Parnaso español 221

Goza el campo de primavera templada y no el corazón enamorado

(Parnaso español)

de Francisco de Quevedo


Ya tituló al verano ronca seña;
vuela la grulla en letra, y con las alas
escribe el viento y, en parleras galas,
Progne cantora su dolor desdeña.


Semblante azul y alegre el cielo enseña,
limpio de nubes y impresiones malas;
y si a estruendo marcial despierta Palas,
Flora convida al sueño en blanda greña.


La sed aumenta el sol, creciendo el día;
de la cárcel el yelo desatado,
templa el arroyo el ruido en armonía.


Yo solo, ¡oh Lisi!, a pena destinado,
y en encendido invierno l'alma mía,
ardo en la nieve y yélome abrasado.