ORIBE, DON JOSÉ.

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Por Logroño.


Mariscal de campo, que fué inspector de carabineros, muy celoso para la exactitud del servicio, pero mucho más para la brillantez del cuerpo. Lo hemos oído hablar de improviso en cierta interpelación acerca de Cataluña, y alguna otra cuestión incidental, y debemos confesar que habla con bastante corrección y con admirable facilidad: pero en las cuestiones de importancia jamás ha usado la palabra. Si como militar hubiera sido tan irresoluto como lo es en su conducta parlamentaria, nunca hubiera llegado á ser general. Quisiera hablar y calla: no es ministerial, pero no hace la oposición; no vota en pro, pero tampoco en contra. ¡Acabe V. S. de tomar una determinación digna de un hijo de Marte! Bien debe V. S. haber conocido que el Congreso es como un campo de batalla, donde se adquiere graduación y concepto á fuerza de puños, y no por tener buena cara.