Renunciando a la poesía (Heredia)
Fue tiempo en que la dulce poesía
el eco de mi voz hermoseaba,
y amor, virtud y libertad cantaba
entre los brazos de la amada mia.
Ella mi canto con placer oía,
caricias y placer me prodigaba,
y al puro beso que mi frente hollaba
muy más fogosa inspiración seguia
¡Vano recuerdo! En mi destierro triste
me deja Apolo, y de mi mústia frente
su sabro fuego y esplendor retira.
Adiós, ¡oh Musa! que mi gloria fuiste:
adiós, amiga de mi edad ardiente:
el insano dolor quebró mi lira.