Pobre obrerita
Pobrecita la obrerita que trabaja
día y noche por salvar de la tragedia
y no tiene más cariño ni otro amparo
que su buena madrecita a quien mima con fervor.
Sumergida en sus sueños de pobreza
su casita es un palacio, la máquina es su pasión
y cuando alguien le promete mil grandezas
responde que con su Singer tiene en el banco un millón.
Quien fuera así también y pudiera decir
como la niña aquella no me llama ilusión
dinero ni placer sólo quiero vivir si bello el mundo es.
En esta bacanal la virtud es un mal el oro es amo y rey
y no hay poder igual que lo pueda enfrentar
ni menos humillar ostentando honradez.
Tan rara es la virtud que al mundo mercader
se le hace duro creer que una pobre mujer
pueda ostentar la faz libre de la acción del vicio y la maldad.