Revista de la semana del No. 28, 1869

El Museo Universal (1869)
Revista de la semana del No. 28, 1869
de Nicolás Díaz Benjumea


REVISTA DE LA SEMANA.


D

esde hace algunos dias aparecen frecuentes nublados en el horizonte hasta ahora sereno de nuestra política. Mientras las discusiones sobre derecho constituyente ocupaban las sesiones de la Cámara y la atención general del pueblo; mientras mantenía el interés la solucion inmediata de la organización, siquiera sea interina del nuevo gobierno, en las sublevaciones locales, ni los planes de los carlistas, ni los trabajos de los alfonsinos, n el celo de los montpensieristas, ni las disidencias de los jefes de partido eran bastantes para preocupar por mas de un dia al pueblo entusiasta é impaciente. Después que, á gusto de unos, y á rechina dientes de otros, se decidió sobre la grave cuestión de forma, y por via de composición se dió algún viso de estabilidad á las altas regiones del poder con el nombramiento de un regente, faltó la antigua comidilla á los políticos, cambió el temperamento de las sesiones, y bajándose el espíritu de la contemplación de las cosas en la brillante esfera de los principios, á la contemplación de las personas en la nebulosa atmósfera de las pasiones y de los intereses, hé aquí que los más creyentes en un porvenir pacífico y glorioso comienzan á inquietarse con la aparición de nubecillas hoy, mañana de vientos huracanados, aquí de exhalaciones sospechosas, allí de fuegos fátuos, preludios todos de estremecimientos y convulsiones. Tal es e aspecto novísimo que nuestra situación presenta, para afrontar la cual parece no haber otro remedio en concepto de los prácticos en esta clase de mareas y rumbos, sino la estrecha unión de los tripulantes de la nave. Unanse, pues, si unirse pueden, y á quien Dios se la dé San Pedro se la bendiga.

Los primeros pasos de la nueva Asamblea francesa, relativos á verificación de actas, descontentan á los impacientes y golosos de grandes impresiones parlamentarias, que quisieran ver ya convertido en un campo de Agramante el templo de la representación nacional. Para satisfacer esta ansiedad ha propuesto un diputado adoptar la costumbre inglesa de proceder, sin pérdida de tiempo, al despacho de los negocios más urgentes é importantes, uno de los cuales es nada ménos que hacer efectiva la participación del pueblo en la gobernación del Estado, acabando con la dirección personalísima del emperador y estableciendo ministros verdaderamente responsables. Muchos son los firmantes de esta proposición, especie de caballo que, como el de Troya, encierra en su vientre temerosos enemigos, y con la cual basta y sobra para remover hasta los cimientos el órden político de la Francia. Por fuerte que sea el fundamento sobre que el régimen bonapartista descansa, no hay duda de que el nuevo Congreso, animado de diverso espíritu que los anteriores, va á introducir notables cambios en elmodo de ser del vecino imperio.

Mientras esto preocupa el espíritu de los políticos de Europa, el orbe religioso francés se ha escandalizado grandemente al oir el elogio que el padre Jacinto hizo en la sesión de la Liga de la Paz, de la religión protestante y de su influjo en la familia y el pueblo inglés a quien hace poco visitó el predicador ilustre. La Gazette de France, legitimista y católica, pone el grito en el cielo, y el ultramontano Univers no perdona este lapsus linguae en el hasta ahora brillante ídolo de la sociedad católica parisiense.

En cambio el ídolo del pueblo, Enrique de Rochefort, ha recibido amonestación del ilustrado gobierno belga para que achique la luz de su Linterna, y no deje resbalar su pluma tan á menudo. ¿Qué hará este picante escritor obligado á alumbrar á media vela? Desde luego puede decirse que se hundió el negocio de la Linterna y económicamente hablando, porque aquí cuadra aquel refrán de

Poco aprovecha candil sin mecha.

Del otro lado del canal, la política se halla en calma, y generalmente sucede lo propio en las demás naciones. Los ingleses tienen ahora con qué entretenerse, obsequiando al vi-rey de Egipto, que parece monarca del universo, según le bailan el agua delante príncipes, monarcas y emperadores de la Europa civilizada. El tiempo que no emplean en convidar a la magestad de la tierra de los cocodrilos, lo gastan en sesiones académicas y en arreglo de asuntos económicos de la importancia del llamado Trades Unions, cuyas leyes excepcionales tratan de abolir por el parlamento, en vista de los resultados de la famosa comisión examinadora creada hace tres años para estudiar la organización de estos gremios, y las ventajas é inconvenientes que ofrecen en las relaciones mutuas del capital y del trabajo, de los empresarios y de los obreros. Nada mas oportuno y justo que esta medida, reclamada por el adelanto de la civilización y los principios mas generales de jurisprudencia.

En Italia se han repetido algunos ligeros motines, pero el órden reina en Milán actualmente. La naturaleza, como si quisiera seguir en sus manifestaciones al orden político, ha tenido también su desahogo en Bolonia con un ligero movimiento insurrecciona que si bien no causó desgracias hizo parar los relojes y sonar todas las campanas. En medio de esto hay noticias más favorables acerca del estado de la duquesa de Aosta, á quien las últimas noticias representaban enferma de peligro.

El laberinto político-económico llamado la cuestión franco-belga, encontró por fin el hilo conductor, y ya, Dios mediante, no volveremos á oir más hablar de idas y venidas de amigables componedores. El gobierno belga se somete á las decisiones equitativas que el francés tenga á bien proponerle, puesta la mano sobre su conciencia, y la verdad es, que para tal viaje no había menester tantas alforjas.

Las noticias de Méjico son tan varias como siempre en detalles y tan unas en su fondo como de costumbre. Por una parte insurrecciones contra las autoridades constituidas como en Querétaro y Zacatecas; por otra pronunciamientos y movimientos de generales; aquí ataques en despoblado, allá cercos de poblaciones, y do quiera agitación, apresamientos, persecuciones y lucha entre descontentos, impacientes y ambiciosos. ¿Cuándo llegará el dia en que el correo nos traiga la frase tan manoseada en el viejo mundo de reina la tranquilidad más completa?

Por el mismo estilo son las que tenemos de Cuba desde setiembre del pasado año, no obstante que más de una vez ha corrido el rumor de que todo había concluido. Lo peor es que á la situación que la preciosa Antilla atraviesa, se agreda el no ser muy satisfactorio el estado de la salud pública, pues en la Habana habia casos de fiebre amarilla y el cólera hacia sus estragos en Nuevitas. El comercio se hallaba también muy paralizado de resultas de esta situación anómala, cosa que no podia ménos de suceder, necesitando los comerciantes para sus especulaciones la estabilidad del órden político como base de sus cálculos y combinaciones.

Entre nosotros con la entrada de los calores fuertes, se va también paralizando la poca actividad que en todas las esferas se nota de algún tiempo á esta parte, exceptuando la política.

Nicolás Díaz Benjumea.