Semblanzas: 095
ESCOSURA, DON PATRICIO.
editar
No hay piedra de toque más segura que la tribuna parlamentaria; y tan pronto como el señor Escosura se sujetó á la prueba, dió á conocer que era metal fino y de muchos quilates, en medio de tanta moneda falsa como se ha descubierto en el Congreso. S. S. no estaba seguro de lo que atesoraba, y cuando se lanzó á la arena manifestaba tanta desconfianza, que á cada paso dirigía la vista á los primeros ensayadores, queriendo adivinar en los semblantes si su opinión era favorable.
Desde el primer día habló con tanta naturalidad, elocuencia y erudición, que no hubo un diputado que dejase de escucharle con interés; pero le aconsejamos que cuando perore no vuelva tanto la vista hacia los suyos; porque los que necesitan conversión y arrepentimiento son los contrarios. A nadie se oculta que el señor Escosura llegará á ser un orador de los que alcancen mayor renombre.
El año 1847 fué ministro de la Gobernación, y procuró la preponderancia del poder civil: si no hubiera repartido todos los destinos entre los moderados contra el programa del gobierno, hubiera conseguido su propósito fácilmente, haciendo de paso menos efímera su permanencia en el poder.
Los moderados intentan empañar su brillo suponiéndole inconsecuente por haberse unido á los progresistas; pero al que como militar y como hombre político ha trabajado constantemente en favor de su patria, no se le puede hacer cargo ninguno porque se haya separado del partido dominante creyendo funesta su política, para unirse al caído, de cuya parte está la razón; dejando á los más para unirse á los menos, y renunciando todo el provecho que debiera esperar de los que ocupan el poder, para compartir las penalidades y sinsabores de los que le atacan con toda la fuerza de su convicción. Solo es repugnante y odioso el cambio de opinión, cuando se verifica por interés ó va acompañado de premio; que es igual á decir que todos los cambios que ha habido en España son odiosos y repugnantes, excepto el de diputado por Frechilla.
Es de simpática figura, de finísimo trato, y tiene tanto chiste como talento.