Romance del desafío de Ortuño

Romance del desafío de Ortuño
de Anónimo
 		     
 Junto al muro de Zamora 
vide  un caballero erguido 
armado de todas piezas,
sobre un caballo morcillo,
a grandes voces diciendo:
Vélese bien el castillo, 
Que al que hallare velando
Ayudarle he con mi grito,
Y al que hallare durmiendo
Echarle he de arriba vivo;
pues por la honra de Zamora 
yo soy llamado y venido,
si hubiera algún caballero,
salga a hacer armas conmigo,
con tal que no fuese el Cid,
ni Bermúdez su sobrino.
Las palabras que decía
el buen Cid las ha oído.
-¿Quién es ese caballero
que hace tal desafío?
-Ortuño me llamo, Cid,
Ortuño es mi apellido.
-Acordársete debría, Ortuño,
de la pasada del río,
cuando yo vencí los moros,
y Babieca iba conmigo;
en aquestos tiempos  tales
no eras tan atrevido.
Ortuño, de que esto oyera,
de esta suerte ha respondido:
-Entonces era novel,
agora soy más crecido,
y, usando, buen Cid, las armas
me he hecho tan atrevido.
Mas no desafío yo a ti,
ni a Bermúdez tu sobrino,
porque os tengo por señores
y me tenéis por amigo;
mas si hay otro caballero,
que salga a hacer armas conmigo,
que aquí en el campo lo espero
con mis armas y rocino.