Quédese de tu templo ya colgados

Quédese de tu templo ya colgados
de Juan Meléndez Valdés


 Quédese de tu templo ya colgados   
 vistiendo sus paredes mis despojos   
 ya basta Amor de engaños y de enojos   
 no quiero más tu guerra y tus cuidados.   
 

 Dos años te he seguido mal gastados  
 que inútilmente lloran hoy mis ojos;   
 flores pensé coger y halleme abrojos   
 vuelvo atrás de mis pasos mal andados.   
 

 Tuya es, oh Amor, la culpa (y yo la pena   
 llevo de te servir arrepentido)  
 que halagas blando y te descubres fiero.   
 

 Mas, ay, romper no puedo la cadena;   
 ¡Oh tirano cruel que al que has rendido   
 guardas toda la vida prisionero!