Recordación Florida/Parte I Libro III Capítulo I
En que se averigua si el gran pueblo de Goathemala, fué el mismo sitio donde se fundaron y poblaron los conquistadores de este Reino, ó si es otro diverso. Compruébase cuál es hoy este gran pueblo de Goathemala que no parece.
Es, sin duda, que donde hallaron los conqustadores situado el gran pueblo de Goathemala, que allí, en aqul propio sitio, y no en otro, se quedaron, y fundaron la muy noble y muy leal ciudad de Santiago de los Caballeros de Goathemala; cuyo pronombre le vino de aquel gran pueblo de Coctecmalam, que quiere decir «palo de leche:» porque en todo este contorno, y á distancia de tres cuartos de legua dél, se cría gran cantidad de hierba mala, cuyas propiedades y naturaleza se describirán en lo perteneciente al valle de Chimaltenango. Porque de haberse fundado en otro sitio y no en este de Coctecmalam, no se intitulara la ciudad de el nombre de el pueblo, sino del sitio en que se hubiera plantado, ó el de otro alguno que fuera aquel; así como la imperial de Mexico se llama hoy Mexico, como se llamaba cuando la conquistaron los españoles, que quedaron fundados en la misma ciudad que allí hallaron, y esta se llama Goathemala, como el pueblo que hallaron numeroso los conquistadores, y no se llama Sevilla, Zaragoza, Burgos, ni como alguna de las ciudades de España, á quien los mismos conquistadores pudieran, por amor de sus patrias, haberle dado algún pronombre de los de aquellos, como vemos en Nicaragua á Granada y León, y en la Choluteca á Jerez, y en Camayagua á Valladolid. Conque es visto que, si hubieran fundado en otro sitio, no le dieran el título de una ciudad de indios, sino uno de los que gozan las más ilustres y generosas de España.
Fuera de que, hallándose los conquistadores fundado un numeroso y crecido pueblo de indios amigos y fieles, con mucho número de casas, que aunque pajizas eran despejadas y de excelentes habitaciones, naturalmente se cree que unos hombres cansados de trabajar en las arduas y peligrosas conquistas de que veníanm y fatigados de andar caminos, que muchas y las más veces abrían con sus proprias espadas, no se habían de proponer el nuevo trabajo de fundar, cuando de varias partes los estaban llamando inminentes peligros de nuevas conquistas; y que, aunque aquel pueblo de Coctecmalán no fuera, como dice mi verdadero Castillo, el gran pueblo que se dice Goathemala, al capítulo 164, folio 71 de su original, sino que fuera una moderada y pequeña poblazón, siendo de verdaderos amigos, la tuvieran por asilo y buena comodidad para el intento de las conquistas; y que haciendo este gran pueblo plaza de armas, naturalmente, teniendo allí su asiento, habían de ir aumentando lo material de aquella poblazón, y perpetuando en ella sus casas, familias y conveniencias.
Y aunque se quiera presumir, según algunos quieren pensar, que este gran pueblo sea el Tecpan-Goathemala, no tiene esto fundamento alguno; lo uno, porque Coctecmalam quiere decir, como llevo referido, «palo de leche» y Tecpancocthemalam significa «sobre el palo de leche;» esto porque el referido pueblo de Tecpangoathemala está muy distante, y apartado del sitio donde fué Goathemala la antigua, que estuvo á la parte del Sur, y Tecpangoathemala á la del Norte, y separadas una de otra más distancia de seis leguas. Tecpangoathemala está muy encimado sobre la parte de Itzapa y Chimaltenango, en aquellas llanuras para donde, desde esta ciudad de Goathemala, siempre vamos subiendo, y no de otra manera; y de esta suerte, es visto, y necesario que me concedan, que no pudo ser inundada, y si lo fué la ciudad de Goathemala, no será su sitio aquel de Tecpangoathemala, porque el volcan que reventó, para anegarla, se había de ver á aquella parte del Norte, donde no le hay, y no á la banda del Sur donde le vemos con sus canales patentes: fuera de que Tecpangoathemala supone á Goathemala abajo, por aquella palabra Tecpan, que quiere decir «encima»; luego según esto, Tecpangoathemala hubo de estar, como en la verdad se ve, en parte más eminente; y estándolo, no pudo ser anegada como lo fué la ciudad de Goathemala, de cuya fatalidad no pudo tocar ni tocó la de Tecpangoathemala. Que si, esta poblazón, me dijeran, había sido la corte ó casa real de recreación ó plaza de armas del rey Sinacam, señor de la nación de los Cachiqueles, todavía pudiera venir en ello, y acomodarme más á que fuese plaza general de armas de su Reino, por estar á aquella parte, aunque más adelante, como cosa de diez leguas, el presidio tan memorable y numeroso de Parrasquín, que se formaba y componía de ochenta mil hombres de armas, para defender el Reino de la hostilidad de los Quichees y Sotojiles, con quienes traían frecuentes guerras estos de Goathemala; y así, de lo de aquella plaza general de armas, y del presidio de Parrasquín, no dejaremos de decir algo en la parte que le toca.
Que no fuese aquella la parte donde estuvo el gran pueblo de Goathemala, ya me parece que queda bastantemente probado, y desvanecido el parecer de los que sienten que pudiera ser aquel de Tecpangoathemala; pero restando el averiguar cuál pueblo fuese con certeza, es preciso no dejar la duda á que puedan recurrir, pensando que hubiese sido donde hoy se ve fundada esta ciudad de Goathemala, y más, cuando lo que vamos á averiguar estuvo tan dudoso, que Torquemada, Remesal y con ellos Herrera sólo dicen, que estuvo entre dos volcanes, uno de agua y otro de fuego; y aunque esto queda en oscuridad, hace á mi propósito, porque para allí cerca necesito de esta opinión para asentar la certidumbre del sitio. Y así es de advertir, que este sitio que poseemos después de la inundación de la primera ciudad, y en donde por ocasión de ella vino á fundarse, es el sitio que los indios llaman hoy y le llamaron entonces el Valle de Panchoi, ó de Pancam como quieren otros, y que, pronunciado de una manera ó de otra, significa una misma cosa, que es la etimología de «laguna grande.» Con que se asienta, así por esto y significar distinta cosa que Coctecmalan, y el haberse trasmigrado de aquel sitio á este de la ciudad antigua, que tampoco estuvo aquí aquel pueblo; porque el pronombre de Goathemala ya le tenía antes que acá viniese, y si fuera aquí el gran pueblo de Goathemala, tomara este título después de fundada aquí y no antes.
Y porque el más próximo recurso que parece que queda, es el de pensar que este gran pueblo de Goathemala fuese allí, en el mismo sitio donde quedó la ciudad vieja, que hoy está habitada de indios Tlaxcaltecos, Mexicanos y Cholulecos, y que parece de razón el pensarlo, pues hoy se llama la «Ciudad Vieja,» tampoco satisface; porque el ánimo es el de buscar el sitio donde estuvo el gran pueblo de Goathemala y no investigar otra cosa. Y se desvanece este sentir, al ocurrir al pronombre de aquel sitio, que es el de Atmulunga, que significa «agua que brolla» y no palo de leche, que es el de aquel gran pueblo que investigamos y que dió nombre á esta muy noble y muy leal ciudad de Goathemala; que á haber estado allí, se hubiera intitulado como el pueblo la ciudad de Atmulunga, si allí hubiera habido pueblo en que hubieran vivido y avecindádose al tiempo de la conquista: fuera de que allí se hallaran hoy algunos indios propios y naturales del país, y no que sólo se ve poseído de forasteros de Tlaxcala, de Mexico y de Cholula, que vinieron, unos como amigos, que son los de Tlaxcala y Cholula, y otros como gastadores de nuestro español ejército, que son los Mexicanos, al tiempo de la conquista de este Reino, y que, en premio de su trabajo, se les repartió aquel sitio para sus habitaciones y solares, como hoy los tienen; y que, habiendo venido conquistando de la parte que mira al Norte y llegado á Goathemala, quedando á las espaldas la parte de la costa que mira al Sur sin dominarla, estos Tlaxcaltecos estaban á aquella parte, donde abre el camino para la costa, entre los dos volcanes, como amigos y seguros para hacer frontera. Y porque parece que no queda otra cosa á que poder ocurrir, no siendo el pueblo el de Tecpangoathemala, ni lo que era Panchoi, ni ahora es Atmulunga, es necesario pasar á otra consideración que dé luz á tanta confusión.
Para más clara y segura inteligencia, es menester considerar lo que dicen el P. Remesal, Herrera y Torquemada; que esta ciudad estuvo fundada entre los dos volcanes, de agua el uno, y el otro de fuego. Y para inteligencia de esto se debe advertir, como muy cierto, que este gran pueblo de Goathemala estuvo y está fundado en la falda del volcán de agua, más hacia la parte del Ocaso que en la recta derechura del Norte; y que este, á el tiempo de la conquista de este Reino, se llamaba Goathemala, donde se asentó el Real y tomó la posesión en nombre de su Majestad, y se fundó y estableció esta ciudad con el mismo título, y pronombre de aquel numeroso pueblo, por que fué conocida hasta el tiempo de la inundación. Y este pueblo se manifiesta hoy, aunque reducido á corto número de habitadores, entre el pueblo de San Pedro de las Huertas y el de Atmulunga, con título de Tzacualpa, que quiere decir «pueblo viejo» con tan corta distancia del uno al otro pueblo como de milla y media, con poca diferencia; siendo en este sitio, como más despejado, saludable y alegre, la poblazón ilustre de españoles, que se derramaba y extendía hasta la entrada del camino que hoy va de esta ciudad nueva de Goathemala á la vieja, que es pueblo de Atmulunga, donde los vestigios y minas que hoy se ven y las muchas que se descubren y admiran en lo más alto, que es el pueblo de Tzacualpa , lo testifican, siendo lo que hoy es pueblo de Atmulunga, como barrio entonces ó arrabal de la ciudad. Y lo asegura más, hacia la parte de Tzacualpa, el testimonio que de esto ofrecen los fundamentos y ruinas del palacio del Adelantado D. Pedro de Alvarado, que aun señalan cuáles fueron habitaciones, cuáles estanques, pilas y otras cosas; y se ve en las ruinas de los templos y las que fueron casas de los vecinos, que, aun con haberlas caído tanta arena encima, se señalan y ven sin embarazo, en el pueblo de Tzacualpa, de cualquiera persona que por allí haga tránsito; siendo de todo esto padrón inmortal que lo asegure, el canal ó zanja mayor que abrió el agua, al descolgarse de la cima del volcán al valle, que viene á dar enfrente y sobre este mismo pueblo de Tzacualpa, que fué el que, con mayor ímpetu y fuerza de aguas, arena y piedras disformes, destruyó aquella primera, material fábrica de la ciudad. Con esto se prueba, haber sido allí el sitio de la ciudad vieja, como también se asegura, haber sido el pueblo de Goathemala, llamándose hoy pueblo viejo, que es lo que quiere significar Tzacualpa. Y porque á los que no tienen á la vista todo esto, que proponemos, se les haga más patente y clara esta noticia, me ha parecido poner una estampa de todo ello, fiel y segura que pueda representar, que el gran pueblo de Goathemala no se acabó, aunque hoy es corto y de pobre número de habitantes, con título del pueblo de Tzacualpa; y porque su Majestad manda se lleve relación de todo, y por pintura, en la mejor forma que se pueda, por cédula dirigida al Adelantado D. Pedro de Alvarado, que es la siguiente:
«Adelantado Don Pedro de Alvarado nuestro gobernador de la provincia de Goathemala: Porque queremos tener entera noticia de las cossas de essa provincia é calidad della, vos mando, que luego que esta recibáis, hagáis hacer una muy larga relación de la grandeza de esa provincia, ansi de ancho como de largo e de sus limites, poniéndolos muy específicamente é por sus nombres proprios, é como se confina é amojona por ellos, y ansimismo las calidades y extrañezas que en ella hay; particularizando las de cada pueblo por sí: é que poblazones de gentes hay en ella de los naturales, poniendo sus ritos y costumbres particularmente; é ansimismo qué vecinos y moradores españoles hay en ella, é donde vive cada uno , é cuantos dellos son cassados con españolas ó con indias, y cuantos por cassar; é qué puertos ó ríos tiene, é qué edificios hay hechos, y qué animales y aves se crían en ella é de qué calidad son: é así hecha, firmada de vuestro nombre y de nuestros oficiales, la embiad ante nos, al nuestro Consejo de las Indias; é juntamente, con la dicha relación, nos embiaréis pintado, lo mas acertadamente que ser pudiere , todo lo suso dicho que se pudiere pintar; que en ello me serviréis. Monzón á 19 días del mes de Diciembre de 1533 años.= YO EL REY. = Por mandado de Su Majestad. = Cobos, Comendador mayor.»