Recordación Florida/Tomo II Apuntes geográficos
Acaltenango, pág. 292, I. Acatenango.—Pueblo de indios dependiente de la ciudad de Santiago de Guatemala y uno de los setenta y siete que constituían el Corregimiento del Valle.
Acaxutla (Puerto de), pág. 152, I. Acajutla.—Pueblo de indios, con 20 tributarios, dependiente de la ciudad de Guatemala, que se mudó al punto nombrado Bodegas de Acajutla, en la costa de la mar del Sur, y es hoy puerto de la ciudad de Zonzonate en la república de San Salvador. En este puerto reunió D. Pedro de Alvarado, en mayo de 1540, una armada de trece navíos para hacer la expedición á las Molucas ó islas de la Especería.
Agua Caliente (Río de), pág. 26, I.—Uno de los afluentes del Río Grande que, naciendo en territorio del antiguo reino de Guatemala, desemboca en el mar Océano hacia el Golfo de Honduras.
Aguachapa, pág. 40, II. Aguachapan.—Pueblo de indios del valle de Mixco, en el antiguo reino de Guatemala, y dependiente después del partido de Zonzonate ó Sonsonate, Los indígenas de Aguachapan fabricaban primorosa alfarería de tinajuelas, alcarrazas y cajetes, que se expendían en la capital.
Aguacatepeque, pág. 318, I. Acatepeque.—Pueblo de indios del partido de Escuintla que, dependiendo de la antigua ciudad de Guatemala, tenía 10 tributarios. Los de Aguacatepeque aumentaron en 1526 las huestes de los rebelados contra los españoles, ordenados por el rey Sinacam.
Ajial, pág. 326, I.—Sitio amenísimo llamado así por la abundante producción de ají ó chile, y situado entre las inaccesibles serranías y la profunda laguna de Amatitlán y Petapa en el reino de Guatemala.
Alcántara, pág. 233, I.—Villa de la provincia de Badajoz en España, que poseía una imagen de la Virgen, que se decía haber salvado milagrosamente á D. Pelayo el Reconquistador, siendo niño, la cual imagen procuró adquirir Juan Rodríguez Cabrillo de Medrano y llevársela á Guatemala.
Alotenango, págs. 41, 88, 181, 278, 290, 317, 318, 322, 342, I; 137, 138, 141, 144, 155, II.—Verdadero valle por lo profundo, lindante con el Panchoy ó de Guatemala, que tiene su origen enfrente del sitio de la Ciudad Vieja, y uno de los nueve valles y de los setenta y siete pueblos que constituían el Corregimiento del Valle. Producía el de Alotenango en gran abundancia la planta llamada Chamico, bastante tabaco que fumaban los indígenas é inestimables maderas en el monte de San Diego de su jurisdicción. La proximidad á la capital hizo á este valle teatro de sangrientes escenas en los momentos de la conquista y de los levantamientos del rey Sinacam y de otros que se sublevaron para volver la antigua religión y reconquistar la perdida independencia.
Amapala, pág. 134, I.—Pueblo del antiguo reino de Guatemala, adscrito al curato de Yayantique, partido de San Miguel (del que dista cuatro leguas) en la provincia de Nicaragua. Fué Amapala el antiguo puerto del Reino en la mar del Sur, situado en ina lengua ó punta de tierra, donde en 31 de enero de 1534 se embarcó D. Pedro de Alvarado, llevando una armada de ocho naves para hacer descubrimientos en aquel mar.
Amatitlán, págs. 90, 265, 271, 272, 274, 286, 326, 330, 351, 352, 356, 358, I; 52, 76, 128, II.—Amatitán ó Amatitlán significa en lengua guatemalteca carta de correo, de amat, carta, y titlan correo, y según Alcedo (Diccionario Geográfico) el significado de Amatitlán en lengua mejicana es Ciudad de las letras, porque sus naturales acostumbraban grabarlas en cortezas de árboles y enviarlas á grandes distancias. Dos pueblos de este nombre se conocieron á poco de la conquista en el Valle de Mesas y partido de Sacattepeques: el de San Juan, que era el más importante y tenía 176 indios tributarios, y el de San Cristóbal, que contaba 126; llevando también el mismo nombre la laguna conocida con el de Petapa y un río que afluye á esa laguna.
El pueblo de San Juan, que se trasladó desde el sitio de Pampichin al de Tzacualpa, en el Valle, hízose notable por el lago abundante en excelente pesca de mojarras y otros sabrosos peces; por curar las aguas de su río, ó sea el de Petapa, la enfermedad conocida con el nombre de bocio; por haber dado á conocer sus naturales el modo de curar el cáncer comiendo lagartijas crudas; por alcanzar algunos de los nacidos allí largos años de vida como el indio sacristán de su iglesia D. Juan García, que en 1690 contaba ciento diez de edad; por su proximidad al renombrado volcán de Pacaya; y por los disturbios que en el siglo xvii se movieron con el nombramiento de D. Antonio Jaimes Moreno para el Corregimiento del Valle que hasta entonces había corrido á cargo del Cabildo de Guatemala. También tenía cierto nombre por producirse en sus tierras la granadilla del Perú, que llevaban á vender á la capital, donde era muy estimada.
Arauco, pág. 77, II.—Valle del territorio de Chile, formado por los Andes, en las proximidades del río Biobio, habitado por valororos indígenas, famosísimos por la fiereza con que defendieron su independencia al conquistarles los españoles.
Arco (El), pág. 188, I.—Nombraron así á una de las tres entradas que tenía el comercio de la ciudad de Guatemala, y fué de las más frecuentadas, porque procediendo del Golfo Dulce, en las costas del mar Océano, era vía obligada de once provincias del reino en sus relaciones mercantiles con los puertos de aquella parte.
Arribillaga. (Ojo de agua de), pág. 54, II.—Dióse este nombre al manantial ó punto de salida del río subterráneo que pasando por el valle de Mixco brota en el de Petapa, dentro del que fué ingenio de azúcar de D. Tomás de Arribillaga Coronado.
Ascensión, Ascensión del Señor, págs. 21, 22, II.—Población de indios situada encima de la llanura del Valle de las Vacas.
Atitlán, Atitán, Santiago Atitán, págs. 21, 24, 25, 62, 74, 75, 124, I; 70, 108, 137, II.—Pueblo de 1.000 indios tributarios del reino de Guatemala, cabecera del partido de su nombre, lindante con el de Guatemala, y cabecera también y corte de los reyes Sotogiles ó Zutugiles, fundada por Axiquat, hijo de Axopil, descendiente de los Tultecas. Fué conquistado el territorio de Atitán, llamado en idioma de los naturales Atziquinihai, por D. Pedro de Alvarado, después de someter á los Pipiles de la costa del Sur, y á Sinacam, rey de los Cachiqueles. Esta población, famosa como corte por haberse atrevido á provocar las iras de Ahuitzol, emperador de Mexico, maltratando á sus embajadores, y famosa por su fría é insondable laguna y por la fabricación de hachas de metal campanil que para sus industrias usaban antes de la entrada de los españoles, era además muy rica por sus productos agricolas é industrias de madera y barros cocidos.
Atmolonga, Atmulunga, págs. 66 á 68, 79, 91, 102, 146, 147, 178, 181, 183, 219, 289, 345.—Palabra que significa agua que brolla, fué nombre del sitio del territorio de Sacattepeques donde se alojó el ejército español mientras conquistaba el reino de los Cachiqueles, y donde se fundó la primitiva ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala, que en 1542, un año después de ser inundada por la erupción del llamado volcán de agua, se trasladó á una legua de distancia, al lugar de Panchoy, quedando un corto vecindario en lo que desde entonces se llamó la ciudad vieja. La situación de ésta era en el valle de Atmolonga de Tzacualpa y á la falda del monte donde estuvo una antigua población indígena capital de aquel territorio: en ese valle tuvo Alvarado un molino de moler metales, y había algunos otros movidos por las aguas del río llamado del Molino. Fr. Juan de Varillas, del Orden de la Merced, expedicionario con Cortés en Higueras y Honduras, implantó en Atmolonga su religión, á la vuelta de aquella jornada que fué la primera conocida en la capital de los españoles. Su iglesia, fundada el año 1527, la arruinó dicho volcan de agua la noche del 11 de setiembre de 1541.
Atziquinihai, pág. 21, I.—Significa casa del águila, y era el nombre que tenía el sitio de Atítán ó Atítlán, donde Axiquat, segundo hijo de Axopil, estableció la corte de su señorío de los Sotojiles.
Ayampug, págs. 25, 101, II.—Nombre del sitio donde estaban los lavaderos de oro en el tajo y cajón del Río Grande del valle de las Vacas.
Babilonia (Torre de), pág. 44, I.—Se supone á los indios guatemaltecos descendientes de los que se derramaron de la torre de Babilonia, por la forma de sus edificios, que, empezando con grande base, estrechaban hasta rematar en punta.
Badajoz, pág. 256, I.—Capital de Extremadura, fronteriza con Portugal, y patria de D. Pedro de Alvarado, al que el autor llama Numa español, gloria, corona y timbre de Badajoz.
Barahona (Milpa de), pág. 291, I.—Hacienda, parcela ó plantación de uno de los setenta y siete pueblos del corregimiento del Valle, algo alejada de la capital de Guatemala y perteneciente á uno de los conquistadores de aquel apellido.
Batuecos, pág. 33, I.—Los habitantes de las Batuecas, que es territorio muy quebrado de Extremadura, en la jurisdicción de Granadilla y término del lugar de la Alberca, donde el autor, aceptando fábulas y tradiciones vulgares, asegura que existieron gentes encerradas en aquellas breñas y aisladas de todo comercio con el resto del mundo hasta el tiempo de Felipe II: las compara, por lo agrestes, con los indios incultos de Verapaz en el reino de Guatemala.
Bocco, pág. 117, II.—Nombre que daban al pueblo de Chimaltenango los indios conquistados por los españoles.
Borucas (Las), pág. 78, II.—Territorio del reino de Guatemala que ciento sesenta y cinco años después de la conquista no se había sometido aún á los españoles.
Caballos (Puerto de), pág. 108, I.—En la costa de Honduras, dos leguas al Este de la bahía de Omoa: está formado por dos ensenadas, y como su entrada no tiene arriba de dos palmas de agua, fué siempre poco frecuentado. Llamóse de Caballos porque al fondear en él por primera vez los españoles tuvieron necesidad de arrojar al mar unos caballos para salvar la nave. A ese puerto llegó don Pedro de Alvarado de regreso de España, y escribió al cabildo de Guatemala en 4 de abril de 1539, anunciándole su llegada con tres navíos, 300 arcabuceros y su esposa, D.ª Beatriz de la Cueva, á la que acompañaban 20 doncellas de buenos linajes y casaderas.
Cachiquel, Cachiqueles, Chachiquel, págs. 9, 19, 20, 24, 33, 75, 76, 314, 364, I; 95, 155, II.—El rey de los Cachiqueles ó de Guatemala, Axopil, cedió esta parte de la monarquía á su hijo Jiutemal; los cuales Cachiqueles fueron oprimidos por los Mames y Pocomanes en ocasiones, y en otras se confederaron con los Quiches ó Quicheles y Sotojiles para sojuzgar á sus parientes Tultecas de Chiapa, Verapaz y la Sierra (de los Mames). El Emperador de Mexico trató de entablar tratados de amistad y de confederación con los Cachiqueles; éstos se mostraron propicios, y al saber la derrota de las tropas de Moctezuma en Tehuantepec, oprimieron, con los Quiches y Sotojiles, á los intrusos mexicanos ó mercaderes Pipiles que se habían establecido en la costa del Sur, que por esto se vieron obligados á trasladarse á San Salvador y Tecoluca. Sinacam, rey de los Cachiqueles, á la invasión de los españoles, se rebeló á poco de someterse, y aprisionado después de una batalla, estuvo en prisiones quince años y hasta que D. Pedro de Alvarado se le llevó para que le acompañase en la expedición á las Molucas. (V. Sinacam en Datos bíográficos.)
Calvario (Santuario y ermita del), págs. 212 á 214, I.—(V. Portillo y Sosa (D. Jaime del).
Canales (Monte de), pág. 5, II.—(V. Petapa (Monte de).
Canales (Valle y Llanos de), págs. 90, 284, 321, 439, 358, I; 1 á 4, 7, 13, 16, 20, 74, 137, II.—El valle de Canales, uno de los nueve que comprendía el corregimiento del valle de Guatemala, con quien confina, como con los de las Vacas y Mixco, no abundaba en frutas y buenos trigos, pero sí en rica miel de abejas, en ganados que se purgaban en su tierra salitrosa, en minas de plata, cual la que se halló al abrir los cimientos de la iglesia de Pinula, y en la preciada planta nombrada Matalisti por los indígenas. En los llanos de Canales. á donde pasó Alvarado después de vencer á los indios del peñol de Jaltepeque, encontró á los Petapenecos retirados del peñol, procedentes de los pueblos de Petapa, Pinula, Guaymango, Guanagazapa, Guaymoco y Jumay, con quienes tuvo que combatir de nuevo antes de someterlos.
Canales (Sierra de), págs. 313, 325, I; 9, 13, II.—Es la que contribuye á formar además del suyo el valle de las Mesas de Petapa, que da frescura al pueblo de este nombre y produce en sus bosques abundantes palomas castellanas y torcaces, tórtolas monteses y otras aves; y osos, erizos, armados, cacuatzines y los gatos monteses llamados juanchis.
Candelaria (Nuestra Señora de la), págs. 192, 291, I.—Barrio inmediato á la nueva Guatemala, comprendido en uno de los setenta y siete pueblos que formaban el Corregimiento del Valle. Por la parte de la llanura estaba unido este barrio al cuerpo principal de la ciudad, y en el siglo xvii tan poblado de españoles como los demás de la capital, aunque con interpelación de gente ladina, mestizos, mulatos y negros, dedicados á albañiles, carpinteros y fundidores, que aumentaban considerablemente el número de los vecinos.
Cañas (Río de las), págs. 322, I; 80, II.—Nombre que dieron los españoles de la conquista al que encontraron después de vencer á los Petapanecos en los llanos de Canales y de descender la cuesta donde sufrieron los intensos y desagradables efectos de un fuerte terremoto.
Carmen (El), pág. 21, II.—Población de españoles, única que en el siglo xvii tenían junto á un río del valle de las Vacas.
Carmona, págs. 91, 290, I.—Uno de los setenta y siete pueblos del Corregimiento del Valle, sito en la falda del monte donde se fundó la ciudad de Guatemala.
Casa blanca, pág. 54, II.—En el valle de Mixco, junto al río subterráneo que, con el nombre de Ojo de agua de Arribillaga, brota en la hacienda del propietario de este apellido, que la poseyó en el siglo de la conquista.
Casillas, pág. 74, II.—Pueblo de reducido vecindario en el Valle de Sacattepeques.
Cateyá, págs. 107, 110, II.—Nombre que, según los indios ancianos de Guatemala, se daba á una fuentecilla situada en la segunda sala de la cueva de Mixco, de donde se producía un arroyo y en consecuencia un río; en la cual fuente se sacrificaban niños para implorar lluvias del dios respectivo. Cateyá significa madre del agua y era al mismo tiempo nombre del dios á que se daba bárbara adoración en el abra ó quebrada de Pasaccab.
Cazabastlan, págs. 65, 135, II.—Corregimiento confinante con Guatemala y punto donde se precipita el Río Grande para entrar en el mar Océano entre Punta de Higueras y Cabo de Tres puntas, cerca del Golfo Dulce, con el nombre de río de Omoa. Cazabastlán ó Cazaguastlán tenía doscientos indios tributarios.
Cempoal. (Rey de), pág. 171 , I.—Véase Tlaxcala y Cempoal.
Cerro redondo, págs. 6, 8, II.-Llamóse así á la planicie donde terminan las seis leguas del monte de Petapa, situada entre el pueblo de este nombre y el de Guanagazapán, donde fueron rudamente atacados los españoles conquistadores de Guatemala. El camino de esta ciudad al cerro le interrumpe el arroyuelo nombrado Río del Naranjo.
Cibola, pág. 154, I.—Provincia y territorio al Norte de la Nueva España, de California y la Gran cordillera, y trescientas leguas distante del de Culiacán, según descripción de Francisco Vázquez de Coronado. En 1539 la visitó éste por encargo del Virrey de Mexico D. Antonio de Mendoza, que seducido por las fantásticas descripciones que de esta región y las de Quivira y de las Siete ciudades le hizo Fr. Marcos de Niza, mandó á Vázquez Coronado que dejase su gobernación de la Nueva Galicia para ir á conocer y enterarse de aquellas maravillas, que por fin no se encontraron.
Cimientos, (Sitio de los), pág. 104, II.—Dióse este nombre al que en el valle de Jilotepeques, y cerca del río Pixcaya, ocupaba la majada del catalán Luis de la Roca, por estar lleno de ruinas de construcciones antiquísimas, en las que se encontró la entrada de la famosa Cueva de Mixco.
Ciudad Vieja, págs. 66, 90, 91, 94, 146, 171, 181, 182, 187. 189, 195, 214, 263, 278, 289, I; 138, 162, 163, II.—Nombre que le quedó al sitio de la primera ciudad de Guatemala, fundada por los españoles en el valle de Atmolonga en 1527, cuando después de inundarla y destruirla el llamado Volcán de agua en la noche del 11 de septiembre de 1541 se trasladó aquella capital al territorio del Valle de Panchoy ó del Tuerto. La primera casa cubierta de teja que hubo en la primitiva ciudad mando edificarla Alvarado en 27 de abril de 1540, y la primera ermita ó adoratorio, su teniente de gobernador Jorge de Alvarado con la advocación de Nuestra Señora de los Remedios. En la Ciudad Vieja tiene su principio el Valle de Alotenango y el territorio llamado del Valle; y era el punto de comunicación de Guatemala con las procedencias de Mexico, Puebla, Oaxaca, Veracruz y las de la provincia de Chiapa. Aquella primera capital española no tuvo más importancia que hasta 1542 por haberla arruinado la inundación del mencionado Volcán de agua en la fecha citada de 1541; causando aquel pavoroso acontecimiento numerosas victimas y entre ellas la muerte de la esposa de Alvarado D.ª Beatriz de la Cueva y de las señoras que la acompañaban. En las fiestas públicas de la capital de Guatemala, y particularmente en la que se conocía por la del Volcán, se daba una importante representación á los de la Ciudad Vieja, que se tenían por descendientes de los tlaxcaltecas.
Ciudad Real de Chiapa ó San Cristóbal de los Llanos, pág. 267, I.—Ciudad capital de la provincia y Obispado de este nombre, sita en el territorio de Chiapa conquistado por Diego de Mazariegos en 1524 y fundada por el mismo Mazariegos en 1528, quien la llamó Villa Real de Chiapa. Nombráronla otros Villaviciosa, y Villa de San Cristóbal de los Llanos, y corrió con esta confusión de nombres hasta que el Emperador Carlos V la concedió título de ciudad en 1531 y dispuso en consecuencia que se nombrase Ciudad Real. Antes de ser ciudad tenía ya bastante representación para enviar con Guatemala procuradores á la Corte, como se vió en 1531, que fué designado para el caso Gabriel de Cabrera. Pocos años después, en el de 1554, el Pontífice Paulo III la erigió en cabeza de Obispado, del que fué primer prelado el famoso Fr. Bartolomé de las Casas, religioso de la orden de Santo Domingo, que en estas clases y en la de clérigo, que antes tuvo, se mostró tan apasionado como el laico más vulgar.
Cochistlan (Peñoles de), págs. 154, 157, I.—Nochistlan, nombre á que el autor se refiere, era pueblo de la provincia de Xalisco ó de la Nueva Galicia, que tuvo al tiempo de la conquista 300 indios tributarios, y sus péñoles caen á unas cinco leguas de Guadalajara, capital de aquel Nuevo Reino, y entre los pueblos de Acatique, Yagualica, Atenguillo, etc.—Al atacar D. Pedro de Alvarado, el 24 de junio de 1541, á los indios rebelados y guarecidos en aquellos péñoles, un caballo, derrumbado desde lo alto, arrastró por la cuesta al caudillo, causándole tan graves lesiones que le produjeron la muerte el día 4 de julio siguiente. Por este fatal suceso envió luego el virrey Mendoza al oidor y licenciado Maldonado para que sometiese y castigara á los rebeldes, como lo consiguió desbaratando á los alzados.
Coctemalán, págs. 63, 64, 79, 91, I.—Nombre indígena de Guatemala, que significa Palo de leche, llamado asi por el tallo de la planta, de la altura de una higuera, que arroja la savia parecida á la leche, y de tan nociva calidad que se la conoce también por Hierba mala. Abunda ésta mucho en el valle de Chimaltenango y en el territorio donde se fundó la ciudad de Guatemala.
Comalapa, págs. 37, 291, 348, I; 126, II.—Uno de los setenta y siete pueblos del valle de Guatemala, bastante alejado de la capital, sito en el de Chinaltenango, rico en productos agrícolas, entre ellos la planta Matalisti, y doctrinado por los religiosos de San Francisco, quienes trabajaron mucho para extirpar las creencias antiguas de los naturales, que aun en su tiempo adoraban como predestinado á un indio de la sierra de San Juan de Atitlán.
Comayagua, pás. 8, 186, I; 5, II.—Nombre indio del valle, situado entre las provincias de Chiquimula y Tegucigalpa, donde se fundó la Nueva Valladolid, capital de la provincia de Honduras, una de las quince que constituían el reino de Guatemala. Pobló á Comayagua Alonso de Cáceres por orden de D. Pedro de Alvarado en un llano, entre dos ríos, y llamóle en un principio Nuestra Señora de la Concepción, la que se comunicaba con la capital del reino por un camino á traves del monte de Canales de Petapa.
Concagua, pág. 64, II.—Río de opulento caudal y limpias aguas, que pasando por el valle de Sacattepeques afluye al Río Grande.
Concepción (Convento de la), pág. 199, II.—El más antiguo de monjas de la ciudad de Guatemala. Procedentes de Mexico estas primeras religiosas, fueron á cargo del secretario de aquella Audiencia Francisco de Santiago á fines de enero de 1578, cuando había terminado el gobierno del doctor Pedro de Villalobos, y eran obispo de la diócesi D. Fr. Gómez Fernández de Córdova, y alcaldes ordinarios Sancho de Barahona y Hernando de Guzmán; por encargo del Cabildo de Guatemala fué á recibirlas el ex-alcalde Juan Rodríguez Cabrillo de Medrano á ocho jornadas de la capital.
Corregimiento del Valle, pág. 284, 293, 295, 299, I.—Veáse Guatemala.
Costa Rica, págs. 19, 186, 309, I.—Una de las quince provincias del antiguo reino de Guatemala y actual república de su nombre en el Centro de América, que tiene por límites al E. y al O. los mares de las Antillas y Gran Oceáno y al NO. y SE. á los estados de Nicaragua y Panamá ó Nueva Granada. El territorio de Costa Rica fué límite de los dominios del cuarto hermano de la raza de los Tultecas, fundador de las monarquías de los Quiches ó Quicheles, Cachiqueles y Sotojiles, y después de la conquista de los españoles se dió á conocer, más que por las riquezas, que las tiene en verdad bien reducidas, por haberse descubierto casualmente la planta llamada Yulpactli, muy eficaz contra la mordedura de las serpientes venenosas y de otros animales ponzoñosos.
Cotastla, pág. 115, I.—Tierra de la Nueva España descubierta por Pedro de Alvarado, cuando desde la costa le envió Hernán Cortés en busca de bastimentos para proseguir la conquista de la tierra.
Corinto, pág. 235, I.—Ciudad de Grecia en la extremidad del istmo que separa los golfos de Egina y de Lepanto, y escuela de escultura y arquitectura que dió caracter típico á sus peculiares construcciones. Fué fundada por Foroneo de Argos, gobernada con monarquía y república, sometida por Filipo de Macedonia y Arato, quemada por Mummio, reedificada por Julio Cesár, y poseída por venecianos y turcos, que nuevamente la arruinaron en la guerra de la independencia.
Cozumel, pág. 138, I.—Isla del Océano Atlántico fronteriza de la costa de Yucatan, la primera tierra reconocida por los españoles en 1518, al descubrir y conquistar la que llamaron de Nueva España, y nombrada de Santa Cruz, por la que allí encontraron y adoraban los indígenas. A esa isla, perteneciente á la gobernación de Yucatán conferida al adelantado D. Francisco Montejo, fué en 1536 D. Pedro de Alvarado para tratar con éste de los límites de su territorio y los de la provincia de Honduras.
Cuba (isla de), págs. 113, 119, I.—La mayor de las Antillas descubierta por Cristobál Colón el 28 de octubre de 1492, y conquistada por Diego Velázquez en 1511, quien en 1518 envió á Juan de Grijalva á reconocer el mar y las tierras del Oeste, donde descubrió á Cozumel, Yucatan y la Nueva España, y al enterarse de las riquezas de este territorio y de los triunfos obtenidos en él por Hernán Cortés, envió también contra este gran caudillo otra armada á las órdenes de Pánfilo de Narvaez.
Cueva encantada de Mixco, págs. 104 á 107, II.—Su entrada se encontró en el sitio llamado Los Cimientos, propiedad del catalán Luis de la Roca en el valle de Jilotepeques ó Xilotepeques, entre los ríos Grande y Pixcayá.
Cuilonemihi, pág. 77, I.—Significa despeñadero de los Somehios de Mexico, y llamóse así al sitio del reino antiguo de Guatemala en la costa del mar del Sur, donde fueron sacrificados los Pipiles mexicanos ó comerciantes intrusos por los naturales de la tierra, cuando supieron que el ejército invasor del Emperador de Mexico Moctezuma II había sido derrotado en Tehuantepeque por los guerreros Quichees, Cachiqueles y Sotojiles.
Culebra, págs. 54, 55, Il.—Sitio del valle de Mixco donde, entre la Casa-blanca y el Monte de los Zorros, se desliza un río por subterráneo artificial que construyeron los indígenas con losas y lajas, el cual río es el mismo que brota y se manifiesta en lo hondo del fértil valle de Petapa y en tierras del ingenio de azúcar que fué de D. Tomas de Arribillaga Coronado: de ahí el nombrarse aquel manantial Ojo de agua de Arribillaga. El nombre de culebra lo debe el sitio á una lomilla de dos estados de altura, que recorre la llanura serpenteando, y está hecha artificialmente á la manera de los antiguos enterramientos y adoratorios llamados cues.
Cumaitepeque (leáse Cuicaltepeque), pág. 137, I.—Cuicaltepeque ó Quecaltepeque, pueblo de indios de la ciudad de Guatemala con noventa tributarios, fué uno de los que se sublevaron contra el dominio español, en el corto mando del visitador Francisco de Orduña, y que sometió luego D. Pedro de Alvarado al regresar de España y encargarse de su gobernación en 1530.
Cumaná, pág. 113, II.—Provincia y gobierno de la América Meridional, llamada también Nueva Andalucía, limítrofe de Tierra firme y Venezuela. La población de Cumaná la obtuvo el P. Bartolomé de las Casas del Emperador Carlos V por mediación de Mr. de Naxao, por ofrecerse á establecer allí una colonia con labradores españoles, pero tenía el movedizo Las Casas tan mal estudiado el asunto, que fracasó, como era de esperar.
Cuscatlán, Cuzcatlán, Cuzcatán, págs. 125, 133, 316, 317, I.—Pueblo de indios de la provincia de San Salvador con 170 tributarios y punto donde se fundó esta ciudad. Al principio estuvo la población de San Salvador en el sitio llamado la Bermuda, y fué trasladada en 1.º de abril de 1528 por orden de Jorge de Alvarado, teniente de su hermano D. Pedro, mientras éste se hallaba en España: el Emperador la elevó á ciudad en 27 de setiembre de 1545.—Cuando Hernán Cortés hizo la expedición á Honduras fué Alvarado á visitarle, pasando por Cuzcatlan: los indios del mismo territorio, en una extensión de 90 leguas hasta Olimtepeque, secundaron el movimiento insurreccional contra los españoles el año 1526: invadieron el valle de Cuzcatlán las gentes de Pedrarias Davila, que pretendía tener derecho á aquella gobernación; y para evitar todos esos motivos de intranquilidad se fundó á San Salvador, después de sometida toda la tierra con la prisión de Sinacam y Sequechul.
Cuxiya, pág. 64, II.—Río abundante y de rápido curso que pasa por el valle de Sacattepeques y agrega sus aguas á las del Río Grande. La etimología de esta palabra es de la lengua Pocomán, y significa agua fría; de ya, agua, y cuxi, fría.
Cuxuya, pág. 64, II.—Río copioso del valle de Sacattepeques, de rápidas y atropelladas corrientes, que significa en la lengua achí, agua de achiote; de cuxa, que es achiote, y ya, agua. Llamóse así por la tintura parecida á la del achiote que llevan sus aguas, y procede de los derrumbios que en el invierno se producen en las tierras rojas de sus laderas.
Chácara (La), págs. 192, 216, I.—En el Perú se da el nombre de chacra ó chácara á la hacienda de campo. En Guatemala llamábase así á la verde y florida campiña del barrio de Santo Domingo de la capital, que era camino por donde se conducía la loza para el servicio de la religión Guzmana y la piedra de las canteras inmediatas destinada á edificaciones y empedrado.
Chachiquel, pág. 155, II.—Su rey Sinacam se levantó contra los españoles en 1526. (V. Cachiquel.)
Chialchitán, pág. 18, I.—Punto del reino de Guatemala donde al tiempo de la conquista se veían portentosos restos de edificios y fortalezas.
Chaparrastrique, págs. 125, 318, I.—Nombre que tenía el pueblo de indios donde Luis de Moscoso fundó la villa de San Miguel de Guatemala en 1530 por comisión de D. Pedro de Alvarado, y punto donde fué muerto Diego de Nicuesa y algunos de sus compañeros por los indígenas. Alvarado visitó aquel pueblo en su viaje de Honduras á Guatemala, después de pasar el caudaloso río Lempa, que desagua en la mar del Sur á seis leguas de la villa, y seducido por la frondosidad del territorio dispuso que le poblasen españoles; pero prosperó poco por su temperamento cálido y enfermizo.
Chiapa, Chiapas, Chiapa de los Indios, págs. 8, 19, 73, 186, I; 75, 118, 126, 150, II.—(V. Ciudad Real de Chiapa.) Esta provincia de Guatemala, poblada por las gentes del primero de los cuatro hermanos Tultecas que invadieron el territorio, fué luego sojuzgada por los Quicheles, Cachiqueles y Sotojiles, ó sea por los guerreros descendientes de Axopil, cuarto de aquellos hermanos; pero no pudieron conquistarla los mexicanos, como Moctezuma II se propuso poco antes del desembarco de los españoles. A ese tiempo no había camino entre Chiapa y Guatemala, y tuvieron que abrirlo los conquistadores, que en la primera expedición, para orientarse al atravesar los bosques, se valieron de la aguja de marear. Chiapa, una de las quince provincias de Guatemala, distante 100 leguas de la antigua capital, tuvo por predicador del Evangelio en los primeros tiempos al dominico Fr. Lope de Montoya, y por sucesores de este algunos tan crueles en la enseñanza cristiana, que fueron amonestados hacía el año de 1560: en la capital del territorio había una hermosa fuente, y en Tecpatlán y otras poblaciones chiapanecas, hábiles jugadores del juego del palo y grandes maestros en los bailes nacionales.
Chiantla, pág. 75, II.—Pueblo de la provincia y alcaldía mayor del antiguo reino de Guatemala, en el que, á poco de establecerse allí los religiosos dominicos, apareció una Virgen sumamente milagrosa al decir de los cronistas.
Chichimecas (Sierra de los), pág. 329, I.—Llevaba este nombre, al tiempo de la conquista de Guatemala, la serranía inmediata al pueblo de Santa Inés Petapa en el valle de las Mesas; y decían llamarse así de la palabra mecato (cordel ó bejuco) amargo, por abundar mucho en aquellos sitios.—De los Chichimecas del Reino de Nueva Galicia y de otros puntos de la actual República Mexicana se dice, que llevan este nombre por proceder de la tierra de Chichímecin, situada muy al Norte; y aunque la etimología de unos y otros Chichimecas parece diferir tanto, es más que probable que existiera alguna relación entre ellos: acaso lo repulsivo ó amargo de sus actos, diera el mismo nombre á las tribus feroces de la Nueva España que á las de las sierras inextricables de Guatemala.
Chiguactán, Chiguautlán (ó Chiquitlán), págs. 292, 353, I; 50, II.—Uno de los setenta y siete pueblos del Corregimiento del Valle y no de los más próximos á Guatemala, dependiente en lo religioso del convento de Dominicos de San Juan Amatitlán y situado en la profundidad de un barranco, al confín de lo eminente del país de Mixco y junto al río de agua caliente llamado de los Plátanos. El pueblo de Chiguautlán vivía en república y se comunicaba con Mixco por una cueva de tres leguas de extensión.
Chile, pág. 77, II.—Antiguo reino y actual república de este nombre en la América Meridional. El autor le cita por sus valerosos indígenas de Arauco y Tucapel, al compararlos con otros no menos briosos de Guatemala.
Chimaltenango (Valle de), págs. 63, 65, 181, 182, 184, 291, I; 117 á 119, 121, 122, 125, 129, 157, II.—Uno de los nueve valles que comprendía el Corregimiento del Valle de Guatemala, y uno de los setenta y siete pueblos del mismo corregimiento. En su cabecera se intentó fundar la capital, al mudarla del lugar de Atmolonga al de Panchoy, y se designó para el caso el Tianguesillo, ó sea el sitio del pequeño mercado (tianguiz) que D. Pedro Portocarrero dejó guarnecido cuando salió á someter los indios rebelados á las órdenes de los Reyes Sinacam y Sequechul; pero en sesión del Cabildo de la capital de 2 de octubre de 1541 quedó resuelto que la nueva ciudad se edificase en lo más eminente del valle de Chimaltenango y se anunció el acuerdo por voz de pregonero para que, con asistencia de la justicia, fuesen los vecinos á escoger solares para sus casas. El pueblo de Chimaltenango, llamado Bocco por los indigenas, quedó á tres leguas N. de Guatemala; á la que proveyó de sus abundantes productos agrícolas, de la excelente alfarería de sus tejares, y particularmente de la teja llamada de Lobo, la mejor de todo el Reino. Por Chimaltenango se hacía el viaje á Chiapa y Mexico, y era el mejor de los caminos, por que se excusaban tres de los siete malos pasos llamados los Pecados mortales (V.). Administraban este pueblo los religiosos de Santo Domingo.
Chipilapa (Barrio de), pág. 193, I.—El más sano y alegre de la ciudad de Guatemala y el mas poblado de gente española y de mestizos á fines del siglo xvii: rodeaba la capital por la parte superior y la del Oriente.
Chiquimula, págs. 101, I; 137, II.—Provincia, alcaldía mayor y pueblo del nombre de Chiquimula de la Sierra en la antigua gobernación de Guatemala. De su iglesia era cura á fines del siglo xviii el licenciado D. Antonio de Varona ó Barahona, descendiente del conquistador de Guatemala Sancho de este apellido.
Chiribito, pág. 153, I.—Pueblo de la provincia de Mechoacán en la Nueva España, encomendado á Juan de Alvarado, deudo del Adelantado D. Pedro, donde éste y el virrey D. Antonio de Mendoza tuvieron las vistas para tratar de la expedición á las Molucas.
Chol, (El), págs. 186, I; 78, 115, II.—Nación de indios bravos que habitaban el territorio del Noroeste de la provincia de Verapaz en el antiguo reino de Guatemala, y que ciento sesenta y cinco años después de la conquista de este reino no habian podido aún ser sometidos.
Cholula, pág. 66, I.—La ciudad santa del imperio mexicano, república teocrática y antigua escuela del arte arquitectónico en aquella parte civilizada por la raza tulteca, como lo muestran aún sus ruinas, que fué sometida por Hernan Cortés, á pesar de la formidable conjuración dispuesta para acabar con todos los españoles y sus auxiliares indios. De sus naturales, como de los de Tlaxcala y Cempoala, se hallaron muchos guerreros en las conquistas sucesivas: más de 200 de ellos siguieron á Alvarado y fueron pobladores de Guatemala la Vieja.
Cholulecos, págs. 45, 66, I.—Los naturales de Cholula. Unos doscientos de aquellos indios fueron con Alvarado á la conquista de Guatemala armados de arcos y saetas, y avecindados en la primitiva ciudad del valle de Atmolonga continuaron viviendo allí, aun después de la inundación de setiembre de 1541 y de trasladarse la capital al valle de Panchoy.
Choluteca, págs. 124, 186, I.—Villa del partido de Tegucigalpa en la provincia de Honduras, llamada por los españoles Jerez de la Frontera y por los indios Choluteca y Malalaco, fundada de orden de Alvarado por D. Cristóbal de la Cueva, natural de Jerez de la Frontera en España. En esa provincia, una de las quince del antiguo reino de Guatemala, encontró Alvarado á los españoles capitaneados por Luis Marín y Bernal Diaz del Castillo cuando desde Guatemala se dirigía á Honduras en 1524, para visitar á Hernán Cortés, y el propio Alvarado tropezó en otra ocasión con los capitanes de Pedrarias Dávila que iban á partir términos con la gobernación de su caudillo.
Chorrera (Río de la), pág. 26, II.—Llamado así uno que se desliza por la parte oriental del valle de las Vacas, cuyas aguas, de naturaleza excelente y delgada, convierten cualquier madera ó raíz sumergida en ellas en verdadera piedra lustrosa y colorada de pardo y blanco. A esas petrificaciones se las llamó Palo piedra.
Chorrillo, pág 157, I.—Arroyo inmediato á la ciudad vieja de Guatemala, del que dispuso D. Pedro de Alvarado, y así se acordó en Cabildo de 15 de mayo de 1540, que se surtiese de aguas la capital por medio de atarjeas. Para facilitar la ejecución de las obras ofreció Alvarado los indios de Tecpánguatemala, que eran de su repartimiento, doscientas fanegas de sal, que entonces escaseaba, y el sueldo de los peones que se ocupasen en la obra.
Cuchumatlán, Chuchumatlán alto, pág. 108, II.—Era Cucumatlán pueblo de indios dependiente de la ciudad de Santiago de Guatemala, donde á fines del siglo xvii se conservaban aún hachas del metal campanil con que labraban la madera y piedra. En el pueblo alto se explotaba una mina de oro, del que el autor vió en planchuelas y era de buena calidad.
Donis (Ingenio de), pág. 353, I.—Así se llamaba el de hacer azúcar que el convento de Santo Domingo del pueblo de San Juan Amatitlán poseía en el valle de Guatemala: con su producto se mantenían cinco religiosos con el Prior y el Vicario.
Dueñas (Milpa de), pág. 290, I.—Caserío del valle de Guatemala que se contaba entre los setenta y siete pueblos del Corregimiento del Valle.
Eldorado, pág. 186, I.—Nombre que se daba á un partido (acaso el de San Vicente de Austria) en la provincia de San Salvador (hoy república) del antiguo reino de Guatemala.
Escobar (Milpa de), pág. 291, 292, I.—Caserío del valle de Guatemala comprendido entre los setenta y siete pueblos que constituían el Corregimiento del Valle.
Especería (La—Isla de la), pág. 141, 147. 151, I; 159, II.—Las Molucas ó islas donde se produce el clavo, á las que pretendió ir D. Pedro de Alvarado: reunió al efecto una armada en 1540, y se llevó consigo á los reyes Sinacam y Sequechul para que no alentasen con su presencia en Guatemala la rebelión de los enemigos del dominio español. La expedición no se llevó á cabo por la desgraciada muerte de Alvarado en julio de 1541.
Espíritu Santo (Barrio del), pág. 192—Uno de los de la ciudad de Guatemala (la de Coctecmalán), que á fínes del siglo xvii estaba muy poblado de decente vecindario.
Escuintepeque, Esquintepeque, págs. 71, 123, I; 79, 137, 154, II.—Pueblo de la costa del Sur de Guatemala, habitado por los Pipiles ó mercaderes mexicanos que el Emperador Moctezuma envió á aquellas partes para que le facilitasen la entrada en el reino de Guatemala que intentaba conquistar. En 1526 sometió D. Pedro de Alvarado á los de Escuintepeque y llevó desde allí su ejército contra los de Atitlán ó Sotojiles.
Galicia, pág. 304, I.—Refiérese la cita al antiguo reino de España que comprende las provincias de Coruña, Lugo, Pontevedra y Orense.
Génova, págs. 235, 248, I.—La ciudad de Italia conocida en América por sus azulejos, que eran muy buscados para pavimentar las capillas de las iglesias; como lo fueron la de Nuestra Señora de Loret en el templo de San Francisco y el patio del convento de Santo Domingo de Guatemala.
Gothemala, V. Guatemala.
Goaxaca, pág. 189, I.—V. Oaxaca.
Goazacapán, pág. 137, II.—El pueblo de Guazacapán, cabecera del partido de su nombre en la proxincia de Escuintla, uno de los del reino de Guatemala, situado en la costa de la mar del Sur, fué pueblo de gran importancia por su numeroso vecindario; pues sólo en Santa Cruz de Esquimulilla, poblado de su dependencia, había el siglo pasado más de 6.000 indios dedicados al cultivo del arroz.
Golfo Dulce, págs. 19, 74, 188, I; 26, 50, 65, II.—La parte del Golfo de Honduras que más se interna en la tierra á manera de ría y tiene las aguas dulces de los ríos que á el afluyen. Este golfo fué el límite por la parte del Norte de los dominios del señor tulteca fundador de la provincia de la Verapaz: por la parte de este golfo no había comunicación entre Mexico y Guatemala, y el comercio con esta ciudad lo hacía por la vía llamada del Arco.
Golfo (Castillo del), pág. 223, I.—El de San Felipe, donde el presidente de Guatemala D. Sebastián Alvarez Rosica (que gobernó desde 1668 á 1672) dispuso que se encerrase al fiscal de Audiencia D. Pedro de Miranda Santillán, acusado del delito de baratería, quien murió en el encierro al poco tiempo á causa de la insalubridad del lugar.
Gracias á Dios (ciudad de), págs. 185, 186, I.—Capital de una de las quince provincias del antiguo reino de Guatemala, situada entre la de la capital y la de Honduras. Por lo mal que gobernaba Andrés de Cereceda en Naco reclamaron contra él á Pedro de Alvarado en 1536, y este fué allá, admitió la renuncia que le hizo del gobierno, arregló la tierra, y dispuso que el capitan Juan Chaves buscase sitio donde hacer una buena población entre Guatemala y Honduras. Tanto le costó hallarle á propósito, que cuando él y sus compañeros vieron el que les satisfacía exclamaron: ¡Gracias á Dios! y de ahí el nombre de la población, que rápidamente fué desarrollándose y creció de tal modo que ocho años después, en el de 1544, al fundarse la Audiencia de los Confines se estableció en ella, en vez de instalarse en Comayagua, por ser mejor villa que ésta. Cuando la Audiencia pasó á Guatemala, el obispo Marroquín cedió su palacio para que se estableciera, en el año de 1563.
Granada, pág. 64, I; 5, II.—Ciudad de la provincia y gobierno de Nicaragua en el reino de Guatemala, fundada á la orilla del lago, por Francisco Hernandez, el año de 1523. Está á noventa leguas de Guatemala, con la que se comunicaba por el camino del Monte de Canales ó de Petapa. El pirata Eduardo David la saqueó en 1687.
Grijalva (Río de), pág. 114, I.—El de la provincia de Tabasco en la Nueva España, llamado así por haberle descubierto Juan de Grijalva. Junto á ese río bajaron á tierra por encargo de Hernán Cortés, al tiempo de la conquista, Pedro de Alvarado y Francisco de Lugo, y riñeron una de las primeras sangrientas batallas con los indígenas.
Guacalat, Guacalate, págs. no, 143, 144, II.—Nombre que en lengua Pipil significa Guacal de Agua, es el que daban los indígenas al río de la Magdalena (V.) que corre por el valle de Alotenango, desagua en él el del Molino, y después de pasar por el pueblo de San Diego va á la mar del Sur, donde penetra por la barra de Istapa ó bahía de Guatemala.
Guatmango ó Guaymango, pág. 321, I.—Pueblo del partido y provincia de Zonzonate, parroquia de San Pedro Caluco en el reino de Guatemala. Sus habitantes, unidos á los petapanecos, presentaron la batalla á D. Pedro de Alvarado el año de 1526 en los llanos del valle de Canales, y fueron vencidos por el caudillo español, que después de someter también á los del peñol de Jalpatagua se dirigió á Guatemala.
Guatmoco, Guaymoco, págs. 137, 321, I.—Pueblo del partido y provincia de Zonzonate, situado en la costa del mar del Sur y uno de los que se sublevaron durante el corto y torpe mando en Guatemala del visitador Francisco de Orduña; rebelión que apaciguó D. Pedro de Alvarado al regresar á aquella gobernación en 1530. Estos mismos indios fueron los que, unidos á los petapanecos y á los de Guaimango, se opusieron en 1526 á los españoles y les presentaron la batalla en los llanos de Canales cuando se dirigían por Jalpatagua á Guatemala.
Guatemala (Reino, valle, ciudad de), págs. 3 á 360, I; 8 á 144, II.—El territorio de Guatemala, cuyo nombre le hacen unos derivar de la palabra Coctemalán, que significa palo de leche, por la abundancia de esta planta en el punto donde se fundó la capital; otros, de Quauhtemalí, que en mexicano es lo mismo que palo podrido, por el muy voluminoso que hallaron los aztecas, auxiliares de D. Pedro de Alvarado, cerca de la corte de los reyes cachiqueles; y otros, de la frase U-hate-mal-ha, que en lengua tzendal equivale á Cerro que arroja agua; aquel territorio, ya ocupado desde remota antigüedad por gentes que hay quien pretende fueran autóctonas, y quién que procediesen de las regiones del Asia, del Africa y aun de Europa; en aquellas regiones, agitadas con frecuencia por la dinámica terrestre, se establecieron algunos de los tultecas, que, no cansados de viajar al posesionarse del valle de Anáhuac y de fundar la ciudad de Mexico, buscaron en la feracidad de las tierras del Sur más comodidades para la vida y mas extensas comarcas que dominar.
Allí fundaron sus señoríos de los Quichees ó Quicheles, Cachiqueles y Sotojiles ó Zutugiles; posesionándose del propio terreno de Guatemala Jiutemal, primer rey cachiquel, hijo de aquel poderoso Axopil, que, poseedor de los tres señoríos y abrumado en su vejez por la carga de la gobernación, hizo de ella tres divisiones, quedándose con una, para aliviarse en parte de la pesadumbre de tan dilatada monarquía.
De los atributos de ella usaron los reyes cachiqueles con el fausto acostumbrado por sus progenitores tultecas; ostentación muy propia de las pródigas y ricas regiones comprendidas en las zonas templada ó intertropical: manifestándola en los aparatosos actos del poderío y en las complicadas é idolátricas prácticas religiosas, en que el demonio no dejaba de representar el privilegiado papel que se le destina en las sociedades regidas por la tiranía, que para sostenerse necesitan del fanatismo como seguro y eficaz elemento. Por eso aquellos cachiqueles, previsores y compasivos de sus buenos súbditos, en compensación al fausto y bienestar negado á los infelices, concedíanles el libre ejercicio de las supersticiones y el amplio uso de las bebidas alcohólicas, que, practicados á la par y sin cortapisa, arrastraban á la barbarie de la esclavitud, la abyección y el embrutecimiento social que engendran.
Los descendientes de Axopil, endiosados con este antihumanitario sistema, mal contentos con la herencia recibida y procurando los fuertes extenderla á costa de sus vecinos y parientes débiles, riñeron muchas y sangrientas batallas; y en esas eternas prácticas del despojo fué tal la extensión del fragor de la lucha, que sus ecos resonaron hasta en el imperio de sus ascendientes los aztecas, quienes pretendiendo en el tiempo de Moctezuma II aprovecharse de aquellas divisiones para engrandecerse, se dirigieron desde Mexico á la conquista de los inquietos en formidable ejército, que tuvo la desgracia de ser batido en la frontera, antes de pasar de Tehuantepeque. Pero si aquella ocasión sirvió de poco al Emperador mexicano, utilizóla oportunamente Hernán Cortés, que al conquistar la Nueva España se enteró de lo sucedido, y mandó alla, después de someter la capital de Mexico, á D. Pedro de Alvarado, uno de sus más predilectos capitanes, para que realizase lo que no habían podido las huestes del desventurado Moctezuma.
Salió el caballero extremeño de Tenuchtitlán ó Mexico el 13 de noviembre de 1523 con 300 españoles y algunos cientos de guerreros y tlamemes mexicanos, tlaxcaltecos y cholulecos; dirigióse á Tehuantepeque, cuyos naturales fueron brevemente sometidos, y conquistados los peñoles de Huelamo y las tierras de Soconusco, Suchiltepeques, Quetzaltenango, Utatlán y Olimtepeque de las posesiones del Quichee, á las que llegó el 24 de febrero de 1524, riñó batallas con los que le entorpecieron el paso, que, vencidos en todas partes, le permitieron el 14 de mayo continuar hasta la ciudad de Tepanguatemala, corte de Sinacam ó Apotzotzil, rey de los Cachiqueles, de quien fué bien recibido. Pasó luego á Atitán, capital de los zutugiles, y á la comarca ocupada por los pipiles; y sometidos todos los más guerreros de aquellos territorios, hizo alto para descansar, y acampó el 24 de julio en el sitio que los mexicanos, al llegar á él, nombraron Atmolonga ó Atmulunga (que significa agua que brolla), por la suma de manantiales que refrescaban el lugar del valle de Tzacualpa, donde asentaron el campamento.
Un dia después de la llegada, el 25 de julio de 1524, decidieron los conquistadores fundar allí mismo la primera población española, á que dieron el nombre de Santiago de los Caballeros de Guatemala, por el del santo del día y del patrón de España. Tituláronla villa, y cinco días después ciudad en los actos del cabildo y regimiento que desde luego se constituyó; pero en puridad no pasaba de ser una aglomeración de barracas , chozas ó conucos, edificados al antojo de cada uno de sus dueñas y con arreglo á los reducidos medios de que podian disponer. Tan informes y primitivas construcciones permanecieron tres años, tres meses y veintiseis días, y hasta que, siendo teniente de gobernador del Reino Jorge de Alvarado, por estar navegando camino de España su hermano D. Pedro, que había salido para Mexico el 27 de agosto de 1526, propuso en cabildo y se acordó edificar una población bien trazada en el mismo sitio del campamento, ó de Atmulunga. Resuelto así y aceptados los puntos propuestos por el primer alcalde Gonzalo de Ovalle, empezaron las obras el 21 de noviembre de 1527, trazando las calles de Norte á Sur y de Oriente á Poniente, y celebrando luego con tal motivo fietas á Santiago el Mayor, patrono de la ciudad, con regocijos públicos de toros en plaza y juegos de cañas. Estas fiestas se repitieron cada año hasta el de 1656, que fueron trasladadas al 22 de noviembre, dia de Santa Cecilia, por ser la fecha que, en el de 1542, se abrieron los cimientos de la Ciudad Nueva, ó mejor dicho, de la que era á la sazón la segunda capital de Guatemala.
Sufrió la Ciudad Vieja antes de reedificarse, en el año de 1526, los disturbios consiguientes á la rebelión de los indios, acaudillados por sus reyes Sinacam y Sequechul, que pusieron en grave peligro la continuación del dominio español en aquellas partes; pero sometidos y presos los cabezas, continuaron los conquistadores desarrollando allí sus intereses. No mucho después fueron interrumpidos éstos por las isidencias que produjo la presencia del visitador Francisco de Orduña, á quien la primera Audiencia de Mexico envió el año de 1529 para residenciar á Jorge de Alvarado; el cual Visitador, removiendo el cabildo y dictando varias inconvenientes disposiciones, suscitó bandos y provocó tormentas en el vecindario, que por fortuna se disiparon al regresar de España en abril de 1530 el Adelantado D. Pedro, proveído de este título y de los de Gobernador y Capitan general de Guatemala, por cédula de 18 de diciembre de 1527, quien con sólo aproximarse á su gobernación ahuyentó al inquieto Orduña y restableció la tranquilidad y armonia que nunca debió alterarse entre los vecinos conquistadores.
Muchos de éstos, que siguieron á Alvarado el año de 1534 en su expedición al Perú, quedaron allá auxiliando en la conquista á Francisco Pizarro y Diego de Almagro y concurriendo á la fundación de las ciudades de Lima y Quito; y Alvarado, después de ceder su armada á aquellos capitanes por cien mil pesos de oro, volvió á su gobierno en abril de 1535, pasó en 1536 al Valle de Naco y territorio de Honduras, donde fundó las villas de San Juan del Puerto de Caballos y las ciudades de San Pedro Zula y de Gracias á Dios, y para abreviar la concesión de otras expediciones que tenía ideadas, cuanto por rehuir la residencia que por disposición de la Audiencia de Mexico había ido á tomarle el licenciado Alonso Maldonado, después de prestar la correspondiente fianza, se embarcó, bien provisto de oro, en el puerto de Trujillo, el mismo año de 1536, para hacer su segundo viaje á España.
Durante su ausencia le sustituyó en el gobierno de Guatemala, por disposición suya de 20 de febrero y por hallarse en Mexico su hermano Jorge de Alvarado, el licenciado Rodrigo de Sandoval, que se presentó en el cabildo con aquella provisión, y fué reconocido por tal Gobernador interino.
Ya en la corte, el Emperador, que le distinguió mucho, concedióle por siete años la gobernación de Guatemala, con fecha 9 de agosto de 1538, y le confirió á la vez el nombramiento de Almirante de la Mar del Sur; y la nobleza, que se le mostró no menos afecta, facilitóle el enlace con D.ª Beatriz de la Cueva, hija del Conde de Bedmar, como su anterior esposa D.ª Francisca, y sobrinas ambas del influyente Duque de Alburquerque.
Con tan altos cargos y una esposa tan ilustre emprendió Alvarado el viaje de regreso á su gobernación: desembarcó el 4 de abril de 1539 en el Puerto de Caballos, por él fundado; entró en la capital de Guatemala el 16 de del siguiente mes de setiembre , y posesionóse del mando. A poco, el 13 del inmediato octubre, tuvo ya ocasión de hacer pública su adhesión al Emperador, que tanto le había honrado, con motivo de la triste nueva del fallecimiento de la Emperatriz D.ª Isabel de Portugal; pues para demostrar el dolor del Reino dispuso, á expensas de los propios de la ciudad, grandes lutos, real túmulo y augustas exequias, en la que ofició de pontifical D. Francisco Marroquín, que era obispo de Guatemala desde el 2 de marzo de 1535; y cumplido aquel deber dedicóse con mayores ánimos que nunca al fomento de los intereses de su gobernación y á la formación de la armada en que pensaba hacer la jornada á las Molucas ó islas de la Especería.
En las mejoras de la capital se vió, el año de 1540 por el mes de abril, la edificación de la primera casa de teja, pues hasta entonces todas se habían hecho con el tejado ó cobertizo de paja ó guano, ó sea de las pencas de las palmeras; la cual casa fué destinada para el Cabildo municipal. Para realizar su ansiada expedición á las Molucas salió Alvarado de Guatemala á principios de junio, pasó al puerto de Acaxutla, donde le esperaban doce navíos de alto bordo y dos mas pequeños, llevando consigo á los reyes Sinacam y Sequechul, que estaban presos desde 1526, y embarcado se dirigió con la armada al puerto de la Purificación en la provincia de Xalisco de la Nueva España. Allí saltó en tierra y fué á conferenciar con el virrey D. Antonio de Mendeza, mientras la armada iba á esperarle en el puerto de Navidad; y á este tiempo, habiéndole avisado del apuro en que se hallaban los españoles asediados por los indios en el peñol de Nochistlán, se dirigió allá para someter á los rebeldes, pero con tan poca fortuna, que al hallarse en la pendiente del monte se desprendió de lo alto, el 24 de junio de 1541, un caballo despeñado, y tropezando con el Adelantado hízole rodar un gran trecho y sufrir las graves lesiones que le ocasionaron la muerte cerca de Guadalajara, donde se le conducía en una camilla, el dia 5 de julio. Sus restos, depositados en aquella ciudad, trasladados al pueblo de Tiripitio y á Mexico, se enterraron definitivamente en Santiago de Guatemala.
Recibida en esta capital la dolorosa noticia el 29 de agosto, tratóse de nombrar persona que gobernase el Reino en tanto que el Rey la designaba, y fué elegida el 9 de setiembre la inconsolable viuda del Adelantado, D.ª Beatriz de la Cueva, quien al día siguiente cedió la gobernación á su hermano D. Francisco de la Cueva, y en la noche del otro día, la del funesto 11 de setiembre, fué victima del gran temblor de tierra y de la explosión de agua de uno de los dos montes volcánicos inmediatos á la ciudad, que inundándola impetuosamente destruyeron las aguas torrenciales casi todos los edificios y ahogaron, entre gran número de habitantes, á D.ª Beatriz y á otras señoras de su servidumbre que, temerosas, se habian encerrado en el oratorio de la casa.
El miércoles 14, tres dias después del de la inundación, se reunieron los vecinos hábiles de Guatemala, que serían unos noventa, para acordar lo que convenía hacer en presencia de circunstancias tan extraordinarias. Iniciaron los acuerdo revalidando en su cargo de gobernador á D. Francisco de la Cueva, hermano, como se ha dicho, de D.ª Beatriz y esposo de la hija natural de D. Pedro, D.ª Leonor de Alvarado Xicotenga ó Xicotencatl Tecubalsi, y dándole por adjunto en el gobierno al obispo D. Francisco Marroquín. El 17 se ocuparon los de la Junta de la traslación de la ciudad á otro punto; el 27 se citó á reunión general de vecinos para designar el sitio; el 2 de octubre de 1541 quedó resuelto que fuese en lo más eminente del valle de Chimaltenango; y designado definitivamente el punto conocido con el nombre de valle de Panchoy ó Pacam, que quiere decir laguna grande, llamado también valle del Tuerto, y señalados los solares, se tiraron las cuerdas y se abrieron los cimientos de la nueva ciudad el 22 de noviembre de 1542, día de Santa Cecilia.
La Ciudad Nueva, distante una legua escasa del sitio de Atmulunga donde se erigió la primitiva, como capital del Reino y del corregimiento del valle se constituyó en cabeza de los setenta y siete pueblos comprendidos en los nueve fecundos valles de Guatemala, Chimaltenango, Jilotepeque, Canales, Sacattepeques, Mixco, Mesas, Vacas y Alotenango, cada uno con su corregimiento particular; siendo capital, asimismo, de las tres alcaldías mayores de la provisión de los presidentes, menos la del Valle , que competía al cabildo de Guatemala; de las quince provincias sometidas, nombradas de Gracias á Dios ó Higueras, Honduras ó Comayagua, Teguzigalpa, Nueva Segovia, San Salvador, San Miguel, Eldorado, Choluteca, Nicaragua, Costa Rica, Sonsonate, Suchiltepeques, Soconusco, Chiapa y Verapaz, y ademas de las de Lacandón, el Manche, el Chol, el Jicaque, Talamanca y Taguzgalpa, que no estaban aún conquistadas á la sazón y que algunas tardaron mucho en someterse.
La Nueva Ciudad se asentó en el hermoso valle fertilizado por los ríos Magdalena, cuyas aguas se aprovecharon para mover varios molinos, el Pensativo, que se introdujo en la población para su limpieza, y el río de la Ciudad Vieja, además de los arroyos de los Pastores, de San Juan Gascón, de Pampotic y del Rajón y Agua de Santa Ana; la cual Guatemala se dividió en diez barrios, nombrados de San Francisco, que tenía unido el de Santa Cruz, el de Tortugueros, de San Sebastián, del Manche, San Jerónimo, Santiago, Santo Domingo, la Candelaria y Chulapa; contuvo once grandes plazas, y abrió tres caminos para su comercio; el del Arco, que comunicaba con el Golfo Dulce; el de Jocotenango, con Chiapa, Verapaz, Puebla, Oaxaca y Mexico, y el de la Ciudad Vieja, con San Antonio, Suchiltepeques y Soconusco.
La iglesia de Guatemala se erigió en catedral el primer año del pontificado de Paulo III, en 1534; tuvo por pri mer obispo á D. Francisco Marroquín, que fué nombrado por bula el 2 de marzo de 1535, y la gobernó hasta su fallecimiento, ocurrido en 1564; y se fundó la catedral con las mismas ceremonias de la de Sevilla y las gracias, jubileos é indulgencias de la de Santiago de Galicia ó de Compostela. A los doscientos diez años de tener obispo, en 1743, por bula de Benedicto XIV se erigió en arzobispado.
Cuando la inundación de la Ciudad Vieja, fué la catedral, por su solidez, el edificio que menos padeció, y al verificarse la traslación de la ciudad á la Nueva Guatemala se estableció dicha catedral en la ermita de Santa Lucía hasta que fué edificada con la suntuosidad que correspondía, empezándola en 1668 el presidente y gobernador D. Sebastián Alvarez Alfonso Rosica de Caldas. En la traslación la siguieron las demás iglesias parroquiales y los conventos de religiosos, los cuales fueron aumentando con la celeridad que demandaban las costumbres de la época, y de tal manera, que ya en el siglo xvii se contaban en la ciudad de Guatemala veinticuatro templos con numerosas imágenes milagrosas y crecidas capellanías, además de cuatro beaterios, siete conventos de frailes y tres de monjas (éstas pasaron desde Mexico, en 1590, y el primer convento que fundaron fué el de la Concepción) y cinco ermitas: todo esto para una población de 6.000 vecinos, en los que se contaban unos 60.000 habitantes, incluyendo los indios de servicio.
La ciudad, regida por admirables ordenanzas llenas de franquicias y de libertades municipales, que fueron poco á poco mermándose por el Poder Ejecutivo y la Audiencia, fué titulada muy noble y muy leal ciudad en Real cédula de 1566; tuvo escudo propio de armas desde el 12 de setiembre de 1600, y Audiencia desde 1563, en que se trasladó á Guatemala, desde la ciudad de Gracias á Dios, la creada con el titulo de Audiencia de los Confines. Tenía la ciudad en el mismo siglo xvii seis hospitales, tres boticas públicas y dos en los conventos; un colegio para la educación de niños nobles y desvalidos y otro para las doncellas huérfanas, y la Universidad, que en 1679 se erigió con nueve cátedras, y entre ellas una de lengua pipil ó mexicana: contaba cinco fábricas de paños, palmillas, rajas, jergas y jerguetas; un hermoso matadero de reses, por el que se introducía el río Pensativo para la limpieza después de la diaria matanza, el cual matadero proveía á once carnicerías de vaca, carnero y cerdo; y tenía también Guatemala ocho seguras cárceles , paseos con fuentes, cañerías que proveían al vecindario de agua, y un puerto con el nombre de Bahía de Guatemala en la costa del mar del Sur y punto donde desagua el río Guacalat y forma la Barra de Istapa.
Aunque prosperando rápidamente, tuvo la segunda Guatemala corta vida, por estar con gran frecuencia conmovida y castigada por los terremotos. Fueron los más terribles que sufrió, entre otros muchos, los que se sintieron á intervalos durante los dos años de 1585 y 1586; los de 1607, 1651, 1689, 1717 y sobre todo los de 1751 y 1773. Los de este agitado año empezaron en mayo, y tan continuados é intensos se hicieron hasta el 29 de julio, que fué el de mayor intensidad, que encontrándolo todo ya movido dejó la ciudad destruida y asolada hasta tal punto que, á pesar de la oposición de gran parte del vecindario á abandonar el punto de los desastres, prevaleció la propuesta de la traslación hecha por las personas mas sensatas y acaso no menos tímidas, y en las juntas generales
celebradas, la una el 4 de agosto de 1773 bajo la presidencia de las autoridades civil, militar y eclesiástica, y las otras en 12 y 16 de enero de 1774, se decidió la fundación de la nueva ciudad ó tercera capital de Guatemala en el punto del Valle de las Vacas donde hoy se encuentra. Acordado así en definitiva y aprobada la decisión por el Rey de España en cédulas de 21 de julio y 21 de setiembre de 1775, en una de las cuales se concedía el producto de la renta de alcabalas para los gastos de traslación, fué verificándose ésta poco á poco: instalóse el Ayuntamiento en el nuevo Cabildo el 1.º de enero de 1776, y vista la demora de muchos vecinos ordenó por medio de bando, que en el término de un año se mudasen á la población nueva cuantos en ella resultaban vecinos y hubieran obtenido solares.
La ciudad de Guatemala la Nueva, ó sea la tercera de las capitales de este nombre, tiene calles anchas y rectas regadas por numerosos arroyos, bella catedral y universidad; está poblada de unos cuarenta mil habitantes afables, y con la indolencia natural que imprime la acción del clima, y es capital de una de las cinco repúblicas de la América central.
Guzacapa, Guazacapán, págs. 76, 321, 354, I; 6, II.—Pueblo antiguo y de numeroso vecindario de indios sobre la costa de la Mar del Sur, de la provincia de Escuintla en el reino de Guatemala, en cuya jurisdicción está la barra de Mychatoya, donde desemboca el río de Petapa, ó sea el desaguadero de la laguna de Amatitlan. Los naturales de este pueblo, unidos á los petapanecos, presentaron en 1526 la batalla á D. Pedro de Alvarado en el valle de Canales, cuando del Peñol de Jalpatagua se dirigían á Guatemala, y entre Petapa y Guanazacapa, en el llamado Cerro redondo, paso del monte de Petapa á Canales, embistieron al ejército conquistador. En el pueblo de que se trata vivía á fines del siglo xvii reducida á la mayor estrechez, la familia de Paez de Grajeda, descendiente del poblador de Guatemala Juan Paez.
Gueguetenango, págs. 18, 44, 328, I; 75, II.—Pueblo cabeza de partido en la provincia de Totonicapán ó de Gueguetenango en el reino de Guatemala, abundante en ruinas de portentosos edificios que, á semejanza de los babilónicos, empezaban con gran base é iban estrechando hasta terminar en puntas; los cuales edificios visitó el autor hacia fines del siglo xvii siendo corregidor y capitan á guerra de aquel partido, en el camino que iba á Tojog; quien también visitó la rica mina llamada de Gueguetenango, situada á 40 leguas de Guatemala, que descubrió Juan de Esquivel. En aquel pueblo hizo patentes sus virtudes y dió ejemplo con su vida intachable el religioso dominico Fr. Lope de Montoya.
Guelamo, pág. 46, I.—V. Huelamo.
Habana, págs. 114, 353, I.—Capital de la isla de Cuba, fundada por Diego Velázquez el año de 1511 en la costa del Sur y cerca de la desembocadura del río Bija, en la proximidad de la actual población de Batabanó, y trasladada hacia 1519 á la orilla derecha del puerto de Carenas sobre el riachuelo Algida (hoy cegado) donde actualmente se encuentra. Desde el puerto de San Cristóbal de la Habana, que así se llamaba, hízose el comercio con las costas de Guatemala, desde que se conquistó aquel reino, por Puerto de Caballos, el Golfo Dulce y otros puntos.
Hicaque (El), pág. 78, II.—El territorio de los Hicaques, comprendido en la gobernación de Guatemala, fué uno de los que más se resistieron á someterse, tanto que ciento sesenta y cinco años después de la conquista aun no habían prestado completa obediencia á los españoles. El sargento mayor Bartolomé Escoto fué el primero que más hicaques sedujo, y con todo no pasaron de sesenta á ochenta familias.
Higueras, págs. 13, 109. 124, 141, 147, 186,1; 126, II.—Dieron los españoles el nombre de Higueras ó Hibueras al golfo y tierra de Honduras, porque al desembarcar los que acompañaban á Cristóbal Colón en 1502 encontraron en abundancia árboles cargados de fruta á modo de grandes calabazas de las llamadas Hibueras y Jigüeras en la Isla Española, y Güiras en la de Cuba. (Crescentía cujete.) (V. Honduras.)
Honduras, págs. 13, 109, 124, 127, 138, 147, 186, 316, 318, I; 26, II.—Provincia y gobierno del reino de Guatemala descubierta por Cristóbal Colón en 1502 y llamada así porque al querer desembarcar en aquellas costas en mucha distancia no hallaron los expedicionarios fondo donde anclar. Se le dió también el nombre de Higueras é Hibueras (V.) A su conquista fué Cristóbal de Olid por encargo de Hernán Cortés, y sabiendo éste que se le había rebelado, emprendió el viaje hacia aquella tierra en 1524, que conquistó con las gentes de Luis Marín y de Bernal Díaz del Castillo, completando la conquista Alvarado, cuya gobernación era, quien fundó varias poblaciones, y entre ellas la de Gracias á Dios, donde se estableció la Audiencia de los Confines, primera de aquel territorio en 1544. En el Puerto de Caballos, fundado por el mismo Alvarado, desembarcó éste á su regreso del segundo viaje á España en abril de 1539. Cuando D. Francisco Montejo obtuvo la gobernación de Yucatán, pretendió corresponderle la de la provincia de Honduras; mas Alvarado se avistó con él en 1536, y probándole que era conquista de los soldados de Cortés y de los suyos, quedó incluída en las del reino de Guatemala. Fr. Juan de las Varillas fundó el primer convento de Honduras, dedicándole á Nuestra Señora de las Mercedes.
Huelamo (Peñoles de), págs. 46, 123, I.—Los peñoles de Huelamo ó de Guelamo, situados en la provincia de Tehuantepeque, se llamaron así por haber tenido en aquel sitio su encomienda el conquistador apellidado Huelamo ó Guelamo. Al dirigirse Pedro de Alvarado á la conquista de Guatemala fué á someter á los indios que desde aquella eminencia, donde se habían refugiado, hacían cruda guerra á los españoles.
Imperio Mexicano, págs. 15, 18, I.—El fundado por los aztecas en el valle de Anáhuac no pudo, aunque lo intentó, agregar á sus provincias las del territorio de Guatemala, donde se habían establecido después de la fundación de Mexico siete linajes de su misma procedencia.
Istaguacán, pág. 24, I.—Población del reino de los Quichés ó Quicheles, donde el siglo xvii existían aún vestigios de las fortalezas construídas durante las guerras entre los herederos del rey Axopil, ó sea por los Quichés, Cachiqueles y Zutugiles.
Istapa (Barra y Puerto de), págs. 134, I; 120, 142, 144, II.—Punta de tierra casi separada de la costa en la de la Mar del Sur, provincia y alcaldía mayor de Suchiltepeques en el reino de Guatemala y punto donde desemboca el río Magdalena ó Guacalat. Al tiempo de la conquista tenía su población veinticinco indios tributarios. Llamábase también Bahía de Guatemala, y esta ciudad se comunicaba con ella por el camino de Alotenango, que ya en 1539, merced al cuidado del capitán regidor de la capital Antonio Salazar, estaba llano como una plaza. En el puerto de Istapa se construyeron seis naves por encargo de don Pedro de Alvarado, y con ellas partio del puerto de Amapala el 31 de Enero de 1534 y surgió en Puerto Viejo del Perú, donde las vendió á Pizarro y Almagro, que estaban conquistando aquel Reino.
Istapalapa, pág. 115, I.—Ixtapalapa, pueblo del imperio de Moctezuma conquistado por los españoles, cabecera de la municipalidad de su nombre y distrito federal en la República Mexicana. Cuando las gentes de Hemán Cortés y de Alvarado entraron en la indígena ciudad de Ixtapalapán, edificada parte en el agua de la laguna y parte en la tierra firme, inundaron ésta los naturales, y para salvarse tuvieron los españoles que pelear reciamente, auxiliados por algunos indios principales de Texcoco.
Itzapa, págs. 65, 292, I; 66, 126, 129, 130, 161, II.—San Andrés de Itzapa, pueblo de abundantes producciones agrícolas y pecuarias, en el Valle de Chimaltenango, que doctrinaban los frailes franciscanos. Encimada sobre la parte de Itzapa estuvo la antigua corte de Tecpanguatemala y por ese pueblo se hacía camino para otros del Corregimiento y para Mexico y Chiapa; encontrándose de él al pueblo de Patzón cinco trabajosas leguas difíciles y de mal paso, y en ellas Los Pecados mortales, que era el peor punto del trayecto. El gobernante indio de Itzapa, un tanto émulo del de Jocotenango, ofrecía á éste 500 pesos porque le cediera el derecho de representar su papel en la fiesta del Volcán, cada vez que se verificaba ésta.
Jalpatagua, pág. 319 á 321, I.—Pueblo del partido de Guazacapán, provincia de Escuintla, en el antiguo reino de Guatemala. Sus naturales, que con los petapanecos se sublevaron en 1526 contra los españoles, refugiáronse en el peñol, llamado de Jalpatagua, distante nueve leguas de la población y fuerte centro de operaciones de la comarca, donde tras muy sangrienta batalla fueron sometidos. A fines del siglo xvii era aquel peñol de la propiedad del capitán D. Tomas Delgado de Nájera.
Jerez, pág. 64, I.—Los españoles de la conquista de Guatemala llamaron villa de Jerez de la Frontera ó de la Choluteca á una población india. situada en la parte más meridional del valle de este nombre ó de Malalaco y comprendida en el partido de Tegucigalpa de la provincia de Honduras. Fundó la villa de Jerez de la Frontera un caballero de Jerez en España, que se llamaba D. Cristóbal de la Cueva, por encargo de D. Pedro de Alvarado, junto al río nombrado de la Choluteca.
Jicaque, pág. 186, I.—Eran los Xicaques indios de la provincia de Tuguzgalpa ó Tologalpa, en el antiguo reino de Guatemala, extendida á lo largo de la costa del Océano Atlántico desde el río Aguan hasta el de San Juan, y confinante con las provincias de Comayagua, Tegucigalpa y Matagalpa, los cuales indios estaban aún sin someterse á los españoles en el último tercio del siglo xvii.
Jilotepeque, págs. 284, I; 64, 99, 100, 101, 103, 109, 137, II.—El valle de Xilotepeques, paraje el más templado de los del valle de Chimaltenango, tenía por principal poblado el de San Martín, cabeza de curato, numeroso en población indígena y abundante en la producción de la caña de azúcar que alimentaba algunos trapiches. En el sitio conocido por el de los Cimientos, en el término de Xilotepeques y cerca del cauce del río Paucacoya, se descubrieron ruinas de grandes edificios, y en ellas la Cueva encantada de Mixco, entre el Río Grande y el río Pixcaya que separa el Valle del de Sacattepeques. En su jurisdicción se encontró plata cobriza de poca ley, y una especie de cristal de roca en los bordes de ciertas crestas de guija negra.
Jocotenango (Pueblo y minas de), págs. 175, 188, 192, 216, 291, I; 121, 161, II.—Xocotenango ó Jocotenango significa Valle de la fruta: el pueblo de Nuestra Señora de la Asunción de Jocotenango, de la provincia de Sacattepeques, se fundó contiguo á la primitiva ciudad de Guatemala; siendo uno de los setenta y siete del Corregimiento del Valle, y divertido paseo al NO. de aquella capital, con ameno boscaje y frescas y floridas calles de arboleda, llamadas tazacuales, donde afluían ademas los viajeros que se comunicaban con Mexico, Puebla, Oaxaca, Tehuantepeque, Chiapa, etc.: los indígenas comerciaban con el aceite chian. La entrada de Jocotenango en Guatemala se hacía por el barrio de San Sebastián, donde penetraban continuamente las cargas de teja, que después de la llamada de Lobo, procedente de Chimaltenango, era la mejor, y los abundantes productos agrícolas que daba su territorio. Famoso se hizo también Jocotenango por las minas llamadas Rajón, que pertenecían á D. Pedro de Alvarado, y donde trabajaban indios esclavos, á que el Obispo D. Francisco Marroquín les dió libertad á la muerte del Adelantado, y famoso también porque el alcalde y gobernante de aquel pueblo tomaba parte muy principal en la fiesta del Volcán, representando al rey Sinacam. Tan estimada era tal representación, que el gobernador de Itzapa le ofrecía 500 pesos por sustituirle cada vez que tenía lugar dicha fiesta.
Jumay, págs. 137, 321, I.—San Francisco Jumai, pueblo del curato de Mataquescuintla, partido de Guazacapán, en la provincia de Escuintla del antiguo reino de Guatemala. Los indios de este pueblo, unidos á los petapanecos, presentaron la batalla en los llanos de Canales á D. Pedro de Alvarado, cuando después de haber reducido á los del peñol de Jalpatagua se dirigía á Guatemala. Al encomendarse aquella gobernación al visitador Francisco de Orduña, se sublevaron los indios de Jumay contra el dominio español, y los apaciguó Alvarado al regresar de España en 1530.
Jutiapa, pág. 196, I.—Pueblo de la provincia y partido de Chiquimula, en el antiguo reino de Guatemala, que era cabeza de curato y tuvo por cura beneficiado y juez eclesiástico al bachiller Diego Félix Carranza de Córdoba, autor de la Descripción de la catedral de Guatemala, que fué dedicada en 1681.
Lacandón, págs. 186, I; 78, 1:3, 115, II.—Territorio inmediato á la provincia de Tuzulutlan ó Tierra de guerra, que se llamó de la Verapaz cuando el P. Las Casas y otros dominicos, con informes más bien intencionados que verídicos, persuadieron al Emperador de que sus indómitos indígenas habían sido sometidos con la predicación del Evangelio; lo cual, en puridad, no resultó exacto, porque la mayor parte de aquella tierra estaba aún por conquistar 165 años después de haberlo sido las demás del reino de Guatemala. La que ocupaban los Manchés, Choles, Lacandones y otros de aquellos pueblos trashumantes, tenía entradas por las provincias de la Verapaz, Chiapa y Gueguetenango, por las cuales fueron á catequizarles los religiosos con alguna perseverancia desde que en 1558 se adjudicó al obispado de Chiapa la provincia de la Verapaz, y aun más al erigirse catedral en esta provincia é instalarse en las Casas Reales de Coban en 1560; pero incorporado aquel obispado al de Guatemala por falta de recursos, y no habiendo conseguido las misiones sino reunir algunas familias de indígenas en el pueblo de Cahabón y de San Lúcas, se dispuso en 1692 la conquista armada, que produjo algunos resultados y no completos, puesto que á principios de este siglo había, y acaso en el día haya, tribus sin someter. Los Lacandones habitaban entonces las márgenes del río de la Pasión, que tiene su nacimiento en las montañas de Chamá, recorre el territorio inmediato á las montañas de Chicec, pasa por tierras del Peten, entra en la provincia de Tabasco y, unido al famoso río Utsumazinta, desemboca en la bahía de Campeche, donde forma la barra de San Pedro y San Pablo: hacían el tráfico por ese río en canoas de las que llegaron á poseer y emplear en un tiempo hasta el número de 424.
Lempa, pág. 125.—Río de la gobernación de Nicaragua, entre las provincias de Cuscatlán y de San Miguel, que desagua en el mar del Sur, y atravesó trabajosamente el ejército de D. Pedro de Alvarado al regresar de Honduras.
León, León de Nicaragua (Ciudad, catedral de), págs. 8, 64, I.—Ciudad de la antigua provincia de Taguzgalpa, capital de la intendencia y obispado de Nicaragua, y hoy de la República del mismo nombre. Descubrió y conquistó aquel territorio Gil González Dávila en 1522; principio su población Francisco Hernández de Córdoba el año 1523 en el paraje llamado León Viejo, de donde después de algunos años se trasladó á ocho leguas de la laguna de Managua y á doce de la mar del Sur. Su catedral fué erigida en 1534, algo después que la de Guatemala, y la capital, saqueada por los piratas ingleses en 1585, cuenta hoy unos 30.000 habitantes.
Lima, págs. 14, 164, 215, 245, I; 79, II.—Capital del antiguo virreinato y de la actual República del Perú. La primera capital fué fundada el año 1533 por cuarenta españoles en el valle de Jauja ó Xauxa, en la orilla de un río y junto al pueblo indio de Hatunxauxa; pero tocando los pobladores varios inconvenientes, el no pequeño de distar 40 leguas del mar, les decidió á trasladarse á otro punto. Acordado así por el Cabildo en 29 de noviembre de 1534, y sometido el acuerdo á la decisión del gobernador Francisco Pizarro, se reconocieron los Llanos inmediatos al mar, y preferido el asiento del cacique Limac, situado á dos leguas del Callao, dispuso Pizarro en enero de 1535 que los vecinos de Xauxa y de Xagallan pasaran á fundar la nueva ciudad, (que contribuyeron á poblar algunos de los conquistadores de Guatemala que con D. Pedro de Alvarado fueron al Perú), y que llevase el nombre de Ciudad de los Reyes, que conservó mucho tiempo. Así se verificó, y elevada á la Corte aquella determinación, fué aprobada por el Emperador en cédula expedida en Valladolíd á 3 de noviembre de 1536. Lima erigió una hermosa fuente monumental en la plaza Mayor, y después de ésta, la mejor de toda la América era la que en 1679 se levantó en medio de la Alameda de Guatemala. En esta capital importaban menos las construcciones que en Mexico, y más caras que las de esta ciudad resultaban las de Lima.
Llanos de Chiapa, pág. 90, I.—San Bartolomé de los Llanos, pueblo de numeroso vecindario, correspondía á una de las cinco provincias ó naciones de la antigua intendencia de Chiapa, llamada de los Llanos, que formó parte de la alcaldía mayor de Ciudad Real. Desde lo alto de la ciudad vieja de Guatemala se alcanzan á ver, hacia el N., los Llanos que ocupaban los Quelenes.
Magdalena, págs. 183, 187, 215, I; 120, 143, II.—Río que nace en la provincia de Chimaltenango, pasa á orillas de Guatemala y por la vecindad de la sierra del Volcán de fuego, con el nombre de río de la Magdalena, fecunda el valle de Alotenango, se le junta el río Pensativo, entra en el territorio de Escuintla y en su dilatada curso se le agregan otros ríos que le hacen bastante caudaloso, hasta que desemboca en la mar del Sur, formando la Barra de Petapa. Las aguas de este río movían á fines del siglo xvii algunos molinos y batanes, y en sus márgenes se veían pueblos, potreros y granjas.
Magdalena (La), Magdalena de Arriba, págs. 290, 291, 302, 330, I.—Santa María Magdalena. Uno de los setenta y siete pueblos del Corregimiento del Valle, perteneciente al curato de Candelaria y partido de Sacattepeques. Sus vecinos daban muchos trabajadores para las labores del campo del Valle de Mesas.
Malalacá, pág. 124, I.—Lugar de la Choluteca, partido de Tegucigalpa de la provincia de Honduras, en el antiguo reino de Guatemala, donde encontró Alvarado á Luis Marín y Bernal Díaz del Castillo, capitanes de Hernán Cortés, cuando en 1524 iba en busca de éste, que había tomado ya la vuelta de Mexico.
Mames, pág. 19, I.—Los mames, llamados así porque hablaban la lengua de la familia Huaxteca-Maya-Quiché, nombrada mam, mame, mem ó zaklohpakap, habitaban en Chiapas y Guatemala, y en lugares tan distantes entre sí como Mixco y Petapa en la provincia de Suchiltepeques, Chalchagua, en la de San Salvador, y Mita, Jalapa y Xilotepec en la Chiquimula (capital Xoconochco de los mexicanos, ó Soconusco).—El territorio de los mames le ocupó el tercer hermano de los tultecas, conquistadores de Guatemala, con los pocomanes que oprimieron á los quelenes y cachiqueles. El cuarto hermano Axopil llegó á sojuzgar hasta la Sierra de los mames.
Manche (Barrio del), pág. 192, I.—Alegre y apiñado de la segunda ciudad de Guatemala, situado al pie de la floreciente falda del cerro de San Felipe.
Manche (El), pág. 78, II.—El Manché fué provincia inmediata á la de Tuzulutlán ó Verapaz en el reino de Guatemala, que ciento sesenta y cinco años después de la conquista no se habla aún sometido á los españoles, á pesar de los esfuerzos de Fr. Tomás de Cárdenas, Obispo de la Verapaz, de Fr. Juan de Ezguerra y de los gobernadores de Guatemala, para conseguirlo, y de haberse fundado en aquel territorio los pueblos de San Miguel Manché, la Asunción Chocahaoc, Hixil, Matzín é Ixuox.
Manila, pág. 269, I.—Población de los luzones, á la que nombraban Maynila por abundar en su jurisdicción el arbol Nilad ó Nilar (Ixora Manila). Era régulo de ella Raja Matanda, cuando la expedición española, al mando de Miguel López de Legazpi, llegó á aquellas islas, al cual régulo y á Lacandola, que lo era de Tondo, les desposeyó Martín de Goiti, capitán de Legazpi, en 19 de mayo de 1571, constituyendo la ciudad allí fundada por los conquistatadores en capital de la Nueva Castilla, nombre que dieron á la isla de Luzón, y en metrópoli de los dominios españoles del Archipiélago Filipino.
Marche (El), pág. 186, I.—V. Manche (El).
Mechoacán, Mechuacán, págs. 153, 311, 364, I.—Mechoscán, que significa Lugar de pescado, fué provincia y obispado de la antigua Nueva España, limitada por el Mar Pacífico y las provincias de Nueva Galicia, Mexico, Guadalajara y Jalisco, y conquistada por Cristóbal de Olid, capitán de Hernán Cortés. Su capital, situada en las márgenes del lago Patzcuaro, se llamó Tzintzontzáan por los indígenas y Valladolid después de la conquista. Mechoacán es actualmente Estado de la República Mexicana, y su capital Morelia. En el pueblo de Chiribito de aquella provincia celebraron una entrevista el Virrey de la Nueva España D. Antonio de Mendoza y D. Pedro de Alvarado, en 1541, para tratar de la expedición á las Molucas de la armada reunida por éste. Los naturales de Mechoacán tenían costumbres muy parecidas á las de los guatemaltecos, y hacían unas famosas láminas de las ricas y preciosas plumas del pajarillo nombrado huitziziliut en Mexico y gorrión en Guatemala.
Medina del Campo, págs. 259, 263, I.—Villa de la actual provincia de Valladolid, asentada en la margen izquierda del río Zapardiel. Residiendo allí los Reyes de España se expidieron en 5 de junio y 28 de julio de 1532 dos cédulas, la una autorizando á la ciudad de Guatemala para retener los diezmos y proveer con su producto de sacerdotes á la ciudad, y la otra concediendo armas á Santiago de los Caballeros de Guatemala.
Merced (Barrio de la), pág. 291, I.—Caserío que se contaba en los setenta y siete pueblos del Corregimiento del Valle de Guatemala.
Merced, (de la) ó de las Mercedes (Nuestra Señora), página 147, I.—Convento que con esta advocación se fundó en la primitiva Guatemala al entrar en ella, el año de 1524, los expedicionarios de Cortés y los de Alvarado, de vuelta de Honduras, donde había ya fundado Fr. Juan de las Varillas. Al emprenderse aquella jornada nombró el ayuntamiento mayordomo del monasterio en construcción á Francisco López, quien se ofreció con otros vecinos á edificar la iglesia de la Merced, que fué la de la primera religión establecida en Guatemala.
Mesas, (Valle de ó de las) —Mesas de Petapa, págs. 90, 284, 301 á 304., 313, 325, 330, 333, 334, 343, 345, 348, 349, 353, 358, I; 2, 74, 76, II.—El Valle de las Mesas, uno de los nueve que comprendía el Corregimiento del Valle, en que tenían jurisdicción los alcaldes ordinarios del Cabildo de Guatemala, y distante de esta capital cuatro leguas, en las nueve de su extensión y veinte y siete de circuito, contaba por principales pueblos á Amatitlán, San Cristóbal, Petapa, Santa Inés y la Magdalena, que daban trabajadores para los campos de la comarca. Producía ésta abundantes cosechas de cereales, entre ellos el trigo de mejor calidad que el del valle de Sacattepeques; mucha fruta, hierbas medicinales, el cempoal suchil y la llamada cascarilla de Loja en los montes de San Cristóbal. Criábanse formidables culebras, y al remover la tierra se descubrieron desmesurados huesos fósiles, que los indígenas decian proceder de unos gigantes llegados allí de lejanas regiones, que por viciosos fueron destruídos con el fuego del cielo. Este valle se apellidó de las Mesas por las lisas é iguales llanuras de que se compone, y de Petapa por el pueblo de San Miguel de Petapa, que era uno de los once de laboriosos indios que en conjunto le constituían, y porque corre, por lo más bajo de su terreno, el río que ensanchándose forma la laguna de Petapa.
Mexicano (Imperio), pág. 74, I.—El fundado por los aztecas, hacia el año 1327 de nuestra era, en el valle de Anáhuac, con la capital de Mexiti, Mexico ó Tenochtitlán-Mexico. En varias épocas, y últimamente en el reinado de Moctezuma II, hizo el Imperio grandes esfuerzos para sojuzgar el reino de Guatemala y no lo pudo conseguir.
Mexicanos, págs. 29, 44, 45, 66, 71, 73, 74, 76, 116, 117, 318, I.—Los naturales del imperio de Mexico, que tan sangrientos combates riñeron con los españoles defendiendo su independencia. Conquistada que fué su capital, noticiaron á Cortés la existencia del reino de Guatemala, y envió á su conquista á D. Pedro de Alvarado, quien, como auxiliares de los españoles, llevó cien mexicanos gastadores y sobresalientes guerreros, que contribuyeron á la fundación de la capital de Santiago de los Caballeros de Guatemala en 1524, y al trasladarse ésta á otro punto, en 1542, quedaron la mayor parte en la Ciudad Vieja ó la erigida primeramente en el sitio de Atmolonga. Antes de esto, cuando en 1526 se rebelaron los guatemaltecos contra los españoles, llevaron éstos consigo á los mexicanos y tlaxcaltecas en el ejército que restableció la tanquilidad, después de varios combates, con la prisión de los reyes Sinacam y Sequechul. Algunos emperadores de Mexico que pretendieron conquistar á Guatemala, para tener entrada fácil en el territorio enviaron á la costa del mar del Sur unos mercaderes, que se instalaron en Esquintepeque donde se conocían con el nombre de pipiles, los cuales fueron muy oprimidos después de ser derrotado en Tehuantepeque el ejército de Moctezuma II por el de los Quichés, Cachiqueles y Zutujiles de Guatemala. Algunas leyes de éstos coincidían con las de los mexicanos, pero el idioma difería generalmente.
Mexico, págs. 14,18, 44, 50, 63, 66, 67, 71, 72, 74, 116, 118, 120, 121, 125 á 129,131,134, 138, 139, 159, 160, 161, 164, 198, 227, 245, 258, 264, 296, 302, 308, 315, 342, 349, I.—Capital que fué del imperio de los Reyes tenochcas y del Virreinato de la llamada por los conquistadores de Hernán Cortés la Nueva España, y lo es hoy de la República de los Estados Unidos mexicanos. La ciudad de Mexico, fundada hacia el año 1327 de nuestra era por el pueblo azteca, que procedente del N. del golfo de California descendió hasta el S. en cumplimiento de cierto mandato de su óraculo Aztlán, se asentó en el lago de Tezcoco y en el punto donde los peregrinantes hallaron un nopal nacido en una piedra y sobre el un águila devorando una culebra, que les pareció ser el sitio señalado por el oráculo. Diósele á la ciudad allí levantada el nombre de Tenuchtitlán, ya para que significase nopal sobre piedra, pues tenuchtli es nopal, ya por dedicarla á Tenoch, jefe de la tribu de los tenochcas y principal caudillo de los veinte que conducían la expedición azteca, ya en honor de Tenuchtín, respetable anciano (acaso el mismo Tenoch) que fué el primer jefe ó señor elegido en la nueva nacionalidad. Elevado luego el templo al dios de la guerra Huitzilopochtli ó Huitzilopotzli (llamado Uchilobos y aun Ocholobos por los conquistadores) ó Mexitly (que significa ombligo de maguey), de este nombre empezó á tomar la ciudad el de Mexiti y Mexico que llevaba generalmente al tiempo de la conquista; aunque la gente ilustrada de los nahoas seguía nombrándola indistintamente Tenochtitlán, Tenoxtitlán, Tenustitán, Temistitán y también Mexico-Temistitán. Fué corte de los reyes tenochcas hasta mediados de agosto de 1521 que de ella se apoderó Hernán Cortés, y luego capital del Nuevo Mundo casi hasta la fecha de su independencia de España, proclamada á los tres siglos justos en agosto de 1821.
Entre los más valerosos capitanes en la conquista de la Nueva España distinguióse D. Pedro de Alvarado, quien en su capital de Mexico quedó al frente de los españoles que custodiaban á Moctezuma II, en tanto que Hernán Cortés iba contra los de Pánfilo de Narvaez. Sometida aquella ciudad, salió de ella Alvarado para la conquista de Tutepeque y luego de Guatemala, por el camino que no llegaba más allá de Tehuantepeque; sojuzgados los dominios de los Quichés, Cachiqueles y Zutujiles, y no habiendo podido ver á Cortés en Honduras, volvió á Mexico, donde él y los demás expedicionarios fueron recibidos con grandes agasajos. Allí pasó Alvarado año y medio mirando por los intereses de Hernán Cortés, á quien sus émulos maltrataban; allí casó Jorge, hermano de Alvarado, con la hija del tesorero Alonso de Estrada; de Mexico, fueron á Guatemala las primeras monjas; de allí partió en Octubre de 1535 el licenciado Alonso Maldonado, oidor de la segunda Audiencia, para residenciar en Guatemala á Alvarado, y desde allí anunció el virrey Mendoza en 1541 á D.ª Beatriz de la Cueva la desgraciada muerte de su esposo. Guatemala produce, como Mexico, las apreciables plantas llamadas Chamico y Cempoal Suchíl, y cosechaba más y mejor cacao para el chocolate que el imperio mexicano, donde se proveían de aquél, y por escasear reservaban este desayuno para la gente acomodada, dando á la de servicio el atole blanco; en cambio, desde Mexico llevaban sus mercaderes ropas á Guatemala, y por éstas le rescataban, y además el mineral de metales preciosos. Los más antiguos de estos mercaderes, establecidos en la costa el Sur, se llamaron Pipiles, palabra que tiene la etimología de lengua ó idioma de muchachos. Algunas costumbres de los indígenas guatemaltecos, como la educación de los niños igual á la de los habitantes de Mexico, demostraban la procedencia tulteca de la última civilización implantada en ambos pueblos; así se vió que, aunque trasladados á trescientas treinta leguas de su patria, los mexicanos que auxiliaron en la conquista á Alvarado se establecieron y habitaron sin ninguna contrariedad, desde el primer día, en la Ciudad Vieja, edificada en el sitio de Atmolonga.
Mixco (Valle de y pueblo de), págs. 18, 90, 274, 284, 291, 348, 353, 354, I; 20, 33 á 37, 40, 41, 43, 44, 49, 50 á 52, 55, 59, 63, 66, 74, 104, 105, 111, 137, II.—Uno de los nueve valles y de los setenta y siete pueblos que comprendía el Corregimiento del Valle, en que tenían jurisdicción los alcaldes de la capital de Guatemala. El significado del nombre de Mixco, que es de la lengua pocomán, le desconocían los naturales del tiempo de la conquista. Este valle, asentado sobre un subsuelo de tetpetates ó pedernales pardos de sólida naturaleza, y situado entre los de las Vacas y Sacattepeques, dista siete leguas de la antigua ciudad de Guatemala y veintisiete de la mar del Sur, á la que se iba por un camino doblado y peligroso. Distinguíase el valle de Mixco por sus ganados, que los llevaban á para purgarse á unas tierras salitrosas, y por la caza, que en los montes era abundante en ciervos, osos, armados, lobos, ardillas, pizotes, zorras y comadrejas, y en los bosques frondosos de guacamayos, carpinteros, cardenales, guirices y chijaos. Abundaba también en miel de abeja, en la fabricación de alfarería basta, bastante aceptable, aunque no tan buena como la de Aguachapa, que hacían las mujeres mientras los hombres se ocupaban de las faenas del campo, y abundaba sobre todo en supersticiones y antigüedades. Manifestábanse las primeras en numerosos y varios ídolos y en las practicas y corruptelas religiosas, como la de los naguales ó agoreros; y las antigüedades en las ruinas de los cues ó adoratorios, y en los admirables vestigios de ostentativos monumentos encontrados en el punto llamado los Cimientos, propiedad de Luis de la Roca, y entre los ríos Pixcaya y Río Grande, como la cueva ó túnel artificial que por distancia de tres leguas ponía en comunicación á los de Mixco con los del poblado y república de Chignautlan. El origen é historia de tan importantes antigüedades les era desconocido á los mixqueños de la conquista, quienes al tiempo de ésta se defendieron con valeroso brío y con tal decisión, que no hubieran sido tan pronto vencidos por Alvarado, á no haberle auxialiado los chignautlecos que de pronto se declararon adversarios de sus vecinos.
El valle de Mixco, que se ve todo de la ciudad vieja de Guatemala, y linda con el de las Vacas, tenía por principal pueblo á Santo Domingo de Mixco, y dependía en lo religioso de San Juan Amatitlan, con el cual estaba en recíproco comercio. Exportábase de Mixco el trigo, que era más apreciado que el del valle de las Vacas y de Sacattepeques, el Cempoal-Suchil, la piedra de cal y la obra de alfarería; e importábase de San Juan Amatitlan y de Pinula mucha fruta, y entre ella la muy buscada Granadilla del Perú, que se vendía en el hermoso tianguiz ó mercado de Santo Domingo y en los de otros pueblos del valle.
Molino (Río del), págs. 143, 144, II.—Recibió este nombre por el molino que para el beneficio de los metales tenía en el valle de Alotenango D. Pedro de Alvarado. El pueblo de San Diego se edificó en la margen de este río, en el que, á poca distancia del poblado, afluye el Guacalat ó río de la Magdalena.
Molucas (Islas), págs. 151, 152, 157, 175, I; 159, II.—Las Molucas ó Islas Reales (en árabe) del archipiélago de Malaya (Oceanía), situadas á los 2° 40' latitud Norte y 1° latitud Sur, al Mediodía de las Filipinas, Oeste de la Papuasia, Este de las Celebes y Norte de la Australia, se llamaban comunmente á las de Tidore (Tidor), Terrenate (Ternate), Motil (Mortier), Bachían (Batchían), Maquian (Matchian), Gilolo y Burá (Ombisrá). Nombrábanse también Islas de la Especería por producirse en ellas abundantemente el clavo: el monopolio del comercio de éste se lo disputaron los portugueses, holandeses y españoles durante algún tiempo. Para enriquecerse con aquel producto, que tan pingües ganancias daba, aprestó D. Pedro de Alvarado en Guatemala, el año de 1540, una armada de trece navíos, con los que, partiendo el 25 de mayo del puerto de Acajutla en la costa de la mar del Sur, se trasladó á las de la Nueva España para tratar con el virrey D. Antonio de Mendoza de aquella expedición; y habiendo muerto desgraciadamente en los peñoles de Cochistlan (Nochitlan) antes de embarcarse (julio de 1541), verificó la expedición con desgraciado éxito, zarpando del puerto de la Navidad el 1.º de noviembre de 1542 con tres de los mejores buques de aquella armada, Rui López de Villalobos, deudo del virrey Mendoza.
Montañas, pág. 304, I.—Refiérese á las de la provincia de Santander ó de las Asturias de Santillana.
Morán (Río de), pág. 326, I; 11, II.—Abundante y rico, que al pasar por el valle de Canales, inmediato al pueblo de Petapa, movía varios molinos con sus aguas. Estas, después de derramarse por la profundidad del valle, entran en la laguna de Amatitlan ó de Petapa para salir luego por el desaguadero de Mychatoya que las vierte en la mar del Sur.
Mychatoya, págs. 351, 354, I; 11, II.—Punto de la jurisdicción de Guazacapán, sobre la costa del Sur en la provincia de Escuintla, por donde desagua en el mar Pacífico la laguna de Amatitlán ó de Petapa.
Nueva España, págs. 13, 95, 113, II.—Dilatada región de la América Septentrional cuyos límites no llegaron á determinarse fijamente por la parte del N., pero que al tiempo de los primeros Virreyes eran, al S. la punta meridional de la bahía de Tehuantepec y la bahía de Honduras, al E. el mar Atlántico y al O. el Pacífico. Fué descubierta por Francisco Hernández de Córdoba en 1517 y por Juan de Grijalva en 1518, con quien fué D. Pedro de Alvarado, y conquistada gran parte y la capital de Mexico por Hernan Cortés. A la conquista asistió también Alvarado con diez entre hermanos y deudos suyos, según Bernal Díaz del Castillo que también estuvo en ella.
Nuevo Mexico, pág. 43, I.—Se dió este nombre al extenso territorio de la América Septentrional limitado al S. por las provincias de Cinaloa, Nueva Vizcaya y Nuevo Reino de León, al S. y SE. por la Florida, al NE. por el Canadá ó Nueva Francia y al ONO. y SO. por las Californias. Comprendía la mayor parte del Centro y casi todo el O. de la actual República de los Estados Unidos. En el Nuevo Mexico se suponía la existencia de la ciudad de Tula, de donde los tultecas procedían.
Naranjo (Río del), pág. 8, II.—Pequeño arroyo que desde una quebrada del monte de Petapa corre por la parte de Guatemala á Cerro Redondo, y hasta el punto donde se supuso que se dirigía la veta de mineral de plata encontrado al abrir los cimientos de la iglesia de Pinula.
Natividad (Puerto de la), pág. 153, I.—De la costa del Sur del mar Pacífico de la Nueva España, llamado indistintamente de la Navidad ó Natividad y situado al poniente de Mexico en los 19° 10' latitud N., obispado de Mechoacán y provincia de Guadalajara. A él mandó tras- trasladar Pedro de Alvarado, el año de 1541, la armada que se hallaba en el puerto de la Purificación de Jalisco, para emprender desde allí la expedición á las Molucas.
Nicaragua, págs. 134, 186, I.—Antigua provincia y gobierno del reino de Guatemala en la América Central y hoy República de su nombre, enclavada entre las de Honduras y Costa Rica (V. León de Nicaragua).—Llamábase Nicaragua á una villa de españoles y mulatos de la antigua provincia de Taguzgalpa y partido de León, y á un pueblo indio inmediato á aquella villa del que tomó nombre toda la provincia, que fué descubierta en 1522 por Gil González Davila y poblada por Francisco Fernández de Córdoba. Los naturales indios comerciaban con cacao y con los muebles, como baules, papeleras, sillas etc. que fabricaban con un bejuquillo, abundante en aquel territorio.
Oaxaca, págs. 119, 121, 189, I.—Provincia y alcaldía mayor de la Nueva España, situada en la parte más estrecha de aquel virreinato, y estado de la república Mexicana. La comunicación que al tiempo de la conquista tenía Oaxaca con Guatemala era por la vía y entrada de la Ciudad vieja, y desde ésta se dirigió Pedro de Alvarado á Mexico, cuando fué á ver á Cortés, por el camino de abajo, ó sea el de Soconusco, pasando por Tehuantepeque y Oaxaca. Esta villa la estaba sometiendo Francisco de Orozco al tiempo que el mismo Alvarado llevaba su gente á la conquista de Tutepeque; recibió de Orozco veinte soldados de refuerzo, y allí cerca fundó la villa de Segura, cuyos vecinos, á poco, por descomodidad del terreno y malos repartimientos de indios la despoblaron, retirándose algunos de ellos á Mexico y otros á Oaxaca.
Olintepeque, págs. 48, 49, 53, 123, 126, 317, 318, I; 93, II.—Olintepec, San Juan de Olintepec. Pueblo de indios de la nación Quiché en el curato de Totonicapán, provincia de Quetzaltenango, del reino de Guatemala. Al ir á su conquista D. Pedro de Alvarado pasó de Soconusco á Suchiltepeques y se dirigió á Quetzaltenango, encontrando en Utatlán y Olintepec una indómita resistencia, y peleando tan duramente en las barrancas de este territorio y cuesta de Santa María Jesús, que la sangre derramada tiñó las aguas del río que por allí pasa,al que por tal motivo llamaron Xequiquel ó Río de sangre. Cuando al regreso de Honduras en 1524 se encaminó Alvarado para Mexico con la gente de Cortés, tomó la vía de Soconusco por Olintepec, que estaba ya rebelado. Sometidos los indígenas, volvieron á sublevarse cuando la rebelión de Sacattepeques, teniendo por caudillo del levantamiento á Panaguali; pero vencidos en la batalla de Ucubil y muerto el cabecilla se apaciguó por completo aquel territorio.
Omoa, págs. 65, 120, II.—Nombre que toma el río de Pixcaya cuando en unión con otros desagua en el Océano Atlántico en el puerto de Omoa y golfo de Honduras, en la provincia de este nombre y partido de Comayagua, del antiguo reino de Guatemala. También se llamó Río Grande.
Pacam, pág. 66, I.—Nombre que significa laguna grande y que se daba también al valle de Panchoy ó del Tuerto, donde se fundó la segunda ciudad capital de Guatemala.
Pacaya (Volcán de), págs. 189, 244, 359 á 362, I; 29, II.—Situado al E. del llamado Volcán de Agua y de la Antigua ciudad de Guatemala, al S. de la Nueva y á tres leguas del pueblo de Amatitlán: es un elevado monte cónico que termina en tres cabezas ó picachos, producidos sin duda por diferentes erupciones; el cual monte forma parte de la dilatada cordillera que corriendo y comunicándose con el volcán de San Salvador se extiende hasta Sinaloa en una distancia de setecientas leguas. Varias son las erupciones de importancia que desde el tiempo de la conquista al presente siglo se recuerdan del volcán de Pacaya, y es tal su actividad, que en ese período no ha dejado de arrojar fuego un solo día; pero las más notables y desastrosas fueron: la de 1565, que causó gran ruina en la segunda ciudad de Guatemala, cuyos vecinos, para que les librara de otras, nombraron por su patrón á San Sebastián; la de 1665, que durante tres días arrojó inmensa cantidad de arena y produjo temblores durante cuarenta días consecutivos, y la de 1775, en que la erupción reventó, no por la cumbre, sino en el punto de donde parten los tres picachos. El contorno de este volcán contiene muchos productos de las diferentes erupciones, y da abonos agrícolas de buena calidad y en prodigiosa abundancia.
Pachuca (Minas de), pág. 61, II.—La villa de Pachuca, capital de la jurisdicción y alcaldía mayor de su nombre en la antigua Nueva España, está situada á diez y ocho leguas al NE. de Mexico y en un punto tan abundante en minas de plata que, en el espacio de sesenta leguas, según Gemeli, habla más de mil, y de alguna de ellas se extrajeron en diez años más de cuarenta millones de pesos fuertes. Tan opulenta riqueza estaba en gran decadencia á fines del pasado siglo, por haber impedido la explotación de algunas minas las muchas aguas que descienden de la sierra. Hoy es Pachuca importante población de la República Mexicana.
Pacisia, págs. 291, I; 126, 131, II.—Patzicia, era uno de los setenta y siete pueblos del Corregimiento del Valle, en el de Chimaltenango, del reino de Guatemala, doctrinado por los religiosos de San Francisco, con curato propio, y 5.000 habitantes dedicados á las labores del campo, que producía abundantes mantenimientos.
Pajuyu, pág. 102, II.—Poblado del valle de Jilotepeques en el reino de Guatemala, cuyos habitantes vivían en el mayor abandono civil y religioso aun hacia el año de 1690.
Pampichín, págs. 292, 310, 351, 353, 357, I.—Pampichín ó Pampichi, uno de los setenta y siete pueblos del Corregimiento del Valle, cercano al de San Juan Amatitlán, que tuvo su asiento en aquel de Pampichín y se trasladó al de Tzacualpa. Los religiosos dominicos de San Juan de Amatitlán doctrinaron desde un principio á los habitantes de Pampichín, quienes llevaban su comercio á varios puntos del Valle de Guatemala, por el puente del Molino construído sobre el río Petapa; distinguiéndose en este comercio las calabacitas producidas por la semilla, que se encuentra en el interior de cierta langosta, nombrada Chapuli verde.
Pampotic, págs. 187, 192, 289, I.—Nombre de un pueblo inmediato á la ciudad de Guatemala, y de un arroyo del valle de Panchoy que, desde ese pueblo, conducía por atarjeas las aguas para el consumo del barrio de San Sebastián, situado en la parte baja de Guatemala la Nueva.
Panamá, pág. 222, I.—Ciudad fundada en la costa del mar del Sur ó Pacífico, sobre el istmo á quien da nombre, por Pedrarias Dávila en 1518 y trasladada á una legua de distancia en 1671 por D. Antonio Fernández de Córdoba: fué capital del gobierno, audiencia y obispado de Tierra firme y hoy es puerto de la República de Nueva Granada. Dirigiéndose desde las costas de Guatemala á Panama, en 1642, el gobernador D. Alvaro de Quiñones y Osorio, Marqués de Lorenzana, que iba destinado al gobierno de los Charcas en el Perú, naufragó en aquellas costas, pereciendo todo el pasaje y tripulación menos D. Tomás de Carranza Medinilla, capellán del Marqués y natural de Guatemala.
Pancoyá, págs. 109, 110, II.—Río que tiene su nacimiento en la abra de Pasaccab ó de Tisate, debajo de un peñasco muy encumbrado; recorre con grande rapidez un trayecto por cauce artificial, y se manifiesta entre las ruinas del valle de Jilotepeques ó Xilotepequec. Al pasar por la hacienda ó terrenos que fueron del catalán Luis Roca, se le llamó río Cacaguatal, por regar algunos Cacaguattalis, ó plantaciones de cacao.
Pachín (Montes de), pág. 76, II.—Los inmediatos á la laguna de Amatitlán, donde se guarecían culebras formidables.
Panchoi ó Panchoy (Valle de), págs. 66, 67, 126, 182, 186, 317, 318, 322, I; 29, 30, 155, H.—Panchoi, Pacam, cuya etimología es Laguna grande, fué el punto, llamado también Valle del Tuerto, elegido por indicación del ingeniero Juan Bautista Antonelli para fundar la Nueva ciudad de Guatemala, al siguiente año de haber sido arruinada la antigua por la inundación que produjo el llamado Volcán de agua. El ámbito del valle es de unas ocho leguas, feraz y abundante en las principales producciones, y regado por ocho ríos y arroyos; está resguardado de los Nortes por los cerros que le rodean; el terreno llano, bañado en todo tiempo por el sol, es muy fértil, se ve cubierto de verde todo el año y á poca distancia tiene proporción para fabricar ladrillo y teja, buenas canteras, piedra para cal y mineral de yeso. El acuerdo para cambiar el sitio de la capital de Guatemala desde el sitio de Atmulunga al de Panchoi se tomó por el Cabildo en 22 de octubre de 1541, y en mayo de 1542 se habían trasladado ya muchos vecinos; pero la delineación oficial de la ciudad no tuvo efecto hasta de 22 de noviembre de este último año.—Al regresar D. Pedro de Alvarado de Honduras en 1524 pasó desde Petapa al valle de Panchoi ó del Tuerto, ahuyentando hacia los montes de Quetzaltenango á los adversarios; en la sublevación de los indígenas dirigida, en 1526, por los reyes Sinacam y Sequechul, la gente de este último se situó en el mismo valle, á donde fueron luego á desalojarles los españoles comandados por Hernando de Chaves; los terremotos con que se vió castigada la segunda capital de Guatemala frecuentemente, y los muy terribles de 1775, obligaron á sus habitantes á abandonar el valle de Panchoi, trasladando la ciudad en 1776 al sitio del valle de las Vacas llamado el Llano de la Virgen.
Parramos, págs. 292, I; 126, 131, II.—Uno de los setenta y siete pueblos del Corregimiento del Valle de Guatemala, curato de San Andrés de Izapa, del partido de Chimaltenango, doctrinado por los religiosos de San Francisco y abundante en productos agrícolas.
Parrasquin, págs. 18, 24, 65, I.—Memorable y prodigiosa fortaleza situada en la vía de Totonicapán á la mar del Sur, y á diez leguas de Tecpanguatemala, y construida al parecer por los reyes Quichés en el tiempo de sus guerras con los Cachiqueles.
Pasaccab, págs. 109, 110, II.—Quebrada ó abra donde nace el río Pancoyá, que riega el valle de Xilotepeque, uno de los nueve del de Guatemala. En Pasaccab se adoraba á una divinidad de nombre Cateyá.
Pastores (Pueblo y río de los), págs. 187, 291, I.—El pueblo de los Pastores, dependiente del curato de San Sebastián del Tejar, y partido de Sacattepeques, era uno de los setenta y siete del Corregimiento del Valle de Guatemala. Al río que corre por el Valle de Panchoi se le dió también el nombre de San Juan de Gazcón.
Patagones, pág. 302, I.—Llamóse nación de los Patagones ó Tirumenos á la formada por los indios pobladores de los montes y selvas inmediatas al estrecho de Magallanes, al N. de este y al Oriente del reino de Chile, en la provincia nombrada Chica; raza notable, que por su peculiar y agigantada organización, dió á conocer la región que habita con el nombre de Tierra de gigantes. El Dr. Solórzano opinaba, refiriéndose á los huesos fósiles, que los conquistadores supusieron equivocadamente pertenecer á la especie humana, encontrados en algunas partes de América, que los gigantes de todo el continente procedían de la Patagonia.
Patzón, págs. 291, I; 126, 129, 130, II.—Patzón ó Patzum, pueblo con cura propio, ó sea parroquia del partido de Chimaltenango, doctrinado por los religiosos de San Francisco, fué uno de los más abundantes en productos de los setenta y siete del corregimiento del Valle de Guatemala. En su camino al de Itzapa, que es de cinco dificiles y trabajosas leguas, se encuentra el peligroso paso conocido por Los Pecados Mortales.
Pecados mortales, pág. 129, II.—Llamaron así á siete barrancos, formados por lomas de peligrosa pendiente, con barrial resbaladizo y de dificil paso para las caballerías, comprendidos en el camino de Patzón á Itzapa. Para excusar los peligros de aquel tránsito, los viajeros que se dirigían á la Nueva España solían preferir el camino de Chimaltenango.
Pecaya (Volcán de), pág. 29, II.—(V. Pacaya.)
Pensativo, págs. 187, 189, 214, I.—Nombre del río del Valle de Panchoi, que la ciudad de Guatemala tenía principalmente destinado para limpiar con la corriente de sus aguas el matadero público de reses. Las importantes obras en este ramo de policia urbana se hicieron á propuesta de D. Rodrigo de Fuentes y Guzmán, abuelo paterno del autor de la Recordación Florida, cuando por primera fué vez alcalde ordinario de la capital; las cuales obras terminaron en 1575. Llamóse también del Pensativo una de las tres entradas ó comunicaciones con el exterior que tuvo la Segunda Guatemala.
Perú, págs. 135, 289, 292, 342, 349, 353, I; 79, 113, II.—Imperio extensísimo de la América Meridional, gobernado por los Incas, soberanos antes de conquistarlo Francisco Pizarro y Diego de Almagro desde 1526 á 1531. La etimología de la palabra Perú la derivan algunos del cacique Birú; otros del río Berú, primero que atravesaron los conquistadores; otros de Pelú, promontorio de la costa del Pacífico, y otros la tienen por anagrama de Ophir ú Opir, partiendo del fantástico supuesto de que á él se refiere la Biblia al hablar de la región más abundante en ricas minas del oro que utilizó Salomón para su templo. Varios han sido los límites del Perú, y son hoy, ó eran antes de la guerra de Chile con la actual República del Perú, las del Ecuador, de Chile, de Bolivia y el mar Pacífico ó Grande Océano. En aquel rico y hermoso territorio se introdujeron pronto los productos agrícolas y las industrias de España. Los aguardiantes de mejor calidad que en Guatemala se consumían, eran procedentes del Perú, como la semilla de los buenos pimientos llamados en Guatemala chiles y en el Perú ajies (este nombre se da en la Isla de Cuba á las varias especies del pimiento picante ó guindilla), y la planta chamico, producida en el Perú como en los valles de Alotenango en Guatemala, y del Anáhuac en Mexico. D. Pedro de Alvarado se dirigió al Perú en 1534 con 600 caballeros de Guatemala, de los que se quedaron allí la mayor parte, contribuyendo á las poblaciones de Lima, Quito y Puerto Viejo; vendió su armada á los conquistadores Pizarro y Almagro por cien mil pesos de oro, y regresó luego á Guatemala para hacer su segundo viaje á la corte de España. Parece que el P. Las Casas pasó también al Perú, pero no logrando introducir allí sus perturbaciones, volvió luego á Chiapa.
Petapa (Pueblos, monte, laguna y río de), págs. 90, 125, 126, 265, 271, 272, 274, 275, 286, 291, 302, 313 á 315, 317, 321, 325, 326, 329, 330, 333, 353 á 356, 359, 364, I; 1 á 3, 5 á 8, 10, 11, 54, 137, 142, II.—El pueblo de Petapa ó San Miguel Petapa, uno de los setenta y siete del Corregimiento del Valle en la provincia ó partido de Sacattepeques, situado á unas cuatro leguas de la capital, estuvo muy poblado de indios y ladinos, hasta que arruinado por un diluvio, en 1762, se trasladaron algunos vecinos á la villa nueva de Petapa, distante una legua, y otros quedaron en aquel asiento. Dedicábanse los petapanecos á cosechar el maíz y á la venta en Guatemala de mojarras y otros peces de la inmediata laguna de Amatitlán ó de Petapa.
Esta laguna, formada en la profundidad del valle de Mesas, donde afluyen, además de los arroyos de los próximos montes, todos los ríos del valle de Canales, tiene una circunferencia de nueve leguas, y se extiende desde el pueblo de Petapa al de San Juan Amatitlán, donde desagua y forma el río de Petapa que corta el pueblo por el medio, y corriendo por el ingenio de los Jesuitas riega muchas haciendas y entra en la mar del Sur, enfrente de la barra de Mychatoya, que contribuye á formar, en la jurisdicción de Guazacapán. Recorre el río unas treinta y siete leguas, tiene en sus márgenes fuentes termales de reconocidas virtudes y frondosos bosques, en cuyos árboles abundan los pejijes, gallaretas, chocoyos y otras aves; y en el seno de las aguas viven muchos regalados peces, como pepescas, tepacatles y aun nutrias en las más profundas pozas de los remansos. En la laguna y el río pescaban los petapanecos las codiciadas mojarras de que proveían al Cabildo de la Vieja Guatemala, desde la cual y del pie del volcán se distingía la laguna al Levante de la ciudad.
El monte nombrado de Petapa, que más bien debió llamarse de Canales, porque dirigiéndose á Guatemala desde Granada, Gomayagua y otras provincias se entra en el de Canales antes de llegar al que se avecina con el pueblo de Petapa, fué desde los tiempos de la conquista muy temido de los arrieros, por sus penosos pasos en las seis breñosas leguas que en su camino tenéan que recorrer hasta la llanura llamada Cerro redondo. En lo intrincado de este monte abundaban las guatuzas y otros animales, pero se hacía muy ditícil la montería por lo impenetrable del bosque; y se encontraron también al tiempo de la conquista muchas estatuas, que los españoles destruyeron tomándolas por ídolos.
Por el camino de este monte se dirigieron los conquistadores á Guatemala, cuando regresaban de la expedición á Honduras, y los naturales de los pueblos cercanos á Petapa, acaso los de Salpatagua, cortaron los pasos de las sierras, que fortificaron para impedir la marcha á la gente de Alvarado; mas vencidos los pasos y sus defensores pasaron á Petapa: su señor Cazhualam se ofreció de paz al caudillo español, y tocando el tepunaguastle convocó á sus caciques y súbditos para manifestarles los procederes de los españoles y la conveniencia de no hostigarlos. Tan leales se mostraron los petapanecos, que cuando en 1526 ocurrió el levantamiento de los indios dirigido por el rey Sinacam, contestó Cazbualam á los embajadores de éste que jamás faltaría á la fe jurada á Alvarado; sin embargo, algunos de este pueblo, unidos á los de Pinula, Guaymango, Guanagazapa, Guaymoco y Jumay, presentaron la batalla á los españoles en los llanos de Canales cuando, dominado el peñol de Jalpatagua, se dirigían á Guatemala.
En 1668 fué teatro el pueblo de Petapa del conflicto entre el Cabildo de la capital y el gobernador Escobedo, por haberse empeñado este en nombrar y sostener por sí al juez repartidor de indios de Petapa y Amatitlán don Antonio Jaimes Moreno, cuyo nombramiento, que competía al Cabildo desde los tiemposde la conquista, dió motivo á que la corte tomase parte en el asunto y lo resolviese al cabo. En 1683 fué corregidor de ambos pueblos D. Juan de Peralta.
Petapanecos, págs. 319, 321 á 323, I.—Llamados así los habitantes del territorio de Petapa, Amatitlán, Pinula, etc., que se distinguían por su carácter independiente y la bravura con que defendieron sus costumbres tradicionales, así al tiempo de la conquista, como en el levantamiento contra los españoles acaudillados por el rey Sinacam en 1526. Tan despegados se mostraron siempre de los invasores, que á fines del siglo xvii aun no estaban bien sometidos, á pesar de haberse decidido desde los principios su cacique Cazhualam por los españoles, de haberles reducido con las armas los capitanes Pérez Dardón, Amalín y Francisco López y de haberse instituído corregidor y juez repartidor en aquellos pueblos para atender más de cerca á su gobernación.
Pinula, págs. 274, 317, 319, 321, 353, I; 3, 7 á 9, 11, 52, II.—Santa Catalina Pinula, pueblo situado al pie de la sierra de Canales, único de importancia que había en el valle de este nombre, distante dos leguas de la capital de Guatemala y dependiente en lo religioso del convento de Dominicos de Amatitlán; fué numeroso y rico por sus productos agrícolas, y aun lo fuera por sus minas si se hubiesen explotado. Su etimología, de la lengua pipil, significa agua de harina; de pinul ó pinole, harina, y ha, agua.—Unidos los indios de Pinula á los petapanecos, resistieron á los españoles cuando después de vencer á los rebeldes, forticados en el peñol de Jalpatagua, se dirigían á Guatemala. Al abrirse los cimientos para edificar la iglesia de Pinula en el valle de Canales se descubrió una gruesa veta de mineral de plata que los indígenas ocultaron, como acostumbraban, para que los españoles no la utilizasen. El río de Pinula ó de Petapa, que corre abundante por el valle, da á sus naturales ricos productos agrícolas, y entre ellos la preciada fruta llamada Granadilla del Perú, que vendían en el pueblo de Mixco.
Pipiles, págs. 71, 74, 76, 123, I.—Desairado el Emperador de Mexico, Ahuitzol, por los reyes de Guatemala, en el mal trato que dieron éstos á sus embajadores, trató de vengarse subyugando aquellos reinos, y no siéndole posible realizarlo por la fuerza, se valió de la astucia enviando allá, con el carácter de mercaderes, alguna gente de baja calidad de la misma capital de Mexico, para que después de instalados le facilitaran la conquista de los Quiches, Cachiqueles, Mamas, Tzendales, Quelenes y Sapotecas, que constituían el territorio sometido después por Alvarado. Los fingidos mercaderes hablaban la lengua mexicana corrompida del bajo pueblo, y por eso los guatemaltecos les dieron el nombre de Pipiles, que quiere decir muchachos, ó gente de lengua incorrecta, propia de los niños. En el desempeño de su misión se trasladaron á Guatemala por tierra y no por mar, pues carecían de embarcaciones de alto bordo; procuraron extenderse prontamente por todas partes, y ocuparon las provincias de Zonzonate, San Salvador y San Miguel, no pasando más adelante por impedirselo los indigenas, que adivinando acaso sus proyectos procuraron contenerles á tiempo y aun oprimirlos. Con todo, se propagaron tanto, que constituyeron su república y luego monarquía, de la que se recuerda al señor nombrado Cuaucmichín, que fué depuesto por haber introducido el sacrificio de hombres usado en Mexico, y reemplazado por Tetecotzimit. Procuró éste, que era de carácter blando, comunicarlo á sus gobernados dictando leyes civilizadoras, pero no pudo evitar que al ser rechazado en Tehuantepec el ejército invasor enviado por Moctezuma II, fueran oprimidos por los Quiches, Cachiqueles y Zutugiles, hasta el punto de que la mayor parte huyeron á Tecoluca, á los barrancos más profundos, donde pudieran evitar la persecución, á Cuilonemihi y á otras partes. En la conquista por los españoles pasó Alvarado á la toma de Escuintepeque, en la costa de la mar del Sur, donde mas se habían arraigado, llamada también tierra de los Pipiles, y aunque de duro y áspero natural logró someterlos sin grandes dificultades.
Pixcaya (Río de), págs. 64, 103, 104, 120, II.—Fórmase este río de las goteras septentrionales de Chimaltenango, recorre el valle de Xilotepeques, del que separa al de Sacattepeques en el de Guatemala, y descubriéronse entre este río y el Río Grande ruinas de edificios antiguos como la entrada de la Cueva de Mixco: va á desembocar en dicho Río Grande, que á su vez desagua en el mar del Norte con el nombre de Río Omoa.
Plátanos (Río de los), pág. 50, II.—Este río, llamado también de los Sauces, es de agua caliente, corre por una profunda barranca y desagua en el Río Grande; en sus márgenes se fundó el pueblo de Chignautlán.
Poniente (Islas del), pág. 143.—En Real cédula de 22 de octubre de 1538 se concedió á D. Pedro de Alvarado la conquista y gobernación de las islas y provincias del Poniente, denominándose así todas las que se encontraban en el mar del Sur ó Pacifico, ó sea al Oeste de los territorios descubiertos en el Continente americano.
Pocomanes, pág. 19, I.—El idioma Pokomán ó pocomán correspondiente á la familia Huaxteca-Maya-Quiche, derivado del mem ó mame, que significa tartamudo, por lo tardos que eran en la pronunciación, se hablaba por una de las cuatro partes en que Axopil dividió el territorio de su señorío, según dicen algunos, ó por los del reino fundado por el tercero de los hermanos tultecas que invadieron y sometieron la extensa comarca de Guatemala, á juicio de Fuentes y Guzmán. Estos Pocomanes, en el período de su robusto desarrollo, oprimieron á los Quelenes y Cachiqueles, pero luego quedaron aislados, cuando la monarquía de Axopil fué poderosa, en lo que después de la conquista se llamó la Verapaz.
Pochuta, pág. 18, I.—Pueblo del partido de Tuxtla en la antigua provincia de Chiapa, donde, como en el Palenque, pueblo del partido de Ciudad Real, se encuentran restos de maravillosas construcciones antiquísimas, y entre ellas la vía subterránea, que por el interior de la sierra recorre nueve leguas hasta la importante población de Tecpanguatemala, construída de sólida y firmísima argamasa.
Portillo (Del), pág. 62, II.—Llamáronse así los lavaderos ricos, de oro en pepita, descubiertos en el valle de Sacattepeques á principios del año de 1690.
Poymatlán, pág. 137, I.—Uno de los pueblos de indios que se sublevaron durante el desgraciado gobierno en Guatemala del visitador Francisco de Orduña, que apaciguó D. Pedro de Alvarado al regresar de España y encargarse de aquella gobernación en 1530.
Prado del Cortijo, págs. 191, 192, 215, I.—Llamóse así á la vega situada entre el río Magdalena y la sierra del volcán de Fuego en el valle de Guatemala, inmediata al barrio del Tortuguero de aquella ciudad, en el cual prado existía á fines del siglo xvii la fábrica de pólvora que tenía la capital del Reino.
Puebla, pág. 188, I.—Puebla de los Angeles, ciudad, capital de la provincia de Tlaxcala en la Nueva España, fundada en 1533 por el obispo D. Sebastián Ramírez de Fuenleal, y actual Estado del mismo nombre en la República Mexicana.
Pueblo del Tuerto, pág. 137, I.—Uno de los pueblos de indios que se sublevaron contra el dominio español durante el corto mando en Guatemala del visitador Francisco de Orduña, rebelión que apaciguó D. Pedro de Alvarado al regresar de España y encargarse de su gobierno en 1530.
Puerto de Caballos, págs. 138, 141, I.—San Juan de Puerto de Caballos, perteneciente hoy á la República de Honduras.—V. Caballos (Puerto de).
Puerto Viejo, págs. 135, 160, I; 79, II.—San Gregorio de Puerto Viejo, ciudad de la jurisdicción y gobierno de Guayaquil, provincia de Quito en el reino del Perú, fundada el año de 1534, por encargo de D. Francisco Pizarro, en donde desembarcó D. Pedro de Alvarado el mismo año. Encontrando camino de Quito á Diego de Almagro, le cedió quinientos de los ochocientos hombres que llevaba y le vendió por cien mil pesos de oro los ocho buques de la armada que había reunido para hacer descubrimientos en el mar del Sur ó Pacífico. Los expedicionarios de Alvarado que poblaron á Puerto Viejo y y luego á Quito y Lima, y entre ellos Diego de Alvarado, sintieron y lloraron, al participársela, la muerte del conquistador de Guatemala, ocasionada en las faldas del peñol de Nochistlán.—Actualmente depende del cantón de Puerto Viejo y provincia de Manabí, distrito de Guayas en la República del Ecuador.
Purificación (Puerto de la), pág. 152, I.—Nombróse así un puerto de la Nueva España, provincia de Xalisco, en la costa del mar del Sur ó Pacífico donde la armada de don Pedro de Alvarado, reunida en el puerto de Acaxutla de Guatemala, fondeó y se dispuso para emprender la jornada á las islas Molucas ó de la Especería, que al cabo no tuvo efecto por la muerte inesperada de aquel conquistador.
Punta de Higueras, pág. 65, II.—Llamóse así á la parte saliente de tierra, que penetra en el Océano Atlántico, entre la banda oriental del Golfo Dulce y la occidental de la desembocadura en el mar del río Omoa, en la provincia de Honduras del antiguo reino de Guatemala.
Quelenes, págs. 19, 90, I.—Habitaban estos indios las montañas casi inaccesibles y los llanos de la provincia de Chiapa en el reino de Guatemala, y procedían de uno de los hermanos tultecas que fueron á dominar aquellas partes. En el tiempo de las guerras que estos invasores tuvieron entre sí, fueron los Quelenes oprimidos por los Mames y Pocomanes de la misma procedencia.
Quetsaltenango, pág. 123, I.—(V. Quetzaltenango.)
Quetzaltenango, págs. 24, 47, 49, 50, 53, 54, 123, 321, I; 94, 95, 104, 108, 155, 157, 158, 161, II.—Provincia y alcaldía mayor de Guatemala, que sujetó D. Pedro de Alvarado en 1523 después de muy reñidos combates con sus naturales, que eran muy valerosos; de la cual provincia y pueblo del mismo nombre dependían los pueblos de Santa Catalina, Suñil, San Pedro, Santa María, San Mateo, Cantel, San Juan Obstuncalco, Chiquirichapa, San Martín, San Miguel, San Cristóbal de Cabricán, Valle de Sixa, Santiago Texutla, Tajamulco, Ixtaguacán, Tutuapa, Zicapa, San Pedro Zacatepeque, San Antonio, San Cristóbal, Santiago Coatepeque, San Pablo, Santa Lucía y Comitán: la cabecera de Quetzaltenango, con la advocación del Espíritu Santo, y sus dependientes, estuvo bajo la doctrina de los religiosos franciscanos, hasta que el Rey dispuso que fueran administrados por clérigos. La numerosa población de Quetzaltenango, ciudad importante del reino de los Quiches ó Quicheles, llamada por éstos Xilaju, que quiere decir debajo de diez, porque en en ella había ocho caciques, cada uno de los cuales ponía en pie de guerra diez mil combatientes, dependía de la antigua corte de Utatlán, y parece que tomó el último nombre después de la batalla ganada por los españoles de la conquista en las barrancas de Olimtepeque, que por haber muerto D. Pedro de Alvarado con su lanza una hermosa águila ó Quetzal se nombró el sitio del suceso y donde la ciudad se asentaba Quetzaltenango ó cerro del quetzal—En aquella población, que debió tener grandes fortalezas según sus admirables vestigios demuestran, se detuvo Alvarado unos días para curar á sus heridos y reponerse él mismo de la que recibió en el muslo y le hizo cojear hasta el fin de sus días; allí reunió á los prisioneros indios hechos en las últimas batallas y recibió á ciertos embajadores de Utatlán que fueron á tratar de la paz, aunque aparentemente y mientras fortificaban las otras barrancas por donde los españoles habían de pasar,—Por tan fuertes se tenían los montes de Quetzaltenango, que cuando en 1526 se levantaron los indios acaudillados por Sinacam y Sequechul, al ser vencidos en los valles de Alotenango y de Panchoy, en los llanos de Canales y en el peñol de Jalpatagua, se guarecieron en ellos, y de su sumisión en aquel punto se inventó la fiesta del Volcán, que se representaba en Guatemala en las grandes solemnidades, por estar Quetzaltenango hacia el volcán de Tajumulco.—En el Corregimiento de Quetzaltenango se conservaban aún hacia 1699 hachas del metal campanil con que labraban la madera y piedra los indígenas; y existía en el mismo territorio un pueblo nombrado Sacattepeques, como otro del valle de Guatemala, al cual pueblo parecen convenir los nombres de Camanelón y Ucubil por ser del idioma mame.
Quiaguistlán ó Quiaquistán, págs. 291, I; 66, II.—Uno de los setenta y siete pueblos del Corregimiento del valle de Guatemala y de los ocho del de Sacattepeques, abundante en buena fruta.
Quiché, págs. 6, 18, 24, 26, 27, 33, 39, 44, 50, 56, 62, 65, 75, 76, 317, 367, I; 111, 114, 136, 155, II.—La lengua quiché, kiché, utlateca de los de Chiapas y Guatemala, la clasifica Orozco y Berra en el Ensayo de las lenguas de Mexico en la familia tercera, ó sea Huaxteca-Maya-Quiché. Parece que los Toltecas, procedentes de Tollán ó Tula, abandonaron su patria en tiempos muy remotos y fueron á establecer en Guatemala el reino de los Quichees. Al atravesar Chiapas uno de los jefes emigrantes, fundó un señorío con los quelenes y chiapanecos; otro se asentó en la provincia de Tezululán, Tierra de guerra, ó Verapaz, y otro, nombrado Axopil, en Utatlán, cimentando alli la corte de su monarquía. Cuando los dominios de éste tuvieron gran extensión, los dividió en cuatro partes: el Quiché propiamente dicho, el Cachiquel, el Zutugil y el Mame. Comprendía el Quiché, cedido por Axopil á su segundo hijo Axiquat, el partido nombrado del Quiché, el de Totonicapáan y parte del de Quetzaltenango, hasta el pueblo del Ravinal, teniendo acaso por colonia suya la provincia de Sapotitlán ó de Suchiltepeques. En la capital de Utatlán tenía el Rey quiché su ostentoso y rico trono de oro y esmeraldas sobre cuatro doseles ó baldoquines asentados uno sobre otro, de menor á mayor, y el sacrificadero de hombres á los ídolos, no consentido por los habitantes de ningún otro punto del territorio de Guatemala; y en algunas poblaciones del Quiché, como Totonicapán, existían fortalezas monumentales, como lo manifiestan sus vestigios. Las leyes, aunque generalmente justas, eran severas y hasta crueles; la civilización, acaso como la mexicana, y como en aquélla, tenían en figuras las inscripciones que después de la conquista no sabían los indios descifrar; la arrogancia nacional demostrada en los desdenes y hasta mal trato á los Embajadores del Emperador de Mexico Ahuitzol, y el valor nacional experimentado por los españoles al invadir aquel territorio á las órdenes de D. Pedro de Alvarado. Este sometió el Quiché con muerte de su Rey en 1524, y Sequechul, heredero del Trono, aprisionado por el caudillo español y detenido en Guatemala, se puso con el Rey Sinacam al frente de la rebelión de 1526; y aprisionados ambos durante catorce años, los llevó Alvarado consigo en 1540 á la expedición de las Molucas, que no pudo realizar, desapareciendo entonces la memoria de estos reyes, de quienes no se supo el fin. Los Quichés usaban canoas para el tráfico por la laguna de Atitán, y, según dichos de frailes, conservaban noticias de Abraham; pero las traducciones libres de la opinión de los neófitos americanos, hechas por los primeros misioneros, hay que sujetarlas á una crítica desapasionada antes de admitirlas, porque á veces, y no pocas, anduvieron muy ligeros en sus juicios.
Quito, págs. 135, 160, I; 79, II.—Corte de los antiguos reyes Quitus, residencia de los Incas desde que la sometió Huaina Capac, que la dejó en herencia á su hijo Atahuallpa, hasta que fué conquistada por Sebastián de Belalcázar en 1534, y poblada por éste y por Diego de Almagro con alguna parte de los caballeros de Guatemala que acompañaron al Perú á D. Pedro de Alvarado y dejó éste con su armada á D. Francisco Pizarro. Después de comprenderse en la Nueva Castilla y el Perú, conquistado por los españoles, pasó á ser capital de la República del Ecuador.
Quicheles, págs. 19, 20, 123. I.—Los naturales del Quiché (V.), llamados indistintamente Quichés, Quichees y Quicheles. Tuvieron éstos por fundador de su reino al cuarto de los hermanos Tultecas, pobladores del territorio de Guatemala; se confederaron con Cachiqueles y Zutugiles para dominar á sus parientes de Chiapa, Verapaz y la sierra de los Mames, y divididos por ambiciones, debilitaron el espíritu nacional y fueron sometidos por Axopil, que los unió á su señorío. Alvarado, así que los redujo á la obediencia de los españoles, pasó á Guatemala, invitado por el rey Sinacam.
Rabinal, pág. 50, II.—San Pablo Ravinal, pueblo de la provincia de Tezulutlán ó Verapaz, en el antiguo reino de Guatemala, hasta donde llegaba la raza de los Quichees, y se tenía por cierto que de Ravinal procedían los vecinos de Chignautlán, pueblo asentado en las quebradas del valle de Mixco.
Rajón, págs. 175, 187, 188, I.—Dióse este nombre al abundante arroyo del valle de Panchoy, cuyas dulces y ligeras aguas se llamaron de Santa Ana por el pueblo inmediato al manantial; y se daba el mismo nombre á las ricas minas de Jocotenango que poseía D. Pedro de Alvarado.
Remedios, (Nuestra Señora de los), págs. 147, 173, 213, 214, I.—Dedicóse á esta Santa Virgen una de las primeras iglesias de la primitiva ciudad de Guatemala, edificada tan á raíz de la conquista. que cuando en 1524 regresaron de la expedición á Honduras las gentes de Alvarado, con las que acaudillaban Luis Marín y Bernal Diaz del Castillo, de las de Hernan Cortés, estaba ya habilitado aquel templo. Con la misma advocación parece que Jorge de Alvarado acordó fundar una ermita y oratorio, ó acaso mejorar la existente, en la reunión que celebró el Cabildo de Guatemala el 21 de Noviembre de 1527, la cual ermita fué uno de los tres edificios que se salvaron de la inundación del volcán de agua ocurrida el 11 de setiembre de 1541.
Reyes (Ciudad de los), págs. 135, 160, I.—(V. Lima.) Contribuyeron á su población algunos caballeros de los que D. Pedro de Alvarado llevó en su armada al Perú el año de 1534.
Río Grande, págs. 26, 50, 64, 65, 101, II.—En su cajón y tajón estuvieron los lavaderos de oro de Ayampug. En el Río Grande desembocan el del Agua Caliente y el de las Vacas, en el valle de este nombre; el de los Sauces ó de los Plátanos, que corre á la parte Tramontana del valle de Mixco; el de Pixcaya, que separa á Jilotepeques del valle de Sacattepeques, y todos los ríos de este valle, que, congregados á él, van precipitadamente hacia Cazabastlán á entrar en el mar entre Punta de Higueras y Cabo de Tres Puntas, con el nombre de Río de Omoa, cerca del Golfo Dulce.
Rosario (Nuestra Señora del), pág. 202, I.—El oratorio ó ermita de la ciudad de Guatemala, á que Fuentes y Guzmán llama de Nuestra Señora del Rosario, y el bachiller Juarros de Nuestra Señora del Patrocinio, la fundó el cerero Antonio Espinosa el año de 1666, con licencia del Obispo D. Fray Payo de Ribera, y en las capellanías de que la dotó y demás gastos invirtió más de sesenta mil pesos.
Sacattepeques (Valle de), págs. 284, I; 33, 57 á 60, 63, 66, 69, 74, 75, 77, 79, 80 á 82, 84, 89, 92 á 95, 101, 162 114, 137, II.—El valle de Sacattepeques ó Sacattepec, cuyo nombre de la lengua Pipil significa cerro de hierba, de sacat, hierba, y tepet, cerro (aunque en él se hablaba el Achí), confina con los valles de Xilotepeques y Chimaltenango, Mixco y las Vacas y con las provincias de Chiquimula y Escuintla, y tuvo la provincia de este nombre en su suelo la ciudad de Guatemala, las villas de la Antigua Guatemala y de Petapa, cuarenta y ocho pueblos con las cabeceras de Atmolonga, San Juan, San Pedro y San Lucas Sacattepeques, Amatitlán, Mixco, Pínula, San Juan del Obispo, San Sebastián del Tejar, Sumpango, Jocotenango y San Raimundo de las Casillas. Era esta provincia numerosa en vecindario y abundante en productos agrícolas, entre ellos el chile blanco ó chaboroto, en piedra de cal, en aguas y en pesquerías.—El río Pixcaya separa á Xilotepeques del valle de Sacattepeques, teniendo ademas el río Cuxaya afluente del Río Grande de Omoa.—Los pueblos de Sacattepeques estaban sujetos al rey Sinacam, señor de los Cachiqueles: desobedecieron á éste á la invasión de los españoles, y á poco, en diciembre de 1524, ó enero de 1525, se levantaron, cometiendo grandes tropelías en sus vecinos, y en 1526 iniciaron el pronunciamiento general contra los españoles, fundándolo en los terribles efectos de un terremoto.—Uno de los primeros predicadores en Sacattepeques fué el dominico Fr. Lope de Montoya.
Otro pueblo del nombre Sacattepeques había en el valle de Quetzaltenango, de la lengua Mame, al que debe referirse también uno de esos levantamientos, como se prueba en los nombres Ucubil y Camanelón, que son de los mames, y no de los de Guatemala, que hablaban el Achí. El señor de éstos Sacattepeques fué un cacique D. Juan, que el P. Las Casas presentó como del Lacandón para probar que había sometido con sus predicaciones á las indómitas tribus de la agreste región que éstos habitaban.
Salitre, págs. 357, 358, I.—Llamábase así una comarca de la propiedad del Cabildo de Guatemala, á donde por el puente del Molino, echado sobre el río Petapa, en Amatitlán, iban á pastar y purgarse, lamiendo aquella tierra, los ganados de los valles de Mesas, Canales, Vacas y Mixco.
Salpatagua, págs, 125, 137, I.—Salpatagua ó Xalpatagua. Los pueblos de esta comarca cortaron las sierras y se fortificaron para impedir el paso á Guatemala al ejército español á su regreso de Honduras en 1524. Uno de los pueblos de indios que se sublevaron durante el corto y torpe mando del visitador Francisco de Orduña, y que apaciguó D. Pedro de Alvarado á su vuelta de España en 1530 llevaba ese nombre.
Saltán, pág. 64, ll.—Río de abundante curso que, corriendo entre lomas, cerros y profundas quebradas, y pasando por el valle de Sacattepeques, agrega sus aguas á las del Río Grande.
San Andrés Deán, pág. 292, I.—Pueblo del partido de Sacattepeques, curato de Nuestra Señora de los Remedios y uno de los setenta y siete del Corregimiento del valle de Guatemala.
San Andrés Zeballos, pág. 291, I.—Uno de los setenta y siete pueblos del antiguo Corregimiento del valle de Guatemala.
San Antón, pág. 291, I.—Barrio dependiente del curato de San Sebastián, partido de Sacattepeques, y uno de los setenta y siete pueblos comprendidos en el Corregimiento del Valle de Guatemala.
San Antón (Calzada de), pág. 118, I.—Dióse este nombre á la de la ciudad de Mexico en que, durante el sitio, fué rechazado el tercio que mandaba D. Pedro de Alvarado por los guerreros de Guatemuz.
San Antonio Agua caliente, pág. 590, I.—Uno de los setenta y siete pueblos comprendidos en el antiguo Corregimiento del Valle de Guatemala.
San Antonio Nejapa, pág. 291, I.—Uno de los setenta y siete pueblos del antiguo Corregimiento del Valle de Guatemala.
San Bartolomé alto, pág. 291 .— Pueblo del curato de Nuestra Señora de los Remedios, partido de Sacattepeques, y uno de los setenta y siete del antiguo Corregimiento del Valle de Guatemala.
San Bartolomé Becerra, pág. 291, I.—Uno de los setenta y siete pueblos del antiguo Corregimiento del Valle de Guatemala, llamado así por asentarse en las propiedades del conquistador de aquel nombre.
San Bernardo, pág. 282, I.—Uno de los setenta y siete pueblos del antiguo Corregimiento del Valle de Guatemala.
San Cristóbal, págs. 274, 286, I.—Uno de los setenta y siete pueblos del antiguo Corregimiento del Valle de Guatemala, donde tenían la costumbre de devolver los convites, con que les obsequiaban los de los pueblos inmediatos, en la misma forma é igual esplendor que con ellos habían usado.
San Cristóbal, págs. 349, 354, I.—Montes del Valle de las Mesas en el de Guatemala, por donde corre el caudaloso y noble río de Petapa y donde se producía la nombrada Cascarilla de Loja.
San Cristóbal de abajo ó el bajo, pág. 290, I.—Pueblo del curato de Nuestra Señora de los Remedios, partido de Sacattepeques, y uno de los setenta y siete del antiguo Corregimiento del Valle de Guatemala.
San Cristóbal el alto, pág. 290, I.—Pueblo del curato de San Juan de Guatemala, partido de Sacattepeques, uno de los setenta y siete del antiguo Corregimiento del Valle.
San Cristóbal Amatitlán ó Amatitlán, págs. 291, 302, 310, 330, 353, 354, I.—Pueblo del curato y doctrina de Dominicos de San Juan de Amatitlán, partido de Sacattepeques, y uno de los setenta y siete del antiguo Corregimiento del Valle de Guatemala. En este pueblo, uno de los cinco del Valle de Mesas, se hacía singular aprecio de las calabacitas que producen las semillas encontradas en el interior de la langosta nombrada Chapuli verde; y próximo á él corre el río Petapa encajonado y ceñido al pueblo de San Pedro Mártir.
San Cristóbal, pág. 188, I.—Nombre de un cerro inmediato á la ciudad de Guatemala, que producía los maravillosos jaspes que se empleaban en la capital.
San Cristóbal de los Llanos ó Ciudad Real de Chiapa, págs. 267, I.—(V. Ciudad Real de Chiapa.)
San Diego (Pueblo y Montaña de), págs. 141, 142, 144, II.— Situado en la jurisdicción de Alotenango y el monte, extendido hacia la costa del Sur, abundaba en inestimables maderas de sapotillo, tapinsirán, naranjo, granadillo, cocchipilán, etc., en chile y en tabaco: la frondosidad del bosque, impidiendo la entrada del sol y el curso de los vientos, le hace pantanoso: el río del Molino que pasa por el pueblo de San Diego, desagua después en el río de la Magdalena ó Guacalat.
San Felipe, págs. 291. I; 121, II.—Uno de los setenta y siete pueblos del antiguo Corregimiento del Valle de Guatemala, que dependía del curato de la Antigua Guatemala y partido de Sacattepeques, y fabricaba para la capital mucha teja, apreciada, pero no tan buena como la llamada de Lobo de Chimaltenango.
San Felipe, pág. 188, I.—Cerro inmediato á la ciudad de Guatemala, la del valle de Panchoy, donde se explotaban canteras de maravilloso jaspe á distancia de un cuarto de legua del lugar del mismo nombre.
San Franciso (Barrio de), pág. 191, I.—Uno de los de la segunda capital de Guatemala, ó sea la del valle de Panchoy, el primero que empezó á edificarse y se acabó al ser trasladada, en 1542, la Ciudad Vieja á la que existió hasta 1776.
San Francisco (Seráfica religión de), pág. 147, I.—Se instaló en la primitiva ciudad y capital de Guatemala en el mes de noviembre de 1540 por los religiosos Ordóñez, Pesquera, Bustillo, Méndez y Balderas.
San Francisco (Templo de), págs. 173, 174, I.—Uno de los tres edificios que respetó la inundación del volcán de agua que destruyó la ciudad de Guatemala el 11 de septiembre de 1541. En aquel triste día practicaron los franciscanos, dirigidos por el obispo D. Francisco Marroquín, la gran obra de caridad de enterrar á los muertos víctimas de la inundación y de consolar y animar á los atribulados vecinos de la ciudad para evitar mayores desastres.
San Francisco Guatemaltecos (Barrio de), pág. 291, I.— Uno de los setenta y siete pueblos del antiguo Corregimiento del Valle de Guatemala.
San Francisco Mexicanos (Barrio de), pág. 292, I.—Uno de los setenta y siete pueblos del antiguo Corregimiento del valle de Guatemala.
San Francisco de Tecpan-guatemala, pág. 136, II.—En la iglesia del convento franciscano de esta población se puso por ara la piedra preciosa que adoraban los indios de Tecpan-guatemala en su gentilidad, por disposición del primer obispo de Guatemala D. Francisco Marroquín.
San Gaspar, págs. 91, 289, I.—Pueblo adscrito al curato de Nuestra Señora de los Remedios partido de Sacattepeques, situado en la falda de la montaña donde se fundó la primera ciudad de Guatemala. Fué importante y muy nombrado por la abundancia de saludable pulque de que surtía á la capital.
San Gil de Buenavista, pág. 138, I.—Lugar situado junto al cabo de Trespuntas al Oriente del Golfo Dulce, donde en 1523 se fundó la primera población española del Golfo de Honduras por Gil González Dávila, antes que tomase posesión de aquellas tierras por el Rey Católico Cristóbal Dolid. En esto se ve la distracción de Fuentes y Guzmán al afirmar que fundó esta villa D. Pedro de Alvarado, que cuando fué á Honduras había sido ya visitada por Hernán Cortés cuando iba en busca de Cristóbal Dolid: lo que hizo el conquistador de Guatemala fué repoblarla.
San Jacinto, págs. 292, I; 103, II.—Uno de los setenta y siete pueblos del antiguo Corregimiento del Valle de Guatemala, situado en el valle de Jilotepeques y próximo al río Pixcaya.
San Jerónimo (Barrio de), págs. 192, 292, I.—Uno de los de la antigua ciudad de Guatemala, dependiente, en lo religioso, de la capital, en el partido de Sacattepeques, y uno de los setenta y siete pueblos que contaba el Corregimiento del Valle.
San Jerónimo, pág. 303.—Nombre de un ingenio de la propiedad de los religiosos dominicos, y de un poblado en la provincia de Verapaz, curato de San Andrés y partido del Peten, del cual ingenio se llevaba algún azúcar para el consumo de la ciudad de Guatemala.
San Juan Amatitlán, págs. 291, 302, 351 á 353, I.—Uno de los setenta y siete pueblos del antiguo Corregimiento del Valle de Guatemala, y uno de los once comprendidos en el valle de Mesas, situado á seis leguas de la capital y doctrinado por el convento de dominicos de San Juan Bautista, del cual convento dependieron además, en lo religioso, los pueblos de Pampichín, San Cristóbal Amatitlán, San Pedro Martir, Petapa, Santa Inés, Pinula, Mixco y Chignaután.
San Juan Sacattepeques, págs. 61, 66, 95, II.—Uno de los ocho pueblos del Valle de Sacattepeques y de los seis más abundantes en buena fruta, comprendido en el partido de Sacattepeques y con curato propio, que administró el P. Maestro Fr. Francisco de la Paz Quiñones.
San Juan Gascón ó de Pastores, págs. 187, 288, 290, I.—Uno de los setenta y siete pueblos de antiguo Corregimiento del Valle y de los veintiocho más inmediatos á la ciudad de Guatemala, dependiente del curato de la Candelaria de la capital y del partido de Sacattepeques. De su río, que entraba en la ciudad por medio de atarjeas, se proveía de copiosas aguas Guatemala, la del valle de Panchoy.
San Juan del Obispo, págs. 91, 290, I.—Pueblo situado en la falda de la montaña donde se fundó la primera ciudad de Guatemala, uno de los setenta y siete que constituían el antiguo Corregimiento del Valle y de los veintiocho más inmediatos á la capital.
San Juan y San Pedro Suchitepeques, pág. 274, I.—Pueblo del valle de Guatemala. V. San Pedro, San Juan y Santiago Sacattepeques.
San Lázaro (Alameda y campo de), pág. 190, I.—Punto inmediato á la segunda ciudad de Guatemala, desde el que se admira mejor que de ningún otro el Volcán de fuego.
San Lorenzo y San Lorenzo Monroy, págs. 290, 291, I.— Uno de los setenta y siete pueblos comprendidos en el antiguo Corregimiento y no de los más inmediatos á la ciudad de Guatemala.
San Lorenzo del Tejar, págs. 291, I; 121, II.—Pueblo del antiguo Corregimiento del Valle de Guatemala, del curato de San Sebastián del Tejar y partido de Sacattepeques en la parte de Chimaltenango, llamado del Tejar por los muchos que en él había.
San Lucas, San Lucas Sacattepeques, págs. 66, 95, II.—Uno de los setenta y siete pueblos del antiguo Corregimiento del Valle y de los ocho del valle de Sacattepeques, abundante en buena fruta; curato dependiente del de Nuestra Señora de los Remedios de la capital y del partido de Sacattepeques.
San Lucas, págs. 291, 302, I.—Pueblo del antiguo Corregimiento del Valle, no de los más cercanos á la capital de Guatemala, comprendido en los once del Valle de Mesas.
San Lucas Ichanzuquit, pág. 291, I.—Uno de los setenta y siete pueblos del Corregimiento del Valle y de los veintiocho más cercanos de la ciudad de Guatemala.
San Lucas de las Carretas, pág. 291, I.—Uno de los setenta y siete pueblos del Corregimiento del Valle y de los veintiocho más próximos á la ciudad de Guatemala, adscrito al curato de San Sebastián del Tejar y al partido de Sacattepeques.
San Martín Jilotepeques ó Xilotepeque, págs. 274, 291, I; 103, 104, II.—Uno de los setenta y siete pueblos del antiguo Corregimiento del Valle, situado en el valle de su nombre próximo al río de Pixcaya y distante ocho leguas de la ciudad de Guatemala. Este pueblo numeroso y rico tuvo curato propio cuando dependió del partido de Chimaltenango, y abundaba en trigo, singularmente de la especie llamada pelón.
San Mateo, págs. 291, 302, I.—Uno de los setenta y siete pueblos del Corregimiento del Valle y no de los más cercanos á la ciudad de Guatemala, comprendido en los once del Valle de Mesas.
San Mateo, pág. 112, II.—Pueblo del valle de Xilotepeques, encomendado al Real Patrimonio y con tan reducida población, por el abandono en que las autoridades le tenían, que en el siglo xvii no contaba más de ocho á diez indios.
San Miguel del Tejar, San Miguel y San Sebastián Tejar, págs. 291, I; 121, II.—Uno de los setenta y siete pueblos del Corregimiento del Valle y de los veintiocho más próximos á la ciudad de Guatemala, en la parte del valle de Chimaltenango, dependiente del curato de San Sebastián del Tejar y del partido de Sacattepeques.
San Miguel del alto, págs. 291, 302, I.—Uno de los pueblos del antiguo Corregimiento del Valle de Guatemala y de los once que se comprendían en el Valle de Mesas.
San Miguel Petapa, págs. 313, I; 5, II.—Pueblo con curato propio, del partido de Sacattepeques y del valle de Mesas de Petapa. (V. Petapa.)
San Miguel (Ciudad y provincia de), págs. 125, 186, 267 y 318, I.—Esta provincia, una de las quince del antiguo reino de Guatemala, fué luégo partido de la provincia de San Salvador; tuvo por límites á las de Comayagua, la Choluteca, San Vicente y el mar del Sur, y la capital de su mismo nombre se fundó en 1530 por Luis de Moscoso, de orden de D. Pedro de Alvarado, con título de villa. Poco después, y cuando se nombró á Gabriel de Cárdenas para pasar á la corte en representación del Reino, envió á Guatemala su procurador general, lo cual prueba la importancia que iba adquiriendo, y en 1599 se le concedió el título de Ciudad. El punto donde se erigió la población de San Miguel llamóse por los indígenas Chaparrastique, y fué donde los indios entorpecieron la marcha de Alvarado á su vuelta de la expedición á Honduras. Dependían de su partido los pueblos de San Juan Chinameca y Las Estanquelas.
San Pedro de las Huertas, págs. 67, 91, 290, I.—Uno de los setenta y siete pueblos del Corregimiento del Valle, adscrito al curato de Nuestra Señora de los Remedios, partido de Sacattepeques, y situado en la falda de la montaña donde se fundó la primera ciudad de Guatemala.
San Pedro Mártir, págs. 292, 353, 354, I.—Uno de los setenta y siete pueblos del Corregimiento del Valle de Guatemala , dependiente en lo religioso del convento de Dominicos del pueblo de San Juan Amatitlán. El río de Petapa, ceñido cerca del pueblo de San Pedro, se precipita por una peña tajada dando un salto ruidoso y desapacible.
San Pedro Sacattepeques, págs. 60, 61, 66, 95, II.—Uno de los ocho pueblos del Valle de Sacattepeques, abundante en buena fruta, y que en un arroyo inmediato recogía bastante jaboncillo de plata, muy rico en metal.—(V. San Pedro Mártir.)
San Pedro, pág. 61, II.—(V. San Pedro Sacattepeques.)
San Pedro Yepocapa, pág. 29, I.—Uno de los setenta y siete pueblos del Corregimiento del Valle y de los máscercanos á la ciudad de Guatemala.
San Pedro, San Juan y Santiago de Sacattepques, página 291, I.—De los setenta y siete pueblos del Corregimiento del Valle y no de los más cercanos á la ciudad de Guatemala.
San Raimundo de las Casillas, pág. 291, I.—El pueblo de San Raimundo, cabecera de curato del partido de Sacattepeques, era uno de los setenta y siete del corregimiento del Valle de Guatemala.
San Salvador (Provincia, laguna y volcán de), págs. 76, 90, 98, 101, 125, 133, 186, 267, 359, I.—La provincia de San Salvador ó Cuscatlán, que significa tierra de preseas, una de las quince del antiguo reino de Guatemala, conquistada por D. Pedro de Alvarado en 1525, rebelada seguidamente y sojuzgada por el mismo á su regreso de Honduras, tenía por límites á Zonzonate, O.; Comayagua, E. y N.; Chiquimula por el NO., y el mar por el S.—En las barrancas de esta provincia fueron despeñados muchos Mexicanos ó Pipiles de la costa del Sur, poco antes de la conquista y después de vencer en Tehuantepec los reyes del Quiché, Cachiquel y Sotogil á las tropas que Moctezuma II envió desde Mexico para someterlos. Al hacer su primer viaje á España D. Pedro de Alvarado y gobernar á Guatemala el visitador Francisco de Orduña, se introdujeron en las tierras de Cuscatlán las gentes de Pedrarias Dávila, que ahuyentó á su regreso el mismo Alvarado.—La ciudad de San Salvador se fundó con título de villa en abril de 1528 por Jorge de Alvarado, teniente de su hermano D. Pedro; en 1531 y en 1536 envió su procurador á la capital de Guatemala para tratar de los asuntos que en la corte debía gestionar el representante que al efecto fué comisionado, y en 1545 la concedió el Emperador Carlos V el título de ciudad. En la antigua provincia de San Salvador se incluían los lagos de Texacuangos, que se veía desde lo alto de la ciudad vieja de Guatemala, y de Gilopango, el famoso río Lempa y el volcán que se comunica con el de Pacaya: en ella se recordaba la sucesión del capitán Luis Marín, y á fines del siglo xvii había descendientes del conquistador Juan Ricino: hoy es república de la América Central, y su nueva capital, llamada también San Salvador, fundada en Santa Tecla, pequeña localidad situada á 20 kilómetros de la antigua, que arruinó un terremoto en 16 de abril de 1854, cuenta unos 30.000 habitantes.
San Sebastián, pág. 192, I.—Barrio numeroso de la segunda ciudad de Guatemala, cabecera de curato, que gozaba á fines del siglo xvii de las aguas de Pampotic, y tenía alimentos baratos por la entrada de Jocotenango, situada hacia aquella parte.
San Sebastián del Tejar, pág. 121, II.—Parroquia de la antigua Guatemala en el valle de Chimaltenango, llamado del tejar por la mucha teja y ladrillo que fabricaba para las construcciones de la capital.
Santa Ana, Santa Ana Acatenango, págs. 289, 290, 292, I. —Uno de los setenta y siete pueblos del Corregimiento del Valle y de los inmediatos á la ciudad de Guatemala, á la cual se conducía por atarjeas el agua de este pueblo.
Santa Ana (Agua de), pág. 188, I.—Llamóse así la del arroyo Rajón, en el valle de Panchoy, producido por una fuente cuyas aguas dispuso el Cabildo de Guatemala que se condujeran por atarjeas á esta ciudad, y así se hizo en 1679, gastando tres mil pesos en las obras.—(V. Santa Ana, Santa Ana Alotenango.)
Santa Ana Chimaltenango, págs. 118, 119, 120, II.—Capital de La antigua provincia de este nombre, que, con la de Sacattepeques, componían el valle de Guatemala: frecuente residencia de Obispos y Gobernadores por su temple frío y seco; población con una buena plaza, hermoseada con una bella fuente como la famosa de Chiapa, y con una iglesia, construida de forma que las goteras del lado derecho llevan las aguas al Mar del Norte ú Océano Atlántico, y las del otro costado al del Sur ó Pacífico, y así las de uno y otro lado de la población.
Santa Apolonia, pág. 292. I; 104, II.—Uno de los setenta y siete pueblos del Corregimiento del Valle de Guatemala, en el valle de Jilotepeques, curato de Tecpanguatemala, partido de Chimaltenango.
Santa Catalina Pinula, pág. 291, I.—Pueblo cabecera de curato del partido de Sacattepeques en el valle de Guatemala, situado al pie de la Sierra de Canales.
Santa Catarina Bobadilla, pág. 291, I.—Pueblo perteneciente al curato de San Juan de Guatemala en el partido de Sacattepeques.
Santa Cruz Balanyá ó Balanyac, págs. 292, I; 104, II.—Pueblo dependiente del curato de Comalapán, partido de Chimaltenango, retirado en el centro del valle de Jilotepeques y abundante en producción de frutas de España.
Santa Cruz (Barrio de), págs. 193, 246, 291, I.—Barrio inmediato al de San Francisco en la segunda ciudad de Guatemala, abundante en aguas y en jardines á fines del siglo xii y en donde se veneraba una santa imagen de Nuestra Señora del Rosario.
Santa Cruz del Quiché, pág. 73, II.—Pueblo situado en una gran llanura, partido de Sololá, en la provincia de este nombre del antiguo reino de Guatemala, en el cual pueblo se fundó un convento de dominicos con título de priorato, del que fué prior en 1690 Fr. Bartolomé de Goldona, y al que perteneció Fr. José de Lara. La antigua población donde le instaló la de Santa Cruz llamábase Utatlán, corte de los Reyes de Quiché y ciudad suntuosísima, y tan poblada que de ella podía sacar el Rey setenta y dos mil combatientes.
Santa Inés, págs. 174, 290, 353, I; 3, II.—Pueblo del Corregimiento del Valle, dependiente en lo religioso del convento de Dominicos de San Juan Amatitlán, que perteneció al distrito de Sacattepeques de la antigua Guatemala, y proveía de cultores al valle de Canales.
Santa Inés Petapa, págs. 291, 302, 329, 330, I.—Uno de los setenta y siete pueblos del Corregimiento del Valle de Guatemala, de la parroquia de San Miguel Petapa y partido de Sacattepeques, situado en el Valle de las Mesas, al N., y separado de Petapa por el río Tululha. Los habitantes de Santa Inés, industriosos, dedicados á la carpintería agrícola, y pobres por falta de terreno que cultivar, preciábanse de ser descendientes de los tlaxcaltecas que acompañaron á Alvarado en la conquista de Guatemala. Constituían el pueblo de Santa Inés á fines del siglo xvii unos 800 indios, de los que algunos pasaban á los pueblos inmediatos como trabajadores agrícolas, y bastantes mestizos, mulatos y negros arrieros.
Santa Isabel, pág. 290, I.—Santa Isabel Godines: pueblo del Corregimiento del Valle de Guatemala, del curato de Nuestra Señora de los Remedios, y partido de Sacattepeques.
Santa Lucía, Santa Lucía Monterroso, págs. 291, 302, I; 112, II.—Uno de los setenta y siete pueblos del Corregimiento del Valle, curato de Santiago Sacattepeques en el partido de este nombre, situado en el valle de Jilotepeques y encomendado al Real Patrimonio; quien lo tenía tan abandonado que apenas contaba diez vecinos á fines del siglo xvii.—Otro pueblo del mismo nombre había en el Valle de Mesas.
Santa María Jesús, págs. 47, 49, 291, I.—Pueblo del Valle de Guatemala, parroquia de San Juan de Guatemala y partido de Sacattepeques.
En otro pueblo del mismo nombre, dependiente del curato y partido de Quetzaltenango, territorio de Utatlán, y en una cuesta de legua y media de extensión, hallaron los conquistadores la india hechicera de que trate el texto.
Santiago, pág. 302, I.—Uno de los once pueblos comprendidos en el Valle de Mesas.
Santiago, Santiago Sacattepeques, págs. 66, 95, II.—Uno de los ocho pueblos del Valle, curato y partido de Sacattepeques, y de lor seis abundantes de buena fruta.
Santiago (Barrio de), pág. 192, II.—Pobre y mísero arrabal de la ciudad de Guatemala, de breve y estrecho recinto á fines del siglo xvii.
Santiago de Cuba, pág. 115, I,—Primera capital de la Grande Antilla, funduda por Diego Velázquez en 1514, y hoy cabeza de Arzobispado de la isla, con una población de más de 30.000 habitantes.
Santiago de los Caballeros de Guatemala, págs. 8, 12, 63, 80, 94, 145, 160 á 162, I; 138, II.—(V. Guatemala, Reino, Valle, Ciudad de).
Santiago Zamora, pág. 191, I.—Pueblo del Corregimiento del Valle de Guatemala, parroquia de Milpa de Dueñas y partido de Chimaltenango.—Dióse el nombre de Lavaderos de Santiago Zamora á los muy ricos en oro que fueron explotados por el conquistador Alonso de Zamora.
Santiago Domingo (Barrio de).—Santiago Domingo Sinacao, páginas 192, 291, I; 97, II.—El barrio de la ciudad de Guatemala que llevaba este nombre á fines del siglo xvii, formado por numerosas callejuelas, estaba muy poblado de gente acomodada y rica por el frecuente trato de sus mercaderías. Tenía salida entre las partes de Levante y Norte á la floreciente campiña llamada la Chácara.—El pueblo de Santo Domingo Sinacao era uno de los setenta y siete del Corregimiento del Valle, y se hizo famoso en 1675 por haber dado á luz una india de la vecindad cierta criatura monstruosa y deforme llamada por las naturales Nahuaso.
Santo Tomás, pág. 112, II.—Pueblo del Valle de Jilotepeques, encomendado al Real Patrimonio y muy despoblado de indios á fines del siglo xvii por el abandono en que le tenían las autoridades.
Santo Tomás el Alto, pág. 291, 302, I.—Uno de los setenta y siete pueblos del Corregimianto del Valle de Guatemala, y de los once que comprendía el Valle de Mesas.
Sapotecas, pág. 46, I.—(V. Zapotecas.)
Sauces (Río de los), pág. 50, II.—Nombre que se dió al de los Plátanos.
Segovia, Nueva Segovia, pág. 186, I.—Nombre que se dió á la provincia de Taguzgalpa y Tologalpa, y ciudad fundada por Pedrarias Dávila en altura de 13 grados y 29 longitud, á 30 leguas N. de la ciudad de Granada de Nicaragua.
Segura, págs. 120, 121, I—Villa fundada por D. Pedro de Alvarado en Tutepeque, tierra cálida y enfermiza, que tuvo muy corta existencia porque los pobladores, descontentos de las condiciones de la localidad y aun más de los repartimientos hechos por Alvarado, abandonaron la población y se fueron unos á Mexico y otros á Oaxaca.
Sierra (la), pág. 20, I.—(V. Mames, Sierra de los).
Sinacoa, págs. 70, 94, 95, II.—(V. Santo Domingo, Barrio de). El cacique de Sinacoa fué uno de los primeros que se sometieron á los españoles de la conquista en la jurisdicción de Guatemala.
Sinaloa, págs. 189, 359, I.—Cinaloa, provincia y gobierno de la Nueva España, al Noroeste de Mexico, lindante con las Sierras de Topia y el mar de California. Estas Sierras, llamadas también de Cinaloa, distantes 700 leguas del volcán de Guatemala, parece que están en comunicación muy directa con los volcanes de Pacaya, San Salvador y otros de aquellas regiones.
Soconusco, Xoconochco, págs. 15. 73, 133, 126, 186, I.— Partido de la provincia de Chiapa, extendido por las costas del mar del Sur desde los baldíos de Tonala hasta el río Tilapa, que dividía las antiguas jurisdicciones de Tehuantepeque y Suchiltepeques en el primitivo Reino de Guatemala. Moctezuma II no pudo sojuzgar este territorio: D. Pedro de Alvarado empezó por él, al dejar Tehuantepeque, la conquista de Guatemala, y fué recibido de paz; abrió desde allí camino para proseguir la conquista por Suchiltepeques, que llamó Camino de abajo, y por él regresó cuando desde Olimtepeque fué á Mexico para ver á Hernán Cortés.
Sonsonate (Zonzonate), pág. 186, I.—Una de las quince provincias del antiguo Reino de Guatemala, limitado por el mar del Sur, por la Sierra y por los territorios de San Salvador, Escuintla ó Guazacapán, de la que la separaba el río Paza, llamado por otros Río Grande, formado por numerosos manantiales de agua, que dieron á la población, fundada en su orilla, el nombre de Zezontlatl (y corrompido el de Zonzonate), que significa en lengua mexicana Cuatrocientos ojos de agua. En el territorio de esta provincia se distinguían el Puerto de Acajutla, descubierto por Alvarado en 1534, y el volcán de Izalco.
Sopotitlán, Sapotitlán (acaso Zapotitlán, porque otro pueblo de este mismo nombre descubrieron los conquistadores en el partido de Tuzcacuezco, jurisdicción de Colima, en la Nueva España). pág. 46, I.—Territorio de la provincia de Suchiltepeques que atravesaba el camino de Mexico á Guatemala.
Spiritu-Santo, Espiritu-Santo, pág. 291, I.—Barrio del Corregimiento del Valle de Guatemala, dependiente de la parroquia de Nuestra Señora de los Remedios y comprendido en el distrito de Sacattepeques.
Suchitepeques, págs. 46, 90, 123, 186, I.—Suchiltepeques, que quiere decir Cerro de Flores, fué el nombre dado á la provincia del territorio de Sapotitlán, que tenía por limites las de Soconuzco, Escuintla y Quetzaltenango. Sus principales ríos, el Samalá y el Nagualate, que al desembocar en el mar se le llama Xicalapa: su lengua el quiché, y época de la conquista el año 1524, que entró en ella D. Pedro de Alvarado, constituyendo la capital en San Antonio Suchiltepeques, que luégo se pasó á San Bartolomé Mázatenango. Desde el sitio que ocupó la antigua ciudad de Guatemala se distingue bastante bien, al Poniente, lo que fué provincia de Suchiltepeques.
Sumpango, págs. 291, I; 66, 70 94, 95, II.—Uno de los setenta y siete pueblos del Corregimiento del Valle de Guatemala, con curato propio, dependiente del distrito y comprendido en la provincia de Sacattepeques; abundante su tierra de buena fruta. El cacique de Sumpango fué de los que se sometieron antes á los españoles de la conquista.
Sur (Mar del), pág. 35. II.—Nombrado así el mar Pacífico descubierto por Vasco Núñez de Balboa el año 1513. Del pescado de este mar se proveían los habitantes del Valle de Mixco, situado á 27 leguas de la costa.
Siete Ciudades de Cibola, pág. 154, I—Nombre dado por Fr. Marcos de Niza al territorio situado hacía el Norte del Nuevo Mexico, que por disposición del Virrey de la Nueva España D. Antonio de Mendoza fué á reconocer y conquistar Francisco Vázquez Coronado en 1540.
Sotojil (Sotojiles, Zutujiles), págs. 19, 20, 21, 24, 25, 27, 33, 44, 63, 65, 75, 76, 124, I.—El reino de los Zutujiles fundado por el cuarto de los hermanos tultecas, que conquistaron el territorio de lo que fué reino de Guatemala, vinieron á formar, bajo el mando de Axopil, una sola monarquía, en que estaban también comprendidos los Quicheles y Cachiqueles. Al dividir Axopil los dominios que regia entre sus hiios, le correspondió á Axicuat la parte de los Zutujiles, quien estableció su corte en la ciudad de Atitlán, desde donde extendió mucho su dominación por la costa del Sur y mantuvo continua guerra con sus vecinos los Cachiqueles de Guatemala, logrando hacerse dueño de casi todo la laguna de Atitlán, en la que se valía de canoas para hacer la guerra. Los Zulujiles se declararon irreconciliables enemigos de Mexico cuando conocieron los propósitos poco amistosos del Emperador Ahuitzol, y por eso, cuando el ejército de Moctezuma II fué derrotado en Tehuantepec, persiguieron hasta con ensañamiento á los Pipiles ó comerciantes mexicanos establecidos en la costa de dicho mar. A] tiempo de la conquista resistiéronse heroicamente los guerreros Zutujiles; pero una vez sometidos á Alvarado no se rebelaron jamás, lo cual era muy propio de un pueblo que se había regido por leyes rigurosas y justas, aunque algunas un tanto crueles. Según aseveración de los frailes franciscanos que doctrinaron aquellas partes, conservaban los Zutujiles alguna memoria del Abraham de los Hebreos; aunque esto no pasaría acaso de una halagüeña presunción en aquellos buenos misioneros.
Tacuba, pág. 117, I.—Villa distante de la capital de Mexico legua y media, con la que se comunica por medio de una sólida calzada de piedra de sillería. Los indígenas de esta población atendieron á los españoles durante el sitio de Mexico con tortas de maíz y otros mantenimientos, y fué la parte por donde entró Hernán Cortés en la capital cuando se dió por rendida.
Taguzgalpa, Taguizgalpa, págs. 186, I; 78, II.—Provincia del antiguo reino de Guatemala, habitada por los indios Xicaques, Moscos y Sambos, tan bravíos, que 165 años después de la conquista no habían podido ser sojuzgados. Comprendía aquella provincia el territorio extendido por las costas del mar Atlántico del Norte desde el río Aguán al de San Juan, en las que se encuentran lot cabos Camarón, el de Gracias á Dios y Punta Gorda.
Tajo, pág. 233, I.—Refiérese al río de este nombre en la Península española, que nace en el cerro de San Felipe cerca de Albarracín, en la provincia de Teruel, y desagua en el mar Océano más allá de Lisboa, al Sur del cabo Espichel.
Tajumulco (Volcan de), pág. 161, I.—Situado en la provincia de Quetzaltenango y hacia el cerro de este nombre en el antiguo reino de Guatemala. Este volcán se hizo célebre al tiempo de la conquista, no sólo por nsus repetidas erupciones, sino por haber proveído de excelente azufre á los soldados de Alvarado para hacer pólvora. El pueblo nombrado también Tajumulco fué visita del curato de Texutla; en la sierra de aquel pueblo, ó sea la del volcán, fué preso el rey Sinacam en 1526 por las tropas españolas que mandaba D. Pedro Portocarrero, y aquella prisión origen de la fiesta del volcán que se celebraba en Guatemala al conmemorarse grandes sucesos.
Tatelulco, pág. 119, I.—Tlatelulco ó Tlatelolco. Pueblo de la Nueva España inmediato á la capital de Mexico, donde fué roto el tercio de Hernán Cortés por los naturales indios al querer enseñorearse de la población.
Tecoluca (Barrancas de), pág. 77, I.—En las del pueblo de este nombre, siluado en el partido de San Vicente de Austria, provincia de San Salvador del antiguo reino de Guatemala, fueron despeñados los Pipíles mexicanos por las tropas que enviaran los Reyes del Quiché, Cachiquel y Zutujíl al ser derrotado en Tehuantepec el ejercito de Moctezuma II.
Tecpanatitlán, págs. 24, I; 108, 114, 137, II.—Población del reino de los Cachiqueles ó de Guatemala, límite de la jurisdicción de éste por el NO., quo tenía grandes fortalezas levantadas durante las guerras sostenidas entre los reinos fundados para sus hijos por Axopil, y que en 1690 conservaba aún las hachas de metal campañil con que labraban la madera y la piedra los indigenas. El Gobernador de esta población se sublevó contra su señor natural, auxiliado por el rey Zutugil ó de Atitlán para formar reino aparte, y no lo consiguió por la conquísta de los españoles, quienes encomendaron la doctrina de aquella región á los religiosos franciscanos.
Talamanca, pág. 186, I; 78. II.—Tierra fragosa y quebrada de la provincia de Costa Rica en el antiguo reino de Guatemala, extendida en las costas de la mar del Norte ú Océano Atlántico, habitada por varias parcialidades como las de los Terrabas, Torresques, Urinamas, Cavecaras, y abundante en ríos caudalosos y espesos bosques. Hasta 1660 no pudo ser conquistado aquel territorio, y lo fué entonces por el gobernador de Costa Rica D. Rodrigo Arias Maldonado, á quien en recompensa le hizo el Rey Marqués de Talamanca; pero concluida la gobernación de Maldonado volvieron los indígenas al monte y tuvieron que encargarse de la reducción los misioneros, que con escolta de soldados consiguieron algunas, aunque pocas, ventajas hasta fines del pasado siglo.
Tecpangoathemala, Tecpanguatemala, págs. 18, 24, 64, 65, 67, 147, 291, 340, I; 126, 131, 133, 134, 136, II.—Importantísima población, capital y corte de los reyes Cachiqueles, nombrada por sus naturales Patinamit ó Ciudad por antonomasia, situada en el valle de Chimaltenango, á cuya provincia pertenecía. Era aquella ciudad fortaleza principal del rey Sinacam al tiempo de la conquista; rodeábala una profundísima barranca ó foso de más de cien estados de hondura y ancha de muchas varas con un pretil en sus bordes. Encontraron también alli los conquistadores, vestigios de muy antiguas y suntuosas construcciones, y entre ellas el túnel ó cueva de Pochuta. Algunos supusieron que la antigua Guatemala se fundó sobre la expresada ciudad de Tecpanguatemala, que significa sobre ó encima del palo de leche; pero no pudo ser así, porque después de averiguado se vió que distaba seis leguas un punto de otro, y además porque los indios de la capital de los Cachiqueles que tocaron en repartimiento á D. Pedro de Alvarado fueron destinados á trabajar en la conducción de las aguas del Chorrillo á la plaza mayor de Guatemala. Aquella antigua capital de Axopil, que tanto llamó la atención de los españoles por haberla visto enlosada de un betún ó argamasa de tres cuartas de vara de espesor, quedó comprendida en los setenta y siete pueblos del Corregimiento del Valle y fué doctrinada por los religiosos de San Francisco.
Tecpatlán, pág. 150, II.—Pueblo de la provincia de Chiapa y de la antigua de los Zoques en el partido de Tuxtla, con unos 2.290 habitantes y de ellos muchos muy hábiles en el juego del palo. Durante la corta gobernación del visitador Francisco de Orduña en Guatemala se sublevaron contra sus injusticias los indios de este pueblo, que apaciguó D. Pedro de Alvarado á su regreso de España en 1530.
Tecuzutlán, pág. 114, II.—Territorio de la Vera Paz, distante 34 leguas de Sacattepeques de los Mames.
Teguantepeque, págs. 15, 46, 73, 74, 75, 123, 126, I.—La provincia que forma el istmo, desde Goatzacualcos en la parte Oriental hasta Tehuantepec en el mar del Sur, dividía el territorio de Oaxaca, en la Nueva España, del principio del antiguo Reino de Guatemala: el cual Tehuantepec se comprendía en la jurisdicción de los Zapotecas, ó sea de los que hablaban la lengua de la familia Mixteca-zapoteca. Era éste el punto donde estaban los Peñoles de Guelamo ó Huelamo, refugio ordinario de la gente levantada, á la que tuvo Alvarado que someter antes de dar comienzo á la conquista de Guatemala, cuya antemural era Tehuantepec. Desde aqui abrió camino el conquistador por Soconuzco á Guatemala, consiguiendo la sumisión de aquellos zapotecas, que no habían podido alcanzar los emperadores Ahuitzol y Moctezuma II, el uno con su diplomacia y el otro con el poder de sus armas. Fué Tehuantepec desde la conquista el camino ordinario entre Mexico y Guatemala.
Tegucigalpa, pág. 156, I.—Partido de la provincia de Honduras en el antiguo Reino de Guatemala y luego gobierno de la provincia de Comayagua. En su partido se distinguían por principales poblaciones las villas de Tegucigalpa y Jerez de la Frontera en el Valle de la Chuluteca.
Tenuchtitlán-Mexico, pág. 14, I.—Nombre que en los principios dieron los conquistadores á la capital de la Nueva España. (V. Mexico.)
Teosintle, pág. 138, II.—Nombre del punto donde terminaba el Valle de Alotenango en el antiguo corregimiento de Guatemala.
Tepactlán, pág. 137, I.—(V. Tecpatlán.)
Tepeztenango, págs. 326, 327, I.—Significa Cerro eminente, y.tenían este nombre un río y un elevado monte, situados cerca de la laguna de Amatitlán y Petapa, abundante éste de muy buenas y durísimas maderas de construcción, como mezcal, corhipilin, guage, tepeguage, zapotillo, sopolocoguit y suchicoguit.
Tequepán, pág. 137, I.—Uno de los pueblos del Reino de Guatemala que se sublevaron contra el torpe y corto mando del visitador Francisco de Orduña, y que tuvo que apaciguar D. Pedro de Alvarado á su regreso de España en 1530.
Tezcuco, Tezcoco, pág. 116, I.— Pueblo y alcaldía mayor de la Nueva España, confinante con la jurisdicción de la ciudad de Mexico, que fué corte de los Emperadores Mexicanos y escuela militar del Imperio; habiendola hecho Hernán Cortés plaza de armas y astillero, donde fabricó los bergantines con que, por la laguna de su nombre, asedió á la ciudad de Mexico.
Tianguecillo, pág. 181, I.—Punto del llano de Chimaltenango en el valle de Guatemala, á donde se acordó, el 27 de setiembre de 1541, trasladar la capital arruinada por la terrible inundación del día 11 del mismo mes.
Tianguiz (Valle de), pág. 157, II.—(V. Tianguecillo.) Punto del llano de Chimaltenango donde en 1526 combatió Portocarrero á los indios rebelados con sus reyes Sinacam y Sequechul.
Tierra Firme, pág. 14, I.—Reino de la América Meridional confinante con la provincia y gobierno de Cartagena al E., con la de Costa Rica en el Reino de Guatemala al 0., y al N. y S. con los dos mares, que separa el Istmo de Panamá. Tres provincias contaba este reino; las del Darien, de Veragua y de Panamá ó Tierra Firme.
Tlaxcala.—Tlaxcala y Cempol, págs. 66, 72, 95, 116, 171, I.—Antigua república de procedencia chichimeca, limítrofe del imperio Mexicano y próxima á la ciudad famosa de Cholula y á las tierras de Cempoal. Aquellos republicanos resistieron heroicamente, á las órdenes del valeroso Xicotencatl, la conquista de los españoles, y habiendo hecho ya las paces auxiliaron á Hernán Cortés, como los mejores amigos, en la reducción de la Nueva España y toma de la ciudad de Mexico. De la hija de Xicotencatl, conocida con el nombre de D.ª Luisa Jicotenga Tecubalsi, tuvo Alvarado una hija, D.ª Leonor, que casó con D. Francisco de la Cueva hermano de D.ª Beatriz esposa del Adelantado, y un hijo, D. Pedro, que el Emperador legitimó. De los indígenas de Tlaxcala y de Cempoal que acompañaron á Cortés en la reñida batalla de Istapalapa, murieron muchos á manos de las tropas de Moctezuma II, que odiaban profundamente á los tlaxcaltecos por no haber podido nunca dominarlos.
Tlaxcaltecos, págs. 44, 45, 66, 67, 318, 330, I; 156, 162, II.—Así llamaron los españoles á los naturales de la ciudad libre y república de Tlaxcala que les fueron tan leales en la conquista de la Nueva España y toma de Mexico. Los tlaxcaltecos ó los mexicanos noticiaron á D. Pedro de Alvarado la existencia del reino de Guatemala, y al acordar su conquista fueron con los españoles doscientos guerreros de Tlaxcala armados de arcos y saetas, que coadyuvaron eficazmente á la sumisión de los habitantes de aquel extenso territorio y poblaron la parte comprendida entre los dos volcanes al Sur de la capital, camino de la costa de este mar y en el sitio de Santa Inés Petapa del valle de Mesas. En 1526 fueron los tlaxcaltecos ó tlaxcaltecas armados de vara y flecha, con Gonzalo de Alvarado, á sojuzgar á los naturales de Olintepeque, que se habían rebelado, y con D. Pedro Portocarrero á someter á los reyes Sinacam y Sequechul, que fueron aprisionados. Conmemorando esta victoria se estableció en Guatemala la Fiesta del Volcán, á que asistían los tlaxcaltecaa de la Ciudad Vieja descendientes de los conquistadores.
Tojog, pág. 44, I.—En el punto de este nombre, camino de Gueguetenango, encontraron los conquistadores de Guatemala restos de edificaciones semejantes á las babilónicas, que empezaban con anchísima base é iban estrechando hasta terminar en punta truncada.
Tortuguero (Barrio del), págs. 191, 192, I.—El de la segunda ciudad de Guatemala, situado en el punto donde rebalsaban las aguas llovedizas, y camino del Prado del Cortijo, donde á fines del siglo xvii estaba la casamata ó almacén de la pólvora que se fabricaba en aquel prado.
Totonicapa, Totonicapán, págs. 18, 24, 37, I; 75, 108, II.—Totonicapán ó Gueguetenango, una de las cuatro provincias del medio del reino de Guatemala y de las más populosas, tenía por límites las de Quetzaltenango, Chiapa, Verapaz y Sololá, y por ríos los nombrados Zamalá, Sija, Motocinca, Sacapulas, Ozumacinta, San Ramón y Cuilco. Su capital, San Miguel Totonicapan, ciudad que fué de los reyes Quiches ó Quicheles, contiene vestigios de fortalezas construidas al tiempo de las guerras que sostuvieron los sucesores de Axopil, y en ella se conservaban todavía, hacia 1690, hachas del metal campanil usado por los indígenas, que vió el autor de la Recordación Florida al desempeñar el cargo de corregidor y capitán á guerra del partido de Gueguetenango.
Tres Puntas (Cabo de), pág. 65, II.—Situado en el golfo de Honduras á la parte NE. de la desembocadura del río Omoa.
Troya, pág. 248, I.—Ilión ó Pérgamo, ciudad de la antigua Asia Menor, capital de la Troada, situada á la falda del monte Ida y cerca de la costa del Helesponto, destruída por los Griegos en su lucha con los Pelasgos después de una guerra de diez años. A esa destrucción alude el texto, suponiendo que pudiera sufrir Guatemala otra igual, al ver el descuido en que estaban los asuntos públicos hacia el año de 1690.
Trujillo, págs. 73, 74, I; 26, II.—Ciudad del partido de Comayagua en la provincia de Honduras del antiguo reino de Guatemala, fundada en 1524 por Francisco de las Casas, capitán que envió Hernán Cortés contra Cristóbal de Olid, al saber que se había sublevado. Díósele el nombre de Trujillo por ser extremeños la mayor parte de los fundadores, y estuvo próxima al puerto del mismo nombre donde se embarcó Cortés para volver á Mexico después de la jornada de las Hibueras, pues desde allí no había camino abierto para aquella capital ni para la de Guatemala. Fué la ciudad destruída por los holandeses en 1643 y reedificada en 1789, fortificándola de forma que pudo rechazar las agresiones de una armada inglesa en 1797. Hoy pertenece á la República de Honduras.
Tucapel, pág. 77, II.—Nombre de la fortaleza y valle de Chile en la antigua provincia y corregimiento de la Concepción, cuyos naturales se hicieron famosos por el valor demostrado en la lucha con los españoles de la conquista y en otras posteriores.
Tuerto (Valle del), págs. 126, 182, 317, I; 29, II.—Nombre con que se conocía también el valle de Panchoy, ó de Laguna Grande, antes de fundarse en él la segunda capital de Guatemala. En aquel valle se fortificaron los indios para contener á Alvarado cuando regresaba de Honduras, y tenían sus casas Sinacam y su hospedería Sequechul al sublevarse estos Reyes en 1526 contra el dominio de los españoles. Algunos consideraron mal acuerdo el que se tomó en 1541 al elegir ese valle para trasladar la capitalidad del reino; opinión que se vió confirmada al ser la segunda Guatemala destruida en 1775 y edificada en el punto donde hoy está.
Tula, Tulla, pág. 43, I.—Ciudad antiquísima, según el P. Sahagún, situada en las regiones frías del N. de Mexico y de donde procedieron los tultecas que poblaron aquellos territorios más de quinientos años antes de la era cristiana.
Tululha, págs. 325, 329, I.—En lengua achi significa agua de zapote, y así se llamaba el río del valle de Mesas en el reino de Guatemala, que corre entre los pueblos de Petapa y de Santa Inés: en este pueblo desagua el Tululha en el crecido río de Petapa.
Tulteca, Tultecas, págs, 5, 17, 19 á 21, 23 á 25, 29, 32, 43, 73, 75, I.—Llamóse así á los primeros pobladores de la América Septentrional procedentes de las regiones del Norte, donde las tradiciones sitúan la antiquísima ciudad de Tulla; los cuales pobladores, á los que se les da una antigüedad de 767 años anterior á la era cristiana, descendieron al Anáhuac, donde fundaron el imperio Mexicano, y al territorio de Guatemala los que establecieron los reinos de Quiches, Cachiqueles y Zutujiles. Cuatro parece que eran los hermanos fundadores de estos reinos independientes de aquel imperio; pero todo el dominio vino al cabo á poseerlo Axopil, quien lo dividió entre sus hijos después de dictar las leyes por que se rigió todo el territorio y de mejorar sus condiciones materiales. Los descendientes de aquellos hijos mantuvieron sangrientas guerras, que resonaron en Mexico, cuyos Emperadores trataron de utilizar las discordias en su provecho. Al efecto envió Ahuitzol embajadores á Guatemala para enterarse de su situación política, que fueron malamente expulsados, y Moctezuma II ejércitos que sufrieron completas derrotas, por haberse unido para el caso los Quiches, Cachiqueles y Zutujiles. Estos, pasada la agresión exterior, apoyaron al Gobernador de Tecpanguatemala en la rebelión contra su señor del Quiché, y no estaban bien hechas las concordias cuando los españoles fueron á conquistar, y sometieron á los descendientes de los tultecas.
Túmbez, pág. 135, I.—Pueblo de la provincia y corregimiento de San Miguel de Piura, en el antiguo reino del Perú, fundado á la orilla del río de su nombre, cerca de la costa del Mar Pacífico, donde desembarcó Francisco Pizarro en 1526, al ir á la conquista del imperio de los Incas, y perdió alguna gente en manos de los indigenas, que luégo fueron sus auxiliares en la reducción de la isla de la Puná.
Túnez, pág. 117, I.—Ciudad de Africa próxima á la costa del Mediterráneo, con el que comunica por el canal de la Goleta, que ocupó el corsario Kaireddin Barbarroja en 1534; la tomaron los españoles en 1535, y Sinán Baja la hizo tributaria de Constantinopla en 1574. Hoy está bajo el protectorado de Francia. El autor Fuentes y Guzmán compara la conquista de Túnez con la de Mexico.
Tutepeque, págs. 76, 119, 120, I.—Tutepec. Pueblo del partido de Xicayán en la Nueva España, cuya conquista le fué confiada por Hernán Cortés á Pedro de Alvarado. Este aprisionó al cacique para obligarle á que le diese todas sus riquezas, y como no tenía más de las que buenamente le había entregado murió de tristeza: á la muerte del señor natural fundó el español en aquella parte la villa de Segura. Aquel mismo cacique se alió con el de Tehuantepec para rechazar, como lo consiguieron, al ejército de Moctezuma II, cuando, poco antes de desembarcar los españoles fué á la conquista de Guatemala.
Tzacualpa, págs. 67, 68, 79, 91, 290, 351, I; 134, II.—Tzacualpa ó Zacualpa, que quiere decir pueblo viejo, punto que ocupó la primitiva ciudad de Coctecmalán ó Guatemala, capital y corte de Sinacam, rey de los Cachiqueles, tuvo su situación entre San Pedro de las Huertas y Atmulunga ó Atmolonga, en parte más alta que estos pueblos. En Tzacualpa quedaban á fines del siglo xvii las ruinas de lo que fué palacio ó vivienda de D. Pedro de Alvarado; se veía aún entonces el canal, zanja ó regata que formó el agua desprendida del volcán cuando arruinó en 1541 á Guatemala; fué comprendido Tzacualpa entre los setenta y siete pueblos del Corregimiento del Valle, y á su territorio se trasladó desde Pampichín el pueblo de San Juan Amatitlán.
Ucubil, págs. 83, 84, 91, 92, II.—Ucubil, que en idioma Mame significa jícara ó cubilete, fué un pueblo del valle de Sacattepeques, visitado por D. Pedro Portocarrero cuando fué á someter los indios rebelados y donde se retiró á descansar después de ganar la batalla y prender á Peneguali, agitador de aquellas revueltas. A fines del siglo xvii no se había podido precisar aún la verdadera situación de Ucubil. que así se suponía en el Sacattepeques del Valle de Guatemala, como en el de Quetzaltenango, aunque las opiniones se inclinaban más en favor de este último.
Uspantán, pág. 137, I.—Pueblo de la parroquia de Sacapulas en el distrito de Gueguetenango, provincia de Totonicapán, y uno de los nueve que se sublevaron durante el corto y torpe mando en Guatemala del visitador Francisco de Orduña; rebelión que apaciguó D. Pedro de Alvarado al regresar de España y encargarse de aquella gobernación en 1530.
Utatlán, págs. 19, 20, 23, 24, 26, 47, 48, 53 á 56, 59, 60, 75, 123, 148, 149, 152, 157, 317, I; 155, II.—La gran ciudad de Utatlán, repoblada por los españoles con el nombre de Santa Cruz del Quiché y comprendida en el partido de Sololá de la provincia del mismo nombre, fué capital del reino de los Quicheles desde que el rey Axopil hizo el reparto de sus dominios, designándole al primer hijo, Jiutemal, el Cachiquel, y al segundo, Axícnat, el Zutujil. A la muerte del padre heredó Jiutemal á Utatlán, que engrandeció, y él se rodeó de todos los ostentosos atributos de la soberanía: en aquella corte recibió é hizo salir de ella en el término de un día á los embajadores del Emperador de Mexico Ahuitzol, y desde ella envió poderosos ejércitos contra Alvarado al saber la invasión de los españoles; ejércitos que éstos pusieron en fuga en las barrancas de Olimtepeque y trataron de la paz en Quetzaltenango, reconociéndose el rey Sequechul vasallo del Rey de España, y entregando en consecuencia dos mil de sus súbditos para que, como conocedores del terreno, acompañasen al caudillo español á la conquista de Guatemala ó del reino de Cachiquel. Sojuzgado fué éste y su rey Sinacam; pero á poco, en 1526, se levantó contra los españoles, enviando embajadores á Sequechul para que secundase el movimiento, como lo hizo. Presos ambos en la batalla del Volcán continuaron en prisiones hasta que en 1540, al embarcarse Alvarado en Acaxutla para emprender la jornada á la Especería, los llevó consigo para evitar que su presencia pudiera ser bandera de rebelión; perdiéndose desde entonces su noticia é ignorándose el sitio y fecha de su muerte, que acaso coincidiría con la de Alvarado, ocurrida en los primeros días de julio de 1541.
Vaca (Sitio de), pág. 9, II.—(V. Vaca, Fernando, en los Datos Biográficos.)
Vacas (Valle de las), págs. 106, 274, 284, 348, 349, 358, I; 19 á 22, 25, 30, 33, 66, 101, 137, II.—Este valle, ceñido por los de Canales y Mixco, uno de los nueve que comprendía el Corregimiento del valle de Guatemala, y distante ocho leguas de esta capital, á la que proveía de materiales de madera y cal excelente, tenía una sola población de españoles, nombrada el Carmen, muy mal administrada á fines del siglo xvii. El Valle de las Vacas, estéril y árido aun con la irrigación del río llamado de las Vacas, del Río Grande, situado al Norte, y del de la Chorrera en la parte oriental, producía la planta Cempoal-suchil, mucha Caparrosa flor, y en sus habitantes la enfermedad que ellos llamaban güegüechos, y nosotros bocio, ó sea hinchazón en la garganta. Por abundar en el territorio los puntos salitrosos iban á él muchos ganados de otras comarcas á purgarse. Uno de los conquistadores y pobladores del Valle fué Héctor de la Barreda, que pudo utilizarse de los lavaderos de oro que había, nombrados de Arampuc, en el cajón y tajo del Río Grande.
Valladolid, pág. 108, I.—Refiérese á la ciudad de España, residencia y corte de sus reyes algunas veces, desde donde escribió cartas D. Pedro de Alvarado al Cabildo de Guatemala (1538-1539).
Valladolid, pág. 64. I.—Nueva Valladolid ó Comayagua (y no Camayagua, como equivocadamente dice el texto), capital de la provincia de Honduras, se fundó con título de villa el año de 1540 por Alonso de Cáceres, de orden del Adelantado de Yucatán Francisco Montejo, gobernador á la sazón de Honduras. En 1544 dispuso el Rey que se instalase en Valladolid la Audiencia de los Confines, y no tuvo efecto por las pocas comodidades de la villa, estableciéndose en la inmediata de Gracias á Dios.—En 20 de diciembre de 1557 se concedió á aquella villa el titulo de ciudad, y en ella residió el Gobernador de Comayagua, y desde 1561 la catedral de Honduras fundada en Trujillo.
Valle (El). págs. 181, I; 138, II.—Punto de este nombre situado entre la ciudad vieja de Guatemala y el pueblo de Alotenango.
Veracruz (Puerto de la), págs. 128, 139, I.—El puerto formado por la ciudad de Veracruz y la islita que contiene el castillo de San Juan de Ulúa es de poco abrigo, están en él muy expuestas las embarcaciones, y lo empezó á construir el primer Virrey de la Nueva España, D. Antonio de Mendoza. La Veracruz fué fundada por Hernán Cortés con el nombre de Villa-rica de la Veracruz en 1519. A muy pocos meses de su fundación se trasladó al sitio de Quiahuiztlán, donde permaneció hasta 1523 ó 1524 en que se mudó á la orilla izquierda del río Huitzilapán ó de Canoas, y allí estuvo hasta 1599 que el virrey Conde de Monterrey la mandó pasar á su primitivo asiento. Hoy es capital del Estado de su nombre en la República Mexicana.
Vera-Paz, págs. 8, 18, 19, 27, 33, 186, 303, 364, I; 101, 114, 115, 126, 137, II.—La provincia de la Vera-Paz, del antiguo Reino y de la actual República de Guatemala, confina con el valle de Jilotepeques en Guatemala, con Yucatán, Totonicapán y Sololá, Chiapa y el Golfo Dulce de Honduras: fué fundada por uno de los cuatro hermanos tultecas, pobladores del reino de Guatemala, que llevó su dominio hasta el Golfo Dulce, y luégo sojuzgada por el señor de los Quiches, Cachiqueles y Zutujiles: y era codiciada la Vera-Paz por la producción de esmeraldas, de que se adornaban las coronas de aquellos señores, y de ricas plumas que eran objeto de apreciado regalo. El primer nombre que dieron los españoles á aquella comarca fué el de Tierra de guerra, por lo belicoso de los indígenas, y diéronle el de Vera-Paz los religiosos de Santo Domingo, de orden del Emperador Carlos V, por haberse reducido aquellos guerreros con la predicación, aunque luégo se levantaron, como lo prueban las Cédulas reales de 1543 y 1547 que encargaban la reducción de tales indios á población sociable, y la de 16 de Octubre de 1560 que autorizaba á los religiosos Dominicos para castigar á los de Chiapa y Vera-Paz que no se aplicasen al estudio de la doctrina cristiana. Aquellos religiosos tenían en la Vera-Paz uno de los mejores ingenios de azúcar, que proveía á la ciudad de Guatemala; y algunos de los primeros misioneros, como Fr. Bartolomé de las Casas y Fr. Pedro de Angulo, para probar la eficacia de sus desvelos llevaron á Guatemala unos caciques como procedentes de los indómitos Lacandones, que luégo resultaron ser de la Vera-Paz, del Quiché y de Chimaltenango.
Vizcaya, pág. 304, I.—Refiérese á una de las tres provincias vascongadas, limitada por el mar Cantábrico y por las de Guipúzcoa, Alava, Burgos y Santander.
Volcán de Agua, págs. 189, 190, I.—Nombre de uno de los dos montes que circundan el sitio donde estuvo asentada la segunda capital de Guatemala, llamado asi para distinguirle del Volcán de Fuego (V.), que está pelado y descubierto lo vivo de los peñascos lisos hasta la cima, coronada con frecuencia de nieve. El volcán de agua fué el que inundó y destruyó el 11 de setiembre de 1541 la primera capital fundada por los españoles en 1524.
Volcán de Fuego, págs, 189, 190, 215, I.—Uno de los dos montes que circundan el valle de Panchoy, donde se asentó la segunda ciudad y capital de Guatemala, de la que distaba tres leguas, y al que se dió por los españoles este nombre para distinguirle del Volcán de Agua, ó sea el que lanzó la manga torrencial que arruinó la ciudad vieja en 1541. En la cima del Volcán de Fuego, algo menos elevado que el de Agua, se cuaja la nieve, pero en el cráter no truena, como sucede con el de Pacaya, con el que se comunica, como con la Sierra de Cinaloa, distante de aquel setecientas leguas.
Xalisco, págs. 152, 154, I.—Jalisco, provincia de la Nueva Galicia, en la costa del Sur ó del Pacífico de la Nueva España, conquistada por Nuño de Guzmán en 1531, y hoy Estado de su nombre en la República Mexicana. En el puerto de la Purificación de aquella costa fondeó la armada, procedente de Acaxutla, en que se proponía hacer la expedición á la Especería D. Pedro de Alvarado; y á la misma provincia pertenecía el peñol de Nochistlán, donde encontró el mismo Alvarado la muerte á fines de junio de 1541.
Xequiquel, pág. 49, I.—Nombre que significa debajo de la sangre; es el que se dió por los indígenas al río inmediato á las barrancas de Olimtepeque por lo mucho que enrojeció sus aguas la derramada en la batalla reñida entre los Quicheles de Utatlán y los españoles de Alvarado.
Xilaju págs. 50, I; 158, II.—Palabra que significa debajo de diez; era el nombre de la población en que ocho grandes ó caciques, cada uno jefe de diez mil combatientes, podían poner en pie de guerra un ejército de ochenta mil hombres. Xilaju se llamó Quetzaltenango, por haber muerto Alvarado en sus inmediaciones un águila ó quetzaL que se supuso era la encarnación de un temible hechicero ó del demonio en persona.
Yucatán, págs. 138, 238, I.—Península de la Nueva España, y hoy Estado de la República Mexicana, ceñida al Oriente por el golfo de Guanajos ó de Honduras, y al Norte por el Atlántico que entra en el Seno Mexicano. Descubrió á Yucatán en 1517 Francisco Hernández de Córdoba, y lo conquistó en 1527 el capitán Francisco de Montejo, á quien por haber extendido sus dominios hasta los de Alvarado fué éste á visitarle y á fijar los límites de ambas gobernaciones en la provincia de Honduras. De Yucatán se llevó á Guatemala, cuando aquella provincia estaba sujeta á ésta en lo religioso, una imagen del Ecce-Homo que se veneró como muy milagrosa, en la iglesia de San Francisco de la capital.
Zalamá, pág. 46, I.—Río de la provincia de Sapotitlán, donde riñó Alvarado la primera batalla con los indígenas en su camino de Suchiltepeques á Guatemala.
Zapotecas, pág. 46, I.—Llamáronse así á los que hablaban el idioma zapeteco ó tzapoteco, de la familia de las lenguas mexicanas mixteca-zapoteca, extendida por el territorio de Oaxaca y Tehuantepec en la Nueva España; aunque los habitantes de Tebuantepec, que recibieron á D. Pedro de Alvado con aparato de paz, se cree que tenían un dialecto propio, el tehuantepecano, derivado del zapoteco.
Zapotitlán, pág. 46, I.—(V. Sopotitlán.)
Zorros (Monte de los), pág. 54, II.—Nombre dado, por la abundancia de tales alimañas, al que está inmediato al río subterráneo del valle de Mixco, que al brotar en territorio de Petapa se le llamó Ojo de agua de Arribillaga.