Parnaso español 257

Epitafio de una dueña, que idea también puede ser de todas

(Parnaso español)

de Francisco de Quevedo


Fue más larga que paga de tramposo;
más gorda que mentira de indiano;
más sucia que pastel en el verano;
más necia y presumida que un dichoso;


más amiga de pícaros que el coso;
más engañosa que el primer manzano;
más que un coche alcahueta; por lo anciano,
más pronosticadora que un potroso.


Más charló que una azuda y una aceña,
y tuvo más enredos que una araña;
más humos que seis mil hornos de leña.


De mula de alquiler sirvió en España,
que fue buen noviciado para dueña:
y muerta pide, y enterrada engaña.