VILLALVA , DON ANTONIO.

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Por Priego, provincia de Córdoba.


Villalva, don Antonio: «Pido que se pregunte si está el punto suficientemente discutido.»

Un señor secretario. A petición de un señor diputado se pregunta si está el punto suficientemente discutido. ¿Lo está?

El señor diputado se marcha en seguida á la redacción del Diario de Cortes, para que los taquígrafos copien bien su discurso.

Nosotros habíamos observado las oficiosas risitas con que halagaba el señor Villalva á los ministros; que había tomado un asiento apropósito para que lo oyeran votar favorablemente y otras exterioridades de este género, que indicaban su deseo de comer turrón. Pero nunca nos pudimos figurar el extraño giro que tomó la conducta de S. S.

En Priego hizo los mayores esfuerzos para que lo enviaran á Madrid, y en Madrid no dejó de trabajar hasta que lo enviaron á Priego. De Priego vino diputado á Madrid, y de Madrid salió de corregidor á Priego. Los electores no hay duda que han hecho un pan como hostias, pues su intención al enviar de diputado á S. S. no pudo ser otra que buscar medios de aliviar sus cargas, y el señor diputado se les ha ido encima con la carga pesada de su sueldo de corregidor, que necesariamente ha de salir de los gastos municipales ó sea de las mismísimas costillas de los electores. Si algún caso raro nos quedaba por ver, ninguno parece más raro que este.