Retira del balcón la gallardía
A una dama que salió a un balcón cortándose las uñas
Retira del balcón la gallardía,
hermosa madre del rapaz Cupido,
que parece portento haber salido
el sol con uñas y tan claro el día.
Lo superfluo del nácar que crecía
sobre la nieve del marfil bruñido,
daba temor al corazón, que, herido,
a tan hermosas manos se rendía.
Venid, amantes, pretended, que cuando
la espada está sin filos, asegura
que el duro golpe no será cortando.
Mas, ¿qué importa, Leonor, si tu hermosura
tiene en los ojos uñas que, mirando,
desuellan almas con mayor blandura?