Recordación Florida/Tomo II Libro XI Capítulo III

Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


CAPÍTULO III.


De lo que sienten y discurren acerca de este país muchas personas, juzgándole por mejor y más conveniente para haberse fundado en él esta ciudad de Goathemala, y de otras cosas pertenecientes á la calidad de su territorio.

En este sitio, por su dilatada llanura, limpieza de horizontes y excelencia y sanidad de su temperamento, sienten muchas personas de España, por la similitud que tiene este clima con el temperamento y estelaje de Europa; culpando á los conquistadores y pobladores de esta ciudad de Goathemala, porque fuera bien y más acertado haberla fundado aquí, sobrecargando con desdenes á aquella ancianidad venerable, dando por razón el peligro en la cercanía de los volcanes que la rodean, uno que causó la ruina y desolación de la ciudad antigua con el ímpetu de sus aguas, y otros dos de fuego, el inmediato que queda ya anotado como más allegado á esta ciudad, y el de Pecaya de que trataremos más adelante, que están á distancia de siete leguas, y es objeto digno de la contemplación humana; y dan por razón lo irregular de su temperamento, ya frío con destemplanza y ya caliente, que es otro de los motivos que dan para discurrir haber sido mal resuelto el que se fundase esta ciudad en este Valle de Panchoy ó del Tuerto, que de ambas maneras se llama. Y piensan y divulgan (mas no sé cómo se atreven á esparcir y derramar á la fama lo que no saben por más razón que la imaginaria) que lo hicieron por aprovechar las maderas y otros materiales de la ciudad antigua; y á esto se satisface y responde, que aquellos ilustres varones tendrían suficientes y proporcionados motivos que les obligasen y compeliesen á seguir el que ahora les parece manifiesto error acerca de esta fundación. Pero ignoran que para tomarla fué de consejo de muchos y repetidos congresos y juntas que formaron, invitando antes personas inteligentes y peritas que registrasen la calidad y naturaleza de los otros circunvecinos valles; de cuya diligencia y descripción de todos ellos, que constan del antiguo libro de el Becerro, resultó la determinación de fundar en el sitio que hoy ilustremente ocupa el aspecto material de esta ciudad, fuera de que no pudo atenderse, ni sería mirando á aprovechar los materiales que quedaron de la ciudad antigua, porque aquellos edificios de la ciudad vieja quedaron molidos y contusos de los golpes de agua, piedras disformes y árboles grandísimos que descendieron sobre los edificios traídos de la fuerza y precipicio de aquel ímpetu y flujo arrebatado de aguas, y mucho de ello rodó al río por mucha distancia de camino, que crecido y lleno cargó con todos los fragmentos de las maderas que constituían los edificios, quedando en pie muy pocos, como llevo referido antes de ahora; quedando aquel aspecto material desmantelado y lastimosamente funestado con aquella tormentosa inundación. Y cuando estos tan claros y evidentes motivos no produjeran el efecto, díganme, les ruego, estos contemplativos estoicos y severos calumniadores de aquellas acciones y ejecuciones gloriosas, ¿de cuáles aguas se había de proveer y alimentar la ciudad puesta en el estéril y árido Valle de las Vacas, que sólo goza con limitación sedienta de su pobre y hondo arroyo, de pequeño y descaecido curso, sin que el arte ni el poder pudieran darle la altura y nivelación conveniente para igualarle al suelo de tan eminente llanura? cuando en este Valle de Panchoy, que es el que ocupa con su aspecto material Goathemala, goza de ocho abundantes nobles perennes ríos y arroyos, que todos corren y atraviesan sobre la lumbre y haz de la tierra llana, tomando su principio desde lo más levantado y eminente de la llanura á las partes de la Tramontana y Levante, descaeciendo con rápido y arrebatado curso á la parte y situación del Sur, á cuyo piélago van á parar y morir. Discurro que los que esto piensan no saben lo que cuesta un edificio, y que lo primero para construirle es el agua, y que debe discurrirse con atenta contemplación, que antes de poner el nivel ni echar la cuerda á la traza material de la ciudad, había de preceder el levantar el agua de lo hondo y descaecido de los profundos y pendientes barrancos, por donde corre en sus planos, ó conducirla á lomo por el distante camino de una legua, que hace la dilatada senda de la bajada, y otra legua al deshacerla subiendo; con que era materia intratable y difícil para haber de edificar, y imposible el fundar molinos, sin cuya creación no pudiera ser semejante fundación. Y porque faltando al alimento ordinario este precioso y excelente elemento, no estuviera bien allí, porque sin agua no hay cosa que subsista.

En lo demás, este valle es, en lo retirado y espeso de sus tupidos y embreñados bosques, no abundante, pero no totalmente desproveído y privado de alguna caza; y el no abundar de ella parece ser á causa de sus continuos y ásperos hielos, y retiro y profundidad de sus aguas, que uno y otro motivo ocasiona el que la caza busque y anhele otros países de mas blando y apacible temperamento, y más fecundos y próvidos en sus yerbas y en sus aguas; y será prueba de las pocas conveniencias que este valle ofrece en la naturaleza árida de su terreno, una cantidad no pequeña que obtengo en él, que la dejo al beneficio de unos pobres hombres que la tienen en corto y civil arrendamiento de ocote, que pagan al año para el gasto de mi hacienda de azúcar; con que para valle que sólo ofrece materia tan estéril a la pluma, se ha discurrido como por dura y apretada prensa lo que ofrece y da de sí la agria y desnuda naturaleza de su dilatado y eminente territorio.