Revista de la semana del No. 48, 1869
C
ontinúa un tanto nublado el horizonte político.
Además de los enemigos, ya encubiertos, ya declarados que la situación tiene fuera de su seno, dentro de él mismo surgen escisiones fundadas unas veces en motivos de de gobierno interior, y otras en la tan asendereada empresa de elección de un monarca ta aue á todos agrade y pueda satisfacer las aspiraciones de todos. Solo con esto queda consignada la dificultad de tamaña empresa. Así las candidaturas se suceden, inutilizándose unas á otras, y siendo el resultado de todo esto por ahora la prolongación indefinida de la actual interinidad.
Otra de las dificultades, y no pequeña por cierto, es el arreglo de la Hacienda. Para ello, á pesar de todas las teorías económicas inventadas y por inventar, sólo existen dos caminos; disminuir los gastos ó aumentar les ingresos. El segundo es impracticable, pues el comerció, la agricultura, la industria y la propiedad, apenas pueden sobrellevar los escesivos impuestos: resta solamente el primero, que son las economías con acierto realizadas, y en este punto hay mucho por hacer todavía, pues aun quedan muchas ruedas inútiles de la máquina social, que consumen y no producen, estorban y para nada ayudan, sino es para atraer consigo la decadencia y la ruina. Teniendo esto en cuenta el ministro señor Zorrilla ha desistido de la perjudicial supresión de universidades y prepara importantes trabajos sobre reforma y dotación cfe clero, arreglo de diócesis y parroquias, culto y demás particulares eclesiásticos que pueden ser objeto de la legislación civil. ¡Cuánto más económico, más breve y mejor sería que en tiempo oportuno se hubiera establecido la independencia entre la Iglesia y el estado, cumpliendo así las aspiraciones de la revolución y de la ciencia! Desengáñense los gobiernos liberales: por muchas condescendencias que tengan para con el clero mitrado, éste será siempre su mortal enemigo, y así lo ha manifestado en todos tiempos y circunstancias.
Objeto de muchos comentarios en Madrid ha sido la remisión bajo partida de registro del obispo de Cuba, hecha por ecapitán generade aquedepartamento. Al llegar el mencionado obispo á Cádiz, acompañado, de unos 80 á 100,000 pesos (que ciertamente no es mala compañía), intentó fugarse á Gibraltar; pero la Divina Providencia, sin cuyo permiso no se mueve ni la hoja deárbol, hizo que fuese cogido por las autoridades y que en vez de ir á parar a Gibraltar, que es tierra de protestantismo y perdición, viniese al edificio de los padres Escolapios de Madrid, donde á esta hora se encuentra S. lima, incomunicado y con agentes de guardia. Por otra parte el obispo de Urge, hallándose sujeto á un espediente, se ausenta sin permiso deministro de Gracia y Justicia, manifestándole que se ha cubierto con un manto de gloria; mientras el padre Maldonado reúne á los carlistas cerca de la frontera; y allí, cumpliendo sus apostólicos deberes de predicar la paz, les excita á la guerra civil, Ja más sanguinaria de todas, ofreciéndoles la dominación de España, el restablecimiento de las dulzuras del absolutismo y la completa extirpación de la tiranía liberal. ¡Sublime!
Y ya que de carlistas se trata, bueno es conocer gue ni se desengañan, ni se arrepienten. Al pobre de don Cárlos le han hecho creer que la inmensa mayoría de los españoles suspira por verle en el trono; a lo cuál contesta el inhábil conspirador que se resigna á ser monarca; cuya respuesta, después de su malograda intentona, es en alto punto bufa y grotesca. Llevando adelante su resignación, prepara en la Róchete, según se asegura,el embarque de una nueva espedicion de carlistas para desembarcar en las costas del golfo Cantábrico. Dícese que Cabrera prestará fuerza moral á la intentona; pero que en ella no tomará parte activa. Alabamos la prudencia del caudillo tortosino. Agentes carlistas viajan sin cesar de Londres á París, á ver si logran comprometerle para que se ponga afrente de movimiento, y también para allegar recursos con que comprar y remitir armas á sus encubiertos partidarios de la Península. Pero estas armas, como el señor obispo de Cuba, en vez de ir á su destino, van á manos de la autoridad. Ultimamente el alcalde de Irun aprehendió ocultos en una cueva diversos cajones, conteniendo 600,000 cápsulas de fusil, que servirán para los voluntarios nacionales. No hay duda de que en todas las cosas el hombre propone y Dios dispone.
Como en otro lugar de este número reproducimos una estensa carta relativa á la apertura del istmo de Suez y festejos extraordinarios celebrados con este motivo, solo diremos aquí que el comercio de Barcelona ha felicitado al insigne Mr. Lesseps, y que en las Córtes Constituyentes se ha presentado una proposición para que oficialmente se haga lo mismo á nombre de pueblo español, que tan poderosamente ha contribuido á dilatar la civilización por la tierra con sus empresas y descubrimientos.
En vista de los esfuerzos que en Egipto hace el khedive en pró de la cultura y del comercio, ha determinado el sultán por un decreto, que en adelante puedan salir por la noche del estrecho de los Dardanelos. asi los buques de vela como de vapor, sin consignar el depósito á que estaban obligados anteriormente; cuya medida no puede ser más beneficiosa para los intereses mercantiles.
Acércase la apertura deConcilio, y de los obispos que se esperan en Roma son muy pocos lo que faltan. De los 54 prelados que hay en España, ya 42 han obtenido autorización para asistir al Concilio, siéndoles negada aarzobispo de Santiago y obispo de Urgel, por hallarse sometidos á los tribunales. Después de las célebres cartas del padre Jacinto, mucho cuidado han in- fundido á la curia romana la del obispo de Orleans sobre la infalibilidad del papa, asi como llama la atención de todos otra posterior del mismo prelado, censurando enérgicamente la conducta del escritor neo-católico Mr. Veuillot, con motivo de las cuestiones religiosas pendientes.
Prosiguen los alistamientos de voluntarios para Cuba. En Málaga se ha formado un batallón completo, sobrando no pocos individuos que pasarán á formar parte deque se está organizando en Granada. También está ya perfectamente organizado y equipado el tercio de voluntarios vascongados, que á estas horas ya habrá salido ó estará para salir de Cádiz. Las noticias que se reciben de la insurrección continúan siendo favorables para España: los rebeldes, faltos de recursos y divididos entre sí, van presentándose á las autoridades, y sólo aquellos más comprometidos por sus anteceden- tes criminales, se obstinan en prolongar la lucha. En Cinco Villas se presentó á indulto una partida de 400 hombres con sus jefes. Como si quisiera poner el sello á su indigna conducta el titulado general Céspedes, que á sí mismo se proclama libertador de Cuba, ha dado órdenes para la destrucción de los campos de caña y de las cosechas detabaco por eincendio, y aun de las aldeas, pueblos y ciudades hasta donde sea posible á sus emisarios. De este modo promete á su patria felicidad é independencia. ¿Qué mayor daño podría desearla que la devastación y la ruina del enemigo más encarnizado? Afortunadamente los incendiarios apenas se atreven á dejar sus guaridas, y evitan con suma prudencia los encuentros con nuestros soldados. Respecto al gobierno de los Estados-Unidos, ahora menos que nunca piensa reconocer como beligerantes los que sólo pueden reconocerse como rebeldes y malhechores.
El casamiento morganático de Víctor Manuel, ya convaleciente de su peligrosa enfermedad, parece ser cosa decidida. Según el Gaulois, la causa de su enfermedad no fue un pasmo como se decía, sino el susto que llevó al verse acometido por un jabalí. ¡Y que todo un monarca se esponga á tales sustos por gusto! Ahora ya no extrañamos que por segunda vez se case. Dios le dé cuanto le hace falta.
N. C.