Secretos de naturaleza, sorprendentes y de infalible resultado
Para no quedar jamán cesante.
— No ser empleado.
Para que el sol no queme la cara.
— Estar siempre á la sombra.
Para que tenga hijos la mujer mas estéril.
— Que conciba y para, que crie los hijos y no los suelte y los tendrá; y es probado.
Para verse un hombre en alto puesto en pocos instantes, siendo la admiración del pueblo que lo mirará con la boca abierta.
— Que suba en un globo.
Para que aun hombre, aunque sea viejo, le persiga á sol y á sombra la mujer mas linda que encuentre en la calle y no lo quiera soltar hasta conseguir su objeto.
— Cuando encuentres una mujer linda quítale lo mejor que tenga y echa á correr, que ella te seguirá, y es probado.
Para probar que lo son y para que sean real y verdaderamente hijos propios de un marido los que lo son de su mujer, por grande que sea la sospecha en contrario.
— Este es un secreto maravilloso que necesita ciertas precauciones para que produzca resultado. Helas aquí:
Se buscan testigos por ambas partes, y si se quiere, un escribano que levante acta. Estando todo así dispuesto, toma la mujer el hijo en las manos y dice al marido.
— ¿Confiesas y concedes de buen grado que este hijo es mió?
— Sí, contestará el marido. Entonces la mujer pone el niño ó niña en manos de su marido y dice:
— Supuesto que era mió, yo te lo doy, y es tuyo en virtud de esta donación sin que puedas negarlo.
Y es claro que no puede negarlo.
Hé aquí resuelto uno de los problemas mas difíciles y que ha llevado al retortero á toda la raza humana por espacio de seis mil años.
Pero lo mas asombroso es la sencillez con que este problema se resuelve y lo satisfechos que van á quedar todos con este medio de resolverlo.