Parte oficial del Combate de Soriano


Exmo Señor

Hallandome comisionado en este pueblo de Mercedes por mi comandante D. Martin Galáin, que segun informes de los males que amenazaban á una crecida reunión de honrados patriotas así lo determinó, y habíendo hecho presente mi comisíón á D. Ramon Fernandez, reunio el vecindario de dicho pueblo, y proponiendo la necesidad que tenían de xefe, convinieron todos conformes en protestarme exigiendo mi detencion.

Contesté que no podía absolutamente por las órdenes con que me hallaba de mí comandante para atender á otro punto: pero á pesar de ello me obligaron á hacerme cargo provisionalmente de su comando hasta la resolucion de V. E., á quien me ordenaron informase de esta determinacíon; yo accedí á ella con esta calidad, y pasé con una porcíon de vecinos de aquel pueblo, y D. Ramon Fernandez, al campamento distante de este pueblo seis leguas para proponer á los oficiales y tropas las resoluciones que se habían tomado, é igualmente que D. Venancio Benavidez, pues así lo exigí para asegurar la general conformidad en el distinguido aprecio que aquellos vecinos, y buenos patriotas me significaban.

Llegué á dicho campamento el día dos del corriente á las oraciones, donde me recíbíeron todas las tropas y sus oficiales formados con general aplauso; inmediatamente se trató del objeto que nos conducia, y á esta sazon llegó un parte del comandante militar de Soriano, que dista dos leguas del campo que ocupan las tropas, de hallarse inmediatos al puerto quatro buques de guerra, que hacían fuerza á entrar en él, y que le auxiliasemos los xefes de estas tropas; trataron de que en aquel acto tomase el mando del que me recibí, exponiendoles no me asistian los conocimientos necesarios para ellos pues no sabía la posicíon de dicho pueblo de Soriano, ni menos la del puerto; pero que sin embargo, ateniendome á las relaciones que prontamente me diese tomaría las providencias que dictase la prudencia.

En efecto en media hora dispuse doscientos hombres armados regularmente con sus ofícíales, y me dirijí al pueblo á las ocho y media, al que llegué á las diez ménos quarto: me informe á esta hora de la localidad, y situacion ventajosa que podiamos ocupar, y dístribuyendo algunas partidas de observacion para tomar noticias ciertas del rumbo que traían los barcos, me aseguré de la decidída intencion de desembarcar: a el amanecer del quatro, dispuse los doscíentos hombres en la forma siguiente: á la derecha del pueblo sobre el puerto y fondeadero embosqué cincuenta hombres, y dos oficiales, al mando de D. Venancio Benavides, con ordenes de mantener aquella posícíon hasta segunda orden: á la izquierda y sus inmediaciones destaqué otra compañia de cincuenta hombres y dos oficiales, los que mandaba yo en persona escoltado de seis soldados del regimiento pardos, y un ayudante del mismo; en el pueblo dexé el resto de la gente á las ordenes de don Ramon Fernandez, sosteniendo una pieza de artillería de á quatro, que por estar montada sobre quatro ruedas hechas á la brusca de nada me sirvió.

En esta disposicion fondeando á la frente del pueblo, y dentro del puerto el bergantín Cisne, un falucho, una balandra y la zumaca Aranzasú, un lanchon armado, y dos botes mas, dirigieron un parlamentario al comandante del pueblo D. Celedonio Escalada, el que fué recibido por el capitan de exercito D. Francisco Montes y Larrea, á quien destaqué á el efecto escoltado de quatro hombres de mi regimiento: el contenido verá V. E. en la copia que remito num.° 1o. y su contestación en el num. 2o., la que luego que se recibió por los contrarios principió la accion haciendo fuego el bergantin Cisne con artilleria de á diez y ocho, pues se tomaron algunas balas de este calibre, siguió el falucho y un lanchon dirigiendo sus fuegos á el pueblo, y á las partidas de la costa, han causado graves perjuicios á la poblacíon: en la tropa un herido gravemente de los artilleros: duró este fuego desde las diez menos quarto hasta las doce y tres quartos: síendo tan pesado que dispuso el comandante del centro D. Ramon Fernandez saliese fuera del pueblo con la pieza de artilleria, lo que verificó; y luego D. Venancio Benavides con su partida, que emboscada en el punto indicado sufrió el pesado fuego de metralla y bala raza, que hacía el bergantin Cisne: reunidos estos oficiales y tropa me fué preciso situar toda la gente en un baxo, de donde adelanté algunas partidas de observacion.

A las doce y tres quartos dírijí el parlamentario cuya copia es num. 3o conducida por mi ayudante D. Dionicio Gamboa, á causa de continuar el incesante fuego de sus buques, y fuí contestado como V. E. verá en la copía que incluyo num. 4o, á la retirada de este oficial fué despedido con un cañonazo á metralla del mismo lanchon que conduxo el oficial que vino á recibirle; la operacion de este acto indecente fué matar un caballo, y quebrar otro de los que acompañaban el parlamentario; continuó el fuego hasta las tres de la tarde en que desembarcaron dos piezas de artilleria volante, y atacaron por tres puntos á la poblacion. Les dexe entrar en el pueblo en numero de cien ó mas hombres, y luego dispuse el atacarlos en la forma siguiente: por el centro mandé dos compañias con la fuerza de sesenta hombres á el mando desus bravos capitanes D. Francisco Bicudo y D. Bartolo Quinteros con seis subalternos: esta divisíon la mandó el primero; por la derecha destaque otra de 40 hombres á el mando del capitan D, Ignacio Barrios: por la izquierda dirijí el tercer trozo de 50 hombres á el mando del capitan D. Eusebio Silva, el resto de gente quedó de reserva en los términos siguientes: D. Ramon Fernandez atendió con su escolta y algunos más á el costado izquierdo, D, Venancio Benavidez con su escolta auxiliaria á el costado derecho si hubiese sido necesario y yo dispuse el centro á el mismo objeto: en esta accion fueron mis ayudantes de campo el capitan D. Francisco Montes y Larrea, y el alferez D. Manuel Alcaparroz quienes observando mís ordenes siempre me acompañaron.

El denuedo, Sr. Exmo., y entusiasmo con que intrepidamente atropellaron estos valerosos paisanos dirijidos por sus oficiales me obliga á recomendarlos á V. E. no advirtiendo diferencia la menor del mas esforzado soldado: fué atacado el pueblo por los tres puntos á un tiempo, y los insurgentes con fuerzas superiores á las de 160 hombres mal armados huyeron vergonzosamente con dos piezas de tren sin atreverse á descargarlos por no detener su veloz fuga; sin embargo de estar sostenidos por los fuegos de su gruesa artillería, y llegando los nuestros á tiro de fusil, les hemos muerto dos hombres y dos heridos: estos son los que segun informes tengo noticia. A la pasada por la poblacion pegaron fuego varias casas de ella, lo que no me fué posible evitar por mas esfuerzos que hice: siguió el fuego de sus buques hasta las 5 poco mas, en que cesó, y dispuse reunir la gente, y camparme 12 á 15 cuadras del puerto, mandando inmediatamente tres partidas y sus ofíciales á tomar los mejores puntos para observar sus movimientos: amaneció el 5. y hallandolos en la misma dísposicion, mantube las partidas observando, y son las ocho y media quando se hacen á la vela un falucho, y la balandra con direccion á Mercedes donde tengo noticias se hallan 80 patricios de la tropa de D. José Artigas, y algun paisanage armado; y corro inmediatamente con 25 hombres de pardos que son los que tengo, y 12 más de estas tropas con una pieza, á ver sí les estorbo sacrifiquen ese pueblo de atencion; dexando con toda esta gente á D. Venancio Benavides con las instrucciones necesarias por si algo ocurríese con el bergantín Cisne que queda en este fondeadero, pues acaban de hacerse á la vela la zumaca, y un lanchon, con direccion á el Uruguay. Es quanto tengo que informar á V. E. entretanto quedo arreglando esta gente al fín indicado.

Dios guarde á V. E. muchos años. Santo Domingo Soriano y abril 5 de 1811.—Exmo. Sr. Miguel Estanislao Soler. Exma. Junta Gubernativa de Buenos Ayres.

Num. 1°

Noticioso que en la actualidad tiene vmd. el mando politico y militar de esta vílla y su distrito, le íncluyo esta proclama para que la circule á los demas xefes que mandan, y á los vecinos que se hallan reunidos, para que no aleguen ignorancia; y de no avenirse vmd. á la razon será responsable á ambas magestades, de los males que sobrevendrán á los habitantes de esta poblacíon, y que me veo en la dolorosa precision, de que hoy en el día sufran los monstruosos estragos de la guerra; y para la resolucion de vmd. y del vecindario; solo señalo dos horas, debiendo entregar las armas en dicho tiempo en la ribera de este fondeadero.

Díos guarde á vmd. muchos años. Bergantin Cisne 4 de abril de 1811.—Juan Angel Michelena.—Sr. D. Celedonio Escalada comandante militar.

Num. 2°

Las armas de Fernando VII y de la patria depositadas en hombres, que tan dígnamente las sostienen, no pueden, ni deben rendirse: máxime quando defienden la mas justa de las causas: por tanto la amenaza de V. S. nada íntimida una porsion de patriotas exforzados, y de tropas aguerridas que tengo el honor de mandar, y con las que perderé la ultima gota de sangre en honor de mi patria.

Dios guarde á V. S. muchos años. Villa de Santo Domingo y abril 4 de 1811.—Miguel Estanislao Soler.—Sr. comandante general de la expedicion de la Costa Oriental.

Num. 3°

Me es muy extraño el procedimiento de V. S. siendo un xefe milítar, y que por sola esta razon deben saber como se hace la guerra. Los infelíces vecinos á quienes V. S. está batiendo en sus casas, no son los que sostendrán un ataque, si V. S. se resuelve admitir el desafio á que le emplazo, saliendo de las baterias de sus buques: tengo tropas de exercito, é intrepidos patriotas, á los que debe V. S. batir, y no á los ranchos de este pueblo.

Dios guarde á V. S. muchos años. Villa de Sto. Domingo Soriano; y abril 4 de 1811.—Miguel Estanislao Soler.—Sr. Comandante general de la expedición á la Costa Oriental.

Num. 4o

En este momento que son las doce y tres quartos recibo él de vmd. fecha de hoy, y en su contestacion debo decirle, que á todo aquel que no se sugete á las leyes del legítimo gobierno, debo mirarlo como traidor y sublevado del fiel vasallage de nuestro Soberano Fernando VII.

Tanto á las tropas y vecinos de estas poblaciones y campaña hasta ahora por mi desgracia, no les he visto más que correr valídos de sus lígeros caballos: quando yo pie á tierra con los dignos oficiales, y tropas valerosas, que tengo el honor de mandar he atravesado medanos dilatados de arena, sín querer hacer uso de un solo caballo, ní con el objeto de arrastrar la artillería, y si quiere vmd. ver patentizada esta verdad, heche vmd. pié á tierra y elija el sitio, verificaré yo el atacarlo y destruirlo en muy pocos momentos; previniendole, que solo para este caso ó el de avenirse á manifestar ser un verdadero vasallo de Fernando VII sugetandose á las leyes, que sabiamente nos rígen (y que por desgracia vemos vejada y enarbolado el estandarte de la insurreccion en estos hasta aquí tranquílos paises) recibi el parlamento; pues con esto solo se logra perder el tiempo, que vmd. no dexará de conocer, profesando la carrera militar, lo preciso que es, y que yo xefe de esta expedicion, como que desde mi infancia he profesado el arte mílitar, sé el cumplimiento de mis deberes observando las ordenes mís xefes.

Dios guarde vmd. muchos años. Bergantin Cisne 4 de abril de 1811.— Juan Angel De Michelena.—Sr. D. Miguel Estanislao Soler.