Progresión
de Antonio Ros de Olano
           
           Del fértil seno de la madre España
	nace el altivo Tajo en breve cuna;
	y, creciendo con rápida fortuna,
	ceden los pinos a su adulta saña.
	 
	   Si rompe cerros, si florestas baña,
	río es el Tajo; su corriente es una,
	sea en la vega, anchísima laguna,
	sea sierpe que enrosca la montaña.
	 
	   Miradle de Aranjuez en los vergeles,
	vedle desde la cántara extremeña;
	contempladle al llegar al Océano...
	 
	   Y así del alma, en cálidos rieles,
	la idea brota, y rauda se despeña,
	río caudal del pensamiento humano.