Refranes y máximas populares

Refranes y máximas populares
de Fernán Caballero


Recogidos en los pueblos de campo


El que por necesidad juega, por necesidad pierde.

Hay muchos tunos de un mismo pelo.

Una mano lava la otra, y las dos la cara.

El que dispone de su caudal antes de su muerte, merece que le den con una porra en la frente.

Trabajo hecho marchante aguarda.

Lo que no se empieza no se acaba.

El vino sobrante es para el ayudante.

Predicar a niños, confesar a monjas y espulgar a perros es tiempo perdido.

A un alevoso, dos traidores.

Lo mismo da morir de moquillo que de garrotillo.

Si por beber no he de ver, adiós luz.

Ni Cristo pasó de la cruz, ni yo paso de aquí.

Los viejos son como los cuernos: duros, huecos y retorcidos.

Donde yeguas hay potros nacen.

Debajo de ceniza están las ascuas.

La peseta, la vela y el entierro, por donde quiera.

A la pesca y a la caza, cachaza.

En cama de galgos no busques mendrugos.

¡Qué buen pueblo de pesca si tuviera río!

No es zorra, ni lobo, ni anda el camino, pero bebe buen vino.

No hay mejor andar que no parar.

En un cortijo grande, el que es tonto se muere de hambre.

En el cortijo que no hay chiquichanca ni casero, el último lava el caldero.

Mientras descansas, machaca granzas.

Ese es maestro de todas las ciencias y oficial de cosa ninguna.

Después de vendimias, cuévanos.

Al zorro durmiente nunca le canta grillo en el vientre.

Tú, que no sabes, me das lecciones.

Al paño, con el palo, y a la seda con la mano.

Sin espuela y freno no hay caballo bueno.

Sácame de hora y no me saques de paso.

Se aplicó la vieja a los berros, y no dijo verdes ni secos.

Asno de muchos, lobos se lo comen.

Aunque no bebo en la taberna, huélgome en ella.

Aunque callo, piedras apaño.

Quien es ruin en su villa, también lo será en Sevilla.

Una cautela con otra se quiebra.

Ayunar o comer truchas.

Becerrita mansa, que de todas vacas mama.

Buena vida, padre y madre olvida.

Cántaro que muchas veces va a la fuente, deja el asa o la frente.

Derrama la harina y recoge la ceniza.

El campo fértil, si no descansa se hace estéril.

El mentir quiere memoria.

El que ha de morir a oscuras, aunque tenga el padre cerero.

En casa del tamborilero todos son danzantes.

Eso quiere la mona, piñoncitos mondados.

Estos cuidados no matan al rey.

Júntate con buenos, y serás uno de ellos.

Robar para dar por Dios.

La cabra de mi vecina da más leche que la mía.

La muerte no perdona ni al Rey, ni al Papa, ni al que no tiene capa.

La verdad adelgaza, pero no quiebra.

Lo bien ganado se lo lleva el diablo, y lo mal ganado, a ello y a su amo.

Los dedos de la mano no son iguales.

Más vale acostarse sin cenar que amanecer con deudas.

Paga lo que debes y sanarás del mal que tienes.

Mucho vale y poco cuesta, a mal hablar buena respuesta.

No es bueno para silla ni para albarda.

No extiendas la pierna más de lo que alcanza la manta.

No lo quiero, no lo quiero, pero échamelo en el sombrero.

Púsose a santiguar y se sacó un ojo.

Un solo golpe no derriba un roble.

Por tomar autos y dar traslados a ninguno han ahorcado.

Al que bueyes ha perdido, cencerros se le antojan.

Quien tiene dinero pinta panderos.

Quien recibe a dar se obliga.

Quien traza el mal, lo padece.

Riña por San Juan, paz para todo el año.

La pereza es llave de la pobreza.

Si el que bien sirve no medra, el que mal sirve ¿qué espera?

Si quieres holgura, sufre amargura.

Quien no sabe de mal no sabe de bien.

Si te da el pobre, es porque más tome.

Trasnochar y madrugar no caben en un costal.

Súfrase quien penas tiene, que tiempo tras tiempo viene.

Tiempo ni hora no se atan con soga.

Unos levantan la caza y otros la matan.

Siembra gratitud y recogerás desengaños.

Ni enfermo que siga así, así, ni guardar dinero en zaquizamí.

El burro que más trabaja, más pronto rompe el aparejo.

Ni volver de noche esquina, ni meterte en lo que hace la vecina.

No compres casa en esquina, ni cases con mujer que no entre en la cocina.

En muriendo el arriero se sabrá de quién es la recua.

Para destetar al potro, matar la yegua.

Si quieres saber quién es el chiquichanca, derrama el agua.

No hay mejor menguante que el hacha por delante.

Ni mujer, aunque mala, que no rece, ni saludar a pobre que enriquece.

Ni faltar al que te presta, ni subir corriendo escala o cuesta.

Ni a hombre que hablando mire al techo, ni en posada alguna usar el lecho.

Ni vestirse de prestado, ni tratar con moza de soldado.

Ni bajar corriendo la escalera, ni casarse con hija de mesonera.

Pan y queso, mesa puesta es.

Perdonar al malo es decirle que lo sea.

Para su mal supo la hormiga volar.

Por huir del humo dio en las brasas.

Puercos con frío y hombres con vino hacen gran ruido.

Cual es el varón, tal la oración.

Cual más, cual menos, toda la llana es pelos.

Cuando el dinero habla todos callan.

Cuando no aprovecha la fuerza, sirva la maña.

Quien abrojos siembra, espinas coge.

Cuando truena, llover quiere.

Quien come y deja, dos veces pone la mesa.

Donde grandes ollas quiebran, buenos cascos quedan.

Dime de lo que presumes, y te diré de lo que careces.

Dando gracias por agravios negocian los hombres sabios.

Para fiestas iba la zorra, y llevaba el jopo ardiendo.

El que mal come, a la cara le sale.

Beneficios a corporaciones, sufragios por condenados.

Guarda que comer y no qué hacer.

No eches pan a perro que se le cae la cola.

Al freír será el reír, y al pagar será el llorar.

Si quieres vivir en paz, ni prestes dinero ni interés en hermandad.

El que se mete debajo de la hoja, dos veces se moja.

Caracoles, higos y brevas, agua no bebas.

El que se come el queso y se bebe la leche, que le busque el pasto a las ovejas.

Deja el vicio por un mes, y él te dejará por tres.

El que nada desea, todo le sobra.

El que mucho teme, algo debe.

Ninguno que beba vino le llame borracho a otro.

Enero caliente, al diablo lleva en el vientre.

En febrero busca la sombra el perro, y en marzo, el perro y su amo.

El que tiene y da no está obligado a más.

El que da lo que ha menester, el diablo se ríe de él.

Amistad de yerno, sol de invierno.

El tío de la zamarra parece que se cae, pero se agarra.

Por los pies del difunto se sacan las albarcas.

Satisfacción sin tiempo, sospecha al canto.

A junta de rabanades, oveja muerta.

No por miedo de gorriones se deja de sembrar cañamones.

De tejas abajo, cada uno come de su trabajo.

El diablo, harto de carne, se metió a fraile.

El rosario en la mano y el diablo en la faldriquera.

No adoptes hijos que no has tenido ni mujer de otro marido.

Después de mujer maldita, hábito de Santa Rita.

No esta el horno para pasteles

No hay más yesca que la que arde.

Vanidad y pobreza, todo en una pieza.

No puede con la fe de bautismo en palpeles.

A quien Dios se lo da, San Pedro se lo bendiga.

El que desea mal a su vecino, el suyo viene de camino.

Gato con guante no caza ratón.

Arriero que cambia la bota, o sabe a la pez o está rota.

En casa del regente, la mujer tengas por pariente.

Cuando la carreta se quiebra en el llano, de atrás le viene el daño.

Buena gente tiene el conde si no se esconde.

Caída soñada, sangría dada.

No te arrimes a señor ni a baranda de corredor.

De la viña del vecino sabe mejor el racimo.

El que crea un caudal no lo suele gastar.

Mesa puesta, cuestión resuelta.

Lo que hace la zorra en un año lo paga en una hora.

Si cuando chico come grano, ¿qué será cuando marrano?

Para ser pobre no se necesita empeño.

Ave que vuela, a la cazuela.

Que convenga, que no convenga, Dios quiere que todos tengan.

Cuando el sargento juega a los dados, ¿qué harán los soldados?

Chanzas, cuantas quieras; pero no llegar a las alforjas, que se desmigaja el pan.

La yesca de Triana, arde cuando le da la gana.

Más vale mal afeitado, que bien desollado.

Quien no coge la gotera, ha de hacer la casa entera.

No quiero morir de cornada de burro ni de patada de gorrión.

Tarde le viene la salud al enfermo.

Más vale dejar en muerte a un pillo un duro, que pedir en vida una peseta a un hombre de bien.

No es lo mismo decir moros vienen, que cátalos ahí.

Andar por las ramas sin irse al tronco.

Dure lo que dure como cuchara de pan.

De mis puntadas te reirás, pero de mi dinero comerás.

Dale alpiste al canario y verás cómo canta.

Dos pájaros en una espiga, hacen mala liga.

Al buen Diez, meterlo en casa.

De esto que nada nos cuesta, llenemos la cesta.

El buen paño, en el arca se vende.

El papel escrito no tiene empacho.

Lo que no se empieza, no se acaba.

Mal juzga del arte el que en él no tiene parte.

Quien a su enemigo popa, a sus manos muere.

Quien bien está, no se mueva.

El que tiene cuatro y gasta cinco, no ha menester bolsillo.

El que va a casar fuera de su lugar, o va engañado o va a engañar.

Quien huye del trabajo, huye del descanso.

Quien no habla, Dios no le oye.

Quien mucho duerme, poco medra.

Ya se murió el borrico y quien lo arrea.

Quien no tiene suegra ni cuñado, es bien casado.

Quien pronto se determina, pronto se arrepiente.

Quien promete, en deuda se mete.

Quien pueda ser libre, no se cautive.

El que no quiere cuando puede, cuando quiere no puede.

Quien sólo come su gallo, sólo ensilla su caballo.

Quien tiene bien comenzado, tiene mucho acabado.

Rábanos y queso, tienen la corte en peso.

Reniego de la viña que vuelve hacerse majuelo.

Reniego de la uva que en agraz madura.

Reniego de cuentas con parientes y deudos ausentes.

Reprender a viejos y espulgar vellón, dos necedades son.

Reprende vicios ajenos quien está lleno de ellos.

Rey y enamorado mal se compadecen.

Ruego de Rey, mandato es.

Salió del lodo y cayó en el arroyo.

Salamanca a unos sana y a otros manca.

San Miguel de las uvas, vienes tarde y poco duras.

Siempre prometes en duda, pues a dar nadie te ayuda.

Si quieres aprender a orar, entra en la mar.

Si quieres bien casar, casa con tu igual.

Si quieres buen consejo, pídeselo a hombre viejo.

Si quieres ser pobre sin sentir, lleva obreros y échate a dormir.

Si quieres tener buena fama, no te halle el sol en la cama.

Si las píldoras bien supieran, no las doraran por fuera.

Si quieres tener enemigos, presta dinero.

Tantas veces da la gota en la piedra, que hace mella en ella.

Todo se acaba menos el amor a Dios.

Amor y más amor, sólo a Dios Nuestro Señor.

Va el Rey donde puede y no donde quiere.

Venid piando y volveréis cantando.

Vístase a un palo y parecerá algo.

Una res mala a todo el rebaño daña.

Zorrilla que mucho tarda, caza aguarda.

Zamarra mala, dentro la lana, y zamarra buena, la lana por fuera.

Zumba con el desigual en casa y zumbará contigo en la plaza.

En la casa de razón sale primero el mayor.

Cosa de huerta no entra en cuenta.

De mala cepa, nunca buen sarmiento.

En ahogándose el niño, se ciega el pozo.

Al cazador, leña, y al leñador, caza.

Si la víbora viera y el liso oyera, no hubiera hombre que al campo saliera.

A buena voluntad nunca falta facultad.

A buen criado no le falta amo.

Cosa mal guardada de ladrones, bien robada.

Al que ha de dar no le bastan cien ojos.

Y al que ha de recibir le bastan dos.

El agua lejana no apaga fuego vecino.

Al humo, al agua y al fuego, se le hace lugar luego, luego.

Hay quien padece por necesidad; pero el rico avaro, por voluntad.

A un ciego mal puede enseñársele el camino.

A hombre gordo, camisa larga.

Al amigo de tu vino, no le quieras por vecino.

Quien asno nace, asno muere.

Quien bien cena, bien duerme.

Quien juega de burlas, pierde de veras.

El que limpia su caballo, no es lacayo.

Al que no quiere caldo, darle taza y media.

A largo camino, se conoce el hombre.

No hay miel sin hiel.

El amor reina sin ley.

Bando de pueblo dura un día.

Quien canta en viernes, llora en domingo.

El que compra a un magistrado, es fuerza que venda a la justicia.

El que cuenta sin Dios no sabe de cuentas.

A buen hambre no es menester salsas.

El buen trigo hace el pan bueno.

Cabeza grande, cerebro flaco.

Canta la rana que no tiene ni pelo ni lana.

Uno hace mal asiento.

Carne hace carne.

Vino hace sangre, y el pan mantiene.

El que a la guerra muchas veces va, deja la piel o la dejará.

Un diablo caza a otro y Satanás a todos.

Un buen consejo no se puede pagar.

Un barbero hace la barba a otro.

Un buen huir salva la vida.

Una onza de favor vale más que una libra de justicia.

Lo poco espanta y lo mucho amansa.

Más vale buena fama que cama dorada.

Adonde te quieren mucho no entres a menudo.

Ese se parece al perro de la Meca, que antes que le den se queja.

Cuando el lobo da en la dula, guay del que no tiene más que una.

Gobierna tu boca según tu bolsa.

Lo mismo es a cuestas que a hombros.

Sanan llagas y no malas palabras.

No hay caballo, por bueno que sea, que no tropiece.

Eso sucederá en la semana que no traiga viernes.

Al hierro caliente, batir de repente.

Buen abogado, mal vecino.

Si cantas al asno te responderá a coces.

No es tan pronta la cura como la herida.

Una pared blanca sirve al loco de carta.

Los locos hacen banquetes para los cuerdos.

Manos generosas, manos poderosas.

Nuevos Reyes, nuevas leyes.

Ni ausente sin culpa, ni presente sin disculpa.

No llevarán al asno al agua si no tiene gana.

Quien caminando lleva prisa, en camino llano tropieza.

La desconfianza aparta el engaño.

Más vale la salsa que los caracoles.

El lobo y la vulpeja son de una conseja.

Meter aguja y sacar reja.

Arco siempre armado, o flojo, o quebrado.

Achaques en viernes por comer de carne.

Malhechores y encubridores pagan por igual.

A la res vieja, aliviarle la reja.

Al malo por rigor y al bueno por amor.

Al que yerra perdonarle una vez, mas no después.

A mula vieja, cabeza nueva.

A pan duro, diente agudo.

Quien es de vida, el agua le es medicina.

A quien mucho tememos, mucho queremos.

A quien no le sobra el pan, no críe can.

Ayer vaquero y hoy caballero.

Barba a barba honra se cata.

El que a tu casa no va, de su casa te echa.

Bien baila el que la fortuna le hace el son.

Bien se huelga el lobo con la piel de la oveja.

Boca de hiel, corazón de hiel.

La buena mano del rocín hace caballo, y la mano ruin del caballo hace rocín.

Buen corazón quebranta mal aventura.

Buenas son mangas después de Pascuas.

Bueno es un pan con un pedazo.

Cada cuba huele al vino que tiene.

Cada carnero por un pie se cuelga.

Todos los días olla amarga el caldo.

Cada gallo canta en su muladar.

Eso es cantar mal y por fino.

Comida de hidalgos poca y manteles blancos.

Con pequeña brasa se quema una casa.

Dais por Dios al que tiene más que vos.

Desde la copa hay peligro hasta la boca.

De mañana en mañana pierde el carnero la lana.

Dios me dé contienda con quien me entienda.

Donde hay fuerza derecho se pierde.

Donde se piensa que hay tocino, no hay estacas.

Dulce es la guerra para el que no va a ella.

El bien aviva y el mal amortigua.

El tonto si es callado, por sesudo es reputado.

El hisopo del herrero, cuándo en el agua, cuándo en el fuego.

El que no duda no sabe cosa alguna.

El trigo y la mujer, al candil, parecen bien.

En casa de mujer rica, ella manda y ella grita.

Entre prometer y dar, tu hija has de casar.

Estorninos y pardales, todos quieren ser iguales.

Se fue el pájaro, y se quedó con las plumas.

La vanagloria florece, más no engrandece.

Ebro traidor, naces en Castilla y riegas a Aragón.

Hidalgo como el Rey, dinero no tanto.

Honra al bueno para que te honre y al malo para que no te deshonre.

Mujer hermosa, loca o presuntuosa.

La mujer y la gallina por andar se pierden aína.

La zorra no se anda a grillos.

Libre es la cabra del arado.

Lo que se aprende en la cima siempre dura.

Mal ajeno no cura mi dolor.

Más vale comprar que rogar a ruines.

Más vale amigo en plaza que dinero en casa.

Más vale vergüenza en cara que mancha en el corazón.

Mayor mal es el que se descubre que el que se cubre.

Mozo vergonzoso, el diablo lo lleva a palacio.

El Alfonso y vos Alfonso, ¿cuánto va de Alfonso a Alfonso?

Mucho prometer es señal de poco dar.

Mujer que habla latín, rara vez tiene buen fin.

No hay mejor cirujano que el acuchillado.

No con quien naces, sino con quien paces.

No sabe gobernar el que a todos quiere contentar.

Nunca de cuervo buen huevo.

Al que no tiene, el Rey le hace libre.

Quien viejo engorda, dos mocedades goza.

Son como las ovejas de San Pedro, que pagan unas por otras.

Donde pasaste tu mocedad, no lo dejes por mejorar.

Al que se convida le quitan la vida, y al que es haragán lo dejan descansar.

A la tórtola y al moral no los engaña el temporal.

Guarnición y crin dan venta al rocín.

El que quiera saber mentiras en él.

Ayúdate tú y Dios te ayudará.

Si vas a Beas pon tu capa donde la veas.

La mujer y la gata es de quien las trata.

Mi casa y mi hogar cien ducados valen.

Ese sabe lo que todo el mundo ignora e ignora lo que todo el mundo sabe.

Las faltas de los médicos las tapa la tierra.

El que en la juventud come sardinas, en la vejez le salen las espinas.

Nadie toca el tambor sino el que lo tiene.

No vive el leal más que lo que quiere el traidor.

Más vale camino largo que trocha corta.

Eso es como las plantillas de Guillenserren, que si no hacen mal no hacen bien.

Según es el penitente es menester absolverlo.

Ese médico es como el hijo del doctor Galeno, que al que no estaba malo lo ponía bueno.

La miel está buena, pero amarga la cera.

El que no caza no asa.

Como es el paño se compran los botones.

Según es el mesón, así son los huéspedes.

A tu gusto burro, y llevaba la carga a palos.

Esa mosca no aguarda el Rey que se la quite otro.

Encargos sin dinero, descanso de mi rocín.

El que quiera higos de Lepe, que trepe.

Lo que es del agua, el agua se lo lleva.

Un hoy, vale más que dos mañanas.

Desde que tengo ovejas, todos me dan los buenos días.

El que quiera ponerse rico con su carreta, que la guíe él mismo.

A cocina grasa, testamento magro.

Tanto cuesta mantener un vicio como criar dos hijos.

Las trampas llevan la mentira a cuestas.

Nunca es larga la Cuaresma para el que tiene que pagar en Pascua.

Una palabra deja caer una casa.

Se espera como agua en Mayo.

El que siembra poco, no puede esperar gran cosecha.

Más vale saliva de veterano que betún de quinto.

Los enemigos del hombre son tres: espuerta, alcuza y mujer.

El que no sirve para San Miguel, sirve para diablo a sus pies.

En casa de señorío no hagas nido.

Eso es como la lluvia, que por donde pasa moja.

Lodos en mayo, espigas en agosto.

En mayo frío ensancha tu silo.

En el mes de mayo deja la mosca al buey y toma al asno.

En el mes de mayo el mastín es galgo.

Agua por mayo, pan para todo el año.

Agua de mayo mata cochino de un año.

La mejor cepa en mayo me la echa.

Por Santa Cruz toda viña reluz (reluce).

Por San Urbano, el trigo ha hecho el grano.

Guarda pan para mayo y leña para abril.

En junio hoz en puño para lo seco, más no lo maduro.

El heno corto o largo, por junio ha de estar segado.

Cebada granada, a los ocho días segada.

Pocas veces escardar, pocas espigas al segar.

Ajo, ¿por que no fuistes bueno? Porque no me halló San Martín puesto.

Bendígate julio, pues mayo no pudo.

Desde San Bernabé, al centeno se le corta el pie.

El día de San Bernabé dijo el Sol aquí estaré.

Por la Magdalena recoge tu higuera.

Arada de agosto a la estercada da en rostro.

Agosto y vendimia no es cada día y sí cada año.

En agosto trilla el perezoso.

En agosto uvas y mosto.

Por Santa María ves a ver a tu viña, cuál la hallares tal la vendimia.

Por Santa María de agosto repasta la vaca un poco.

Por la de septiembre, aunque al vaquero le pese.

La primera lluvia de agosto apresura el mosto.

Por agua del cielo no dejes tu riego.

Por San Gil nogueras concluir.

Mes que entra con abad y sale con fraile, guárdale el aire (septiembre).

Septiembre, o lleva los puentes o seca las fuentes.

La viña donde se hiele, y la tierra donde se riegue.

Vendimia en enjuto cogerás vino puro.

Ni viña en bajo, ni trigo en cascajo.

Por San Mateo vendimian cuerdos y sandíos (sandios).

Agua por San Mateo, puercas vendimias y gordos borregos.

Por San Urbán vendimia tu nogal.

Por septiembre las gallinas vende, y por Navidad, vuélvelas a comprar.

En octubre podarás, mas la encina dejarás.

Por San Vicente toda el agua es simiente.

Por San Vicente abra la mano la simiente.

Cávame en polvo y víname en lodo, darte he vino hermoso.

Cávame que llore encavado, y bíname que cierna embinado.

Por San Lucas, azafrán a pellucas.

Por San Lucas mata tu puerco y tapa tus cubas.