Revista del Jardín Zoológico de Buenos Ayres/Tomo I/A propósito de la Guía popular ilustrada del J. Z.

A PROPÓSITO

DE LA

GUIA POPULAR ILUSTRADA

DEL

JARDIN ZOOLÓGICO DE BUENOS AYRES.

Hace tiempo que me preocupa una publicacion de esta Índole, y, en más de un caso, he anunciado que aparecería próximamente.

Las personas que visitan el Jardin, por otra parte, reclaman plano y guia, y es natural que se piense que un Jardin Zoológico deba tener ambas cosas. Así es, en efecto. Pero no siempre lo necesario puede ofrecerse á tiempo, porque puede existir alguna dificultad de carácter desconocido para casi todos, que impida realizar el deseo general. El plano del Jardin (el actual) que se.confeccionó por quien esto escribe, en Mayo de 1889, por órden del Sr. Intendente Seeber, plano de cuya existencia se llegó á dudar, fué presentado en el mismo mes al Intendente, el cual nombró una comision asesora compuesta de los Sres. Dr. Cárlos Berg, Florentino Ameghino, Enrique Lynch Arribálzaga y el Director del Jardin Zoológico. Esta comision aprobó el plano «en sus grandes lineas»....«porque la parte de detalle tiene que subordinarse á la forma, plano y ubicacion de las futuras construcciones, de acuerdo con las necesidades del Jardin y las opiniones de los arquitectos.» En Octubre del mismo año (89) el Intendente ordenó se diera principio á la ejecucion de los trabajos, y así se hizo. Las circumstancias, como siempre, intervinieron, y por ellas está el Jardin como está.

Por esa época, formaba yo parte de la redaccion, ó colaboracion de El Nacional y publiqué algunos artículos sueltos, descriptivos, de diversos Órdenes de Mamíferos, tomando en cuenta las especies que los representaban en la coleccion, dando á la vez algunas noticias relativas á animales del país, que faltaban en aquella, y haciendo un llamado á la generosidad ó mercantilisimo de los lectores. Poco despues invité á mis excelentes amigos y viejos compañeros de trabajo, Félix y Enrique Lynch Arribálzaga, á que tomaran parte conmigo en la redaccion de la Guia popular ilustrada, en la forma que lo establecí mas tarde en el Reglamento del Jardin Zoológico, aprobado por la Intendencia (Capit. XVII, Art. 82, inc. 4°). Con ese objeto escribió Félix algunos artículos: El Oso blanco, el Leopardo, el Huron (Argentino), el Icneumon, el Muflon, el Carnero nalgudo, el Nilgau, el Gamo y el Peludo. Su hermano Enrique escribió tambien, porque, en presencia de la lista de Mamíferos y Aves que el Jardin tenía entonces, habíamos tomado, cada uno, una tercera parte de ella. Pero se ofrecía una dificultad: ¿cómo se distribuían las descripciones? ¿de acuerdo con el itinerario ó de acuerdo con el órden regular de la clasificacion?

Nos pareció que era más fácil para el lector buscar por el Indice el animal que le interesara, que para nosotros someternos al desórden del itinerario, impuesto por la intervencion de la estética en la construccion del Jardin. Las descripciones, entonces, figurarían en órden. De todos modos, cada artículo llevaría la firma de su autor.

Otro punto que quizá interese al lector. ¿Qué clasificacion se adoptaría? En toda obra escrita por varios autores, menester es que cada uno haga ciertas concesiones en lo que se relaciona con el plan general y sus derivaciones inmediatas, y cuando estas concesiones quedan hechas, el plan general y sus derivaciones inmediatas pertenecen á sus autores, de tal modo que se responsabilizan colectiva é individualmente de las ideas contenidas en aquel. En las obras científicas de este género, es muy difícil llegar, sin sacrificio, á la unidad de vistas, particularmente cuando el desarrollo de las opiniones propias se ha hecho partiendo de puntos diversos. De estas ideas participábamos los tres, y aunque éramos evolucionistas y estábamos, como estamos, dispuestos á considerar las ideas científicas nuevas como las mejores conquistas del entendimiento, podríamos disentir en cuestiones de segundo órden y vernos obligados á dejar constancia, en una obra de valor subordinado, de nuestros respectivos disentimientos. Antes que sacrificar á la cortesía lo que es insacrificable; antes que adoptar en comun la clasificacion de cualquier autor, convinimos en que yo me responsabilizaría, como Director del Jardin y custodio de la primera edicion, y quizá de las siguientes, de todo lo relativo á la parte Taxonómica, elaborando ó adoptando en general la clasificacion que más me agradara, agrado que, naturalmente, debía subordinarse á las leyes del buen sentido.

Considerada la cuestion bajo su verdadera faz, creo que la única clasificacion científica posible es la que empieza por las primeras formas individualizadas del Protoplasma, como base del tronco filogenético y termina en el Hombre.

Entonces, pues, si tomamos estas ideas como fundamento, nos esponemos al peligro de no cortar el nudo gordiano, representado ahora por la Guia ilustrada.

La clasificacion de los animales actuales no dá ninguna idea del árbol de la vida—y, como decía Cuvier «serían absolutamente incomprensibles si no existieran los fósiles»—porque ellos no representan sinó las ramitas extremas, mientras que las grandes afinidades se hunden en los misterios de las épocas pasadas, de las que apenas se ha desentrañado un número exiguo de representantes. Si la generacion espontánea es un fenómeno que se repite en la actualidad, las condiciones del desenvolvimiento protoplasmático no son las mismas que en los tiempos primitivos, y los organismos de reciente generacion no pueden ser iguales á los prístinos; si ella no se repite, los organismos elementales vivos de la actualidad descienden quizá de los primeros, y ya han evolucionado, y se nos muestran bajo otros aspectos.

Las necesidades de la expresion lineal nos obligan á manifestar primero una idea y despues otra, á describir primero un microorganismo y despues los que le siguen en complicacion.

Al dar término á la clase de las Aves, damos comienzo por los Mamíferos, y entonces, para vincular los Mamíferos con las Aves, describimos los Patos al fin de éstas y comenzamos aquellos por el Ornitorinco, como si los Patos y el Ornitorinco tuviesen cualquier cosa parecida á una afinidad.

En las inflorescencias en corimbo compuesto, todas las flores llegan, como en la umbela, á la misma altura. En el plano que forman, se tocan; pero ¿de dónde parten? 2 y 3 se tocan; 1 y 2 se tocan tambien, pero ¿cuáles tienen parentesco mas próximo?


Fig. 22.
1 y 2 son hermanas; pero 3 es sobrina 2ª de 2; entre 1 y 2 el parentesco es de 2° grado, entre 2 y 3 de 5° grado; 6 y 7 tambien se tocan y el parentesco es de 7° grado. Por el estilo de estas dos últimas podría ser la afinidad de los Patos con el Ornitorinco, y sin embargo ¡qué empeño en juntarlos!

Dentro del mismo Orden, las afinidades son más aparentes; pero cada Orden tiene un coeficiente propio, y estos coeficientes no son equidistantes. Por ejemplo, me parece que la afinidad entre los Hombres y los Monos superiores es mayor que entre estos y los otros Monos, y entre éstos y los Lemúridos muy distante.—Sin embargo, graves autores colocan todavía los Lemúridos entre los Monos. Los Galeopítecos (Dermatópteros) que la inmensa mayoría de autores coloca entre los Lemúridos ó con los Murciélagos, y áun con los Monos, no tienen afinidades con ellos, ó se entroncan en antepasados muy distantes.

Lineo colocaba al Hombre en el mismo Orden que los Monos Antropomorfos; los naturalistas que le siguieron, lo separaron, y en tiempos modernísimos, Huxley adopta el modo de ver de Lineo. Es como el parentesco de las flores del corimbo.

En una Guía del carácter de esta, es imposible explicar esas relaciones; pero lo dicho basta para salvar los principios del autor, y justificar la clasificacion de los Mamíferos, que viene luego.

Volviendo por un instante á la Guía misma, ella será publicada muy probablemente en cinco idiomas.

Castellano, porque es el nacional y el del autor.

Italiano, porque, con el Castellano, son los dos idiomas que más usa la concurrencia al Jardin.

Francés
Aleman
Inglés
porque lo piden, y es una cortesía que obligará tal vez á los directores de los Jardines Zoológicos europeos, en i que se hablan estos idiomas, á usarla con los extranjeros educados que no han tenido oportunidad de aprenderlos.

De todos modos, las traducciones se están haciendo, y es una felicidad para el autor el poder consignar ahora, pues tiene motivo para saberlo, que ellas serán fieles.

En cuanto al uso de los otros idiomas de la civilizacion occidental, sería un verdadero lujo; porque las ediciones dormirían un largo sueño, y estas obras envejecen pronto. Además, para un viajero, cualquiera de aquellos cinco idiomas es obligatorio.


El lector me permitirá anticiparle, como muestra, el cuadro general, sinóptico, dicotómico, dilemático, de la clasificacion de los Mamíferos, cuyo orden será seguido en la Guía—ya que no es verosímil que pueda haber discusiones entre el Director del Jardin Zoológico y los autores de ciertas partes especiales de aquella, como por ejemplo, Enrique Lynch Arribálzaga, que estudia actualmente las Aves del Jardin para la 2ª Parte, y que refiere la Chuña y el Sanía ó Sariá á las Aves Carnívoras, junto con el Serpentario, mientras que yo pienso, que en una clasificacion práctica, son Zancudas, y tomando siempre por base las flores de corimbo.

Órdenes

Mamíferos Terrestres Unguiculados (con uñas) Pelvis normal; jamás existe el marsupio Dentadura completa con incisivos, caninos y molares. Mamas pectorales; sólo en un caso hay mamas ventrales. Sólo en esta división existen uñas aplanadas Sin alas ni órganos de suspensión aérea 2 manos 1. Bimanos.
4 manos Órbitas cerradas, sínfisis de la barba unida 2. Cuadrumanos.
Las órbitas se comunican con la fosa temporal.

Sínfisis abierta.

3. Lemúridos.
Con alas ú órganos de suspensión No vuelan 4. Dermatópteros.
Vuelan 5. Quirópteros.
Mamas ventrales y jamás uñas aplanadas Muelas triturantes 6. Insectívoros.
Muelas filosas ó cortantes 7. Carniceros.
Dentadura incompleta. Dos clases de dientes: incisivos y molares 8. Roedores.
Una clase de dientes ó ninguna 9. Desdentados.
Pelvis con dos huesos marsupiales y casi siempre un marsupio. Sin cloaca 10. Marsupiales.
Con cloaca (ovíparos?) 11. Monotremos.
Ungulados (con cascos) Dedos impares 3 dedos, el del medio mayor 12. Perisodáctilos.
5 dedos 13. Paquiterios.
Dedos pares No rumian y carecen siempre de cuernos 14. Artiodáctilos.
Rumian, y con frecuencia tienen cuernos 15. Rumiantes.
Acuáticos (pisciformes) Cuatro miembros conformados para la natacion 16. Pinipedios.
Dos miembros (los anteriores) conformados para la natacion; la cola tiene forma de una aleta horizontal ancha 17. Cetáceos.

La Guia del Jardin Zoológico no será obra exclusiva del Director del mismo, sino de diversas personas que, en más de una ocasion, han demostrado tener competencia especial, reconocida, en estas ó aquellas materias.

¿Para qué sirve dirigir un establecimiento público como el Jardin Zoológico y otros análogos, si no se ha de ofrecer para estudio su rico material á los hombres de ciencia, que como los Lynch Arribálzaga, los Ameghino, los Quiroga, los Arata, los Kyle, los Balbin, los Ramos Mejía, los Ambrosetti, los Bahía, los Puiggari, los Speluzzi, los Rosetti, los Balzan, los Bertoni, los Wernicke, los Berg, los Spegazzini, los Kurtz, los Brackebusch, los Bodenbender, los Doering, los Aguirre, los Avé-Lallemant y tantos otros, clavan estrellas en los rayos de nuestro sol heráldico?

Al menos guardo ese orgullo como Argentino, y pienso que, mientras sea Director del Jardin Zoológico, los trabajadores del temple de aquellos, encontrarán siempre, en el establecimiento público á mi cargo, no sólo los elementos que, como Director del mismo, pueda proporcionarles, sinó tambien los que mi propia accion individual encuentre para facilitarles cualquier tarea cuyos materiales estén bajo mi accion.

No se me oculta que la Guía será muy útil mas allá de lo que su objeto ofrezca por ahora—y como más de una vez, al iniciar mis estudios, lamenté la falta de una obra semejante, bien sé yo de qué modo me lo agradecerán los que sepan utilizarla.

E. L. H.