Romance de Gerineldo

​Romance de Gerineldo​ de Autor anónimo
        Levantóse Gerineldo 		
	que al rey dejara dormido, 		
	fuese para la infanta 		
	donde estaba en el castillo. 		
	-Abráisme, dijo, señora, 	 
	abráisme, cuerpo garrido. 		
	-¿Quién sois vos, el caballero, 		
	que llamáis a mi postigo? 		
	-Gerineldo soy, señora, 		
	vuestro tan querido amigo. 	 	
	Tomárala por la mano, 		
	en un lecho la ha metido, 		
	y besando y abrazando 		
	Gerineldo se ha dormido. 		
	Recordado había el rey 		
	de un sueño despavorido; 		
	tres veces lo había llamado, 		
	ninguna le ha respondido. 		
	-Gerineldo, Gerineldo, 		
	mi camarero pulido, 		
	si me andas en traición, 		
	trátasme como a enemigo. 		
	O dormías con la infanta 		
	o me has vendido el castillo. 		
	Tomó la espada en la mano, 	 	
	en gran saña va encendido, 		
	fuérase para la cama 		
	donde a Gerineldo vido. 		
	Él quisiéralo matar, 		
	mas criole de chiquito. 	 	
	Sacara luego la espada, 		
	entre entrambos la ha metido, 		
	porque desque recordase 		
	viese cómo era sentido. 		
	Recordado había la infanta 	 
	y la espada ha conocido. 		
	-Recordaos, Gerineldo, 		
	que ya érades sentido, 		
	que la espada de mi padre 		
	yo me la he bien conocido.