Parnaso español 290
Si el mundo amaneciera cuerdo un día,
pobres anochecieran los plateros,
que las guijas nos venden por luceros
y, en migajas de luz, jigote al día.
La vidriosa y breve hipocresía
del Oriente nos truecan a dineros;
conócelos, Licino, por pedreros,
pues el caudal los siente artillería.
Si la verdad los cuenta, son muy pocos
los cuerdos que en la Corte no se estragan,
si ardiente el diamantón los hace cocos.
Advierte cuerdo, si a tu bolsa amagan,
que hay locos que echan cantos, y otros locos
que recogen los cantos y los pagan.