Semblanza de Lesseps

LESSEPS.




Una noche, en la Embajada de España, me encontré con Mr. de Lesseps, al cual no había visto desde 1870.

Un apretón de manos y la agradable sorpresa expresada en cariñosas frases:

— ¡Usted!

— Yo.

— ¿Recuerda usted el día de la boda?

Había yo asistido á su matrimonio en Ismailia, el mismo día de la inauguración del canal de Suez.

Ya tenía entonces Lesseps cerca de sesenta años.

Desde aquella fecha hasta la presente, este hombre extraordinario ha tenido once hijos, y ha emprendido otro negocio colosal, que se llama la ruptura del istmo de Panamá.

Es realmente excepcional este francés medio español, cosmopolita en las grandes empresas.

Los convidados del embajador de España le contemplaban con asombro.

Lesseps era allí la personificación del siglo del progreso y de los adelantos maravillosos.

Para él no existen ni el tiempo ni la distancia.

Los demás míseros mortales dedicados á las artes ó á las letras envejecemos en el rincón de nuestro gabinete dando cuartillas á la imprenta.

Lesseps está hoy tan fuerte, tan vigoroso, tan enérgico como allá en Ismailia cuando servía de guía á la Emperatriz Eugenia montando en camello.

Recordaré siempre la mañana de la inauguración del canal.

La Emperatriz, que en quince días había logrado aprender á montar en camello, al que hacía galopar como si se tratara de un caballo de paseo, llegó al pabellón donde debía verificarse la boda de Lesseps. Dió un fustazo á la pesada cabalgadura, que se arrodilló delante de un círculo de españoles y franceses, y saltó á tierra.

— ¡Vive l'Empereur! ¡Vive la France! — gritó Lesseps qué venía delante.

¡Cuantum mutatus ab illo! — podríamos decir ahora.

Desde entonces acá todo ha cambiado. El Imperio no existe, el Egipto está en la anarquía; los soberanos de la tierra que en aquella noche célebre simbolizaban la paz europea, en el banquete con que el virrey obsequió al mundo allí reunido, están ó destronados ó en enemistad alarmante. La Francia es república; España ha pasado por una revolución, una dinastía extranjera, un cantón y una restauración; el Príncipe imperial ha muerto en un país salvaje....

En doce años todo ha sufrido los embates de la fortuna.

Pero Lesseps existe, y acomete empresas extraordinarias, y encuentra en toda Europa el apoyo y la admiración de las gentes.

¿Por qué?

Porque representa algo que está por cima de todas las mudanzas humanas.

Porque Lesseps es el progreso.