Revista de la semana del No. 24, 1869
A
l fin, entre vítores, plácemes, músicas, luces, salvas y repiques vino oficialmente al mundo de la política la Constitución nueva con su monarquía honoraria, dando nuestros legisladores una prueba más de que, en punto á codificación, pocas naciones pueden habérselas con la que produjo el Fuero Juzgo, las Partidas y el código doceañista. El cielo quiso mostrar tanto ardor y alegría como el pueblo debiera manifestar en una ocasión tan solemne; pero como uno piensa el bayo y otro el que lo ensilla, y las constituciones no son monedas de cinco duros que á todos gustan, ha habido gentes cabizbajas y mollinas, y balcones en que han sustituido paños negros al vivo color de las telas damasquinas y de la nacional bandera.
Hecho esto urge dar tinte de estabilidad á la situación que el nuevo código inaugura, por miedo de que las cosas interinas se perpetúen, como de costumbre, en España, y se trata de echar un puente entre lo pasado y el porvenir desconocido: puente cuya entrada es franca, pero que puede desembocar en república lo mismo que en monarquía.
En la Cámara constituyente prosiguen entre tanto los debates, que sin duda parecieron pálidos y fiambres s el señor ministro de la Gobernación no los salpimentara con la mostaza de su elocuencia quisquillosa y avinagrada. Mucho adelanta el calor para seguir esta clase de escaramuzas, y como la época de asueto se viene encima, y los señores diputados necesitan reposo tras de faenas tan graves, vendrán los debates sobre los presupuestos cuando el español puede hasta pasarse sin comer. No es extraño que en todos los pueblos de clima apacible y pocas necesidades, ande algún tanto desarreglada la hacienda y se vean desiertos los escaños de Congreso al tratarse de la cuenta de la casa. Los presupuestos, por medida de buen gobierno, debían ser discutidos mientras se enciende fuego en los hogares.
Cada dia que trascurre, después de las elecciones generales en Francia, se presenta bajo faz nueva y digna de profundo estudio el grande hecho y la gran lección política que acaba de ofrecer el pueblo francés. El gobierno imperial, á fuerza de herir los oidos por muchos años con las voces de «viene el lobo» llegó á hablar de manejos ocultos, conspiraciones secretas y trabajos de zapa, sin que nadie se alarmara ni lo creyera. Tanto se habló de socialismo, que los censervadores del vecino imperio lo oian ya como se oye hablar de los habitantes de la luna. Las elecciones de Lyon y de París, no obstante, esplican ahora por qué temblaban los agentes de policía al escuchar los acordes de la Marsellesa, por qué las autoridades estuvieron en un pie como las grullas cuando la cuestión Baudin, y por qué el ministro de la gobernación andaba con la barba sobre el hombro con la publicación de ciertos libros y le hacia una sombra de los diablos la luz de la Linterna de Rochefort. Cierto, que, según afirman los entendídos, el gobierno imperial descansa todavía bajo bases sólidas; pero no deja de ser peregrino que el coco que ponia espanto en las altas regiones, haya venido á tomar cuerpo y hacerse de carne y hueso y venir á sentarse en la asamblea legislativa con su cara descubierta y ante las barbas de su eterno perseguidor. Hasta aquí ha habido socialismo imperial la Francia quiere que haya socialismo popular y envía al nuevo Congreso los gastadores de sus legiones, como para decir al emperador: «César, aquí están tus herederos .»
Turbio se presenta el horizonte en Inglaterra de resultas de la oposición fanática de los orangistas irlandeses á la reforma liberal de Mr. Gladstone. Los meetings públicos son numerosísimos y no escasean tampoco las instancias, peticiones y apelaciones á los lores para que desechen el proyecto de ley. Los pares de Inglaterra se ven en una posición comprometida. Su ministerio es oponerse á la impaciencia y veloz carrera con que el espíritu progresivo de la Cámara popular quiere llevar adelante las reformas: pero al mismo tiempo deben conocer que el pueblo desea la solución liberal de la cuestión religiosa en Irlanda, y que si le humillan hasta el punto de dejarse llevar por los protestantes fanatizados, Dios sabe si el pueblo pondrá á la puerta de la Cámara aristocrática: «Esta casa se alquila .»
La agitación causada por el discurso de Mr. Sumner en Inglaterra, que consideró sus reclamaciones sobre el Alabama como amenaza de guerra, ha desaparecido casi por completo en vista de la discreta conducta del nuevo embajador, que contrariamente á Reverdy Johnson manifiesta ménos charlatividad y más espíritu de conciliación. La tranquilidad es general hoy dia desde que un telégrama de Nueva-York anunció que el presidente Grant desaprobaba los belicosos términos, y atrevidas frases de este ministro. Como los ingleses, lejos de acobardarse, levantaron la cerviz, es probable que esta actitud haya influido en la marcha adoptada por el presidepte.
En medio de este oleaje de pasiones políticas, no olvidan los ingleses el estudio de las cuestiones económicas, y la sociedad de co-operadores propagandistas, se ha reunido en sesiones para tratar de puntos importantes al desarrollo de este admirable sistema. El discurso notabilísimo de Mr. Holyoake hacia patente que los trabajadores de Rochdale, á más de estar bien comidos, bien servidos y con la bolsa repleta, poseen un salón magnífico y una librería que pueden envidiar las más elegantes y numerosas de las primeras capitales. Obsérvase, en punto á co-operacion, que en Alemania se ha aplicado principalmente al capital, en Francia á la industria y en Inglaterra á la satisfacción de las primeras necesidades.
Desde hoy en adelante queda completamente abolida la prisión por deudas en Bélgica, puesto que la tentativa del Senado para alterar el proyecto de ley ha fracasado por completo, y la cámara de representantes ha adoptado la redacción primitiva que decreta la total y absoluta extinción de este castigo. Mas vale asi.
Las noticias de Cuba han sido en estos dias objeto de diversidad de comentarios, si bien todos los que atentamente miran el curso de los sucesos en nuestras antillas convienen en considerarlas de gravedad suma. Se espera con ansiedad la llegada de pormenores y el arribo del vapor que conduce al general Dulce, á quien sustituye en el mando el general Caballero de Rodas.
No son de menor interés y gravedad las recibidas de Buenos Aires, que muestran hallarse los paraguayos animados de grande actividad y dispuestos á cansar la paciencia de S. A. el conde de Eu á fuerza de sorpresas y emboscadas. Estas se repiten tan á menudo, que el general en jefe de las tropas aliadas, en una órden del dia, declara á los oficiales responsables de todas las que tengan lugar en lo sucesivo.
Como las demás noticias políticas del resto del mundo no tienen gran interés, podemos dar punto por hoy a nuestra revista, envaneciéndonos de que todavía somos objeto de la atención general de la prensa extranjera, á causa del período excepcional é importante que desde la revolución venimos atravesando. No menor que nuestra inquietud es la curiosidad de los gobiernos extranjeros por saber el rumbo y solución que preparamos á las infinitas cuestiones pendientes, que ya en un sentido ó en otro han de afectar intereses y cálculos de vecinos reinos.
Como la primavera va cediendo en su reinado y abdicando su cetro en el estío, el aspecto de Madrid cambia sensiblemente con la súbita entrada de los fuertes calores. Si los teatros escasean, y las funciones taurinas se suspenden, en cambio se abren los de Verano, toman nueva vida los Campos Elíseos, el salón de Prado vuelve á ofrecer ancha Castilla á los aficionados á las tertulias al aire libre, se preparan conciertos de música clásica y la inimitable artista señorita Carlota Patti encanta con sus trinos y gorjeos á los aficionados al sublime arte. Solo es de sentir que la función de toros con que se solemnizó la promulgación del código político haya dejado tan triste recuerdo como la desgracia del celebrado y simpático matador en quien se refugiaban las ya escasas glorias de la lidia.
Nicolás Díaz Benjumea.
La Academia de Ciencias morales y políticas de Francia ha nombrado á Mr. Vállete, catedrático de derecho en la Universidad de París, para llenar la vacante de Mr. Troplong.
Háblase con interés en toda la prensa europea de los preparativos que se hacen en París para el viaje aereonáutico de exploración que proyecta Mr. Tissandier en unión con Mr. Fonvielle. El globo que se ha construido excede en dimensiones á cuantos se conocieron hasta ahora y le han dado el nombre de Polo Norte, Llevará diez pasajeros en la barquilla además de doscientas arrobas de lastre. Las corporaciones científicas han puesto á disposición del piloto de esta nueva nave todas las noticias y antecedentes de expediciones por los aires, y el ministro de la Guerra, el terreno necesario en la gran esplanada del Campo de Marte.
Los alumnos y alumnas de la escuela nacional de música tomarán parte en la inauguración del Panteón Nacional en San Francisco el Grande.
En el instituto de segunda enseñanza de Orense y en el colegio de escolapios de Celanova, van á establecerse estaciones meteorológicas, sin gasto alguno por el Estado.
Ha llegado á Madrid el señor Koezdopole, antiguo director del teatro nacional de la Opera, y actual del imperial italiano de París, quien al frente de los profeso- res que han brillado en los recientes conciertos del Circo de Madrid dará otra série escocida en los jardines del palacio de San Juan, ya decorados y preparados al efecto.
Con el nombre de la Juventud Católica se ha inaugurado en León una academia adoptando los estatutos de las de igual índole establecidas en Madrid y otras varias capitales de España. Los sócios celebraron una solemne función religiosa como acto preparatorio y testimonio de la fe que les anima.
Ha comenzado á ver la luz pública la traducción que, según la verdad hebráica , está haciendo de los salmos de David el doctor don Antonio M. García Blanco, catedrático de hebreo y decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid.
La importancia que este carácter del traductor da á la obra citada, interesante de suyo, tal vez nos decida á ensayar nuestras débiles fuerzas consagrando algún espacio de nuestro semanario á dar una idea de la manera con que ha desempeñado su trabajo tan reputado hebraísta.