Recordación Florida/Parte I Libro IX Capítulo IV

Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


CAPÍTULO IV.

De la calidad de las hierbas medicinales y exquisitas que generalmente se crían en el Valle de Goathemala, y en especial y con abundancia en este de las Mesas de Petapa.


Y aunque, en lo que advertidamente y con conocimiento largo escribo á el principio de el discurso de este Valle, se me ofreció escribir la calidad excelentemente medicinal de algunas maravillosas y útiles hierbas que produce, para común estimable beneficio de los hombres, dije de algunas sus excelencias, pausando en ellas, pareciéndome cosa y materia sutil y de poca consideración. Mas reparando, el Rey nuestro señor manda se especifique y declare todo, por cédula que trasladé en el capítulo primero del libro tercero, su fecha del 19 de Diciembre de 1533,y que no puedo negarme á lo que S. M. manda, ni á los ruegos de un médico amigo, ni menos á la consideración de que cuantas cosas y simples se encaminan á comunicar la mejoría y alivio de las dolencias, son hierbas, que nos han producido los reinos y provincias de Oriente, Palestina, Macedonia, Arabia, la isla de Minos, Chipre y otras partes, de donde se difunden á todas las oficinas y boticas del universo para el uso común y general de ellas; y aunque en las que he de referir hay muchas, muy conocidas y usuales en las boticas; pero las referiré próvidamente en este presente y no ocioso discurdiscurso, porque se sepa que cuando la necesidad de la salud humana, que tanto vale, las buscare, habrá de hallarlas en este Valle de Mesas: aunque también las hay y se producen en otros valles de este de Goathemala, pero esparcidas una ó dos especies de hierbas en un valle, otra en otro, mas no en la copia y variedad que en este se hallan, en porción suficiente á abastecer y llenar muchos tercios que quieran cargar de ellas para otras partes.

Bien creo advertido que muchos hombres, ó ignorantes ó maliciosos, que conocen estas hierbas y plantas que acá son tan abundantes, que por serlo se hacen despreciables, tendrán este mi trabajo por ocioso y inútil; mas también conozco, con tolerancia de sus calumnias, que las naciones remotas y extranjeras si no me lo agradecieren, por lo menos te holgarán de conocerlas y conseguirlas para remedio y reparo de sus necesidades. Y debe advertirse que á ellas, ya que las adquieran y logren, será con dificultad y fatiga costosa, y á precio de largas jornadas y arriesgadas como inciertas navegaciones, y á nosotros nos es tan fácil y tan sin costo, que se dan sólo á el precio de querer usar de ellas. Pero quizá se desestiman porque no son extranjeras, sin advertir que la medicina no es la mejor la más buena, sino la que corresponde á el achaque, y que Dios dió, y puso en cada clima, los medicamentos correspondientes á la naturaleza y complexiones de aquel país á donde se producen.

Es general á todas las tierras de cualquiera temperamento el árbol de Aguacate, que se produce en robusto cuerpo y , árbol frondoso (en el Perú le llaman Palta); y acerca de su fruta delicada y gustosa se podrá ver lo que de ella dice el P. José de Acosta.[1] Son los cogollos de este árbol, cocidos y dada á beber el agua bien caliente á la persona que hubiere dado caída y recibido golpe, la más útil medicina, porque le provoca á sudor copioso y conveniente, y le preserva y guarda seguramente de pasmo y resfrío; y continuada menos porción de bebida, estando ayuno, por térmitérmino de ocho ó nueve días, le facilita y hace expeler y lanzar por el caño de la orina toda la cantidad de sangre que halla extravenada por las partes internas, excusando que se corrompa y haga postema. No hay rústico ni hombre inculto del campo que no sepa esta virtud suya, y use con frecuencia de ella con efectos conocidamente maravillosos. El hueso de su fruta tiene naturaleza activa de cáustico, que mundifica y cierra con brevedad y admiración cualquiera úlcera antigua y encancerada, y mucho mejor y más brevemente las llagas frescas. Tengo la experiencia en mi casa con un negro mi esclavo, medicado por todos los médicos cirujanos de esta ciudad por una llaga en un carcañal, mas sin efecto, hasta que Lucas de Cárdenas le aplicó en masa el hueso de Aguacate, desatado en miel rosada, y sin otra diligencia más de esta, el negro quedó libre y sano hasta hoy.

Entre otras maravillosas hierbas, que en este valle se producen favorablemente y con socorrido beneficio de los hombres, se señala el bejuquillo, que llaman Chilmecat, que en el idioma indiano quiere decir Mecate de chile, de chil, que es chile, y mecat, que es cordel ó bejuco. Esta planta enreda y trepa por los árboles más crecidos hasta cubrirles las copas, á la manera que la silvestre inculta parra: sus hojas son parecidas y semejantes á las de la hiedra, aunque más gruesas, y carnosas: á las entradas y cercanías del verano florece con abundancia loca, y sus pequeñas flores blancas, á la manera de una pequeña estrella, del tamaño de una lenteja, con muchos pelillos muy sutiles en ella; de suerte que, en los abundantes y poblados ramos ó ramilletes, no parece más que un copo crecido de sutil y cándida pelusa, con tal fragrancia y aroma, como la de el almizcle más reciente y subidamente fino, que se hace sentir y conocer á larga distancia del sitio donde florido y aromático yace. Sirve con efecto maravilloso, por tener también la propiedad y naturaleza de cáustico, á los inficionados y dolientes de jiote, empeines y sara antigua; dándose baños con el cocimiento de esta hierba, que aunque es cruel y picante en la curación, á breve tiempo deja libre de la enfermedad asquerosa á cualquiera que la padece. He visto á muchas personas en el campo usar de ella, y quedar sanos con brevedad; y no hay duda en que, si los médicos discurrieran acerca de su naturaleza y grados de su temperamento, que se descubrieran en ella otras muchas virtudes.

En todos los sembrados de este valle, nocivamente y con perjuicio de los escardadores por la agudeza penetrante de sus espinas, se produce la hierba que llaman Chicalote, que la que más se levanta del suelo será una vara: descuella derecho su tallo á la manera del cardo: la hoja con alguna similitud cardosa, y espinosa siempre: su color descaecido de lo verde á ceniciento mustio: florece al verano, con diferencia del cardo, porque es sin alcachofa que le haga pedestal á las anchas hojas que nivela y forma, sin olor ni fragrancia que denote el temperamento y calidad de su naturaleza; y en ella unas veces son blancas las ñores y otras de palidez amarilla. En despidiendo la flor, queda un boton, de mayor corpulencia que un limón, cubierto de agudas y penetrantes espinas, y en abriendo queda dividido en cuatro cuarteles ó cazoletas llenas de la semilleja. El botón, cuando abre, queda preso por la parte superior de cinco alambrillos ó venillas fuertes, que vienen de las junturas de los gajos á manera de nerviecillos; quedando todos cinco presos á la parte alta de un botoncillo chato, y los cinco gajos abiertos y doblados hasta la tercia parte de su cuerpo, para la banda de afuera; con que viene á formar una corona, á la manera de la de la granada, aunque esta queda con formación más grave y majestuosamente decorosa, representando una corona imperial bastante y vivamente perfecta en toda la formación de sus partes, con que aun ya despojada de la lozana, fresca pompa de sus huecas flores, queda autorizadamente hermosa y gallarda.

Cortando el tallo ó alguna de sus erizadas hojas, expele y vierte un humor, de color amarillo y abundante, que medicinal aprovecha á los ciegos, de vista impedida por causa de nubes, porque las come y desbarata con mucha brevedad. Vi un indio que, con solas dos veces que usó de este colirio, quedó perfectamente sano, y con los ojos limpios y libres de nubes; pero no aconsejo á las personas de delicada y débil complexión y naturaleza usen de ella, porque es cáustico muy activo y de labor y operación durable; pues los indios y otras gentes recias y campestres hacen, con su efecto vehemente, el sentimiento de veinticuatro horas sin intermisión de dolor.

En los dolores cólicos, cuando provienen de piedra, es eficacísimo tomar el agua en que hubieren cocido las flores blancas de esta hierba, así en ayunas, caliente, y fría á la comida y la cena, porque mitiga y quita milagrosamente el dolor, y desbaratando y demoliendo la piedra la hace lanzar, resuelta en menudas arenas; como después de molestos y largos días de padecer y de agotar la medicina lo experimenté en el capitán D. Simón Frens Porthe, caballero de la orden de Santiago, mi cuñado, á quien, cansado de los médicos y fatigado del dolor y medicinas, dió este consejo D. Laurencio Guerra, natural de Canarias y vecino antiguo de Goathemala. Experimenté en esta ocasión lo que tuviera por fabuloso, no habiéndolo experimentado, por la suavidad y facilidad del remedio, cesando el dolor y expeliendo las arenas todas las veces que á este caballero le llamaba la orina.

Con admiración y gusto se repara y ve singular y admirable la Zarzuela, que es una mata espinosa, crecida á la disposición de un estado, siempre fecundamente copada y poblada de verde pompa, salpicada por toda la estación del año de flores agradables y exquisitamente vistosas: su forma es de un botón crecido, compuesto todo, desde el tronquillo á lo alto, de un bello encarnado, á la manera y proporción de la flor de Aroma; diferenciando y haciendo separación en sólo dos colores, amarilla la Aroma y esta encendidamente roja. Hayla abundantísima por todos los dilatados y fértiles campos de este valle, y tiene una propiedad como sensitiva; pues tocada por la parte y haz de sus hojas se encoge y cierra toda la hoja de la mata, y tocada por la parte del envés se descoge y abre con el mismo compás y pausa que se cerró antes. No sé que se extienda á cosa útil, mas de que para sembrar los campos; y donde se produce da mucho que trabajar.

El Hipericón, que también llaman Hierba de San Juan porque sólo por el mes de Junio florece, es una hierba que se produce y cría, á semejanza del lino, en un solo pie, vestido de hojas largas como un dedo, y lo mismo en lo ancho como la anchura de un dedo. Expele y da de sí una fragrancia de suavidad excelente: la flor que lleva tiene el mismo suave olor: es á la manera de una campanilla amarilla, producida y nivelada en ramilletes varios y bien dispuestos, con admirable orden de la natural providencia, porque cada ramillete se forma y compone de tres ramilleticos pequeños, y cada uno de estos de tres flores, y cada flor de tres graciosas hojas. Sirve esta excelente y apreciable hierba, en supresión de orina con prodigioso efecto, dando á beber á el paciente el cocimiento caliente de ella, con una poca de flor de ceniza desleida en el agua. Puede ser se extienda á mayores virtudes; pero cuando no se le halle otra más de para lo dicho, es sobrada y apreciable excelencia.

Con agradable y apacible color y matiz, que comunica á la verde lozanía de los prados, nace altivo y descollado el Marrubio, floreciente y hermoso; á imitación del clavel, se comunica á la vista con ostentación de rojas flores. No sé si es planta que se conoce y produce en nuestra gloriosa España: acá se conoce con este nombre, y su virtud se reduce á expeler y hacer lanzar la sangre menstrua contenida en el útero con favorable efecto; y aunque tiene otras propiedades por la virtud expulsiva, las omito y reservo por nocivas: para la retención del menstruo se ha de dar á beber caliente el cocimiento de sus hojas y tallo.

Otra no menos maravillosa planta se produce abundante y copiosa, y con poblada pompa de hojas anchas y largas á la proporción de un jeme, con muchas venillas que las traban y forman. Crece á más de un estado; hace ramazón numerosa y tupida, y así el tronco como la varazón de sus ramas tiene la forma cuadrada: no es absolutamente verde el colorido de sus hojas, porque descaece y tira á blanquecina. Llámase Sigualpactli, que quiere decir medicina de mujeres, de pactli, que es «medicina,» y siguat, que significa «mujer.» El olor es de vehemencia agradable del incienso de sahumar; su cocimienio, que se reduce á muchas utilidades, no tiene más gusto que de agua natural, y esta desopila la madre obstruída de las mujeres; deshace sirrosidades y tumores del vientre y vaso, hace, con suave efecto y sin congoja de dolores internos, fluir y bajar el menstruo; aprovecha grandísimamente y con eficaz electo contra el dolor de ijada, como también destruye y atenúa la flema, frialdades contenidas en el estómago. A todas estas provechosas operaciones se extiende y dilata la virtud y excelencia de su naturaleza, y puede ser que á otras muchas más que podrán descubrir y investigar los médicos.

Nocivamente abundante se produce en todos los valles, especialmente en las rejoyas y partes húmedas, la Colleja, que por comunísima en todas las acequias de Goathemala, dejo de describirla. Florece por todos los tiempos del año, sin guardar más nivelación ni orden regular que tener ó no tener humedad. Su flor es amarilla, de color encendido, que tira á naranjado. Sirve con utilidad admirable en los dolores de muelas, puesta sin otro simple que la acompañe, ni más que refregarla y quebrantarla entre los dedos dentro del hoyo ó cabezuela de la muela que duele, quitando el dolor de ella con maravilloso efecto.

La Viravira, que llaman Hierba del pastor, se demuestra más bien y mejor en los alegres y claros principios del verano, por razón de florecer por entonces y ser lo más acertado guiar su conocimiento por la certeza de sus flores, porque hay otras hierbas con quienes tiene similitud, como es el Díctamo. Produce sin ramazón, y sólo descuella y forma su estatura de dos tercias en alto, en solo un talluelo vestido igual y compasadamente de hojas; y se conoce esta planta, en que así el tallo como las hojas y la flor, rompiéndolas por cualquiera parte, descubre y muestra una pelusa blanca, á semejanza del algodón: la flor es blanca, áspera y secarrona á la manera de cardones. Sirve socorrida y próvida contra el pasmo y resfrío, tomando el cocimiento de ella á la manera de sudor, porque con efecto provoca á esta evacuación provechosa.

Mejor nombre se le debiera dar á quien comunica y reparte beneficios, pero la condición de los hombres no atiende á la virtud que resplandece, sino á el defecto que sobresale, y muchas cosas que negó naturaleza á el aspecto las concedió á la virtud en lo interno. Mejor nombre se le debiera aplicar á la favorable hierba que llaman Lengua de serpiente por la semejanza que sus hojas traen con ella. Fórmase en un una mata parecida á la escarola: hace á su tiempo tallo, y florece con una pelusa amarilla de calidad tan leve que vuela con fácil ligereza á el impulso débil de cualquier soplo. Nace siempre arrimada á los cimientos de los jardines y casas. Críase en Goathemala en grande copia, y sirve y aprovecha, con milagroso efecto, en dificultad y cerramiento de pecho, puesto el cocimiento de sus hojas en punto de lamedor, que es de excelente y suave gusto. Experimenté en mí la gran virtud de esta milagrosa hierba; pero se ha de advertir que hay dos diferencias de ella: una que tiene el pie de color de sangre, y de esta se ha de huir por sus efectos contrarios; otra le tiene blanco y es de la que hablamos útil, y que su aseo y jugosa naturaleza sobrescribe sus buenas y provechosas calidades.

Con frescura igual de hibierno y de verano se cría en este valle, pero sólo en las partes descaecidas á las vegas del río de Petapa, el Limoncillo; árbol frondoso y bien vestido de verdes pompas, con tanta similitud á el limón que sólo diferencia en no llevar la erizada guarnición de espinas de que se arma el limón. No frutifica provechosa cosa que sirva de alimento, sino es una frutilla silvestre á el remedo de la cereza, de menos proporción, para cebo y alimento de los pájaros; pero sí sirve medicinal el tronco para mal de bubas; que para este efecto me le han pedido á mi hacienda algunas personas que tratan en medicina; pero ignoro el modo con que se actúa y aplica; que no me toca la profesión médica. Sirve la corteza para el mal de orina y dolores de vientre y estómago, y la madera también sirve para la fábrica de peines, que de ella salen mejores que de otras muchas muy preciosas que acá se crían.

La hierba que, á la manera del lirio, se cría en la formación de sus hojas y los confiteros llaman Zayte y los rústicos y pastores Cebollín, echa la raíz á la manera de una papa ó turma de tierra, cubierta de un hollejo ó membrana sutil como la tela de una cebolla, mas algo tirante á verde. Arraiga en diversas raíces gruesas como el alambre de los herreros: no se cubre en la interior de telas como la cebolla, sino que á vueltas de unas hebrillas como de pita cría una masilla blanca de jugosidad glutinosa. Esta sirve á los confiteros en pastillas de boca y tejuelas, porque las hace firmes y de muy recia pasta. Sirve también á los carpinteros para soldar y unir los instrumentos músicos para mayor firmeza y suavidad de sus voces.

Por todos los tiempos del año se halla, y en especial en las tierras de llanura y que conservan más humedad, la Lechuguilla, que nace tendida por el suelo: sus hojas son de poco menos de un jeme, que rematan en punta; y por un filo y otro se adorna de espinas fuertes: remata el torno y orden de sus hojas, que va nivelando y componiendo unas sobre otras de mayor á menor, en el centro y punto de un cogollito en un botón áspero y espinoso de un color blanquecino, que ni es flor ni deja de parecerlo: el color de sus hojas es verde claro y su raíz es cebolleta de mucha humedad y jugo. Sirve el cocimiento de esta mata de bañar las almorranas; con cuya diligencia y aplicación cesa el dolor de ellas, quedando desinflamadas, y más continuación de baños las abre.

Sirve para lo mismo el cocimiento del Pastle, especie de musgo que se cría en las montañas de encinares en abundancia. Tiene el Pastle otras propiedades y secretos harto nocivos y de notables inconvenientes por la virtud expulsiva. No tiene menos perjudiciales propiedades la semilla y granazón del Chamico, que abunda y produce fecundamente en todas las tierras altas de las Mesas y de otros valles como el de Mexico y el de Goathemala ó Alotenango, menos en las tierras muy bajas. Es en la producción de su simiente abundante, y por su malicia y nociva naturaleza dejo advertidamente de describirla, ocultando sus propiedades á la sutileza y mala inclinación de algunos hombres: basta que en el Perú es bien conocida.

Por la mucha que se ha llevado á España y porque con propiedad la estampó y describió el doctor Monardes, dejaré de especificar la figura de la Cebadilla, omitiendo muchas de sus virtudes por haberlas dicho este científico médico. Mas sobre las que de ella refiere, añado que el baño de este género de grano, cociendo hasta que el agua tome color y tintura de vino, sirve á la cerrazón de los empeines; remedia la sarna antigua y reciente, sea de la menuda ó de la gruesa: en el jiote no hace tan excelente efecto como el Chilmecat, y el grano, puesto en el hoyo de la muela que duele, quita el dolor de ella, aunque ampolla la encía por la propiedad y naturaleza que tiene de cáustico. El polvo, puesto en el diente que se comienza á comer de neguijón, prohibe que pase adelante. Para curar bueyes, terneros y bestias que tienen gusano, es el único remedio que hay en estas partes, tostado el grano y hecho polvo, con cuyo remedio se crían y logran las copiosas partidas de becerraje, que cada año fecunda y abundantemente se hierran, que de otra manera fuera imposible por esta plaga.

El Chulbalam, cuya etimología de la lengua Achi declara su propiedad y virtud, porque corresponde á orina de tigre; respecto de que este animal, con supresión de orina, enseñó á los indios de este país á que en semejante dolencia y conflicto de la naturaleza usaran de ella. No crece más de lo que representa la estampa;[2] el tallo es encendidamente rojo á emulación del coral, en cañoncillos que arman unos en otros: la hoja á semejanza y imitación en el color del álamo blanco, verde por una parte y plateada por otra. Hase de usar del cocimiento y bebida de solas las hojas, y se ha experimentado con ella milagroso é instantáneo efecto.

En los ríos y peñascos y en las paredes antiguas se cría y arraiga la Doradilla, cuyas hojas son á la manera de unas plumillas, y cuyas propiedades y virtud son tan útiles y señaladas, que excuso por muy sabidas relatarlas.

Hállase en este valle de Mesas de Petapa, y los demás, en las partes húmedas, mucha Hierba mora, que es tan útil á el remedio de muchas enfermedades, en especial á la de la erisipela: y de la misma manera en semejantes terrenos, aunque en lo más alto y frío de las tierras, Zarzamora abundante, de que los boticarios fabrican y componen admirable arrope de moras, de que usan los médicos con admirable y seguro efecto en las ocasiones que necesitan de valerse de su eficacia y socorro.

En los trigos, á quienes y su granazón le es perjudicial, se halla abundantísima la Fumaria, que también por muy conocida y usual no describo; y así ni más ni menos el Culantrillo de pozo, que se cría en las quebradas, zanjas, barrancos y partes húmedas, que si fuera á propósito para el ministerio de barrer, pudieran de él hacerse tercios de escobas. Sus virtudes y utilidades son bien conocidas; y sólo se refiere por no omitir en la relación el que se produce y cría en estas partes occidentales.

Innumerables parecen las hierbas y plantas medicinales que cría y produce la feracidad y pingüe sustancia de esta tierra; pues de haber de hacer mención y especificar las naturales de que se valen y usan los indios, era necesario catálogo aparte; y de muchas de ellas se hiciera donaire, mas la experiencia les diera á conocer su engaño; pues no sólo entre los indios, sino entre algunos médicos he visto valerse de hierbas y cosas muy despreciables, casi ridículas y de ninguna estimación.

¿Qué cosa puede ser más inútil, al parecer, más sin provecho y más sín virtud en su naturaleza que el hollejo ó cáscara del Plátano de Guinea? Y con todo eso lo ví aplicar, después de otros muchos medicamentos de ningún favorable efecto, á un negro mi esclavo, que con ocasión y como resulta de unas viruelas iba perdiendo la vista, por oponérsele unos vapores, casi á manera de nubes, que le empañaban el órgano, y sólo con las cáscaras del Plátano de Guinea soasadas al rescoldo y puestas sobre los párpados recobró entera sanidad. Para lo mismo, cuando se hinchan y llenan de humor los párpados, aplican los cogollos más tiernos y recientes del Espino real, que reducidos á pasta bien quebrantada y molida y aplicada tibia, desinflama y quita el dolor y encendimiento de los ojos con grande brevedad y sin necesidad de evacuaciones generales; pues en la gente rústica, en quienes he visto su efecto, no puede haber caudal ni espacio para remediarse con la medicina compuesta, ni observación ni regla médica para ello. Crece en árbol copado y robusto, cubierto como un erizo, de espinas tan crecidas como un dedo desde el tronco á la cima. La hoja que lleva, es á la manera de la del manzano: la fruta que arroja y sazona por Marzo y Abril, es á la manera de la guinda en el color y hechura; pero tan pequeña como el grano de Pimiento oriental; es silvestre, con que sólo sirve á el alimento de los pájaros. Sus raíces son contra todo veneno y mordeduras de bestias ponzoñosas.

Pero entre cuantas se señalan excelentes, debía tener la primera estimación por su maravillosa virtud la hierba que llaman Cuzticpactli, que es lo mismo, en nuestra castellana lengua que medicina de quebraduras, de cuztic que es quebradura, y pactli, medicina. Nace y se produce en una mata compuesta y ordenada de ramazón derecha, cuyos talluelos son á la manera de un cañón de ganso, algo más corpulentos, parecidos á el espárrago. Vístese de muy pocas y menudas hojas y esas carrosas y gruesas: sirve para las quebraduras de brazos y piernas ó de otro cualquiera hueso, y desconcertaduras de junturas, moliendo sus ramas y hojas lo mejor que se puede, y hecho ungüento de ello con unto de res, y aplicado á la parte lesa. Fuera muy celebrada y aplaudida de otras naciones si la gozaran y tuvieran por propia, pero cayó donde todo lo que es propio y natural del país se desestima; que la patria á sus hijos no sólo los mira pobres, pero los desconoce feos.

En todos los lugares breñosos, y los prados del Valle de Mesas con especialidad, se halla grandísima copia de Mastranzo, de Toronjil y de Hinojillo, y de este último sirve su cocimiento de efectivo colirio para los ojos entre la gente pobre del campo, sin la oportunidad de otras medicinas más adecuadas ó más conformes á el arte. Vénse cubiertas y aromatizadas las más dilatadas campiñas de Anisillo y Verbenas; y en lo más de sus tejares y praderías grande copia de Díctamo real, que fuera de ser la hierba que pacen los ciervos, y sobre cuyo primer cordial fundamento engendran ó forman la piedra bezohar, sirven sus hojas con maravilloso socorro á las personas tocadas de pasiones de corazón, desayunándose con ellas.

Hay grandísimos espacios y lugares dilatados de tierra que se cubren viciosa y abundantemente de Ajenjos, cuyas virtudes y propiedades naturales, sin disputa excelentes, son conocidas, y aplicado frecuentemente en todo el favorable y socorrido uso de docta medicina.

En las tierras más encumbradas descubiertas á el Norte, se halla, no en poca ni agotable cantidad, el Zumaque, que fuera de ser tan necesario en las tenerías para las curtimbres, sirve también con maravilloso efecto á los dolores de dientes y muelas, mascando y trayendo en la boca sus hojas, á la manera que se usa el tabaco en hoja.

Hállase en este valle, y mucho más abundante en el de Atmolonga, el Mastuerzo, hierba y flor muy conocidas; como también copiosa la Hierba lechosa, que también se conoce con nombre de Hierba de la golondrina, que se da dentro de Goathemala en todas las huertas y en las calles de la ciudad; cuyas virtudes se aplican á el remedio y socorro de varias enfermedades.

No es menos maravillosamente apacible y generosamente útil el Iquis-suchil, árbol frondoso y siempre agradablemente alegre, de robusta y levantada estatura y adornado de fragantes y candidísimas flores de suavidad de su fragancia, sin vehemencia molesta. Toda la virtud medicinal de este árbol se cifró en el uso de sus blancas flores, que en especial curan con su baño cualquiera fuego, rosa ó ampolla del rostro ó de otra cualquiera parte del cuerpo humano que padece semejante dolencia. Dicen los médicos científicos que tiene esta flor las mismas calidades y virtudes de la rosa, y así vemos aplicarla fresca ó seca. Sus virtudes son muchas, y jamás se ve el árbol exhausto de flores, aunque en unos tiempos del año más que en otros. Es árbol que sólo produce en tierras de temperamento frió, y son muy pocos y raros los que se producen: su vegetable edad es dilatada, por muchos accidentes y estragos que padezca; que hasta en esto se ve atendido y privilegíado de la naturaleza. La etimología de su nombre en la Pipil declara su excelencia, pues Izquis-suchil corresponde á «solo esta es flor,» ó de la Populuca, «basta para flor.»

Y porque es común y general á todas las tierras, sean de temperamento medio, ó de temperamento caliente, menos á el frío, el árbol que llamamos Cacalotsuchil, y en el Perú, á donde se llevaron y trasportaron de estas partes de Nueva España Caracuchas, no trataré aquí con particularidad de sus virtudes, que son maravillosas y muchas, hasta tocar en lo que pertenece á la costa del Sur, donde son abundantísimos y copiosos; que será, queriendo Dios, en la Segunda parte desta historia. No hay en toda la composición de este árbol cosa que no sea experimentada medicina: lleva flores fragantísimas, pero no son semejantes en los colores, porque unos árboles las llevan totalmente rojas, otros las producen amarillas, cuáles blancas, y éstas son de más lento y suave efecto y mejor operación en la medicina, y pocos de estos árboles llevan sus flores de mezcla encarnada y blanca, ó amarilla y encarnada, partiendo el campo de cada hoja la unión de ambos colores por la mitad. Sirven con frecuencia á el adorno de los altares y templos, especialmente en los pueblos de indios que hacen, y con razon, estimación y aprecio de ellas. En su formación son uniformes hasta en la igualdad de su tamaño, menos los de la costa, que son más crecidos y carnosos. Guardo para allá sus virtudes.

La Madre de cacao, así llamado porque respecto de frondoso es uno de los que hacen sombra en las huertas de cacao á los árboles que llevan este fruto, es un árbol cuyas hojas, crecidas y formadas á la hechura y semejanza de un corazón, sirven, cuando tiernas, en donde no hay repollos, de excelente y gustosísima verdura para la olla, y no hay otra que con tanta propiedad y razón supla esta falta. Lleva unas florecillas encarnadas, á la manera de unos alfangillos curvos, por cuya causa los llaman los muchachos Machetillos; y es cierto que su figura y forma merece este pronombre, pues asta, cabo y empuñadura le dió la naturaleza con perfección cumplida. Sirven también de verdura en los días de abstinencia. La corteza de este árbol, común también á todas las tierras, sirve en cocimiento contra el jiote y empeines, y molida sutil y mezclada con queso ó con otra cualquiera masa, mata y destruye los ratones. Sus trozas sirven para todo lo que es manufactura de corchos, con la misma propiedad que el que nos traen de España. Y porque cualquiera vástago suyo que se plante arraiga y se viste de copiosos renuevos, es común á todos los cercados de nuestras sementeras.

Ninguna cosa es tan comunmente celebrada como la planta que llaman Tapat mexicano, pero conocido de pocos, y no sin pequeña providencia; pues aunque tiene señaladísimas virtudes que se extienden á grande y conocida utilidad de la naturaleza, encierra otras propiedades de conocida malicia, que es mejor que la gente ignorante y poco temerosa de Dios las ignore y carezca de su verdadero conocimiento. Hállase en las tierras más frías y jamás en las templadas ni calientes. Sus hojas aplicadas á cualquiera llaga la mundifica y cierra, y puestas sobre los tumores los desinflama y abre. El cocimiento de ellas se da en baño á los que se hinchan de humor intercutâneo, y se aplica este baño á los tullidos y gafos.

El Cempoal-suchil, hierba comunísima y abundante en los valles de Mesas, Mixco y las Vacas, cuya etimología es de «veinte flores,» de Cempoal, que es «veinte,» y suchil, «flor,» según la lengua Pipil, y es porque así, cuando florece, se puebla de ramilletes de á veinte flores. Es mata pequeña; La hoja á la manera de la del rosal, aunque más prolongada y aguda; su flor naranjada oscura, que algunos llaman Clavellinas de las Indias, y otros la Flor de Júpiter; pero se engañan, porque las Clavellinas de las Indias son mucho más crecidas sus matas, y sus flores más abultadas y de pestilente olor. Atribuyen algunos á el Cempoal-suchil calidades venenosas; pero se reconoce útil y medicinal contra muchas enfermedades, porque el zumo de las flores de sus hojas ó la propia flor, molida y desatada en vino ó en agua, remedia y refrigera el vientre, mueve la orina, y les provoca á las mujeres la evacuación del menstruo, y hace prorrumpir en sudor á quien le toma; y antes del frío de la calentura, aplicada por las partes exteriores á manera de untura, destruye los rigores y violencia de la calentura, intermitiéndola; remedia los ahogos, excita á la venus y sana las enfermedades que provienen de causa fría; abre las obstrucciones, suelta los nervios encogidos y remedia los hidrópicos. Tomada en poción fría por vomitario, es admirable remedio contra todos los afectos fríos; evacuando el humor por orina y sudor. El bálsamo de estas flores es admirable remedio para cualquiera herida, y frito el zumo de estas flores en aceite común colado, añadiéndole una poca de cera para que condense y cuaje en ungüento, es singular y efectivo remedio contra las almorranas. Y si estas admirables y prodigiosas virtudes de esta flor pareciesen fantásticas á muchos de los ignorantes que ocupan el mundo, lean á Juan de Laet en la descripción de Mexico, que él, si le entendieren, los desengañará.

El Matalisti se produce abundantísimo en todo el territorio de Comalapa, de este valle de Goathemala, y en TecpánTecpan-Goathemala y Valle de Canales; cuya raíz es la que saben los médicos y boticarios que sirve en polvo con maravilloso efecto en las purgas que recetan, y de que se carga, así para el reino del Perú como para España, cantidad muy crecida; valiendo en este de Goathemala por muy barato y acomodado precio.

Hay en el Valle de Mesas, en los montes que llaman de San Cristóbal, la Cascarilla de Loja, que acá es conocida entre los indios con el nombre de Palo canela. Arboles de Mole, que en Mexico llaman Arbol del Perú, hay algunos. Hay Tocoyolo, hierba que asimila en el gusto á el agro del vinagre; de ahí su etimología corazón acedo: es fresquísima, y sana el fuego y llagas de la boca. Críase mucha Verdolaga, tan útil y provechosa como demuestra la experiencia de sus beneficios. Hay asimismo en este valle la hierba Mandragora, conocida de pocos; bien que creo usan de sus maliciosas propiedades algunos indios: y para los tintoreros se halla en estos fecundísimos valles las hierbas que llaman Sacatín, el Safran Romin, y para otros beneficios la piedra zufre en mucha cantidad, y mucha Caparrosa flor en el Valle de las Vacas. Y finalmente, querer decir acerca de esto todo lo que se ofrece es imposible. ¡Bendita sea la misericordia de Dios, por lo que tan liberalmente nos ha comunicado para nuestras necesidades!

  1. Libro IV cap. xxvii, folio 256 y siguientes.
  2. Pónela el autor hecha de pluma: larga unos dos palmos menos dos dedos.