Secreto
Pienso si habrá muerto.
Con sus manos de tiza
definitivamente y en las faldas,
hablaba de amor.
Y una lenta caravana
de mariposas negras,
le agujereaba la boca.
Como alguien sonrió indulgente
y como ella riera,
recuerdo ahora,
cómo la pobre
debió llorar, lejana.