Razón es ya que la cansada vida
Razón es ya que la cansada vida, tanto tiempo sujeta al amor vano, huya el fiero poder de este tirano, y ya deslace mi cerviz caída. Perezca la esperanza aborrecida, el deseo abatido y mi liviano intento; que mi bien ya está en mi mano, ya tengo mi fortuna conocida. Seguro podré ver de hoy más la suerte del mísero amador, el vil denuesto, el congojoso miedo, el celo frío; que no podrá respeto de mi muerte hacer que mude el curso al fin propuesto; tal ejemplo es el grave dolor mío.