Relación que hace un jaque de sí, y de otros. (Jácara)
Zampuzado en un banasto Me tiene su Majestad, En un callejón Noruega Aprendiendo a gavilán. Graduado de tinieblas Pienso que me sacarán Para ser noche de Invierno, O en culto algún Madrigal. Yo, que fui Norte de guros, Enseñando a navegar A las Godeñas en ansias, A los buzos en afán, Enmoheciendo mi vida Vivo en esta oscuridad, Monje de zaquizamíes, Ermitaño de un desván. Un abanico de culpas Fue principio de mi mal; Un letrado de lo caro, Grullo de la puridad. Dios perdone al Padre Esquerra, Pues fue su Paternidad Mi suegro más de seis años En la cuexca de Alcalá, En el mesón de la ofensa, En el Palacio mortal, En la casa de más cuartos De toda la Cristiandad. Allí me lloró la Guanta, Cuando por la Salazar, Desporqueroné dos almas Camino de Brañigal. Por la Quijano, doncella De perversa honestidad, Nos mojamos yo y Vicioso, Sin metedores de paz. En Sevilla el Árbol seco Me prendió en el arenal, Porque le afufé la vida Al zaino de Santo Horcaz. El zapatero de culpas Luego me mandó calzar Botinicos Vizcaínos, Martillado el cordobán. Todo cañón, todo guro, Todo mandil jayán, Y toda iza con greña, Y cuantos saben fuñar, Me lloraron soga a soga, Con inmensa propiedad, Porque llorar hilo a hilo Es muy delgado llorar. Porque me metí una noche A Pascua de Navidad Y libré todos los presos Me mandaron cercenar. Dos veces me han condenado Los señores a trinchar, Y la una el Maestresala Tuvo aprestado sitial. Los diez años de mi vida Los he vivido hacia atrás, Con más grillos que el Verano, Cadenas que el Escorial. Más Alcaides he tenido Que el castillo de Milán, Más guardas que Monumento, Más hierros que el Alcorán, Más sentencias que el Derecho, Más causas que el no pagar, Más autos que el día del Corpus, Más registros que el Misal, Más enemigos que el agua, Más corchetes que un gabán, Más soplos que lo caliente, Más plumas que el tornear. Bien se puede hallar persona Más jarifa y más galán, Empero más bien prendida Yo dudo que se hallará. Todo este mundo es prisiones, Todo es cárcel y penar: Los dineros están presos En la bolsa donde están; La cuba es cárcel del vino, La troj es cárcel del pan, La cáscara, de las frutas Y la espina del rosal. Las cercas y las murallas Cárcel son de la ciudad; El cuerpo es cárcel del Alma, Y de la tierra la mar. Del Mar es cárcel la orilla, Y en el orden que hoy están, Es un cielo de otro cielo Una cárcel de cristal. Del aire es cárcel el fuelle, Y del fuego el pedernal; Preso está el oro en la mina; Preso el diamante en Ceilán. En la hermosura y donaire Presa está la libertad, En la vergüenza los gustos, Todo el valor en la paz. Pues si todos están presos, Sobre mi mucha lealtad Llueva cárceles mi cielo Diez años sin escampar. Lloverlas puede si quiere Con el peine y con mirar, Y hacerme en su Peralvillo Aljaba de la Hermandad. Mas volviendo a los amigos, Todos barridos están, Los más se fueron en uvas Y los menos en agraz. Murió en Nápoles Zamora Ahíto de pelear, Lloró a cántaros su muerte Eugenia la Escarramán. Al Limosnero a Zaguirre Le desjarretó el tragar: Con el Limosnero pienso Que se descuidó San Blas. Mató a Francisco Jiménez Con una aguja un rapaz, Y murió muerte de sastre, Sin tijeras ni dedal. Después que el Padre Perea Acarició a Satanás Con el alma del corchete Vaciada a lo Catalán, A Roma se fue por todo, En donde la enfermedad Le ajustició en una cama, Ahorrando de procesar. Dios tenga en su santa gloria A Bartolomé Román, Que aun con Dios, si no le tiene, Pienso que no querrá estar. Con la grande polvareda, Perdimos a Don Beltrán, Y porque paró en Galicia, Se teme que paró en mal. Jeldre está en Torre Bermeja; Mal aposentado está, Que torre de tan mal pelo A Judas puede guardar. Ciento por ciento llevaron Los Inocentes de Orgaz, Peonzas que a puro azote Hizo el bederre bailar. Por pedigüeño en caminos, El que llamándose Juan, De noche, para las capas, Se confirmaba en Tomás, Hecho nadador de penca, Desnudo fue la mitad, Tocándole pasacalles El músico de Quien tal... Sólo vos habéis quedado, ¡Oh Cardoncha singular!, Roído del Sepan cuántos... Y mascado del varal. Vos, Bernardo entre Franceses, Y entre Españoles Roldán, Cuya espada es un Galeno Y una botica la faz, Pujamiento de garnachas Pienso que os ha de acabar, Si el avizor y el calcorro Algún remedio no dan. A Micaela de Castro Favoreced y amparad, Que se come de Gabachos Y no se sabe espulgar. A las hembras de la caja, Si con la expulsión fatal La desventurada Corte No ha acabado de enviudar, Podéis dar mis encomiendas, Que al fin es cosa de dar: Besamanos a las niñas, Saludes a las de edad. En Vélez a dos de marzo, Que por los putos de allá No quiere volver las ancas, Y no me parece mal.
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