Seguridades del amor
Si tu mérito, Lisi, conocieras, como la envidia persuadir procura, y estimaras en tanto tu hermosura, cuanto estimarla por razón debieras, poco desconfiaras ni temieras de un amor tan leal y fe tan pura, y viviendo en tu mérito segura, menos motivos de pesar me dieras. ¡Cuál quedara la envidia, Lisi mía, al verte como estás desconfiada, desvanecida su mordaz sospecha, y en mí el deseo y pertinaz porfía de verte de tu mérito pagada, por verte de mi afecto satisfecha!