MARTÍNEZ ALMAGRO, DON JUAN FELIPE.

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Por la Puebla de Sanabria, provincia de Zaragoza.


Suele dejarse ver, pero no se le puede oír ni entender, y sin duda el principal objeto de S. S. es que no lo entiendan: quizá por esto siempre anda solo y como distraído. Los directores de la situación actual, que á nadie han de dejar tranquilo, lo han perseguido tenazmente haciéndole adoptar los tratamientos de Ilustrísimo y Excelentísimo señor, y después que ya S. E. estaba relleno con gran turgencia de materiales, todavía lo han obligado á tragar la breva de consejero real con 50,000 reales de sueldo.

Es vice-protector y presidente del conservatorio de música y declamación: suponemos que su señoría sabrá tocar el trombón y el figle. Sobre todo la declamación es una parte auxiliar de las más poderosas, para que S. S. tome la palabra en el día menos pensado, y haga furor en el Congreso.

Es mediano, delgadito, y según la longitud de su nariz debe tener olfato de podenco.