Parnaso español 168
Enriquecerse quiso, no vengarse,
la llama que encendió vuestro cabello;
que de no codiciarle, y poder vello,
ni el tesoro del sol podrá librarse.
Codicia fue, que puede mal culparse,
robarle quien no pudo merecello;
milagro fue pasar por vuestro cuello
y en tanta nieve no temer helarse.
O quiso introducir en sol su llama,
y aprender a ser día, a ser aurora,
en las ondosas minas que derrama,
o la hazaña de Eróstrato traidora
repite, y busca por delitos fama,
quemando al sol el templo que él adora.