Sentado estaba el Padre de las gentes

​Sentado estaba el Padre de las gentes​ de Lope de Vega
De Abrahán
Soneto XCIII
   Sentado estaba el Padre de las gentes 		
a los umbrales de su casa un día,		
que en la mitad del cielo el sol ardía,		
cuando miró tres ángeles presentes.		
   Las manos, que después tan obedientes	 	
hallaron el cuchillo y la osadía,		
juntó arrojado por la tierra fría,		
y dijo a los varones eminentes:		
   «Para, Señor, aquí come y descansa		
debajo de esta sombra entre estas flores,	 	
si con tu gracia mi humildad abonas.		
   Lavaos los pies, el agua corre mansa».		
Mas ¿cómo Señor dijo y no señores? 		
Porque adoraba un Dios en tres personas.