Parnaso español 281
¿Qué te ríes, filósofo cornudo?
¿Qué sollozas, filósofo anegado?
Sólo cumples, con ser recién casado
como el otro cabrón, recién viudo.
¿Una propia miseria haceros pudo
cosquillas y pucheros? ¿Un pecado
es llanto y carcajada? He sospechado
que es la taberna más que los sesudo.
¿Qué no te ahogues tú, qué no te corras,
bufonazo de fábulas y chistes,
tal, que ni con los pésames te ahorras?
Diréis, por disculpar lo que bebistes,
que son las opiniones como zorras,
que uno las toma alegres y otro triste.