​Santa Marta​ de Jorge Isaacs

Acurrucada en la candente orilla,
Con arenas su rostro el viento azota:
La veste harapos, y en el lodo y rota
A sus pies la corona de Castilla.

No te espante la sombra de Padilla
Ni de sus héroes la invencible flota:
Viste de nuevo la mallada cota
Y mar de llanto lave tu mancilla...

¿Qué murmura en sollozos?... ¿Qué te arredra?
¡Ah!, no dejó del libre la venganza
En tus castillos piedra sobre piedra,

Y hambriento el Océano, a ti se avanza...
¡Cómplice de Morillo y Porras... muere!
¡Es cólera de Dios la que te hiere!