BARNOLA Y ESPINOSA, DON PABLO.

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Por Vich, provincia de Barcelona.


Aunque siempre votó con el Gobierno, vino con semblante airado en la última legislatura, propalando que no concedería su voto al proyecto de autorización, y aun anunciando que harían lo mismo los demás diputados catalanes: ¡bobería! S. S. y todos sus compañeros rindieron las armas y votaron como antes. Toda la oposición catalana se desvanece con las recetas siguientes:

1ª. Que para el servicio de las armas se le admitan á Cataluña, sustitutos; que si no los hay dará su equivalencia en dinero; que este se invertirá en hacer carreteras en la provincia; pero que si cuando están reunidos los fondos hay un pronunciamiento y desaparecen, no se le exija á nadie la responsabilidad.

2ª. Que la industria catalana no pague ni el menor impuesto, y que la Junta de aranceles abunde en mercenarios de aquella provincia.

¡Vivan las mayorías desinteresadas é independientes!!

El señor Barnola es propietario en Barcelona; vá donde lo llevan sus compañeros, y es alto y fornido como un Hércules.