Parnaso español 163
Aminta, para mí cualquiera día
es de ceniza, si merezco verte;
que la luz de tus ojos es de suerte
que aun encender podrá la nieve fría.
Arde, dichosamente, el alma mía;
y aunque amor en ceniza me convierte,
es de fénix ceniza, cuya muerte
parto es vital, y nueva fénix cría.
Puesta en mis ojos dice eficazmente
que soy mortal, y vanos mis despojos,
sombra oscura y delgada, polvo ciego.
Mas la que miro en tu espaciosa frente
advierte las hazañas de tus ojos:
pues quien los ve es ceniza, y ellos fuego.