Por tu musa
Cuando derrama en los hombros puros
de tu musa la túnica de nieve,
yo concentro mis pétalos oscuros
y soy el lirio de alabastro leve.
Para tu musa en rosa, me abro en rosa;
mi corazón es miel, perfume y fuego,
y vivo y muero de una sed gloriosa:
tu sangre viva debe ser mi riego.
Cuando velada con un tul de luna
bebe calma y azur en la laguna,
yo soy el cisne que soñando vuela;
y si en luto magnífico la vistes
para vagar por los senderos tristes,
soy la luz o la sombra de una estela.