Plenitud/XIII (La cortesía)
La vida, por breve que sea, nos deja siempre tiempo para la cortesía, o como dijo Emerson: LIFE is NOT so SHORT BUT THAT THERE IS ALWAYS TIME FOR COURTESY. Huye de las gentes que te dicen: "Yo no tengo tiempo para gastarlo en etiquetas". Su trato te rebajaría. Estas gentes están más cerca de la animalidad que las otras. ¡Qué digo! La animalidad se ofendería ... El perro jamás te dejará entrar a tu casa sin hacerte fiestas con ese meneo de cola "tan honrado", como ha dicho Schopenhauer. El gato mimoso y elástico, en cuanto te vea, irá a frotarse contra ti. El pájaro parecerá escuchar con un gracioso movimiento de cabeza lo que le dices, y si percibe en el metal de tu voz la cariñosa inflexión que él conoce, romperá a cantar. Dante en la VIDA NUEVA, llama a Dios SEÑOR DE LA CORTESÍA. La Cortesía es el más exquisito perfume de la vida, y tiene tal nobleza y generosidad que todos la podemos dar; hasta a aquellos que nada poseen en el mundo, EL SEÑOR DE LA CORTESÍA les concede el gracioso privilegio de otorgarla. El hombre feliz, que no tenía camisa, sí tuvo cortesía para recibir a los emisarios del Sultán enfermo. ¿En qué abismo de pobreza, de desnudez, no puede caber la amable divinidad de una sonrisa, de una palabra suave, de un apretón de manos? La Caridad, opulenta o humilde, lleva siempre el ropaje de la cortesía, y la santidad más alta no podemos ni imaginárnosla sino infinitamente cortés. ¿Os acordáis de San Francisco de Asís?