Probando que la ausencia no siempre es remedio contra el amor
Cuatro tomas de ausencia recetaron a un enfermo de amores los doctores; el enfermo sanó de sus amores, y los doctores sabios se mostraron. Otros mil ejemplares confirmaron de la nueva receta los primeros; los astros conocieron mis dolores, y sin duda sanarme proyectaron. Me dieron de recetas tan divina cincuenta tomas (que tomé con tedio), pero más me agravó la medicina, pues tan opuesto al fin fue aqueste medio, que agonizando mi alma, se imagina me matará el remedio sin remedio.