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REVILLAGIGEDO, CONDE DE.
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Quedó sujeto á reelección por haber sido agraciado con la gran cruz de Carlos III; fué reelegido y tomó segunda vez asiento en el Congreso. Mientras no se trate más que de honores, no va mal, porque eso no cuesta dinero.
Hay tres clases de ministeriales: los grandes y nobles de alcurnia que quieren pavonearse, y se contentan con las plumas; los plebeyos famélicos que se abalanzan al pavo; y los que después de haberse comido el pavo quieren comerse hasta las plumas. Ya se deja entender que los últimos son los más temibles, pero por desgracia son los que más abundan.
El señor conde es esbelto y ligero como una pluma, moreno, con cabello negro muy ensortijado: es muy cortés y cortesano, pero cortesano con finura.