GIL Y OSORIO, DON RAMÓN.

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Por Casas-Ibáñez, provincia de Albacete.


Fué protegido por los progresistas, y á ellos debió el destino de promotor fiscal de un juzgado. Después del año 1848 le tomaron por su cuenta los moderados, y le han dado sobradas pruebas de su prodigalidad.

Le nombraron oficial del ministerio de Gracia y Justicia, magistrado de dos audiencias después, y como el más moderno tiene que ser el primero que emita su opinión y dé su voto; pasó los apuros consiguientes á su falta de práctica, y volvió rápidamente al ministerio, en donde por leer los periódicos, fumar un par de puros y dar una audiencia á la semana, más erguido que un presidente del consejo, le regala la Nación 30,000 reales de propina.

Un diputado independiente dijo con oportunidad, que llegará día en que al abrirse la sesión tendrán que cerrarse todas las oficinas de la corte, para trasladarse sus empleados en masa al Congreso.