Retratos de los españoles ilustres con un epítome de sus vidas/Prólogo
PRÓLOGO.
Una Coleccion de retratos de los Hombres ilustres de una Nacion, acompañada del resumen de la vida ó historia particular de cada uno, se recomienda por si misma en términos de no haber de necesitar de otro apoyo para ser estimada de todos los literatos y curiosos, igualmente que de los verdaderos amantes de la patria. Si por ventura pudiera darse completa de los muchos que en todas lineas han hecho y barán siempre gloriosa la memoria de España, seria su mejor apologia contra las sordidas imposturas de algunos extrangeros impudentes, y el mas digno monumento que se podria erigir sobre las preciosas cenizas de tan dichosos bijos; pero por desgracia es imposible. La horrible calma en que por espacio de muchos siglos se mantuvo la corrupcion de las Artes, y la revolucion continua de Europa agitada de incesantes y sangrientas guerras, hizo abandonar por las armas los tristes restos que se conservaban del buen gusto.
Con el Imperio de los Romanos se arruinó el de las Artes; y lejos ya de pensarse en conservar, como hasta entonces, por medio de sus imágenes la memoria de los héroes, parece que se queria acabar con la de los hombres mismos, y sepultarla en un eterno olvido.
España, juguete de la fortuna que corrian los codiciosos de sus tesoros y de su situacion feliz, experimentó acaso mas que ninguna otra Nacion las alteraciones que trae consigo un continuado desorden. A la irrupcion de los Septentrionales siguió la de los Sarracenos: á la expulsion de estos acompañó una infinidad de guerras interiores; y hasta que los Reyes Católicos fixáron, digámoslo asi, con el equilibrio de Europa la tranquilidad de España, las Ciencias y las Artes, para las que no puede ser grato arrullo el estrepitoso ruido de las armas, no teniendo domicilio seguro, hicieron poquísimos 6 ningunos progresos.
A esta situacion lastimosa, aun mucho mas que al genio inerte de los Españoles, y que á otras causas que suponen algunos de los que no nacieron para pensar, debe atribuirse la falta de aquellos monumentos que enriquecen á una Nacion, y la sirven como de testimonios justificativos de su historia. Las pocas noticias circunstanciadas, y aun la ninguna idea que se tiene de muchos de los Españoles ilustres que florecieron antes del reynado de Isabel y de Fernando, son conseqüencias necesarias de aquel principio.
El hombre, cuya natural propension, y cuya soberbia le hace suspirar siempre por la inmortalidad, y de consiguiente trabajar de continuo por transmitirse á ella de algun modo, no hubiera dexado en ningun tiempo de procurarse esta gloria, si hubiera tenido proporcion para hacerlo por medio de su historia ó su retrato. Algunos han escrito ellos mismos su vida, y otros han fiado este cuidado á sus amigos de muchos habla la historia general de la Nacion, ó la particular de una Provincia ó Ciudad, por el enlace que tienen con ellas sus hechos ó sus escritos: y de otros, algunos literatos que han querido perpetuar el verdadero mérito, libertándole de las injurias del tiempo; pero de muchos se ha perdido aun el nombre; ó si se conserva es con una obscuridad que bace dudosa ó mutil su existencia.
El amor, la amistad, la gratitud y el zelo de la gloria de las familias, luego que las Artes, ménos enervadas, comenzáron à exercer sus funciones, hicieron trasladar á las tablas, á los lienzos y á los mármoles las imágenes de los objetos de su interes. Asi es que desde tiempo de los Reyes Católicos, en que ya España se vió tranquilizar, y las Artes libertarse de los embarazos que las oprimian, se encuentran entre otros testimonios de sus tardos y débiles movimientos, retratos de varios heroes, y algun otro busto.
Continuóse despues haciendo lo mismo en los reynados siguientes; pero con mejor suerte, porque la tuviéron las Artes, con especialidad la Pintura, de llegar á cierto grado de excelencia. En los retratos que se hicieron de gran parte de los Españoles ilustres que vivieron reynando aqui la Casa de Austria, se ve un testimonio poco equivoco de esta feliz progresion. Aun en este siglo se han hecho muchos, que si no son todos de tanto mérito como los anteriores del XVI y XVI, sirven no obstante para el desempeño de esta obra; y en el dia, que el buen gusto vuelve á exercer libremente su jurisdicion sobre los Artistas y sus protectores, se procura restaurar en esta parte, como en otras, las pérdidas de los tiempos bárbaros.
Hace ya algunos años que con motivo de publicar las obras de algunos literatos, han puesto sus editores al frente de ellas, y en muy buenas estampas que han hecho grabar con particular esmero, los retratos de los autores respectivos con una ligera noticia de sus vidas. Tambien se han grabado los de algunos Generales, y otros sugetos de calidad antiguos y modernos; y aunque en este cuidado del dia ha recibido el Público un bien singular, no ha quedado satisfecho, ni puede estarlo mientras no se cumplan los deseos que este mismo bien escaso le ha excitado de una Coleccion mas completa y uniforme.
No ha faltado alguno que haya pensado en procurar este honor á la Nacion; pero ha tropezado al instante con los estorbos que se ofrecen desde luego, y embarazan el proyecto, haciéndole inaccesible à un particular, por poderoso que sea. Solo el Rey podia emprender una obra de esta naturaleza: el grande objeto de excitar en los vasallos à la vista de las imágenes de sus héroes. el noble deseo de imitarlos, y aun de excederlos; y la inclinacion bien conocida del Monarca al fomento de las Artes y el buen gusto, de los estudios útiles, y quanto pueda contribuir al bien y lustre de su Reyno, no pedian mas que un recuerdo ligerísimo, ó una leve insinuacion de la empresa.
Así fué propúsose especie al Excelentísimo Señor Conde de Floridablanca, su primer Secretario de Estado, y del Despacho Universal: le pareció bien: la adoptó la hizo presente à S. M.: tuvo igual acogida en su Real ánimo, y mandó se llevase á efecto, sin que se excusase gasto ni diligencia alguna para que se hiciera con la perfeccion posible.
Las dificultades insinuadas al principio de este Prólogo no permiten formar una Coleccion qual podia desearse, y S. M. quisiera; mas no se omitirá fatiga alguna para que se haga tan completa quanto pueda hacerse. Á este fin se han buscado todos los medios que se han considerado apropósito: se han procurado y procuran los mejores retratos originales; y se hacen dibujar y grabar por los Artistas de mayor inteligencia.
Los sumarios ó epitomes de las vidas de los Hombres ilustres que han de componer la Coleccion, y se pondrán unidos á sus respectivos retratos, se han encargado á varios sugetos de instruccion, que voluntariamente se han ofrecido á este trabajo. Por esta razon se podrá notar alguna variedad en el estilo, así como tambien en las estampas; pero esta diferencia no quitará el mérito á una obra, para la que no se ha considerado precisa una escrupulosa uniformidad, que atrasaria demasiado el publicarla.
Á esto mismo se debe atribuir la falta de método y orden que se advertirá en la edicion de los retratos se graban luego que se encuentran los originales ó copias de mejor mano, y mas fidedignas, pues de no hacerlo así, se retardaria la publicacion de la obra todo el tiempo que se necesita para formarla completamente. Concluida la Coleccion, podrá el que la tenga arreglarla por el orden cronológico de los retratos, ó del mejor modo que le parezca; porque le será facil, segun la disposicion que se dará á los quadernos.
No se comprehenderán en esta Coleccion los retratos de los Reyes, que ocupan tan digno lugar en la historia de la Nacion: sus acciones heroicas y su clase tan distinguida les hace acreedores à una Coleccion separada.
Como no es facil, á pesar de quantas diligencias se hagan, adquirir noticia de muchos retratos de Españoles ilustres que estan en poder de al gunos particulares y comunidades, contribuirá con un sufragio muy particular al complemento de esta obra el que poseyese alguno, y le franquease para sacar su dibujo, avisando á este efecto al Administrador de la Imprenta Real por el medio que le acomode.