FERREIRA CAAMAÑO, DON JUAN.

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Por Cee, provincia de la Coruña.


Habla con ojos, pies y manos; habla con todo el cuerpo, y si fuera lícito hablar á puñetazos seguramente quedaría por este terrible gallego el campo de la discusión. El discurso que le oímos defendiendo al célebre alcalde que presidió la elección de Cuevas en el distrito de Vera, es lo más chusco que se ha pronunciado en el Congreso. Los diputados se van saliendo con disimulo siempre que toma la palabra, porque parece un energúmeno, y temen que á imitación de aquel del país de los Gesenios, suelte de repente una legión de demonios que se introduzcan en los demás, causando la crisis parlamentaria más aguda que se haya conocido en las anales del mundo.

En Alcalá de Henares estuvo de juez de primera instancia, y se cuentan de S. S. cosas muy raras; después ha sido jefe político, cuyo destino renunció para ser diputado, y últimamente fué asesor de correos; pero el gobierno suprimió su plaza, y él, resucitando la pena del Talión, ha suprimido el apoyo que prestaba á su vez al gobierno. Pertenece á la oposición conservadora, porque sabe que es la que más irrita á los ministros, y ha jurado por el cuerpo del apóstol Santiago no folgar ni comer pan á manteles, mientras no les vea caer de las poltronas por la pendiente que se han labrado con sus continuos desaciertos.