BOSQUE, DON RAFAEL. editar

Por Daroca, provincia de Zaragoza.


Parece un juego de azar el movimiento á que están expuestos en España los empleados; así se vé, que tan luego como, van adquiriendo conocimientos en el ramo que tienen á su cargo, se les separa para trasladarlos á otro puesto. Los de Guerra suelen pasar á Instrucción pública, los de Hacienda á Gobernación, los de Obras públicas al ramo de Hacienda, los de Gracia y Justicia toman á su cargo la dirección del Comercio, los literatos mandan la Marina y los que de nada entienden lo mandan todo.

El señor Bosque, después de costosos ensayos y peligrosos experimentos en la dirección y manejo de las rentas estancadas, y cuando estas tomaban algún incremento, ha sido separado de su destino para nombrarle magistrado del Tribunal mayor de Cuentas, en donde no hay duda que verá cosas estupendas, y aprenderá los misterios de nuestra sabia y moral administración.

Los diputados habrán sentido la separación del señor Bosque, porque cuando le pedían algún destinillo de escalera abajo para un encargo, no tardaba en servirles con uno de los que tenía de reserva para ese caso: los fumadores se alegraron, pues mientras estuvo de director de la renta nunca pudo lograrse un cigarro bueno, en los estancos; pero ahora es peor y anda más escaso.

Es atento y agradable, y suele llevar en la pechera unos brillantes que parecen en lo diáfanos gotas de agua.