Recuerdos tristes
de José Manuel de Navarrete


 Cuando tu blanca frente yo ceñía   
 de yedra azul y de encarnada rosa;   
 cuando en el fértil prado y selva umbrosa   
 mil cariños muy dulces te decía;   
 

 cuando de agresta flauta me servía 
 para cantar tu cara milagrosa;   
 cuando en nuestra cabaña venturosa   
 me nombraba por tuyo, y tú por mía;   
 

 cuando... mas no, no quieras, Clori amada,   
 que refiera más gustos, pues no intento   
 que gima la memoria lastimada.   
 

 Iba a decirle que en aquel momento   
 que recuerdo la vida ya pasada,   
 no sé como no muero de tormento.