Salud no, ignorancia
LXXX
SALUD NO, IGNORANCIA
Te vuelves ya de un lado ya del otro
en busca de reposo; ni á la izquierda
ni á la derecha le hallas, que es un potro
la cama para tí. Pero recuerda
cuando en tu vida pública perores
que esa dolencia a muchos les consume
el alma triste, y no se la empeores
con fáciles diatribas. Quien presume
de consecuente es como el hombre vano
de su salud que al pobre enfermo insulta
haciendo de sus fuerzas arrogancia;
un día cae el presumido sano,
en la pizarra se le ve y resulta
que no era su salud sino ignorancia.
S. 21 X 10.