Política de Dios, gobierno de Cristo: 366
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Política de Dios, gobierno de Cristo | Francisco de Quevedo |
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He dicho todo lo sustancial de la milicia de Dios, que todo se cifra, sin que algún tiempo lo pueda variar para que no se practique, en estas dos palabras: «El pecado es vencimiento; la gracia con Dios, victoria.» Y si algún príncipe lo dudare, sucederale lo que a Olofernes, que informándose del pueblo de Dios, y de sus hazañas y milagrosas victorias, y diciéndole que cuando estaban en gracia de Dios vencían, y cuando pecaban eran vencidos; que si quería pelear con ellos, que aguardase a saber que tenían ofendido a Dios, y les diese batalla, y los desharía, se riyó de esta doctrina, y de que Dios defendía a su pueblo, y dijo a Achior que le aconsejaba: Yo iré sin hacer caso de lo que dices, y los degollaré a todos, y luego a ti. ¡Señor!, fue Olofernes, y diole la muerte Dios con su propio deseo: cortole la cabeza Judit, de quien estaba enamorado. Esto se lee en el quinto del libro de Judit. Permite Dios que en los consejos de estado y guerra que determinan las jornadas, empresas y batallas, prevalezca este voto de Achior y no el de Olofernes; porque los propios deseos de que Dios hace milicia contra los tiranos que le desprecian, no acompañan este suceso con otros muchos. |