Salió á misa de parida
S
alió á misa de paridaá San Isidro en León
la noble Jimena Gómez,
mujer del Cid Campeador.
Para salir, de contray
sus escuderos vistió;
que el vestido del criado
dice quién es el señor.
Un jubón de grana fina
la bella dama sacó,
con fajas de terciopelo
picadas de dos en dos;
de lo mismo una basquiña
con la mesma guarnición,
donas que le diera el Rey
el día que se casó,
y con los cabos de plata
un muy rico ceñidor,
que á la Condesa su madre
el Conde en donas le dió.
Lleva una cofia de papos
de riquísimo valor,
que le dió la infanta Urraca
el día que se veló;
dos patenas lleva al cuello,
puestas con mucho primor,
con San Lázaro y San Pedro,
santos de su devoción,
y los cabellos que al oro
disminuyen su color,
á las espaldas echados,
de todos hecho un cordón.
Lleva un manto de Contray,
porque las dueñas de honor,
mientras más cubren su rostro,
más descubren su opinión.
Tan hermosa iba Jimena,
que suspenso quedó el sol
en medio de su carrera
por podella ver mejor,
y á la entrada de la iglesia
al rey Fernando encontró,
que para metella dentro
de la mano la tomó.
Dijo el Rey:—Noble Jimena,
pues el buen Cid Campeador,
vueso dichoso marido
y mi vasallo mejor,
que por estar en las lides
hoy de la iglesia faltó,
á falta del brazo suyo
yo vuestro bracero soy,
y á aquesa fermosa infanta,
que el cielo divino os dió,
mando mil maravedís
y mi plumaje el mejor.—
Non le agradece Jimena
al Rey tanto su favor;
que le ocupa la vergüenza,
y á sus palabras la voz.
Las manos quiso Jimena
besarle y él las huyó:
acompañóla en la iglesia,
y á su casa la volvió.