Razón de no hacer versos durante la guerra
Cupido, como niño, se estremece del temeroso son del bronce herido, y en las faldas de Venus escondido, mientras dura la guerra no aparece. Como el numen, que el pecho me enardece, a sus blancos halagos lo he debido, con el bélico afán está abatido, con el continuo susto se enflaquece. Pues tiembla y huye de la lid el ciego, pues sin él no hay ardor ¿por qué me afano? ¿Por qué en pos de las musas no sosiego? No más versos, no más hasta que Jano a la Discordia apague el turbio fuego, y la graciosa Paz nos de la mano.