el pago de la lista civil, según la Constitucion, i de las misiones estranjeras; i la otra mitad, quedando para el ejército i escuadra, alcanzaría cuando mas a mantener dos batallones i un bergantín. ¿Será patriota quien nos aconseje deponer las armas cuando estamos casi al término feliz de la guerra? I la autoridad que lo mandase ¿habría llenado el fin para que fué instituida?

"Remediar todo desórden i falta de economía en los gastos," es el segundo principio orgánico i económico que establece el Senado. Nada hai mas justo i conveniente; pero falta saber si acertaba con los medios de hacerlo. Es constante que el principal consiste en que sin noticia del Ejecutivo no se pueda disponer de los fondos públicos. Véase por el hecho siguiente si se ha observado esta máxima. Existían en la hacienda Bucalemu sobre tres mil fanegas de sal. Este articulo se hallaba al precio de seis pesos fanega, i se hicieron propuestas de compra al Gobierno, que pidió razón de la existencia a los arrendadores de la hacienda. Estos respondieron que la sal en cuestión era suya por haberla comprado a una comision de dos senadores. Se pide informe a los senadores i contestan que la sal se habia vendido en 1,538 pesos para traer de Lóndres un anfiteatro anatómico con sus útiles, figuras de cera, estampas, libros, losas, etc., etc.

Cuando el país hubiese estado en situacion de comprar anfiteatros, en medio de sus pobrezas i guerra que le proporciona desgraciadamente muchos anfiteatros en los campos de batalla, ¿podria una comision disponer de los fondos públicos sin noticia del Gobierno? ¿Este es el modo de remediar desórdenes i falta de economía?

Tercer principio orgánico económico: "No empeñar anticipadamente los fondos públicos." Esto se debe relacionar a la emisión de billetes contra aduana. Es verdad que el Gobierno dispone hoi de las entradas de mañana, porque la pobreza de la hacienda, la necesidad de socorrer a Valdivia i Concepcion, la seguridad de la Patria, etc., etc., exijen muchas veces socorros prontos a necesidades que no permiten espera.

Cuarto principio: "Vincular, si le hubiera sido posible, cada ramo fiscal al pago de un ramo administrativo"... ¡Feliz invento!!!

Quinto principio. "Evitar toda nueva contribucion"... Aquí se desearia no encontrar en el mensaje ideas subversivas i anti-patriotas. Pero ese principio es consecuencia del primero.

"Guiado de tales principios, el Senado resistia constantemente la imposicion de nuevos derechos o contribuciones." Si tal era la intencion del Senado, ¿por qué no rechazó en el término de seis meses los proyectos presentados en iniciativa i aprobados por el Consejo de Estado? ¿Por qué mantuvo al Ejecutivo en tan perjudicial especiativa?

El Senado estinguido se remite en todo a los documentos existentes en secretaría. Rejístrelos el Soberano Congreso, examine los trabajos de las comisiones, i juzgue sobre las causas que ántes se llamaron indecorosas a la Nacion.

Cuando ménos podrá notarse un obstinado empeño en edificar de un golpe un sistema de Hacienda, que saliese del cerebro de su autor completamente formado i armado como la Minerva de la fábula. Todo se quiso sacrificar a la ejecucion de este pensamiento peregrino, i el verdadero resultado ha sido consumirse en la espectacion, embarazar por todos los medios la marcha del Gobierno i permanecer en la nulidad. El acta del Senado de 21 de Julio le dió alguna espedicion, pero el tiempo solo ha sido bastante para arrojar algunas semillas que fructificarán en breve, si el Congreso les presta su sancion.

Segun el presupuesto formado en Marzo, los gastos ordinarios del año actual debian ascender a dos millones i medio [4], i las entradas calculadas los nueve primeros meses, cuando mas a millón i medio [5]: resultaba el déficit de un millón. El Gobierno creia posible llenarlo rebajando aquéllos de quinientos mil pesos, i aumentando éstas de otro tanto. Para ello era preciso apurar las economías hasta el estremo, contraerse solo a lo estrictamente necesario para sostener la guerra de la independencia i poner nuevas contribuciones que concillasen la equidad e igualdad entre los contribuyentes. Se habria alcanzado aboliendo imposiciones duras i mezquinas para sustituirlas con los arbitrios que se presentaron a la pasada lejislatura. Pero ellos salian del camino trillado, i nunca están dispuestos a abandonarlo los hijos de los españoles. Formados en la escuela de las Reales Órdenes, Recopilacion i Siete Partidas, miran con alto desprecio cuanto se ha escrito en otro idioma.

Rentas fundadas sobre alcabalas i aduanas, son siempre eventuales, i pueden ser nulas por las malas cosechas, por las oscilaciones de la guerra, o por la corrupcion de los empleados i empeño de los contrabandistas. Ya no se podia dudar de esta verdad. Fas alcabalas están rematadas en una tercera parte ménos [6], i las aduanas no darán este año la mitad de lo que produjeron en los pasados. Mil causas, es cierto, se han pintado sumamente estrañas, pero no son raras en pueblos revolucionados, en guerra activa i apénas naciendo para el comercio; en gobiernos nuevos i marchando a tientas por la difícil ciencia de mandar. El reglamento de 1822, las causas que lo dictaron i sus consecuencias, han causado males que no se conocen por la jeneralidad. El tiempo i la prosecucion constante de un plan meditado i formado sobre opuestos principios, solo podria remediarlos.

El déficit que se presenta no es nuevo. El existe desde que quisimos salir de la esfera de colonos; los gastos crecieron desmesuradamente, porque fué preciso crear ejércitos, escuadras, misiones estranjeras, Gobierno Soberano, Supremas Córtes, etc., etc., i todo con las entradas naturales i no mas. Es verdad que entónces se comprenderian sin duda en las entradas naturales los secuestros i los empréstitos forzosos.

La Tesorería Jeneral tuvo de entrada el año 17, 1.752,127. 4, i sucesivamente ha ido en diminucion hasta reducirse a solo los diezmos, papel sellado i bulas que nunca llegan a 300 mil pesos [7]. La Casa de Moneda selló entre oro i plata el valor de 1.161,283 . 1 . 7, i el pasado solo 367,658 . 7 . 14. En los últimos nueve meses ha amonedado 133,094 . 3 . 19 [8]. Las aduanas dieron el año 21, 1.466,571, i en los diez meses del presente no han dado la mitad.

Es verdad que los gastos han minorado, pero nunca al grado de nivelarse con las entradas. El órden mismo que se ha establecido, causa, como es jnsto, mayores gastos. Los ejércitos ya no comen de prorratas, como se decia anteriormente; la provincia de Concepcion ha sido auxiliada como no lo fué nunca, i lo mismo Valdivia.

En la época del presente Ministerio, que seguramente ha sido la de ménos ingresos, se han hecho gastos mui considerables. La espedicion a Chiloé costó mas de cien mil pesos en fletes, víveres i otros estraordinarios, sin incluir la paga del ejército. Para ello la lejislatura de entonces solo auxilió con cincuenta mil pesos del empréstito, pero lo hizo con tanta flojedad i apatía, que tal vez a ello se debe el éxito desgraciado de tan útil i conveniente empresa; observando las fechas de las comunicaciones en que se pidió el auxilio i en la que se concedió.

En Octubre de 823 no existia en sala de armas un fusil. Hoi tiene la República en diversos puntos, a mas de los repartidos en los cuerpos, ocho mil flamantes i de superior calidad, sobre tres mil recompuestos, i mas de cuatro mil sables. Tampoco habia una bala de fusil i hoi existen los repuestos necesarios. El Ministerio de la Guerra dará cuenta de las nuevas baterías i de las cureñas que se han construido.

Toda la escuadra se ha carenado, por no decir formado de nuevo. La hermosa fragata María Isabel, que ya estaba abandonada, se ha puesto indisputablemente en mejor estado que cuando se apresó en Talcahuano. Lo mismo se ha hecho con la Lautaro, corbeta Chacabuco, bergantines Galvarino i Motezuma, i se está haciendo con la Independencia. Esta operacion llena hoi de consuelo i esperanzas a los buenos patriotas, como les habria llenado de dolor i amargura su falta, si hubiesen prevalecido los grandes principios del Senado estinguido, si el Gobierno hubiese estado atenido a las entradas naturales i no mas.

Las fronteras del Sur se han tranquilizado a fuerza de tres espediciones que han salido de Concepcion i de oportunos i costosos obsequios que se han hecho a los indíjenas. El feroz clérigo Fenebú i el infame Pico abrieron con su sangre el camino a una paz durable con los seducidos indios.

Nunca se valoriza justamente lo que ha hecho el Gobierno; pero siempre se critica acerbamente lo que ha dejado de hacer. Si existe entre los señores diputados alguno que haya estado cerca del Gobierno, podrá decir los muros impenetrables que por todas partes se oponen a su marcha, i lo que ha trabajado por superar algunos. Sobre todo, la imposibilidad de sacar recursos de un país sin comercio, sin industria, sin crédito, sin cosechas en cuatro años consecutivos, i, es preciso decirlo, bastantemente cansado. Una sola vez en la actual administracion se ha tocado el medio de levantar un empréstito. El consistia en sesenta mil pesos, i era destinado a despachar la escuadra en busca de las fuerzas españolas, a defender el dominio del Pacífico, sin el cual no podemos llamarnos independientes de España, i a dar un eficaz auxilio al Libertador de Colombia, próximo a serlo del Perú. Difícilmente podrá creerse que en cuarenta dias no pudiese realizarse la mitad de dicho empréstito, i que para ello fuese necesario usar medios fuertes. No debe culparse tanto el patriotismo de los ciudadanos cuanto el descrédito del Gobierno. Muchas veces se les ha pedido con las mismas promesas de la devolucion i con las garantías mas sagradas; pero ninguna se les ha cumplido. Es preciso repetirlo: sin crédito no podemos existir.

¡Quiera el actual Congreso penetrarse de esta verdad i poner con sus manos la primera piedra del edificio del crédito público! Esta seria consolidar la deuda interior, i ya que no estamos todavía en estado de destinar algún fondo para su amortización, al ménos se señalasen cincuenta mil pesos para pagar un corto interes. Cada año se amortiza alguna cantidad sin quererlo, porque deudores a la Hacienda ocurren a pagar sus deudas con las del Gobierno, que no siempre puede desentenderse de la justicia con que se reclama. Por medio de esta consolidacion, los documentos existentes o los nuevos que deberían darse, tornarían algún valor, volverían al jiro esos capitales perdidos, tendrían cómo subsistir muchas familias reducidas a la mendicidad, i, sin disputa, la suma con que se pagase ese ínteres reingresaría en las arcas públicas con usura i bajo el disfraz de derechos de aduanas, etc., etc.

El vehemente deseo que el Gobierno tiene de crear el crédito nacional; los sagrados compromisos en que se halla con los prestamistas ingleses; la desaparicion casi total del empréstito, i la absoluta imposibilidad de sacar cuatrocientos mil pesos anuales para pagar los intereses, en un país aniquilado por la guerra, pobre por los pasados desórdenes i con el déficit en su Hacienda que ántes se ha dicho, obligaron imperiosamente al Gobierno a ejecutar el estanco de tabaco, naipes, licores estranjeros i té, que el pasado Congreso decretó en Enero de este año, bajo la contrata que se publicó. Ella es aun mas ventajosa en varios respectos a los artículos de la mocion que se aprobó por la lejislatura.

Por dura que parezca esta medida i contradictoria a los principios proclamados, la necesidad la hace justa i conveniente. Ella ha sido recibida por el público como la única áncora que salva el crédito esterior de la República. Si se han hecho sentir algunas murmuraciones, es preciso notar que son dictadas por el sórdido interes en unos, i en otros por el deseo de trastornar el órden establecido. Por este motivo, toda medida es mala i perjudicial, como no ponga la fortuna pública en manos de estos aspirantes.

Pocos niegan en vista de la necesidad, la utilidad del estanco; pero algunos le quisieran administrado por cuenta de la República. El año de 1808 produjo el estanco al Gobierno español la utilidad líquida de 183,278 pesos. [9] Obsérvese que entonces éramos rejidos por la unidad i enerjía de un Gobierno tiránico; que entonces obedecíamos con la humillante resignación de los esclavos; que las factorías del Perú pertenecían de una misma autoridad, que Chile no necesitaba avanzar fondos para comprar las especies estancadas, i que en todo habia un órden inalterable. Ahora es bien al contrario, i el estanco debe dar mas de cuatrocientos mil pesos, contando con poner los fondos en Londres, etc., etc.

Es bien cierto que nuestras rentas no alcanzan a cubrir los gastos, pero aun lo es mas que su sistema es viciosísimo i que necesita reformarse.Para demostrarlo se sentarán dos principios económicos que pueden fijarse como máximas seguras en contraposición de las erradas que sienta el mensaje del Senado:

  1. Las entradas deben proporcionarse a los gastos precisos para existir como nacion, i no éstos a aquéllas.
  2. Deben preferirse aquellas contribuciones que vejan ménos al ciudadano, producen mas a la Nación i cuesta ménos su recaudacion.

El primero es tan claro que solo no querrá entenderlo quien tenga ínteres en nuestra ruina.

El segundo tambien lo es, i para solver cualquiera sofisma que pudiera inventar la lójica escolástica, obsérvese que en el sistema actual cuesta la administración de Hacienda un veinte por ciento, i en el nuevo que trata de establecerse, cuando mas un seis. El ramo de patentes que está en planta, ha producido en esta ciudad i la de Valparaíso, hasta hoi, veinte mil pesos; en toda la República producirá cuarenta mil i solo tiene de costo el valor de cuatro resmas de papel sellado i dará cuatro veces mas que ántes.

El proyecto de contribucion directa está bien adelantado, habiéndose ya repartido un gran número de declaraciones de capitales. Ellas se recojerán llenas si el Soberano Congreso sanciona la lei que luego le será presentada. Lo mas conveniente en la utilidad de la medida i de la necesidad de tomarla; pero no en los medios que se indican para realizarla. Cuando se discuta en el Congreso, el Ministerio la apoyará con la estension que pide la materia, i que no permiten los límites de esta Memoria. Debe esperar, sin duda, tan grande oposicion será mui conveniente si la discusion que existe es movido por el interes jeneral; pero si, al contrario, lo es por la ciega rutina, por el espíritu de partido, por el puro odio a las innovaciones, es preciso desesperar de la formación de un sistema de Hacienda bajo bases seguras i justas, i de la inviolabilidad de las propiedades particulares. Ellas serán atacadas arbitrariamente como hasta aquí cuando lo exija la necesidad. El Gobierno ha mirado siempre como el principio de la prosperidad pública, la formacion de un banco, que pueda sacar a la circulación multitud de miles que se enmohecen encerrados en las arcas de ricos propietarios; que pueda poner en movimiento el comercio paralizado a veces por falta de numerario; que fertilice hermosas tierras desiertas, desagüe ricas minas i convierta en ciudadanos laboriosos una porcion de hombres que ha reducido la revolución en holgazanes i vagabundos. Para realizar tan útil empresa ha invitado a los comerciantes mas emprendedores del país, i a algunos ciudadanos ricos, les ha ofrecido su protección i negado su interferencia en los fondos. Esto último ha sido preciso prometer i lo será cumplir relijiosamente, pues el crédito de nuestros Gobiernos es tal que basta querer mezclarse en estas empresas para destruirlas en su nacimiento. Se han recibido por el Ministerio indicaciones de casas de Buenos Aires para poner fondos hasta la cantidad de tres millones, siempre que se establezca el banco sobre bases racionales. El Consulado tiene órden de presentar ciertos trabajos, que deben preceder al proyecto de lei que se someterá a la sanción del Congreso.

El contrabando en la importación está casi enteramente aniquilado, porque puede decirse con verdad que no trae cuenta al comerciante el hacerlo. Ojalá sucediera lo mismo con el de esportacion de metales en pasta. Esto pide un pronto remedio, si se quiere que haya numerario en la circulacion, objeto principal i único de las Casas de Moneda. Los diputados de las provincias mineras darán al Congreso informes luminosos sobre esta materia. El arreglo de la Hacienda debe ser el asunto preferente del actual Congreso. Las pasadas lejislaturas, aunque digan cuanto gusten, nada, nada hicieron por llenar el déficit, i mucho por aumentarlo. Decretaron mas de cien mil pesos en nuevos sueldos, i minoraron las entradas de otro tanto, habiendo abolido el ramo de balanzas i tajamares, de leña, i la mitad de las alcabalas, sin sustituir estas aboliciones con otros arbitrios. Apénas el Gobierno se encontró espedito, cuando puso en planta algunas economías i nuevas entradas, como se ve en los boletines. La contabilidad de la escuadra se ha arreglado i la tesorería de Valparaíso se ha reunido a la comisaría de marina, ahorrando así los gastos de una oficina. Igualmente se han emprendido reformas i arreglos en la contabilidad del ejército. Por último, se ha hecho cuanto ha permitido el corto tiempo de tres meses; pero queda mucho que hacer al Soberano Congreso, i debe estar persuadido que lo peor que podria sucederle a la Hacienda, seria mantenerla en el estado actual. Si las ideas que ha descubierto el Ministerio parecen acertadas, alcancen la sanción de la lejislatura; i si al contrario, sean desechadas al momento, para buscar por otros modos el remedio tan necesario. — Santiago, Diciembre 10 de 1824.—D. J. Benavente.


Notas
1
Resumen del presupuesto jeneral de gastos formado en 8 de Marzo de 1824, a saber

Pesos Rs.
Poder Ejecutivo 136,103
Poder Lejislativo 26,500
Poder Judicial 47,900
Administración de Hacienda 209,130
Ejército 1.223,323 3
Marina 514,849 2
Biblioteca 3,000
Direccion de economía nacional en solo lo establecido 36,520
Para gastos ordinarios i estraordinarios 300,000

2,497,325

Es copia.— Rio.

2
Entradas ordinarias de la Tesorería Jeneral en el presente año de 1824

Pesos Rs.
Por los diezmos de este año i resto del pasado 249,650
Por cuerambre, carnes muertas 20,300
Por papel sellado i bulas 12,787
Por temporalidades 550
La aduana de Santiago, en los nueve meses de este año, según aviso de 7 del actual, con inclusion de alcabalas 322,545
Id. la de Valparaíso en los mismos términos 347,387
I según aviso de 22 de Octubre.
953,219

Es copia. —Rio.

3
Razón que manifiesta las cantidades en que se han rematado las alcabalas de los partidos de la provincia de Santiago en los años de 1823 1824 con demostración de sus altas i bajas.
Año de
1823
Año de
1824
Baja Alta
Santiago 51,000 26,710 24,290
Valparaíso 6,020 3,150 2,870
Melipilla 710 1,675 965

Año de
1823
Año de
1824
Baja Alta
Rancagua 4,550 6,800 2,250
San Fernando 2,100 4,375 2,275
Curicó 400 400
Talca 750
Quillota 4,000 2,665 1,333
Aconcagua 2,330 2,525 195
71,110 49,050 28,493 5,685

Nota.—Las alcabalas del partido de Talca no se remataron en el bienio próximo pasado i recaudó el teniente de ministros, que no ha rendido cuenta; i en el bienio anterior se remataron en 800 pesos por don Juan Felipe Cárdenas. ——Santiago, Junio 2 de 1824. —Juan Agustín Beiner. Es copia.' —Rio.

4
Casa de Moneda
Su amonedacion
Pesos Rs. Mrs.
En el año 17 se amonedaron en oro 4,509 marc. 0 .7 och. 5 tom. 5 gs., que valen, reducidas a moneda 613,240 6 12
De plata se amonedó 64,475.4.4.3.4, que valen 548,042 2 29
Cuyas dos partidas importan. 1.161,283 1 7
En el año 1823:
Oro, 2,336 marc. 3 onz. 5 och. 0 .10 gs., que valen 317,757 7 12
De plata, 5,890.5.5.1.6, que valen 49,901 0 2
Cuyas dos partidas en el año importan 367,658 7 14
En los nueve meses corridos:
Oro, 868.2 .3 .0.1, que valen 118,088 3 8
Plata, 1,874.0.2.0.7 que valen 15 11
Cuyas partidas hacen la total importancia de 133,094 3 19

Santiago, 15 de Octubre de 1824.—José Santiago Portales. Es copia.— Río.

5
Estanco
Valor líquido de las administraciones en el año entero de 1808 318,281 6 9 12

Sueldos i otros diferentes gastos

Por sueldos de dirección, contaduría i tesorería jenerales en todo el año 17,325 1 2 16
Por fletes de mar ganados por los navios Sacramento i Teresa, los de tierra desde la factoría de Valparaíso a los almacenes jenerales de la capital de Santiago, arrendamiento de la casa de estanco, portes de cartas i otros gastos estraordinarios de la dirección, contaduría, tesorería i almacenes jenerales; se pagaron en todo el año 10,858 6 2 72

Principal de tabacos Por los tabacos que ha recibido la renta en todo el año ha adeudado 33,263 pesos 1 rs. 6 gs en esta forma:

Por el jeneral de 210,000 mazos de tabaco saña a 11 gs. 88½ zs 25,998 3 6






Por el de 4,968 libras netas de polvo recibidas de Lima i pagadas a 6 reales 3,726








Por 12,200 man. de tabaco de Guayaquil recibidos de Lima i pagados a 2 reales 3,075












33,263
1
6

Correspondiente a Lima por 647 libras 8 onzas 14 adasmes de tabaco Virjinio decomisado en Concepcion por la fragata Grampus i pagado por el precio de su venta, según real órden de 14 de Marzo de 1809 463 6



61,447 10 88
256,834 5 10 24
Rebájese el ménos valor de las existencias cotejadas con las de 1807 73,556 2 2 61
Verdadera utilidad líquida 183,278 3 7 63

Es copia. —Rio.


Núm. 118 editar

A la conclusión del reglamento de lo interior de la Sala acordó el Congreso se pasase un ejemplar a la imprenta de la República para que, a la mayor brevedad, se imprimiese, i, sin embargo de las repetidas reconvenciones que se han hecho a su administrador don Pedro José Caveros, aun no se ha conseguido hasta el dia su verificativo. En su virtud i para que tenga su efecto la disposición, interpongo el alto respeto de US. con el honor de reiterarle mi consideración i distinguido aprecio. —Secretaría del Congreso, Diciembre 23 de 1824. —Al Ministro del Interior


  1. Esta presentacion se hizo a consecuencia del retardo con que se comunicó el acuerdo del dia 9 sobre nueva elección por Melipilla, pues el oficio comunicatorio tiene fecha 11. f Nota del Recopilador.)
  2. Esta Memoria ha sido trascrita de un ejemplar impreso que nos ha facilitado don Luis Montt i que pertenece a su biblioteca particular. (Nota del Recopilador.)
  3. Mensaje del Senado a la Cámara o sea al Congreso Nacional.
  4. Véase nota 1 al final de este anexo.
  5. Id., id., 2 al id. de id. id.
  6. Id., id., 3 al id. de id. id.
  7. Id., id., 2 al id. de id. id.
  8. Id., id., 4 al id. de id. id.
  9. Véase nota 5, al final del anexo.